El Museo ABC del Dibujo y la Ilustración acoge la exposición “Patria Común. Delibes Ilustrado”, organizada por la Fundación Miguel Delibes. Se trata de un proyecto expositivo que tiene como objeto aprovechar el potencial de la ilustración contemporánea para divulgar la obra y pensamiento de Delibes a través de los valores humanos presentes en la misma.
La exposición se compone de 15 secciones. Cada sección, bajo un título sugerente, gira en torno a uno de los valores universales constantes en la obra y vida de Delibes, valores que supo reflejar a través de la mirada sensible e ingenua de sus personajes infantiles, pero que también defendió en su vida, más allá de su faceta de escritor, y que hoy continúa difundiendo la Fundación.
Los ilustradores participantes son los siguientes: Ajubel; Pablo Amargo; Pablo Auladell; Arnal Ballester; Alberto Gamón; Mónica Gutiérrez Serna; Violeta Lópiz; Raquel Marín; Elena Odriozola; Javier Olivares; Claudia Ranucci; Antonio Santos; Emilio Urberuaga; Noemí Villamuza; Óscar Villán.
El Proyecto
“Este proyecto surge como todos los proyectos de una idea, a la que se unió después un buen trabajo en equipo entre los responsables de la Fundación Miguel Delibes, i con i, y un excelente grupo de creadores que hicieron de la idea base una realidad”, nos cuenta Sabela Mendoza, una de las responsables de la muestra. “Pero, antes incluso de la idea, el proyecto surge de un encuentro feliz, el que tuvo lugar hace un año y medio entre la Fundación Miguel Delibes y el equipo de i con i. El director de la Fundación, Alfonso León, nos conocía por el Festival IlustraTour, que realizamos cada año en Valladolid, donde está la sede de la Fundación. Fue en julio de 2011, cuando estábamos en Valladolid celebrando la IV edición del festival, cuando la Fundación entró en contacto con nosotros: la institución estaba echando a andar y quería empezar con algo diferente, un proyecto cultural que permitiese abrir la lectura de Delibes a nuevos públicos, sin dejar de ser fiel a su fondo, pero cambiando la forma. Alfonso León se interesó por el lenguaje de la ilustración para llevar a cabo ese proyecto cultural y se puso en contacto con nosotros”.
“Fue entonces -continúa Sabela- cuando supimos que era a través de sus personajes infantiles como podíamos abordar mejor nuestros objetivos. Porque contar de manera sencilla las cosas complejas es algo que sólo saben hacer los niños, que dicen cosas grandes con palabras pequeñas. Y algunos otros privilegiados, como Miguel Delibes, que supo apreciar la amplitud del mundo observando la tierra que le rodeaba. Una frase del propio Delibes, muchas veces citada, refleja a la perfección esta capacidad de la que estamos hablando: “Yo soy como los árboles, crezco donde me plantan, hasta tal punto que si un día me alejaran de Castilla, no acertaría a vivir”. Es una frase con la que se define a sí mismo, la esencia de su persona, y que sirve, además, de ejemplo de su escritura: con palabras aparentemente sencillas transmite un significado profundo, una preocupación humana que traslada a una metáfora visual, la “dibuja” con elementos de la naturaleza y con referencias a su tierra, Castilla”.
“El siguiente paso llegó casi solo: qué mejor que la ilustración de libros infantiles para representar los textos con los que el autor retrató a los niños y niñas que pueblan sus novelas. Igual que el lenguaje de los niños, algunas imágenes son capaces de encerrar grandes verdades. El trabajo de un ilustrador consiste precisamente en esto, en tratar de ampliar miradas a través de una simple imagen. No nos resultó difícil encontrar conexiones entre la escritura de Miguel Delibes y la mejor ilustración infantil de nuestros autores contemporáneos. Ambos combinan potencia narrativa y belleza estética, y su riqueza reside en que son capaces de transmitir mensajes profundos de forma intuitiva”.
“Tanto las ilustraciones infantiles como muchos de los textos de Delibes se caracterizan, además, por ser un punto de encuentro entre el mundo adulto y el mundo infantil, al alcance de personas de cualquier edad: cada cual puede percibirlos desde su experiencia”, asegura Sabela Mendoza. “Surgió así ‘Patria común. Delibes ilustrado’, un proyecto con el que queríamos abordar el universo Delibes contado desde los ojos y la voz de sus protagonistas infantiles e interpretado por algunos de los mejores ilustradores que trabajan actualmente en nuestro país, capaces de narrar en imágenes lo que Delibes nos contó con palabras, con la misma potencia y sensibilidad”.
