Durante las saturnales, los esclavos eran liberados de sus obligaciones. Con setenta y tres años, Francisco de Goya se traslada a la Quinta del Sordo, una finca a las afueras de Madrid, donde realiza las obras más personales y enigmáticas de su vida, las llamadas Pinturas negras. Entre esas paredes, Goya cambiaría su visión de la pintura y plantaría la semilla que moldearía el futuro del arte. Así nos presenta Cascaborra edicionesGoya. Saturnalia‘, un trabajo de Manuel Romero y Manuel Gutiérrez, que nos hablan de su trabajo en esta novela gráfica.

¿Cómo surge este proyecto? Manuel Gutiérrez: “Empezó casi como un encargo más de la mano de Julián Olivares, el editor de Cascaborra. Él estaba a punto de abrir una nueva línea llamada “Biografía en viñetas” y me ofreció la opción de trabajar con el personaje de Alonso Cano. Pero le propuse Goya y aceptó”.

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? Manuel Gutiérrez: “Un relato sensitivo de un momento muy concreto, especial y determinante de la vida y obra de Goya que me sirvió de excusa para hablar de otros temas relacionados: la creatividad, el arte, la poesía, el tiempo…”.

Manuel Romero: “El lector encontrará una historia diferente con un tratamiento gráfico también distinto a lo que habitualmente estamos acostumbrados a encontrar en las publicaciones de cómic. Encontrarán que cada viñeta es un cuadro al servicio de una narrativa conjunta. Una historia contada a través de cuadros que nos acercan a los colores del Goya de la Quinta del Sordo”.

¿Cómo fue el trabajo de documentación/investigación para este libro? M.G.: “En principio muy laborioso y concienzudo. Para una obra con base histórica intento tener una panorámica general de todo lo que hay sobre el asunto a tratar para luego centrarme en aquellos puntos concretos más relacionados con el objetivo del libro. En cualquier caso, y aunque no paré de consultar la bibliografía hasta los últimos momentos de realización del cómic, llegó un momento en que dejé de buscar documentación nueva”. M.R.: “Fue un trabajo muy exhaustivo a nivel de búsqueda de referencias. Como responsable de la gráfica de este cómic tuve que verme dentro de principios del siglo XIX en España: ropajes, carruajes, estilo de decoración y toda la esencia de la época para contextualizar y captar la atención del lector”.

¿Cómo ha sido la experiencia de abordar a un nombre propio como el de Goya y reflejar su trabajo y el vuestro en este cómic? M.G.: “Hay una mezcla extraña de sentimientos cuando uno se enfrenta a Goya. Hay respeto, admiración y algo de pánico pero también hay que intentar quitarle la pátina de “gran maestro” que lleva su figura para acercarse al Goya más humano. Me gustaría pensar que lo he hecho mío”. M.R.: “Goya es inabarcable. Creo que ha sido una osadía codearnos con Goya pero también creo que hemos salido airosos del trance, basando todo el trabajo en el respeto profundo al personaje”.

¿Qué diríais que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? M.R.: “Mis ilustraciones son el producto de muchos años de trabajo como ilustrador y como pintor. Es mi primera incursión en el mundo de la narrativa gráfica, pero en cómics cortos anteriores ya tenía perfilado este estilo que, en este caso, lo he adaptado a la paleta de color de Goya en su última etapa”.

“Dada la buena aceptación que han tenido en todos los ámbitos las ilustraciones de este cómic, quiero pensar que he sabido conjugar por un lado la claridad narrativa apoyándome en la línea y la fuerza expresiva y “goyesca” apoyándome en el color”, asegura Manuel Romero.

¿Con qué técnicas trabajaste? M.R.: “En principio hice apuntes a mano, al más puro estilo tradicional: líneas, manchas, acuarelas, bocetos a grafito… para pasar al escaneo y transformarlo todo en digital. Desde lo digital compongo línea y fondo, ajusto color y creo atmósfera. Para mí la técnica es digital porque el resultado final, la esencia de lo publicado, es digital”.

Cuéntanos algo del proceso de elaboración del mismo. M.G.: “El proceso fue algo así: una vez pasadas las primeras fases de diseño narrativo, estructuración y escaleta, en lugar de escribir el guion, lo dibujé de manera muy esquemática”.

Goya

“Con esto, hacía la “traducción” a texto convirtiéndose en el guion definitivo que es lo que leía Manuel Romero. Además, como complemento, le mandaba un layout de la estructura página a página, que le servía de guía para dibujar los artes finales”.

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“De esta forma, del guión en texto salieron las páginas definitivas. El proceso lo terminaba yo rotulando las páginas y preparando el archivo final para imprenta”.

M.R.: “El proceso de elaboración parte de la interpretación del texto del guión. La lectura la hago por páginas enfrentadas para crear una composición armónica: equilibrio de volúmenes, tensiones, líneas de equilibrio, etc. La documentación previa es fundamental para poder introducir al lector en la época histórica. Al principio me planteé un proceso de resolución gráfica mucho más suelto, llegando incluso a la abstracción, sin apenas usar línea… pero me di cuenta de lo arriesgado que era este planteamiento para mi primera novela gráfica, y metiendo línea todo cambió. Las manchas crearon la abstracción y la línea la definición, llegando así a un punto de entendimiento”.

¿En qué trabajáis ahora? ¿Algún proyecto nuevo? M.G.: “Salvo algunos encargos de ilustración sueltos y un par de capítulos para libros teóricos sobre cómic pendientes, mi objetivo es centrarme ahora, casi en exclusiva, en la realización de la tesis que empecé hace dos años. Se trata de una investigación teórica-práctica dirigida por Sergio García, donde —a muy grandes rasgos— estudio y exploro la vinculación entre el cómic y la poesía. No descarto embarcarme en un nuevo proyecto de cómic, pero no será pronto y dependerá de muchos factores tanto internos como externos”.

M.R.: “Mis proyectos actuales son mayoritariamente en el ámbito de la publicidad. También estoy ilustrando dos cuentos infantiles y espero poder ver publicado pronto mi segundo cómic Entre el cielo y la tierra, con guión de Juan Alcudia y editado por Sallybooks”.