Es el último día antes de que empiecen las vacaciones. Todavía queda trabajo por hacer y mucho que preparar, por eso, todos en la ciudad se levantan muy pronto. Quizás, de esta forma, puedan librarse de un Señor Atasco. Así nos presenta la editorial A buen paso este álbum ilustrado, ‘Un señor atasco’, un trabajo de Rosa Ureña Plaza, con la que hemos charlado un poco más sobre este proyecto.
¿Cómo surge este proyecto? Rosa Ureña Plaza: “Yo vivo en la provincia de Madrid y sea la hora que sea, en alguna parte de la ciudad, te puedes encontrar una retención de tráfico, un atasco. Es una situación habitual que casi todos hemos vivido alguna vez y si no lo hemos experimentado en primera persona (¡Menuda suerte!) al menos, sabemos lo que es”.
“La idea de Un Señor Atasco surge precisamente en un atasco. Ese día en cuestión, iba en el coche con mi marido y mis hijos a comer con unos amigos y de manera inesperada nos vimos inmersos en un embotellamiento de los que hacen época. En ese momento, pensé que había que escribir una historia sobre los atascos. Son situaciones que nos llenan de sentimientos (al principio nada positivos), enfado, rabia, incredulidad, desesperación, ese sentir de no tener escapatoria posible nos angustia profundamente. En un instante, el atasco nos roba la posibilidad de continuar con la inercia de nuestra vida ajetreada, en 3, 2, 1 ¡Fuera prisas! No queda otra que asumir esa parada obligatoria. Cuando entendemos que no podemos hacer nada, llega la resignación y el deseo de ocupar el tiempo en algo que nos aleje de la inquietud que nos produce estar detenidos. Y ¡cuántas cosas se pueden hacer cuando nos detenemos!”
¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Van a descubrir al fin uno de los misterios mejor guardado del universo: ¿Quién es el culpable de los atascos? ¿Cómo comienza un atasco? ¿Por qué? Y de pronto el tráfico vuelve a ser fluido, ¿cómo es posible? ¡Dios mío! Lo pienso y espero que desvelar este misterio no tenga consecuencias. Además de esto -continúa Rosa Ureña Plaza-, por si no fuese suficiente, se encontrarán con gente que intenta sobrevivir a esas horas de tedio encerrados en un espacio reducido que se vuelve un micro mundo particular. Podrán reconocerse en alguna de esas personas, estoy segura de ello. Pero, ojo, después de un atasco las cosas pueden cambiar, hay que estar muy atento”.
¿Cómo nace el personaje de este Señor Atasco? “Al principio, la idea era hablar sobre el atasco como una circunstancia, pero en un momento determinado, la idea del Atasco como ente tomó cuerpo (nunca mejor dicho). A pesar de ser un personaje ancestral, pues el Atasco existe desde que se inventó la rueda, (nada menos que en la antigua Mesopotamia), le costó manifestarse. No menos de tres o cuatro años. No sé si por su carácter sencillo o por su timidez, aunque después de romper la primera barrera, el señor Atasco se sintió cómodo mostrando sus rutinas diarias, sus gustos, sus ilusiones. Es un buen tipo, amable, educado, humilde y muy generoso, pues nos invita a su casa y nos deja ver su cotidianidad”.
¿Por qué decidiste crear un libro sin palabras? “Como he comentado, un atasco es algo que todos conocemos, lo hayamos vivido de cerca o no -afirma Rosa Ureña Plaza-. Pensé que las situaciones que se pueden generar en un atasco no necesitan palabras. Cuando estás metido en tu coche, detenido, y observas lo que sucede en los coches cercanos no escuchas las conversaciones, pero ves cómo la gente habla o canta o hace muchas cosas que entiendes sin la necesidad de escuchar. Yo amo las palabras, pero a veces se pueden decir o contar las cosas en su ausencia”.
¿Crees que es más fácil o más difícil que un álbum ilustrado con texto? ¿O simplemente es diferente? “No creo que el carecer de palabras acreciente la dificultad del álbum, ni tampoco lo contrario. Cuando nos enfrentamos a un álbum sin palabras, de manera automática, modificamos nuestro modo de lectura, nuestra capacidad de entender la historia se adapta a lo que percibimos. Quizá, que Un señor Atasco no tenga texto, le da también un carácter un poco más misterioso y puede ser que te obligue a estar más atento a los detalles”.