¿Qué va a encontrar la gente en la exposición?
“Patria común. Delibes ilustrado” es un recorrido por el universo de Miguel Delibes contado desde la mirada y la voz de sus protagonistas infantiles -nos cuenta Sabela-. La exposición tiene quince secciones, cada una de ellas gira en torno a uno de los temas que más preocuparon a Delibes y que llenaron sus páginas. Esos temas que fueron constantes en la obra del autor son como pequeñas “tierras de todos” que conforman nuestra “patria común”: el arraigo a la tierra, el respeto por la naturaleza, la defensa del mundo rural, la vida en la ciudad, el progreso, la amistad, la familia, el amor, la tradición, las diferencias sociales, la guerra o la muerte”.
“El título de cada sección es una frase breve, sugerente y evocadora, que funciona a modo de título de capítulo. El conjunto de la exposición se lee como un “libro ilustrado” que nos cuenta una historia en textos e imágenes, es un recorrido por el universo de un escritor tan castellano como universal, y es también un viaje que nos traslada a ese mundo -la infancia- donde todos habitamos como iguales”.
“Cada sección muestra un fragmento de una obra de Delibes protagonizada por un niño o una niña. Los fragmentos literarios seleccionados abarcan diez obras de Miguel Delibes, escritas entre 1947 y 1989, y nos presentan a quince niños y niñas de todas las edades, orígenes, clases sociales y caracteres. Al lado de estos textos, cada ilustrador se ha encargado de trasladar a imágenes la escena literaria y de retratar a su pequeño protagonista”.
“Igual que los pequeños narradores de sus novelas, Miguel Delibes supo contar sencillo las cosas complejas. Eso es algo que aprendemos al recorrer la exposición y al leer esos bellos fragmentos, que abordan asuntos complejos pero con gran sensibilidad, ironía y sutileza, con esa mirada propia de la infancia que supo captar Miguel Delibes, padre también de familia numerosa. Él es el narrador principal que vamos a encontrar en la exposición. Y, a su lado, los quince ilustradores son los “otros narradores” de Patria común, los que nos cuentan el universo literario de Delibes desde el lenguaje visual, con imágenes capaces de encerrar grandes verdades. En ellas apreciamos esa “patria común de todos los mortales”, la infancia, a la que se refirió Miguel Delibes”.
Selección de los ilustradores
“Teníamos las 15 secciones de la exposición y queríamos encargar cada sección a un ilustrador diferente -asegura Sabela Mendoza, de i con i-. Lo único que teníamos claro era que queríamos contar con ilustradores que trabajan en nuestro país, que podían sentir una mayor cercanía con la obra de Delibes, gracias sobre todo al hecho de que comparten el mismo idioma que la lengua en la que escribió don Miguel. También queríamos conseguir un grupo de primera calidad, donde hubiese tanto autores más consagrados como otros que llevasen menos tiempo en la escena, pero que ya están reconocidos en el sector por tener un lenguaje personal. Este asunto del lenguaje era el tercer criterio para la selección de ilustradores: contar con quince ilustradores que tuviesen lenguajes claramente distintos, que empleasen distintas técnicas. Muchas voces para las distintas voces que inventó Delibes. Estos eran nuestros criterios, queríamos calidad y diversidad, pero tengo que decir que la elección no fue fácil, porque en España tenemos muchísimo talento en el ámbito de la ilustración y el diseño. En “Patria común” no están todos los que son, pero los que están son magníficos y han dado el máximo para hacer de este proyecto uno de nuestros proyectos más queridos”.
“Lo de haber reunido a algunos de los mejores ilustradores en realidad no es mérito nuestro -nos dice Sabela-. El nombre “Miguel Delibes” es un gancho que se agarra rápidamente y que es difícil de soltar”.
El planteamiento. ¿Qué se les dijo que tenían que ilustrar?
“Cuando empezamos a trabajar en la exposición, enviamos a cada ilustrador un texto y el nombre de un personaje, esperando a cambio una ilustración y un retrato. Pero su trabajo no se quedó en eso. A partir de ahí, comenzamos un homenaje de varios meses a Miguel Delibes, intercambiando lecturas, opiniones, sensaciones… Algunos artistas se reencontraron con un autor al que ya tenían en alta estima, con una voz incluso familiar, como Antonio Santos, que se refirió a él como uno de sus autores favoritos, o Arnal Ballester, quien al poco tiempo de empezar su carrera profesional ilustró precisamente los relatos “La vida sobre ruedas” y “La vida al aire libre”, editados por Destino. Claudia Ranucci o Raquel Marín se aproximaron a Delibes a través de este trabajo y descubrieron que siempre había estado muy cerca de ellas”.
