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Poesía e ilustración de la mano en ‘Versos como una casa’, un libro de Mar Benegas y Francisca Yáñez junto a la editorial A buen paso

Mar Benegas, autora de los poemas de ‘Versos como una casa’, un libro de poesía editado por A buen paso. Unos poemas que ilustra Francisca Yáñez. Con Mar y con Francisca hemos hablado un poco más sobre este proyecto, que se nos presenta en la web de la editorial con estas palabras de Mar: “Los ojos que abre la infancia son dos ventanas. Por eso, ser la voz del poema es habitar la casa de la infancia. La casa de la infancia siempre debe estar habitada. Palabras que sanen y versos que canten. Porque en cada habitación se va forjando un recuerdo. Y se puede escuchar el trino de los pájaros. Y cada recuerdo sujeta las ramas de los árboles, hace volar las estaciones o enciende el sol y las estrellas. Y los versos son lugares. Lugares que se construyen con palabras y que serán habitados, más tarde, por esos recuerdos”.
¿Qué nos vamos a encontrar en este libro? Mar Benegas: “Versos como una casa nace de una idea. Así, en general, suelen ser mis procesos creativos: una idea (tema, historia o hilo conductor) que comienza a girar y girar hasta que termina siendo un libro. Siempre es una especie de obsesión que me arrebata hasta que surge todo completo. En esos procesos duermo poco y todo gira y me lleva a la semilla creativa. Mis libros nacen de la necesidad de ser escritos. Podríamos decir que lo que se encuentra en este libro es la obsesión que orbitó alrededor de la idea simbólica de la casa. Hay algunas imágenes que se repiten en mis poemas, algunos temas que suelen repetirse, y uno de ellos es, sin duda, la casa. La morada. El lugar que se habita como metáfora de la propia vida y del cuerpo, pero también la casa física como receptora de vivencias y recuerdos. La necesidad de tener un hogar, un nido donde crecer y tejer las experiencias de la vida. Un refugio y eso que es arrebatado a todos los que vagan sin él”.
Háblanos un poco del origen de este proyecto. Francisca Yáñez: “Seguía el trabajo de la editorial A Buen Paso hace tiempo y tenía muchas ganas de trabajar con ellos porque me identifica la forma en que abordan los libros para niños. Envié mi portafolio con mucho entusiasmo, con la única expectativa de que conocieran mi trabajo como ilustradora y tal vez hacer un proyecto a largo plazo. En ese momento Arianna tenía el texto de Mar y pensó que mis imágenes podían funcionar con poesía. Fue leer los poemas y aceptar de inmediato mucho más rápido de lo esperado. Coincidieron los tiempos y las sensibilidades, lo que desembocó en un precioso trabajo conjunto y a la distancia”.
¿Qué pistas nos da el título al respecto? Mar: “El título del libro, más que una pista, sería casi un cartel luminoso. Es la clave. Siempre hablo en mis talleres de escritura de la necesidad de construir la casa del poema, de acercarnos al hogar del lenguaje. Lo que dice el título del libro viene de ese deseo y también explica lo que hay dentro de él. Versos que construyen casitas, poemas que hablan de vivir y donde la casa es la protagonista: «las cosas de la casa», «la casa y las estaciones», «haikus de la casa en vacaciones», serían algunas de las partes del libro. Es decir, son poemas donde la casa habla. Y los versos cuentan y cantan sobre la relación que establecemos con ella”.
¿Qué es lo que más te gusta de estos poemas? Francisca: “También conocía y admiraba el trabajo de Mar y de alguna forma me resultaba familiar. Sus textos tienen algo que lleva a lugares de pertenencia: el agua, un amigo, un gato, con toda su sencillez y complejidad. Me remiten a Gabriela Mistral y Federico García Lorca, que fueron mis primeros acercamientos a la poesía. Soy una gran admiradora de Gabriela Mistral y pude reconocer la misma fuerza, melancólica – concreta – al hueso, en el poema «La casa que no existe». Ese poema me amarró el libro. Lo que más me gusta es que esos lugares donde habitan las cosas esenciales se cuentan en forma de juego. El universo de los niños es así: pueden hacer planteamientos muy existenciales mientras dan una voltereta y piden que lo mires. Siempre he pensado que la poesía responde muchas de las preguntas con las que los niños nos ponen en jaque».
¿Qué es más difícil, un poema con pocos versos o uno con muchos? Mar: “No es lo mismo escribir un poema de cuatro versos que la Divina Comedia, si te refieres a eso. Pero más que dificultad se trata de tiempo y dedicación. Es un problema que se ve mucho en la actualidad: una gran falta de respeto por la escritura y por el lenguaje. Por el trabajo que se tiene entre manos. Y un subestimar, mucho, a los lectores. Hay una gran falta de profundidad y reflexión en todo lo que se acomete, también en la escritura. Todo eso, claro, tiene unos resultados muy obvios y evidentes. Se puede escribir mucho o poco, eso es lo de menos, la cuestión es el tiempo, la dedicación, la formación y el cuidado que se ponga en lo que se hace, la profundidad y la reflexión previa y posterior antes de mostrar eso al mundo”.
¿Habías trabajado antes con poesía? Francisca: “He trabajado en proyectos con María José Ferrada. Ella es poeta, aún en sus libros en prosa. Hicimos «Notas al margen» y «Otro país», además de un libro autoeditado «El libro del duende Raúl». Ella ha sido una gran escuela. En nuestros diálogos de trabajo los referentes suelen ser poetas y he conocido muchos gracias a ella”.
