Entrevistas
Manual de instrucciones para niñ@s de 0-6

‘Manual de instrucciones. Cómo funciona un niñ@ de 0-6 años’ es una inestimable ayuda para padres y madres, a base de humor y complicidad, para salir bien parados del trance de “manejar” una criatura. Con estas palabras nos presenta la editorial Alberdania este álbum ilustrado, un trabajo de Carolina Luzón, con la que charlamos en las siguientes líneas sobre este proyecto.
¿Cómo nace este proyecto? Carolina Luzón: “Este proyecto nació en uno de esos días eternos en los que eché de menos que mi hijo no tuviera un botón on/off. De ahí surgió la idea de paragonar un niñ@ a una máquina y explicar su evolución a lo largo de los años, como hacen los manuales de instrucciones. Tenía claro que quería que fuese un libro útil y que quería enfocarlo desde el humor”.

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Un libro diferente, muy divertido, irónico e interesante que aporta una mezcla equilibrada entre experiencia personal, curiosidades médicas que a lo mejor no sabías, datos reales del espectacular cambio que vive el cuerpo de bebé a niñ@, consejos prácticos para no perder la vida en el intento y eco-consejos para hacer que esta no sea la etapa más contaminante de nuestras vidas”.
A diferencia de tu anterior trabajo, en este caso tú haces también los textos. ¿Cómo ha sido la experiencia? “Ha sido un trabajo muy diferente a todos los demás, he tenido que documentarme mucho y seleccionar la información más adecuada -nos cuenta Carolina Luzón-. Medir y dosificar los contenidos para que no resultasen pesados pero que aportasen datos interesantes y verídicos. Consulté muchos manuales de instrucciones, recopilé información de cada una de las etapas del desarrollo infantil. Poco a poco fui dándole forma y estructura”.

El libro se lo dedicas a Leo… que, ya vimos en tu anterior trabajo, que no es un extraterrestre… “Imagino que lo dices porque ambos libros comparten el mismo modelo. El proyecto del manual estaba en fase de documentación y aún no había pensado en las ilustraciones cuando me propusieron ilustrar «Leo no es un extraterrestre». Elegí a mi hijo como modelo por la comodidad de poder probar posturas y gestos sin ningún problema. Pasado el tiempo, cuando empecé con las ilustraciones del manual era imposible no volver a dibujarlo, ya que el libro se basaba en mi experiencia con él. Debido a los cambios producidos por la pandemia los dos libros casi han coincidido en el tiempo, pero no debía de haber sido así. Ha sido una conjunción casual de «Leos».
Háblanos un poco de esa manera de estructurar el libro y su contenido. “El libro sigue la estructura de un manual de instrucciones -asegura Carolina Luzón-. En las guardas podemos ver la gran variedad de «versiones» que puede tener este ‘producto’ (niñ@). Tras el saludo inicial al comprador (padres), nos explica la puesta en marcha, funciones básicas, cómo es el embalaje, características de la batería, tipos de carburantes que podemos utilizar, posibles fallos del sistema y características fundamentales de la unidad en los diferentes meses hasta alcanzar los seis años de uso. Una serie de iconos nos indican las advertencias y precauciones que hay que tener con las unidades en las diferentes etapas, además de notas, información adicional y consejos útiles. He puesto especial atención en los eco-consejos: acciones que podemos llevar a cabo para contaminar menos y que pueden resultar muy útiles para los «compradores» futuros. Hay también un servicio de atención al cliente desesperado. Cada etapa está acompañada de una ilustración donde están destacadas las principales novedades que la harán inolvidable”.

