Hace alrededor de un año que Mar Ballesteros creó su propio estudio enfocado al desarrollo de apps e iBooks para niños. El objetivo de enfocar su profesión, la ilustración, a este terreno pasaba por intentar reinventarla, a raíz de la situación de la edición impresa. Ya ha desarrollado dos interesantes proyectos, y el tercero ya está cocinado.
“Me acerqué a las aplicaciones para móviles como forma de “reinventar” mi profesión. Nunca he llegado a meterme en el mundo de la edición en papel, pero hace tiempo que oía hablar a mis compañeros de lo mal que están las cosas. Un amigo, Ajubel, me habló de todo esto, y decidí lanzarme a la piscina. Sobre qué me aportan, he ampliado mi “rango” de acción. Ahora no sólo ilustro y escribo cuentos, sino que también hago animaciones, cosa que quería hacer desde hace tiempo. Soy una especie de ‘hombre orquesta’, todo esto me ha ayudado a ver mi profesión de una forma mucho más global”.
La pregunta que le planteo a Mar es si las nuevas tecnologías, con una nueva salida profesional para los ilustradores.
“Bueno, a esto no te podría contestar como ilustradora, porque yo he decidido meterme en este mundo más bien como empresaria”, me comenta Mar. “Para los ilustradores, no creo que sea, de momento, mejor ni peor salida que la edición en papel, simplemente es el presente. Muchos otros dirían el futuro, pero se equivocan. Todo va a depender de la pericia de cada uno para negociar unas buenas condiciones, de la calidad de su obra, y de lo que sepa moverse y promocionarse. También se necesita algo de suerte, claro”.
Llegados a este punto, y antes de meternos de lleno en el trabajo que desarrolla Mar Ballesteros, le pedimos que nos describa sus ilustraciones.
“Veo equilibrio, y a la vez cierta pasión contenida. He aprendido a aprovechar mi parte cerebral cuando ilustro, y creo que eso se nota. En cualquier caso, definir mis ilustraciones es definirme yo misma, no existe diferencia. Me gusta la calidez de los materiales, pero necesito la pureza de las siluetas limpias y contundentes. Será por eso que adoro el arte egipcio. Precisamente esa ha sido mi influencia mayor”.
Para Mar ha sido muy gratificante publicar su app “Locomaster”. En su página de facebook y en los foros en los que está metida, nos comenta, la gente le dice cómo se divierten sus hijos con la aplicación, qué parte les gusta más… “Es algo muy ‘en vivo’”.
“La frase que mejor define Locomaster me la dio una madre americana (en una de las reviews que me han hecho en páginas especializadas): ‘I would highly recommend this app for pure, simple fun!’ (recomendaría esta app por simple, pura diversión!). El protagonista de Locomaster es Lucas, un niño que tiene una máquina loca, con la que le podemos transformar en diferentes bichos. Esos bichos, se colarán en las casas de los vecinos de Lucas y jugarán a distintas cosas. El mini-juego que más éxito está teniendo (y del que más orgullosa me siento) es el del ‘mosquitonto’. Se trata simplemente de un mosquito, que aparece en la pantalla sólo cuando el niño toca con el dedo. El niño puede mover al mosquito e ir asustando a los vecinos de Lucas. Los niños se parten con eso. Para hacer Locomaster he colaborado con una empresa de desarrollo de videojuegos, Nerlaska Studio. Ha sido una labor titánica. He tenido que aprender a animar, a grabar sonidos, a manipularlos… Cuando miro atrás, me parece mentira que haya hecho todo eso en menos de un año”.
“Muuuuum, a bug is chasing me!”, que es “Mamaaá, me persigue un bicho!” en español, es otro de los ‘productos’ que tiene Mar en el mercado. “Es un cuento que escribí e ilustré y que después se ha pasado a formato digital con la editorial Cream eBooks. De momento, es sólo un iBook (con narración, pero sin animaciones). Tal vez me decida a hacer con él un cuento interactivo algún día”.
En este caso, la ilustración se mezcla con un personaje ‘real’. “Para hacer estas ilustraciones, fabriqué una marioneta (Lorenzo), y le fui haciendo fotos, con distintos ojos, bocas y disfraces. Por eso tienen relieve, porque Lorenzo es un muñeco de “carne y hueso”. Lo tengo en mi estudio, de vez en cuando se le cae la boca o algo y tengo que hacer de cirujano…”.
Mar acaba de terminar un álbum ilustrado muy especial para ella. Se llama: “Something wonderful inside” (“Algo maravilloso dentro”. En español no tiene título aún”.
“Se trata de un álbum que escribí a partir de los bocetos que hice de mi hija y de mí cuando estaba embarazada de mi hijo. Aún estoy terminando de definir lo que haré con él, cómo lo haré llegar a la gente. Me da un poco de vértigo.Otra cosa que ocupa mi tiempo es la promoción de Locomaster. Cuando sacas una app, tienes que trabajar mucho para que de sus frutos, y eso supone horas de trabajo. También tengo varios proyectos en mente, libros interactivos, y la colaboración con una escritora a la que admiro muchísimo. En realidad, me metí en esto para que mis historias tuvieran un hogar, así que no quiero perder el norte. ‘Locomaster’ ha sido una pasada, pero quiero darle prioridad a los cuentos, aunque haga un juego de vez en cuando”.
Mar Ballesteros tiene también un trabajo ‘en papel’. Se trata de “Los recuerdos de Jasid”. Es un cuento cristiano. Es la historia de Jesús contada por su perro Jasid. “El texto, de Tomás Trigo, me parece muy equilibrado y entrañable. Estoy muy contenta con el resultado de esas ilustraciones. Quería alejarme del típico estilo ñoño que a veces se le da a este tipo de libros”.
Y también ha realizado fondos para televisión.
“Es divertido, y muy estresante. Me pasé todo un verano ilustrando diez horas diarias, ¡con una niña de cinco meses!. Pero, como eran buenos tiempos y estaba bien pagado, hicimos el esfuerzo. Fue bastante curioso. Lo que yo hacía era más parecido al dibujo técnico. Me pasaban varios ‘pantallazos’ de los actores grabados con fondo en color croma, y yo tenía que hacer el fondo ilustrado. Pero, claro, luego los personajes andaban, se movían, y yo tenía que dar justo en el clavo para que no se subieran literalmente por las paredes, pisaran un sofá o algo así”.