¿Qué tiene de fácil o difícil respecto a ilustrar historias en prosa? Francisca: “En Chile la poesía ocupa un lugar importante tanto en la literatura como en lo cotidiano. Es un lenguaje en el que nos desenvolvemos sin querer. Me he relacionado con ella desde que era muy pequeña y todo el tiempo estoy con algún libro de poesía en la mano. Hace años que leo poesía regularmente. Tuve una vida errante producto del exilio, eso produjo que no me aferrara a las cosas porque siempre eran equipaje temporario. En todos los viajes y vueltas por el mundo, hubo un solo objeto del que mis padres nunca se desprendieron y lo llevaron a todas partes, era un libro con las obras completas de Pablo Neruda. De alguna manera mi lugar estable, mi casa, fue la poesía. «Versos como una casa» me remite a esa sensación. Habla de pequeños-grandes espacios que habitamos y son comunes en cualquier lugar, me hizo pensar tanto en la infancia en un pueblo pequeño de Chile a comienzos del siglo pasado, como la escuela de una gran ciudad europea en este mismo momento. Durante mucho tiempo pensé que la poesía no debía ilustrarse porque todo lo dicho y lo no dicho está ahí y es rotundo. Luego me pregunté ¿por qué no? Creo que ver cine me sacó de esa limitación: los lenguajes sí pueden convivir. Lo más difícil y lo más fácil de ilustrar poesía es la libertad. Al comienzo no sabes bien qué hacer con ella y si no te la tomas en serio conduce a imágenes gratuitas e innecesarias. Creo que cuando le vas dando curso a esa libertad se va generando un diálogo con el texto”.
¿Qué nos dices de las ilustraciones de Francisca para este libro? Mar: “Creo que son hermosísimas. Ha sido un gusto trabajar con ella, Francisca es una ilustradora delicada, con un estilo bien definido y una mano muy identificable. Sabe trazar y atrapar una esencia etérea pero muy contundente. Ese equilibrio entre lo volátil y la raíz misma de las cosas. Además de ser una persona comprometida socialmente. Así que me considero afortunada de haber trabajado con ella. Su trabajo para el libro me parece impecable: sus ilustraciones cantan y bailan con el texto. La calidez de los colores, el dinamismo de las figuras, el cuidado exquisito de cada pequeño detalle. Y las situaciones delicadas, surrealistas y a la vez tan humanas a las que se enfrentan los personajes. Con la maravillosa mano de la editora, Arianna Squiloni, y el diseño equilibrado y pensado de Miquel Puig, creo que el libro se convierte en lo que pretendía ser incluso antes de ser escrito: un refugio donde el lector pueda sentirse cómodo, descalzarse y bailar, asomarse a la ventana, alimentarse del pan de la mesa y el agua de la jarra, o echarse a soñar en alguna de sus habitaciones.
¿Qué hay de característico en tus ilustraciones para este libro? Francisca: “En lo formal, lo más reconocible es la atemporalidad. Me interesa que un libro interpele a todas las infancias, también las nuestras y las de nuestros abuelos y creo que hay un trabajo de color que se repite en otros libros que habla de diferentes tiempos. Busqué, como hago en cada libro, una paleta restringida para trabajar las imágenes. En cuanto a lo más discursivo, vengo hace un tiempo trabajando con el tema de los desplazamientos y el exilio en la infancia, por lo que pude entrar desde esa perspectiva al texto. Intuía que Mar hablaba un poco de eso”.
¿Con qué técnica has trabajado? Francisca: “Primero elijo una paleta de colores acorde a la atmósfera del texto. Dibujo y coloreo a mano, con lápices y papeles recortados. Luego digitalizo y retoco con el ordenador. Lo hago igual en todos los proyectos”.
¿Algo diferente o nuevo respecto a otros proyectos? Francisca: “Lo distinto es trabajar a distancia. No es muy diferente a trabajar vía internet estando en la misma ciudad, pero la diferencia de horarios permite un tiempo más pausado para el feedback y digerir bien los comentarios. Esos tiempos me permitieron mirar tres veces antes de mandar cada ilustración, cotejar que funcionaran en distintos contextos. Por ejemplo había una imagen que me parecía muy lograda, pero algo me incomodaba. Se me ocurrió preguntar y lo que había hecho tenía una lectura racista en el contexto norteamericano. La cambié inmediatamente. Al saber que un libro tendrá distribución internacional cuidé mucho que las imágenes tuvieran la lectura más universal posible”.
De todos los que aparecen en este libro, ¿cuál es tu favorito? Mar: “No tengo ninguno favorito. La verdad. Pero me encanta, porque encierra totalmente el espíritu del libro, la cita de María Zambrano, que abre el libro y que encontré de casualidad, en una relectura de dos de sus libros, cuando ya estábamos maquetando «Versos como una casa», una cita que dice: “Corazón: casa de la vida y cauce. La casa, la modesta casa a imagen del corazón que deja circular, que pide ser recorrida, es ya sólo por ello lugar de libertad, de recogimiento y no de encierro.»
También podéis leer en el blog otras historias de poesía ilustrada, como las que encontramos en ‘Pequeño buzo somnoliento‘.
Cómic
COMICMED, el encuentro que conecta el cómic con el Mediterráneo