“Desde la experiencia particular de cada ilustrador, las lecturas fueron también muy personales, diferentes, pero todas coincidieron en entusiasmo, profundidad y en la sensación de estar trabajando en un proyecto singular, con estupendos compañeros de viaje o, como suele decir Mónica Gutiérrez Serna, estupendos compañeros “de pared”. Apreciamos la diversidad de lenguajes, técnicas y estilos con las que se trabaja hoy en día en el sector de la ilustración: desde técnicas tradicionales de lápiz y pincel (acuarelas, óleo, gouache), pasando por técnicas mixtas (mezcla de materiales, collage), hasta el uso de los medios digitales. Más allá del lenguaje personal de cada ilustrador, de su calidad estética y su profundidad en el desarrollo conceptual, la forma en que se han involucrado en el proyecto se percibe en el resultado, que es además una buena muestra de la diversidad de la ilustración contemporánea en nuestro país”.
Los ilustradores
Violeta Lópiz: “Mi tema era “La caza”. Los que aman de verdad la caza dicen amar también la naturaleza. Puede ser que cazar sea una excusa para adentrarse en el bosque, ya que los cazadores lo que hacen la mayor parte del tiempo es esperar y mirar por sus prismáticos. Cuando pensaba en la ilustración conocí a un arquitecto-cazador de La Selva Negra que me advirtió que cuando uno mira por los gemelos no se ven dos círculos como en las películas, sino que se ve uno solo”.
Javier Olivares: “El encargo me llegó directamente de “i con i”, y me pareció una idea muy interesante el hecho de enfocar la infancia a través de la obra de un escritor, de Delibes, en este caso. La obra que me propusieron, “Las Guerras de nuestros padres”, habla de la guerra como una especie de “herencia”, que se transmite de bisabuelos a abuelos, de abuelos a padres y de padres a hijos. La idea de ilustración estaba clara: me centré en el espacio cerrado en el que conviven esas cuatro generaciones de hombres marcados por los conflictos bélicos y los representé atrapados, no solamente por sus vivencias pasadas, sino también por su presente y sus circunstancias”.
“La ilustración está pintada con gouache y decidí bañarla en naranjas para hacer contraste cromático con las serpientes que el abuelo transporta en sus bolsillos y que pinté de color azul. Esas serpientes que son un poco también sus propias cadenas reptiles, deambulando a sus anchas por la casa e impidiéndoles salir”.
Arnal Ballester: “Fui invitado por i con i a participar en la exposición, ilustrando un fragmento de “La sombra del ciprés es alargada”. Acepté de inmediato porque considero a Delibes como uno de los mejores escritores en lengua castellana del siglo XX, y uno de los que mejor ha reflejado las luces y las sombras de lo que podríamos llamar sin la menor ironía la España profunda. No era la primera vez que ilustraba a Delibes, pero ésta vez, más que en los personajes, siempre tan bien definidos en su escritura, me fijé en la atmósfera de una ciudad de provincias como Ávila, a principios del siglo XX y mi ilustración, hecha con lápiz electrónico e impresa con la técnica del Giclée, ha intentado evocarla sobre papel”.
Alberto Gamón: “Mi implicación es la misma en todos los proyectos. Pero unos, emocionalmente, llegan más que otros, como fue el caso. Me propusieron ilustrar el arraigo, el apego al origen, con el texto de “El Camino” (Miguel Delibes, 1950) como contexto. Para realizar mi trabajo, lo primero que hice fue leer el libro. Luego, volver a casa de mis padres. Al igual que el protagonista del libro, viví la infancia en un pueblo. Paseando por la arboleda, llegué a la siguiente conclusión: el arraigo es algo intangible que te une a tu tierra. Por lo que ilustrarlo era todo un reto. Hay un pequeño guiño en mi ilustración al Delibes cazador”.
“Normalmente, parte del proceso de trabajo lo realizo de un modo digital. Pero como iba a estar expuesto el original, me propuse hacerlo todo a mano. Pinté con lapiceros de colores sobre cartulina. Para el retrato de Daniel “el Mochuelo”, he concentrado en sus ojos el sentido del apodo”.