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? “Ha sido interesante seguir a un personaje durante su evolución a lo largo de seis años de vida. Las imágenes aparte de aportar nuevos datos marcan el ritmo del libro aportando movimiento y color. A pesar de ser siempre el mismo niño en cada página tiene el pelo de colores diferentes y muy llamativos para dar la idea de los diferentes modelos que podría tener el producto y para darle un toque de irrealidad”.
¿Qué hay de diferente respecto a otros trabajos? “Aparte de la temática que por primera vez no es una historia, a nivel técnico el tratamiento ha sido muy diferente, los fondos que siempre han tenido un papel destacado en mis libros ahora son blancos para no restar importancia a la imagen principal -asegura Carolina Luzón-. Antes había utilizado el digital para modificar las composiciones o para agregar algún detalle pero en este caso está mucho más presente. Normalmente mi paleta es poco saturada, natural, y en este caso he usado colores fuertes, más artificiales. También el tratamiento ha sido diferente, abandonando las texturas y las capas para acercarme más a los colores planos”.
¿Con qué técnicas trabajaste? “Primero he hecho todos los dibujos con grafito sobre papel y posteriormente todos los retoques con la tableta gráfica. Me interesaba crear un resultado un tanto artificial para plasmar esa mezcla entre realidad/ficción, niño/máquina de la que habla el texto”.

Háblanos un poco del proceso de elaboración de este libro. “Ha sido el proyecto al que le he dedicado más tiempo, han sido años de ir recopilando datos y el texto tenía que recoger seis años de experiencias. Conté con la ayuda de mi padre, pediatra y neurofisiólogo infantil, y de mi madre que desde que mi hijo empezó a hablar, tuvo la paciencia de ir apuntando todas sus frases. Y por supuesto de mi hijo, que aparte de ser el modelo y el autor de las frases, aporta también sus dibujos (de hecho me reclama los derechos de autor). En este caso las ilustraciones tienen menos peso que en mis otros trabajos, cumplen la función de ilustrar el texto no de interpretarlo, con lo que fueron mucho más fáciles de realizar”.
“Tengo que agradecer el excelente trabajo de la editorial Alberdania que ha respetado totalmente mi idea y mi diseño, han cuidado todos los detalles con mucho cariño y llevando a cabo una edición estupenda. Encontrar gente tan seria y profesional ha sido una verdadera suerte. Precisamente Jorge Gutierrez, el editor, me comentaba que llevarán el Manual a la feria de Franfurt, lo que confirma la confianza que han depositado en él”.
¿En qué estás trabajando ahora? “Pues están siendo unos meses muy productivos. Terminé un proyecto para Akiara Books que se llama «El gran salto» con texto de Nuria Parera. Falta poco para terminar las ilustraciones de otro libro para Triqueta Verde en el que vuelvo a trabajar junto a David Gómez y Susana Peix. Y estoy con la precuela del «Manual de instrucciones», osea la etapa del embarazo. La dosis de ironía ha subido bastante y solo te puedo decir que las risas están garantizadas”.
Arte Urbano
Lidia Cao y el protagonismo de sus líneas y colores

En las siguientes líneas nos acercamos al trabajo de Lidia Cao, y lo hacemos como hasta ahora, partiendo de uno de sus trabajos. En este caso, a partir de “Community”, un mural que encontramos en Carabanchel (Madrid). Técnica Superior de Ilustración por la EASD Pablo Picasso de A Coruña, en 2016 el arte urbano se cruzó en su camino, y desde 2018 su carrera como ilustradora se compagina con su trabajo mural, llevándola a participar en diversos eventos de arte urbano en los últimos años, tanto a nivel nacional como internacional.

¿Cómo surge la idea de ‘Community’? Lidia Cao:“La idea surge a través del encargo por la empresa Node. Se trata de un espacio de coworking y hospedaje, por lo que pensé en la importancia de convivir en armonía con gente de diferentes estilos de vida, cultura, etc.”
¿Qué has querido reflejar en este mural? ”En el mural quise representar un poco en resumen la idea que menciono anteriormente, hacer comunidad y piña en un espacio en donde convivan ideas y gustos diferentes”.

Me gustaría que me hablaras de tus procesos de trabajo. No sé si sueles trabajar con algún boceto previo… “Sí, siempre trabajo con un boceto. En este caso es necesario que pase por la validación del cliente por lo que sí o sí necesitas crear un boceto previo. Me sirve de ayuda para probar colores antes de enfrentarme al muro, afinar algunos detalles para llevarlo más claro y luego ya improvisar según la marcha”, nos cuenta Lidia Cao.
¿Con que técnicas trabajas? Y ¿materiales? “Suelo trabajar con pintura plástica base agua y acabado mate. A veces uso esmaltes al agua y spray. Las herramientas que más uso son los rodillos, brochas y los extensores/pértigas”.