La Fundación Tres Culturas del Mediterráneo, con la colaboración del Polo Nacional de Contenidos Digitales del Ayuntamiento de Málaga, han celebrado la primera edición de COMICMED, un encuentro que ha abordado el mundo de la novela gráfica y el cómic producido o vinculado con el Mediterráneo.
La programación, plagada de importantes creadores del género, ha combinado conversaciones con autores, talleres prácticos para público infantil y juvenil, y una innovadora propuesta que fusiona cómic con música electrónica con aires marroquíes al ritmo de la DJ Hajar Lagranja.

El cartel de esta primera edición ha sido realizado por Nadia Hafid (Tarrassa, 1990), ilustradora de ascendencia marroquí cuyas obras han sido varias veces portada en ‘El País’, además de aparecer en artículos en medios internacionales como ‘The New York Times’, ‘The New Yorker’ y ‘The Washington Post’, entre otros. Su nuevo trabajo, ‘Mal olor’, recientemente ganador del premio Finestres, ha visto la luz en castellano este mes y los asistentes a COMICMED han podido tener acceso a el en primicia. Nadia protagonizó una de las mesas de este encuentro, en la que conversó con Javier Alonso, director del programa ‘Territorio 9’ en Radio 3.



Siguiendo con autores de gran nivel, el festival ha traído por primera vez a España a dos creadores que, sin ser de origen mediterráneo, acuden con una obra cuya temática está muy presente en este mar y que, además, entronca a la perfección con los valores que promueve Tres Culturas de solidaridad, diversidad, inclusión y esperanza. Se trata de Victoria Jamieson y Omar Mohamed, que conversaron sobre la historia que les unió: la multipremiada ‘Cuando brillan las estrellas’, inspirada en las vivencias del propio Omar Mohamed en los campamentos de refugiados de Dadaab, en Kenia.

