“Una vez hubo una guerra. Cuando acabó la guerra nos quedamos sin casa. –No importa –dijo mi madre–, tenemos un coche. Nos fuimos a vivir al coche. Desde entonces, vivir era viajar…”
“El principio”, editado por Kalandraka para niños a partir de 7 años, refleja la ternura frente al horror, la imaginación ante la más absoluta precariedad, la fortaleza ante el drama humano. Paula Carballeira es capaz de poetizar sobre los efectos crueles y devastadores de una guerra mientras las ilustraciones hiperrealistas de Sonja Danowski trasladan a los lectores hasta las mismas ruinas de los bombardeos.
Esta obra sensible y tierna es también un homenaje al libro como herramienta pacífica, a las bibliotecas como faros luminosos de sabiduría que se apagan allí donde se instaura la violencia, a la palabra oral como alimento del alma. A pesar de todo, “El principio” transmite un mensaje de esperanza: la vida continúa, la risa fluye contagiosa, los niños no pueden dejar de vivir su infancia, aunque un conflicto bélico quiera arrebatársela.
“Para el tema de la guerra no encuentro las palabras -asegura Sonja Danowski- pero cuando leí esta historia de posguerra, me quedé muy impresionada por las profundas palabras de Paula Carballeira, y pensé que tal vez podría tratar de crear algunas imágenes. Así que me senté durante varios meses y creé las imágenes. Pero, honestamente, yo no estaba segura si conseguiría encontrar el mundo pictórico adecuado para estas frases tan esenciales. Temí que se podía ir a la ruina todo el mensaje con mis imágenes hasta que terminé la última escena”, asegura Sonja.
Aquí, en “El Principio”, las ilustraciones son muy realistas. Le preguntamos a Sonja si sus ilustraciones suelen serlo.
“Seguro que hay infinitas posibilidades sobre lo que las escenas podrían haber parecido. Tal vez un mundo de fantasía, pero esta historia podría alejarse hacia un mundo que no nos concierne en la realidad. O quizás las ilustraciones podrían haber sido xilografías en blanco y negro, pero entonces hubiera sido difícil sentir con las siluetas negras. Así que, de acuerdo con la realidad del tema, y ya que me gusta dibujar de una manera realista de todas formas, el libro tiene ese toque real”.
“Encuentro referencias en la realidad y las combino con mi imaginación. Como ilustrador puedo actuar como el director de escena y el creador de la escena. Uso modelos reales para obtener las correctas proporciones del cuerpo, y puedo dibujar sus narices, el pelo, la ropa o las expresiones de los rostros a mi juicio. El resultado es que las creaciones y los lugares parecen reales, pero no existen exactamente así en la realidad. Creo que para esta historia es importante mantener a las personas y los lugares tan indefinidos como sea posible. El mensaje que se transmite en el libro debe ser independiente del tiempo y del lugar”.
¿Qué técnica utilizas para estas ilustraciones? “En primer lugar hago un dibujo detallado a lápiz. Una vez que la composición está definida, doy color a la imagen en diferentes capas con tinta, acuarela, gouache, lápices … y, finalmente, trabajo las luces. Los dibujos originales son más grandes de lo que se ven en el libro. La escala a tamaños más pequeños le da a las estructuras una mayor densidad, y hace que la imagen se vea aún más realista y detallada”.
Sonja Danowski trabaja como ilustradora freelance en Berlín. Su obra se mostró en varias exposiciones (Polonia, China, Alemania, Corea, Portugal) y recibió diversos galardones internacionales, como el Premio al mejor libro alemán de diseño no publicado (2007). Fue seleccionada en tres ocasiones para la Muestra de Ilustradores de la Feria del Libro Infantil y Juvenil de Bolonia y también, por tres veces, en la Bienal Ilustrarte de Portugal.