¿Hay algo nuevo en este sentido en ‘Community’ respecto a otros trabajos? “Es el primer mural que hago en donde he introducido un gran número de retratos principales -continúa Lidia Cao-. Normalmente juego con uno o dos retratos, pero este ha sido un reto en cuanto a tiempos, y el hecho de hacer varias caras en primer plano”.
¿Qué dirías que es lo más difícil a la hora de enfrentarse a una fachada en blanco? “Adaptarse al tamaño y el proceso de encaje. Si sale bien, todo se hace más «ameno», sin quitarle importancia al resto del proceso porque es duro igualmente, pero para mí si la base no está bien sentada (y como base me refiero al boceto en la pared) el mural se hace más complejo”.

¿Y lo más satisfactorio? “De igual manera que lo anterior, lo más satisfactorio es hacer un buen encaje y posteriormente un buen acabado final con la línea en mi caso”, asegura Lidia Cao.

¿Qué importancia tiene la colaboración con otras personas en la realización de trabajos de esta envergadura? “Te llena de nuevas experiencias y nuevas perspectivas. Muchas veces al ser un trabajo de muchas horas en solitario, pierdes un poco el sentido del criterio, y al trabajar con alguien que se dedica a lo mismo, pero con un estilo diferente, te abre otro campo de visión y las experiencias compartidas son muy gratificantes”.
¿Qué dirías que caracteriza tus trabajos en la calle? “Diría que a día de hoy me caracterizan la línea y los colores que empleo. Las temáticas también, aunque pueden ser variables”.

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Ahora mismo estoy preparándome para los proyectos que están por venir esta primavera/verano. Habrá algún mural más por Francia, Portugal y por el territorio español”.
Álbum Ilustrado
Anna Aparicio nos acompaña ‘De camino a la fiesta’

La liebre ha invitado a algunos amigos a su fiesta de cumpleaños. Pero, de camino, la pandilla de animales se encuentra con un montón de obstáculos que tendrán que resolver con mucha maña y ayudándose los unos a los otros. ‘De camino a la fiesta’ invita al lector a acompañar y ayudar a la pandilla en un viaje lleno de sorpresas y pistas escondidas. La editorial Flamboyant edita este libro juego sobre liderazgo compartido y el reconocimiento de lo que nos hace únicos, un trabajo de Meritxell Martí y Anna Aparicio. Con ésta última hablamos un poco más sobre este proyecto.
¿Cómo nace este proyecto? “Fue un encargo de la editorial Flamboyant, y me hizo muchísima ilusión desde el principio. Me encanta cuando una editorial confía en mí para dar vida a una historia, y en este caso, la propuesta fue especialmente bonita: una aventura en el bosque con animales que van a una fiesta de cumpleaños. ¡Tenía todos los ingredientes que me gustan!”, asegura Anna Aparicio.

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Se encontrarán con una pandilla de animales humanizados que emprenden una aventura por el bosque para llegar a la fiesta de cumpleaños de su amiga, la liebre. A lo largo del camino, se enfrentarán a diferentes obstáculos y retos que tendrán que resolver con ingenio y, sobre todo, con mucha colaboración. Las páginas están llenas de vegetación, flores, detalles escondidos y pequeñas sorpresas visuales que invitan al lector a mirar y remirar. Es una historia que celebra la amistad, el trabajo en equipo y la magia de la naturaleza”.
¿Qué te pareció la historia de Meritxell la primera vez que la leíste? “Me gustó muchísimo desde la primera lectura -confiesa Anna Aparicio-. La temática de los animales como protagonistas me resulta muy atractiva y cercana, y el escenario -un bosque con tintes de cuento de hadas- es uno de mis preferidos a la hora de ilustrar. Además, la propuesta de Meritxell tiene un ritmo muy ágil y está llena de detalles que se van descubriendo poco a poco: pistas, objetos escondidos, elementos que reaparecen… Como lectora, me parece una historia que engancha y que invita a volver a leer. Y como ilustradora, fue un campo de juego lleno de posibilidades”.

