Un accidente en el Pozo Cabreru provoca la muerte de dos mineros. Durante su funeral, Mariano descubre un cuadro flamenco en el que san Miguel se enfrenta a un cuélebre —una especie de gran serpiente o dragón de la mitología asturiana— en una gruta próxima a la mina. Su curiosidad los lleva a él y a su amiga Alia a conocer la cueva, pero varios incidentes complicarán su visita y les obligarán a emplear toda su astucia y valor para salir con vida. Este es el argumento de ‘Misterio en la mina‘, tal y como nos lo presenta la editorial Edelvives. Detrás de este proyecto, una historia de Jesús Díez de Palma con ilustraciones de Ona Caussa. Con ella hemos hablado un poco más de este libro.
¿Cómo ha sido trabajar en esta historia? Ona Caussa: “Ha sido un regalo. Cuando me llegó el encargo, dudé si aceptarlo o no, porque estaba con muchas cosas a la vez. Pero Ignacio, el editor, empezó a hablar de Asturias, de los mineros, la niebla… Le pedí que me pasara primero el texto y una vez lo leí no pude decir que no”.
¿Qué es lo que a ti más te llamó la atención de la misma? “Me gusta mucho la idea de un chaval de Madrid que llega a Asturias, que no sabe nada de su historia, sus paisajes, de sus leyendas… El contraste del chico urbanita y la chavala de pueblo; los dos con sus puntos fuertes y debilidades y la amistad que se teje entre ellos”.
¿Qué hay de especial a la hora de trabajar en una historia como esta, en la que al menos en cuanto al número de páginas el texto tiene más peso? “A mí me gustan mucho las novelas para jóvenes y los libros de colección. Sé que en el mundillo a veces parece que los libros de prestigio son los álbumes. Y como lectora adulta me encantan y los disfruto mucho. Pero si pienso en qué libros me hicieron a mi lectora son los libros de colección. Así que para mi no es ningún problema que aparentemente la ilustración tenga menos peso, de hecho me da más libertad -asegura Ona Caussa-. No tienes que ilustrar cada página, así que puedes escoger, eliges que partes del libro quieres destacar”.
¿Cómo es la búsqueda en este caso de las ilustraciones? ¿Y la elección de su ubicación dentro del libro? “En casi todos los libros empiezo por los personajes, con papel y lápiz. Les doy un tiempo para que aparezcan, para ir descubriendo su cara, cómo se mueven, su ropa… Son dibujos sin pretensiones, no necesariamente bonitos pero que necesito para entrar en la atmósfera”.
“En cuanto a la distribución de las ilustraciones en el texto, para mí es muy importante la narrativa. También la ilustración necesita un ritmo, una presentación de los personajes y el paisaje, un nudo y un desenlace -nos cuenta Ona Caussa-. Es un poco la “ilustración invisible”, no sirve para impresionar a primera vista o para tener likes en FB pero si la narrativa no funciona el lector -que es quien realmente importa- lo nota”.
¿Con qué técnica o técnicas trabajaste estas ilustraciones? “Pues menos los primeros bocetos de los que te hablaba, ha sido un proceso enteramente digital, con Photoshop y mi vieja wacom intuos 2. Antes yo era de las que decía que sólo disfrutaba verdaderamente dibujando a mano. Pero cada día disfruto más en el digital -afirma Ona Caussa-. He dedicado bastante tiempo en buscar, comprar, y fabricarme pinceles propios. Y tengo unos cuantos que me encantan. En concreto para este libro he usado uno hecho por mí que me da una sensación muy buena, un poco a medio camino entre el lápiz y el piloto Vball”.
¿Las hiciste directamente sin el color como aparecen en el libro? (A excepción de la portada, claro). “Sí, totalmente. Además soy una apasionada del blanco y negro, de la línea y el trazo, así que, ¡sin problemas!”
¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este proyecto? ¿Hay algo distinto o nuevo respecto a otros trabajos? “Supongo que sí, que al ser para chavales más mayores el lenguaje también es distinto. En mi caso lo he vivido con mucha diversión. La adolescencia es una etapa con muy mala prensa, pero yo creo es muy potente y fuerte y que está llena de ternura y sensibilidad que, a veces, de mayores se pierde -dice Ona Caussa-. Y estas ilustraciones me han ayudado a conectar con eso”.
¿En qué estás trabajando ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Ahora mismo estoy en un proyecto totalmente diferente: escolar y para niños muy pequeños. Con mucho color y mucho más gráfico. Estoy muy contenta porque me gusta mucho el planteamiento gráfico de la directora de arte y la parte pedagógica, más allá del libro de cole típico. Eso sí, cuando acabe me apetecen unas vacaciones e irme al monte a dibujar árboles! :)”
También podéis leer la entrevista con Jacobo Muñiz sobre su trabajo en ‘El hombre que sabía volar‘, también de la colección Ala Delta de Edelvives.