También tuvieron cabida los cómics que dan el salto a la gran pantalla a partir del exitoso caso de ‘Robot Dreams’, el primer cómic de la escritora de libros infantiles Sara Varon que el director Pablo Berger plasmó en una inolvidable cinta que llegó a optar al Oscar como Mejor película de animación el pasado año. Ambos desgranaron los detalles de esta colaboración que ocupa un lugar de privilegio entre las producciones cinematográficas nacidas de un cómic.

Y si la historia de ‘Robot Dreams’ viajó desde Estados Unidos hasta España para llegar al celuloide, el mismo trayecto, pero a la inversa, es el que realizan las obras de Natacha Bustos (nacida en Ibiza en 1981, aunque malagueña de adopción) y Carmen Carnero (Málaga, 1983), dos españolas que triunfan en Marvel y DC. La primera de ellas con cómics como Moon Girl and Devil Dinosaur, fue elegida por Marvel como una de las ocho artistas más prometedoras de la próxima generación en 2020; mientras que la segunda trabaja para esta misma compañía en exclusiva desde 2018, donde fue incluida en 2019 en el programa de artistas de élite de Marvel ‘Stormbreakers’.


Igualmente por su importante proyección, destaca el reconocido dibujante e historietista Diego Galindo (Sevilla, 1978), que conversó con la profesora e ilustradora Cristina Peláez sobre su experiencia adaptando Stranger Things al cómic, explorando los retos y oportunidades de trasladar esta exitosa serie. Comentaron sus inicios, y Diego confesó que «siempre fue primero la imagen, el dibujo. Yo al principio miraba los cómics, más que los leía».

Por último, cabe mencionar a Wilfrid Lupano, (Nantes, 1971), con quien se analizaron libros como ‘La bibliomula de Córdoba’, del que es guionista, y en el que muestra el poder de la cultura y el conocimiento como barrera ante los totalitarismos. Wilfrid habló sobre el proceso de investigación y documentación para el libro. «Era difícil poner en imágenes un universo que no había sido representado. Era como poner una primera piedra», indicó. Lupano señaló el trabajo enorme de investigación que había realizado también el ilustrador, y apuntó a la idea de sacar a la luz temas como la arquitectura y también toda la producción de la Gran Biblioteca de Córdoba. «En occidente la construcción de Catedrales era un gesto económico y político fuerte. La construcción de Bibliotecas también lo era». Definió a ‘La bibliomula de Córdoba’ como una «mula movie», una road movie a ritmo de mula, en la que se expresa su amor a la cultura y los libros. «El libro es un objeto con una fragilidad increíble… y a pesar de todo, todo el saber ha llegado hasta nosotros porque ha habido personas que han hecho la conservación, las copias… Siempre algunas escapan hasta la civilización siguiente».


Además, fue uno de los protagonistas de los talleres infantiles a partir de su obra El lobo en calzoncillos en el apartado COMICMED KIDS, donde también se ofreció otro taller que aúna creación con nuevas tecnologías para la creación de videojuegos y uno para público adolescente en el que Natacha Bustos mostró cómo dibujar superhéroes.

En resumen, una programación diversa y heterogénea en la que se habló mucho de cómic, pero también de nuevas técnicas de creación, universos digitales y fusión con otras artes.
Cómic
Málaga se convierte en el centro del cómic mediterráneo con la primera edición de COMICMED

La Fundación Tres Culturas y el Polo de Contenidos Digitales de Málaga organizan la primera edición de COMICMED del 6 al 8 de marzo en las instalaciones de Tabacalera con la presencia de creadores como Benjamin Lacombe, Victoria Jamieson, Sara Varon, Pablo Berger, Nadia Hafid, Natacha Bustos, Wilfrid Lupano y Carmen Carnero.
La Fundación Tres Culturas del Mediterráneo, con la colaboración del Polo Nacional de Contenidos Digitales, del Ayuntamiento de Málaga, presenta la primera edición de COMICMED, un encuentro sin precedentes que abordará el mundo de la novela gráfica y el cómic producido o vinculado con el Mediterráneo.
La programación, plagada de importantes creadores del género, combina conversaciones con autores, tres talleres prácticos (para distintas franjas de edad: adultos, adolescentes y niños) y una innovadora propuesta que fusiona cómic con música electrónica con aires marroquíes al ritmo de la DJ Hajar Lagranja.