¿Con qué personaje te identificas más y por qué? “El personaje con el que más me identifico es la rana. Me parece divertida y observadora, y además me encanta el agua, los ríos, los estanques… Me imagino perfectamente nadando por ahí con ella. Y si pudiera elegir un lugar del libro en el que vivir, sería sin duda la doble página donde aparecen las hadas. La idea de un bosque lleno de casas-árbol y animalitos haciendo su vida cotidiana me parece entrañable y fascinante”.


¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Creo que este álbum es especialmente personal. He tenido mucha libertad creativa a la hora de construir las escenas y dar forma al universo visual. Paralelamente, he estado trabajando en un cómic, y creo que eso ha influido en algunos encuadres más cinematográficos que no suelo utilizar tanto, como un picado muy marcado o un primer plano bastante llamativo de la verja».

«También hay secciones transversales, como en la doble página del túnel o en la página de las nueces, que aportan variedad narrativa -afirma Anna Aparicio-. Además, creo que hay más riqueza en los detalles y he utilizado una paleta de color algo distinta, con tonos que le dan un aire un poco vintage. Todo esto ha hecho que sea un trabajo muy especial dentro de mi trayectoria”.
¿Con qué técnicas trabajaste? “Trabajo con lápiz para la línea y las texturas, y después coloreo en Photoshop. Me gusta ese equilibrio entre lo manual y lo digital, porque me permite mantener la calidez del trazo a lápiz y a la vez jugar con el color de forma más libre y precisa”.



Cuéntanos un poco más sobre el trabajo de elaboración de este libro. “La elaboración fue un proceso muy divertido, aunque también con sus retos -confiesa Anna Aparicio-. Tenía que asegurarme de que los seis personajes principales y el pastel aparecieran de forma constante a lo largo de toda la historia, sin que se perdiera el ritmo visual. Además, había que integrar algunos detalles que el lector descubriría más adelante, así que tuve que pensar muy bien la composición de cada página. Un ejemplo es la escena del túnel de tierra que escarba el topo: imaginé que los personajes tenían que desmontar el pastel para poder avanzar y volver a montarlo después. Me lo pasé genial ideando estas pequeñas soluciones. También disfruté muchísimo creando el vestuario de cada animal y buscando rasgos gráficos que les dieran personalidad. Creo que esa diversión se nota en el resultado final”.

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Ahora en mayo se publicará un poemario en catalán con la editorial Animallibres, escrito por Germán Machado, que se llama Veure ploure (Ver llover). Es la primera vez que ilustro un libro de poemas y la verdad es que ha sido una experiencia muy especial. Me permitió trabajar de una manera más libre y sugerente, dejando espacio al silencio y a la emoción. Estoy muy contenta con cómo ha quedado».


«Además, este último año he estado trabajando intensamente en un cómic que nace de un proyecto personal. Saldrá en Francia a finales de agosto, publicado por Les Aventuriers d’Ailleurs. Ha sido un proceso largo y profundo, y tengo muchas ganas de que vea la luz”.

Álbum Ilustrado
Kike Ibáñez y su trabajo en ‘El diablo sobre ruedas’

Lucía Fernanda es una niña lista e intrépida que ama con locura su bicicleta. ¿Tiene algún problema? Lucía Fernanda no sabe lo que es la paciencia, sobre todo si el tráfico de la ciudad le impide llegar a tiempo a la fiesta de carnaval. Y si además una furgoneta cargada de mercancía peligrosamente radioactiva está a punto de chocar con ella y su madre… No veas el pandemonio que es capaz de desatar. Kike Ibáñez en ‘El diablo sobre ruedas’ celebra la lucidez del pensamiento infantil dando vida a un personaje provisto de una personalidad irresistible que le ha llevado a ganar el premio del Concurso Internacional de la Biblioteca Insular de Gran Canaria. Un álbum ilustrado editado por A buen paso sobre el que hablamos con su autor.