¿Qué diríais que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “En este libro, quise hacer una ilustración en horizontal, muy lineal y gris, como si viajásemos por una carretera -nos cuenta Rosa Ureña Plaza-. Pocos detalles de color, tan solo en los coches, para resaltar la particularidad de esos micro mundos de los que hablaba antes. Personificar cosas inanimadas me encanta e intenté darle un cuerpo al señor Atasco que tuviese sentido para lo que significa ser quién es. Incluir viñetas me salvó, porque es difícil encajar una historia sin texto, de un personaje tan peculiar, en tan pocas páginas, al menos para mí”.
“Al principio, cuando hace unos años comencé a ilustrar, pensaba en el estilo, perdón, Estilo, con mayúscula. Creo que todos (o casi todos) los que nos dedicamos a algo creativo perseguimos tener un estilo que nos identifique, pero en mi caso, creo que no puedo atarme a un tipo de dibujo que me caracterice. Hay días en los que me encanta copiar de la realidad y otros en que necesito interpretarla. Pienso que depende más de la historia que tenga entre las manos. Ya no me molesto en situarme en una línea de dibujo concreta y disfruto mucho haciendo cosas nuevas y diferentes. No tengo favoritos”.
¿Con qué técnicas trabajaste? “Creo que en lo que se refiere a técnica, sí tengo un favorito: el lápiz. Con el lápiz me siento muy cómoda -confiesa Rosa Ureña Plaza-. Me relaja muchísimo el sonido del trazo, ese sonido que rasga el papel y que al sombrear me sumerge en un ritmo monótono que me da muchísima calma. Lo que logro con el lápiz no lo consigo con otras técnicas. Tras el trabajo de lápiz, apliqué color digital con manchas planas en los coches y en algunos detalles que me parecía le otorgaban carácter e intencionalidad al personaje”.
Cuéntanos algo del proceso de elaboración del libro. “He disfrutado muchísimo haciendo este álbum. En sus inicios, era una trama complicada, plagada de personajes y de historias secundarias, muy difícil de llevar a cabo, pero una vez que tuve al personaje frente a mí, mirándome desde el papel, la versión actual salió sola. Salvo las guardas y la portada, he tenido que modificar muy pocos detalles de la maqueta que presenté al premio. Era un proyecto cerrado desde el principio. Algunos aspectos que probamos a cambiar, como los calcetines calados del personaje por botines, más adecuados para el trabajo, andar sobre el asfalto, pero el señor Atasco no se encontraba cómodo metido en esas pequeñas botas, así que dejamos que él decidiese”.
“La edición de Arianna Squilloni, de su editorial A buen paso, de su equipo, es maravillosa. El papel, el libro cosido, el olor a tinta que desprende cuando lo abres tampoco necesitan palabras. Todo el trabajo de edición es impecable y muy cuidado”, afirma Rosa Ureña Plaza.
Una cosa que nos ha llamado la atención es que no hay guardas, o que las guardas forman parte directa de la historia… “Sí, las guardas se meten en la historia. Tenía otras opciones, pero al final me decidí por dos momentos de Atasco en los que le vemos tranquilo, dormido y feliz. Se trataba de que cuando abrieses el libro se presentase al personaje como es, tierno, adorable, sin dar más pistas y al final, al cerrar la historia se le mostrase de nuevo satisfecho, tranquilo y feliz a pesar de…”
¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Siempre hay algún proyecto nuevo en mi cabeza, estoy haciendo los primeros bocetos de otra idea antigua para álbum ilustrado que quiere salir de una vez por todas, esta vez con texto. Además, no puedo dejar de lado la escritura, estoy cerrando un poemario y comenzando otro. Pero todo un poco en el aire, ya que estoy muy centrada en un proyecto educativo de Orihuela a raíz del poemario Circo que, al haber sido galardonado con el premio de poesía infantil para niñas y niños ciudad de Orihuela y editado recientemente por Kalandraka, me está regalando la experiencia maravillosa de llevar la poesía a las aulas, desde infantil hasta bachillerato. Es un proyecto emocionante”.