He quedado con Pilar Campos en la librería Picasso infantil que hay en el centro de Granada. Es un sitio que me encanta, que le gusta a los más pequeños, pero que también seduce a los mayores. De eso precisamente hablamos, “es difícil venir aquí y no picar algo”. De hecho la última vez que pisé la librería me llevé a casa “Una Caperucita Roja” de Marjolaine Leray, y “Blancanieves”, de Benjamin Lacombe. Hablamos de ellos antes de acomodarnos entre libros y comenzar la entrevista.
Recuerdo la Caperucita Roja de Pilar, que tiene la suya también. Lleva 12 años ilustrando profesionalmente, y sus dibujos, dice, son infantiles y descriptivos.
“Muy infantiles, desde luego. Quizá muy descriptivas. A veces demasiado. Me suelo ceñir mucho, aunque dibuje una historia en paralelo”.
A pesar de tratarse de ilustraciones infantiles, volvemos al discurso inicial, y Pilar me cuenta que le sorprende ver que detrás de sus dibujos hay mucho público adulto.
“Te sorprende que haya gente adulta que le gusten las cosas así, más tiernas. Sobre todo ahora que hay una estética muy diferente. Todos los libros de ilustración, como este mismo de Benjamin Lacome, este ‘Blancanieves’, está en negro y en rojo. Los míos son absolutamente colorines, pero tienen su público también. Es sorprendente”.
Esta ilustradora que reside en Alfacar trabaja para varias editoriales fuertes, en Italia y en España, y asegura que la crisis no parece afectar al libro.
“No paran de publicar, de inventar, de apostar por gente. Y siempre tienen trabajo. No he visto que haya crisis. Hay sectores que se han quedado más vacíos, y sin embargo el libro, yo creo que la gente sigue apostando por el libro”.
La carga de trabajo exige rapidez, y para este requisito, la acuarela es una técnica rápida y que Pilar Campos conoce y domina bien.
“Quiero cambiar, pero todo va siempre muy mal de tiempo y la acuarela es muy rápida. Aunque quieras inventar otra cosa, no te da tiempo. Sí me gustaría tener más tiempo para poder disfrutarlo, y recrearme y poder probar otras cosas”.
Trabaja con el ordenador, pero confiesa que ella, es de papel.
“No soy nada de nuevas tecnologías. Yo soy de papel, mi agenda de papel,…a mí me cuesta. Trabajo mucho con el ordenador, sí, porque no tengo más remedio y es una herramienta fabulosa. Pero hay unos trabajos muy bonitos hechos, y facilita muchísimo. Y los libros digitales que hay son una maravilla, los interactivos, tipo juegos… Hay cosas preciosas. Pero a mí me gusta seguir leyendo en papel, aunque hay un mundo ahí magnífico. Yo no voy a leer nunca en un ebook, si hasta un correo electrónico largo me lo imprimo. Pero entiendo que hay muchísimo futuro, para la gente del futuro”.
Con la editorial Susaeta está inmersa en varios proyectos, como una serie de leyendas canarias. Esperan también en esta línea las leyendas venezolanas y andaluzas.
También hay encima de la mesa una guía de la Alhambra y otra de Toledo. En Italia, se encuentra inmersa en un proyecto de guías de ciudades para niños.
“Habíamos hecho algunas en España para una editorial, pero le gustó mucho a esta gente, se trata de la editorial del Borgo, de Bolonia, y estamos con las 21 capitales de provincia italianas. Un trabajo a largo plazo. Es un proyecto muy bonito, que es para trabajarlo en los colegios. Para que los niños aprendan su ciudad, su historia, anécdotas…”.