¿Dónde está el origen de este libro? “El diablo sobre ruedas nace de un enfado. A mí me gusta moverme en bicicleta, me desplazo diariamente al estudio en bici, es una media hora de trayecto y la mitad es por carril bici. Un día iba yo tan tranquilo por el carril cuando de repente aparece un coche circulando por el carril bici hacia mí. Yo me quedé sorprendido, no porque hubiera un coche invadiendo el carril sino porque es un carril segregado, es decir, está aislado de la carretera y es difícil meterse en él si eres un coche -nos cuenta Kike Ibáñez-. Bien, pues yo me bajo de la bici y salgo del carril para que el coche pueda pasar y el conductor, un tipo muy calvo, muy gordo y con un enorme puro al llegar a mi altura me dice un insulto que no puedo reproducir, pero imagínate el insulto más asqueroso que hayas oído, yo me quedo más sorprendido aún, el tipo encuentra un hueco, da la vuelta y se incorpora a la carretera, y al volver a pasar a mi altura me vuelve a decir el insulto más repugnante que hayas podido imaginar. Yo aluciné y de la alucinación pasé al enfado, y del cabreo empecé a imaginar diferentes maneras de venganza. Cuando llegué al estudio empecé a dibujar El diablo sobre ruedas”.

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Los lectores se encontrarán una historia que está pensada para divertir, hice este libro para los niños, no sé qué les parecerá a los padres que la madre muera al principio y ese no sea el tema del libro, pero estoy seguro que a los niños les encantará porque aunque parece un disparate, en realidad todo tiene sentido”.
¿Qué nos dices del humor como herramienta de denuncia social? “La denuncia social es necesaria pero también es aburrida. Si cuentas lo mismo pero con gracia probablemente te escuchen más -asegura Kike Ibáñez-. Y no solo me refiero al humor, el arte como medio de comunicación y de entretenimiento llega más lejos que cualquier queja en una reunión familiar, en una cola de supermercado o en un atasco”.

¿Qué hay de Kike en la protagonista de esta historia? “La historia nace de mi experiencia personal y de cómo digiero esa vivencia, pero también el estilo gráfico bebe de mi mirada más limpia, es decir, de aquellas cosas que me gustaban cuando era niño, y muchos de esos referentes se pueden encontrar literalmente en las ilustraciones del libro: Superman, Pipi Calzaslargas, Mortadelo y Filemón, Bola de dragón, Wally…”.
¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Estoy en mi momento profesional más sólido, siempre he variado el estilo en función del proyecto porque me parecía coherente, pero ahora he dado con una manera de dibujar con la que me siento muy identificado, las imágenes del diablo son lo más Kike que he hecho hasta ahora, inspirado por esa mirada infantil y sobre todo por una mirada a mi yo más profundo. Puede que mirar dentro de uno mismo parezca dramático, pero en realidad es bastante divertido”, confiesa Kike Ibáñez.

¿Con qué técnicas trabajaste? “Todas las imágenes las hice sobre una cuadrícula, construyendo a partir de formas geométricas muy básicas, con un software de dibujo vectorial que no controlo demasiado, por que pensé que esa limitación podría dar un resultado interesante, al final trabajar así fue un infierno, ideal para esta historia”.

Cuéntanos un poco más sobre el proceso de elaboración de este libro. “Algo que me parece interesante de este proyecto es que primero fueron las imágenes, hice tres dibujos que no sabía si se convertirían en unas pinturas, unas láminas o una historia; ni siquiera sabía si esa historia sería un cómic o el álbum que al final salió -afirma Kike Ibáñez-. Y fue un álbum porque me quise presentar al Concurso de Álbum Ilustrado de la Biblioteca Insular de Gran Canaria, y entre todos los proyectos que tenía, generar una historia sobre ese diablo me parecía que era lo que mejor encajaba con A Buen Paso que es quién edita el libro si ganas el premio. La historia que envié al concurso era un delirio, en algunas fases un sin sentido, pero gustó mucho al jurado y con la ayuda de Arianna (A Buen Paso) mantuvimos el delirio pero creamos un libro”.


¿En qué estás trabajando ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Estoy trabajando en varios proyectos muy diferentes: una serie de cuadros, un libro para niños muy pequeños, un ABC book, un libro informativo y unas ilustraciones para un juego de cartas”.
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