El cartel de esta primera edición ha sido realizado por Nadia Hafid (Tarrassa, 1990), ilustradora de ascendencia marroquí cuyas obras han sido varias veces portada en ‘El País’, además de aparecer en artículos en medios internacionales como ‘The New York Times’, ‘The Economist’, ‘The New Yorker’ y ‘The Washington Post’, entre otros. Su nuevo trabajo, ‘Mal olor’, recientemente ganador del premio Finestres, verá la luz en castellano en este mes de marzo y los asistentes a COMICMED podrán tener acceso a ella en primicia.

Otro de los grandes nombres propios del festival es Benjamin Lacombe (París, 1982), considerado uno de los ilustradores más importantes del mundo, con un estilo muy marcado y personal que le lleva a concebir cada dibujo como una auténtica obra de arte: figuras pálidas, de grandes ojos y una mezcla de fragilidad y potencia visual.

Siguiendo con autores de gran nivel, el festival traerá por primera vez a España a dos creadores que, sin ser de origen mediterráneo, acuden con una obra cuya temática está muy presente en este mar y que, además, entronca a la perfección con los valores que promueve Tres Culturas de solidaridad, diversidad, inclusión y esperanza. Se trata de Victoria Jamieson y Omar Mohamed, que conversarán sobre la historia que les unió: la multipremiada ‘Cuando brillan las estrellas’, inspirada en las vivencias del propio Omar Mohamed en los campamentos de refugiados de Dadaab, en Kenia.

También habrá lugar para los cómics que dan el salto a la gran pantalla a partir del exitoso caso de Robot Dreams, el primer cómic de la escritora de libros infantiles Sara Varon que el director Pablo Berger plasmó en una inolvidable cinta que llegó a optar al Oscar como Mejor película de animación el pasado año. Ambos desgranarán los detalles de esta colaboración que ocupa un lugar de privilegio entre las producciones cinematográficas nacidas de un cómic.
Y si la historia de Robot Dreams viajó desde Estados Unidos hasta España para llegar al celuloide, el mismo trayecto, pero a la inversa, es el que realizan las obras de Natacha Bustos (nacida en Ibiza en 1981, aunque malagueña de adopción) y Carmen Carnero (Málaga, 1983), dos españolas que triunfan en Marvel y DC. La primera de ellas con cómics como Moon Girl and Devil Dinosaur, fue elegida por Marvel como una de las ocho artistas más prometedoras de la próxima generación en 2020; mientras que la segunda trabaja para esta misma compañía en exclusiva desde 2018, donde fue incluida en 2019 en el programa de artistas de élite de Marvel ‘Stormbreakers’.

Por último, cabe destacar a Wilfrid Lupano, (Nantes, 1971), con quien analizaremos libros como ‘La bibliomula de Córdoba’, del que es guionista, y en el que muestra el poder de la cultura y el conocimiento como barrera ante los totalitarismos. Además, será uno de los protagonistas de los talleres infantiles a partir de su obra ‘El lobo en calzoncillos’ en el apartado COMICMED KIDS, donde también se ofrecerá otro taller que aúna creación con nuevas tecnologías para la creación de videojuegos (en el Campus 42) y uno para público adolescente en el que Natacha Bustos mostrará cómo dibujar superhéroes.
En resumen, una programación diversa y heterogénea en la que se hablará mucho de cómic, pero también de nuevas técnicas de creación, universos digitales y fusión con otras artes. Una iniciativa en la que, además, se han implicado otras entidades e instituciones como el Centro Andaluz de las Letras, la Fundación Telefónica, el Instituto Francés y las editoriales Maeva, Edelvives, Norma Editorial, Apa Apa Cómics y Penguin Random House.
El acceso a todas las propuestas de este festival será gratuito previa inscripción en la página web de la Fundación Tres Culturas (www.tresculturas.org). Asimismo, los interesados podrán adquirir ejemplares en el punto de venta que habilitará la tienda Cómic Stores en el mismo festival.
Álbum Ilustrado
El colectivo de ilustradores e ilustradoras de Asturias se une en su Asociación Profesional

