Rosario de Acuña escribió este poema narrativo. ‘Morirse a tiempo’, en el que imita los pequeños poemas de Ramón de Campoamor. Una composición narrativa de estilo romántico, en la que una joven, María, muestra una tristeza extraña el día de su boda. Su destino está marcado desde la cuna dicen los convidados, que la tildan de lunática. El poema se divide en capítulos que avanzan rápidos a un final trágico. Incluso en el último instante lo sobrenatural está presente en la muerte de la protagonista. Las ilustraciones de Jen del Pozo sirven de contrapunto al texto decimonónico por su estilo futurista y simbólico. Con estas palabras nos presenta la editorial Deméter este álbum ilustrado, sobre el que hemos hablado un poquito más con Jen del Pozo.
¿Cómo nace este proyecto? Jen del Pozo: “Este proyecto nace en Valladolid, cuando Montse Ruiz, la creadora y editora de Editorial Deméter, decidió que quería editar libros ilustrados de autores de la literatura en castellano. Se dio cuenta de que, cada año, se publicaban ediciones de todo tipo de los mismos libros: Frankenstein, Cumbres Borrascosas, Drácula, etc. Y pensó que se podría ofrecer al lector este tipo de libros, del Romanticismo, de carácter lúgubre o gótico, con las ilustraciones de artistas actuales. Y, partiendo de esa premisa, me propuso el texto de Rosario de Acuña. Una escritora de finales del XIX que evolucionó en su estilo, temática y en su vida. Pertenecía a la nobleza y disfrutó de una posición acomodada e integrada en la sociedad del momento, pero se alejó de todo esto y comenzó a reivindicar la emancipación de la mujer y a vivir separada de su marido y de aquella clase social en la que nació”.
“Montse vio mi trabajo, le gustó mi estilo y pensó que podría ser interesante el contraste con un texto decimonónico -continúa Jen del Pozo-. Pero según sus propias palabras “el resultado final superó con creces lo esperado porque todo lo que has puesto en la historia del poema narrativo, amplía la lectura del texto, lo actualiza. Este poema que se caracteriza por un romanticismo trasnochado, pero rico en imágenes y símbolos, sirve de ejemplo para reivindicar a los escritores del XIX, a las mujeres que fueron pioneras en el feminismo en España y a las artistas del XXI que saben leer en sus versos mucho más de lo que, en apariencia, dicen”.
¿Qué te pareció este texto de Rosario la primera vez que lo leíste? “Lo primero que me pareció fue nostálgico y cálido. Y a pesar del tiempo que ha transcurrido desde los escritos de Rosario, creo que la esencia y el impacto emocional de sus poemas no han disminuido en absoluto. Al leer sus poemas y sumergirme en la historia, creo que probablemente haya podido sentir la misma emoción y conexión que habría sentido una lectora de la época. Esto demuestra la atemporalidad y el poder duradero de su trabajo, lo que lo hace igualmente relevante y significativo en la actualidad”.
¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Mi objetivo con estas ilustraciones ha sido crear una experiencia visual que fuera nostálgica y contemporánea al mismo tiempo, llena de simbolismos y conexiones con el mundo interior de los poemas. Siempre me ha gustado jugar con lo bello y lo grotesco, y aquí lo he incorporado de forma un poco menos visceral y un poco más sutil, porque la historia lo pedía. A través de esta mezcla de elementos, de lo visceral, lo bello, lo metafórico, lo sublime y lo pintoresco, espero haber creado un diálogo tridimensional entre el texto y la imagen, que permita al espectador apreciar de manera más profunda la riqueza y profundidad de los poemas de Rosario”, asegura Jen del Pozo.
¿Con qué técnicas trabajaste? “Con grafito, acuarela y tinta sobre papel”.
Cuéntanos algo sobre el uso del color en este proyecto. “En un principio, cuando Montse me planteó el proyecto, leí sólo la primera parte del poemario y pensé en utilizar sólo tinta negra con toques de rojo aquí y allá. Pero tras leer el poemario al completo entendí que debía llevar color y que éste debía ser también narrador. Por eso sucede una suerte de viaje a través del color, donde incluso el personaje de la protagonista se transforma y cambia. También quise conseguir ese deje de nostalgia que comentaba antes, como de algo que ha quedado estancado en el tiempo pero a la vez es actual. Como si el tiempo no fuese lineal”.
Háblanos un poco del proceso de elaboración de este libro. “Para mí ha sido un proceso fantástico, con muy buena comunicación y entendimiento por todas las partes -afirma Jen del Pozo-. Establecimos la línea general que iban a llevar las ilustraciones y ya Montse me dejó libertad creativa desde un principio. Cuando una editora confía así en tu trabajo es cuando salen los mejores resultados, y estoy muy agradecida por ello porque creo que se nota, y que el lector lo nota también. Después, Estela hizo su magia con la maquetación, y así salió esta criaturilla de 4 madres (Rosario, Montse, Estela y yo)”.
¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Pues ahora tengo entre manos varios proyectos, aunque son sobre todo dentro del mundo del cómic. Soy muy cabezota, y los cómics también los hago a acuarela… así que veremos con cuántas canas acabo a final de año”.