Pablo Amargo: “El fragmento que ilustro se encuentra al término del libro “El Camino” de Miguel Delibes y también pertenece al final de la exposición Patria Común. Su título: “Continuará…”. Trata de la muerte del niño Germán, “El tiñoso”, muy aficionado a los pájaros y cuya ausencia provoca un gran dolor entre los vecinos, como si fuese “hijo de cada una de las mujeres del pueblo”. El reto que me propuse en la elaboración de mi imagen consistió en soslayar el acento emotivo y doloroso del fragmento, que podía llevar a un tono algo sentimental y del que mis imágenes, por norma general, reniegan. También tuve en cuenta que se trataba de una imagen final de la exposición y no deseaba cerrar con un tono lúgubre y triste”.
“Me interesó mucho el aspecto de solidaridad entre las mujeres del pueblo, esa empatía emocional entre vecinos tan difícil de encontrar hoy día, especialmente en las ciudades. Empleé una figura simbólica para articular toda la imagen y que se trata de la gran pasión de Germán, “El Tiñoso”, las aves. De este modo pude reflejar la figura del niño ausente así como el dolor compartido de estas mujeres al tiempo que destacaba el rasgo esperanzador de solidaridad y unidad vecinal”.
Pablo Auladell: “Como en cualquier otro trabajo, lo primero fue agotar el texto buscando las claves para crear un lenguaje gráfico adecuado a él. El fragmento de “El camino” que me tocó interpretar es una suerte de embalsamiento poético y delicado en el discurrir de un texto de registros más ásperos. A mí, el Delibes de “El camino” me suena a formas rotundas y simples, a colores brumosos y como muy de la realidad, del barro, de la hierba, una luz como de lana vieja con olor agrio de pastos y boñigas. Pero aquí, en esta escena, todo eso quedaba aparcado, la crueldad y los tirachinas, trenzados por unas leyes de la amistad elementales, silvestres e inquebrantables, todo, decíamos, quedaba como postergado por un arrobamiento trascendente, un minuto de metafísica entre cabreros. Y en esa dirección trabajé”.
Mónica Gutiérrez Serna: “Siempre me ha fascinado Miguel Delibes, así que cuando Sabela, de i con i, me propuso participar en este proyecto, lo consideré un auténtico regalo. Tenía que construir plásticamente el personaje de Adolfo, perteneciente al relato “El conejo” del libro “La mortaja”. En un principio pensé que resultaría fácil acercarse visualmente a cualquier personaje de Delibes porque los define de una forma maravillosamente precisa, especialmente a los niños. Sin embargo, es tal la riqueza de matices y sentimientos que nos aporta, que la tarea se complica cuando sientes la necesidad de representarlos todos en una sola mirada”.
“En “El conejo” las figuras de Adolfo y aún más la de “Juan”, su hermano mayor, lograron conmoverme. En Adolfo encontramos la ternura, la ingenuidad y la inocencia y en Juan, la misma inocencia pero contaminada con incomprensión, soledad, decepción e injusticia de una infancia demasiado corta. Trabajé la composición y el color y decidí cargar todo el peso de la ilustración en estos dos personajes y su conejo con la esperanza de ser capaz de transmitir la mismas emociones que a mí me habían sugerido”.
Elena Odriozola: “Cuando era pequeña vi en el cine una película llamada “La guerra de papá”. Me quedó el recuerdo de algo oscuro. Me propusieron hacer una ilustración del libro “El príncipe destronado”, que no conocía, y fue entonces cuando me enteré de que la película estaba basada en ese libro. Al leerlo fue como si de nuevo viera esa película, y lo que más me preocupaba era que mi personaje se alejara algo de aquel protagonista, tan parecido a la descripción que de él se daba en el libro. Espero haberlo conseguido”.
“En cuanto a la escena, entre otras cosas traté de reflejar el ambiente opresivo, que es lo que a mí se me quedó grabado desde pequeña y volví a revivir al leerlo. Las ilustraciones son acrílicos sobre papel sumi-e, y lápiz”.
Claudia Ranuccci: “El proyecto de Delibes ilustrado me llegó a través de sus comisarios, i con i, con los cuales trabajo habitualmente en talleres y cursos. Me lo propusieron y me pareció desde el principio un gran honor estar entre los 15 ilustradores que iban a conformar esta exposición, sobre todo porque, tratándose de un clásico de la literatura española, podría parecer natural que la selección se centrara en dibujantes “nacionales”. Así que feliz y un poco asustada me fui a casa con un textito corto y (en ese momento) poco comprensible, de un autor del que nunca había leído nada antes. Por supuesto me mandaron una copia del libro en la que iba marcada la parte que me tocaba y por ahí empecé”.