La Asociación de Profesionales de la Ilustración de Asturias se presentó en sociedad a finales del mes de enero, y lo hizo con una jornada con charlas profesionales y con la inauguración en el Museo Barjola de Gijón de la exposición ‘Somos APIAST: La ilustración contemporánea en 50 obras’, que permanecerá expuesta hasta el próximo 28 de febrero. Aprovechamos la ocasión para charlar un poquito más con Eva Rami e Isabel Muñoz, de la directiva de APIAST, sobre este proyecto.

¿Cuál es el objetivo de la Asociación? “Entre los objetivos de APIAST podemos destacar un par a modo de ejemplo: el de crear una comunidad de apoyo y asesoramiento, y el de defender los derechos de los ilustradores e ilustradoras, promoviendo su reconocimiento y trabajando colectivamente por un futuro más justo para la profesión”.
¿Con cuántos asociados/as ha nacido? “Comenzamos a madurar la idea de crear la asociación un grupo de unas 11 personas reuniéndonos de forma mensual durante dos años para preparar toda la organización interna necesaria para funcionar e iniciamos nuestra actividad en septiembre con 30 personas socias. A día de hoy rozamos ya las 70”.

Hacednos una pequeña valoración del panorama de la ilustración en vuestra comunidad. “Tenemos una cantera de ilustradores e ilustradoras muy potente en esta tierra. Cuanto más aumenta la red que estamos creando, más cuenta nos damos de que nos encontramos en plena ebullición y que la cosa, lejos de decaer, crece de forma exponencial. Tenemos personas socias que han trabajado para Netflix, Disney, Marvel, Vogue, Naciones Unidas, Unicef, además de para un sinfín de editoriales, asturianas, nacionales de renombre y, sobre todo extranjeras… Y tanto los ilustradores e ilustradoras más reconocidos como los que están empezando tienen un nivel impresionante. Hoy en día el teletrabajo marca la pauta, pero no es ni mucho menos la única situación que hay”.

Y sobre la exposición, ¿qué nos vamos a encontrar en ella? “La exposición se compone de 50 trabajos de ilustración, obras de las 50 primeras personas socias, sirviendo como muestra de la ilustración contemporánea asturiana. A través de ella, queremos enseñar la gran variedad de técnicas, estilos, colores, temáticas y clientes posibles. Cada artista escogió el trabajo que quería mostrar, pero se decidió que todas las obras compartieran el mismo formato para dar unidad a la exposición”.

¿Con qué técnicas que se reflejan en la misma y quiénes son las personas que exponen? “Las técnicas que más se repiten son la acuarela y el dibujo o pintura digital. Aunque también podemos ver técnicas de pastel o collage”.

Los Autores y autoras de la exposición son: Isabel Muñoz, Eva Rami, Enrique Fernández (autor de la imagen de portada de esta entrada en el blog), Ana Reguera, David A. Palicio, Cris Mencía, Marco Recuero, Nuria Álvarez, Montse Vega, Cinthya Álvarez , Angélica Rius, Nora García, Verónica Grech, Brezo Rubín, María Guija, Rubén Megido Cuinchi, Vendela Vrensk, Inés Martínez, Eva López, Guillermo Redondo, Luisa García, Rosa Martín, Quino Marín, Nanu González, Raquel Lagartos, Pablo Ballesteros, Óscar Vázquez, Julia Castaño, Bruno M. Tabares, Anxelu González, Angélica Chamorro, Goyo Rodríguez, Celia Pandiella, Clara Pergon, Diana Sobrado, Beatriz Llavona, Javier Rodríguez, Kiyary Do, Marina Saavedra, Alba Blanco Lobo, Ivor Arce Ormazabal, Sara Pérez, Paula Marco, Andrea Franceschi, Andrea Sotorrío, Vanessa Riesgo, Manuela Estevan , Ana Qu y Carolina Mattos.
Tenéis más información en la web de APIAST.
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