Irene Ortiz comenzó a dedicarse al mundo de la ilustración en torno al año 2002. Esta ilustradora ha sido la encargada de traernos la entrega número treinta y dos de las historias de nuestra reportera Valentina.
“Mis ilustraciones guardan cierto aire pictórico, dentro de ambientes oníricos, relacionados con el mundo de los sueños. Podría decir que sigo una línea ‘lírico-narrativa’”, nos cuenta Irene, que trabaja básicamente con “técnicas al agua. Tengo predilección por la acuarela, lápiz acuarelable y témperas (gouache)”.
“En ilustración infantil, he trabajado en la publicación del libro “Poemas embrujados” de Zandra Montañés. En ilustración juvenil, con la publicación del catálogo colectivo “¡Bu! ¡Ahh!, El terror en los cuentos tradicionales populares en Andalucía”, y en ilustración para adultos a través de trabajos de cartografía antigua y portadas para libros de música. También he realizado ilustraciones para el periódico “Empresas por Granada” y su magazine cultural Vía Láctea”.
“El momento actual es difícil y es evidente la falta de recursos y medios para poder impulsar más intensamente este tipo de industria editorial”.
Sobre las nuevas tecnologías y las aplicaciones para móviles y tabletas, “reconozco su carácter práctico, pero soy una amante de lo tradicional. Donde se ponga el encanto de pasar las páginas de un libro…”
Irene Ortiz trabaja actualmente en la preparación de una serie de ilustraciones titulada “De los sueños”, “donde describo escenas de cuentos, leyendas y mitologías”, asegura.
Cuando le pedimos que elija un dibujante/ilustrador, Irene se queda con Miguelanxo Prado. Su álbum, es “De profundis”. Se queda con la acuarela como técnica, y entre el lápiz y el ordenador, elige el “lápiz bien afilado”. Su proyecto ideal sería “ilustrar un libro que reuniera cuentos procedentes de distintas partes del mundo”. Su clásico, “Las zapatillas rojas” de Andersen. Y para disfrutar de un álbum ilustrado, se queda “en un sillón cómodo delante de una ventana por la que entre el sol”.