“El libro (“Madera de héroe”) fue un feliz descubrimiento, lo disfruté de principio a fin y me enfrenté a él y al trabajo de ilustrar mi parte sin prejuicios ni ideas preconcebidas sobre el autor. Creo que eso me vino bien para no bloquearme frente a tanta celebridad y para expresar lo que más me había llamado la atención del ambiente familiar descrito en la primera parte del texto, ese contraste entre las creencias ciegas de la parte más conservadora frente a las “excentricidades” modernas del padre del protagonista. En eso me centré para mi ilustración: el intento de mantener a los niños de la casa a oscuras frente a las verdades incómodas, el fondo negro en el que resaltan la piel blanca sobre la que reposa la cruz (que es también, significativamente, el nombre de quien la lleva) y el rojo de la niña, que resulta sin duda un color simbólico en este contexto”.
“La técnica es collage y algo de lápiz porque sentí que era la mejor forma de expresar un mensaje directo, sin demasiados detalles que desviaran la atención del hecho principal”.
Raquel Marín: “El proyecto de Patria Común me llegó a través de un email de Sabela, de i con i, en el que me proponía participar en esta exposición sobre la obra de Delibes. La verdad es que no había leído nada de Delibes hasta que me llegó este encargo y tengo que decir que al leer el libro que me propusieron me gustó bastante y me quedé con ganas de seguir leyendo más obras de Delibes. Mis ilustraciones están basadas en el libro “Mi idolatrado hijo Sisí” y concretamente en el tema de la educación”.
“Hice 2 ilustraciones, un retrato de Sisí de niño, y otra de su mirada al futuro cuando hablaba con su padre y soñaba en lo que le gustaría ser de mayor. Están realizadas con lápiz, ceras y photoshop. Estoy muy contenta con el resultado de la muestra, me parece un proyecto muy bonito y encantada de exponer mi trabajo al lado de estos 14 grandes ilustradores”.
Emilio Urberuaga: “La propuesta me llega a través de i con i. Y, bueno, yo hay autores a los que jamás voy a decir que no. Me da igual que paguen o no paguen. He tenido la suerte de ilustrar a Cortázar, a Oscar Wilde, y por supuesto Delibes está al mismo nivel. Por eso para mí fue una especie de regalo. Me ofrecieron “Madera de héroe”. Yo he leído bastantes cosas de Delibes, porque siempre me ha gustado mucho, pero ese libro, no recordaba haberlo leído. Es posible que lo hubiera leído antes, porque luego me percaté de que lo tenía en casa. Vete a saber cuándo. Y fue un regalo, acercarse a la obra de Delibes siempre es una maravilla. Otra cosa es lo que pensaría él si viviese, ¿qué han hecho estos desalmados con mis textos?… “
“Ha sido un orgullo, una maravilla poder meterme en ese mundo. Don Miguel, como me gusta a mí llamarle, creo que lo he dicho en alguna ocasión, se hace eco de la famosa frase del poeta Rilke, “no hay más patria que la infancia”. Yo comulgo con esa idea y creo que es algo que Delibes tenía muy presente. No presenta a los niños como tontos, ni con diminutivos. Y eso a mí me gusta. Habla de los niños como personas, que es lo que son. Mi ilustración está hecha con técnica mixta, porque utilizo todos los recursos que encuentro. Este dibujo llevaba acrílico, acuarela, lapicero, línea de tinta, llevaba ceras,… meto de todo…”
Desde el equipo de redacción de Un Periodista en el Bolsillo, queremos dar las gracias a todos los que han aportado algo a este reportaje, estén aquí sus palabras recogidas o no. Especialmente a Sabela, y a los 15 ilustradores que participan en la misma. La exposición se estrenó en el Museo Patio Herreriano de Valladolid, donde tuvo una estupenda acogida. Después del Museo ABC en Madrid, comenzará su viaje internacional de la mano del Instituto Cervantes. Las sedes previstas en 2013 son Nueva York, Praga, Belgrado y Bucarest, a las que seguirán otras en 2014.
Autores de las ilustraciones, en el orden en el que aparecen: Mónica Gutiérrez Serna (imagen portada tras titular); Antonio Santos; Noemí Villamuza; Pablo Amargo; Óscar Villán; Claudia Ranucci; Alberto Gamón; Ajubel; Violeta Lópiz; Javier Olivares; Arnal Ballester; Alberto Gamón; Pablo Amargo; Pablo Auladell; Mónica Gutiérrez Serna; Elena Odriozola; Claudia Ranucci; Raquel Marín; y Emilio Urberuaga.