Abecedario del cuerpo imaginado es una obra a la que le basta un total de 27 haikus y 459 sílabas para hablarle al lector de la lucidez y complejidad del cuerpo humano y de su encaje en el mundo como parte de la naturaleza. La síntesis propia del haiku lleva a Mar Benegas, la escritora, a despojar su lenguaje dejando tan solo las palabras justas que se convierten en destello, en la promesa de algo importante. Recuperan la estrecha relación entre cuerpo y naturaleza las ilustraciones de Guridi, donde flores, hojas, briznas de hierba visten y trazan una delicada mirada al ser humano y a sus emociones.
Así nos presenta la editorial A Buen Paso “Abecedario del cuerpo imaginado”, un libro que se presenta en encuadernación japonesa, que no deja indiferente a nadie. Es una encuadernación que invita a todo el que lo tiene entre sus manos, a repasar ese trabajo y, por supuesto, a adentrarse en sus páginas. Nosotros hemos hablado con Guridi sobre su trabajo en este proyecto.
“Pues surge de un texto que me envía Mar Benegas al Mail, para que yo lo ilustre. La idea era, una vez acabado, presentarlo a distintas editoriales para ver si podía publicarse. Pero pensamos desde un principio en A buen paso, porque se prestaba a una edición especial, con mucho mimo. Arianna aceptó a la primera”.
¿Es la primera vez que te acercas a este tipo de textos, los haikus? “Como ilustrador sí, no como lector. El proceso de creación del Haiku, siempre me ha atraído, la sencillez, la rotundidad de una idea poética a través de dos, tres frases, y sobre todo la importancia de recrearse en la observación de la naturaleza”.
¿Cómo ha sido el proceso de ilustrar estos textos? ¿Diferente a otros? “Ha sido bastante difícil la verdad. Normalmente suelo llevar dos libros a la vez, pero en este caso tuve que dedicarme exclusivamente. La preparación de la mente ante el vacío del papel y el tiempo de meditación han sido largos, mientras que la realización gráfica era más parecida a lo que los japoneses denominan “kaku”, que puede tener dos sentidos, el de la escritura y el del dibujo, como un “dejarse llevar”.
¿Qué tienen de característico las ilustraciones para este libro? Si que son diferentes a las de otros libros sobre los que hemos hablado, como “El viejo y la Margarita” o “Don Galindo y el tornado”. “He llegado a la conclusión de que trabajo en dos estilos muy diferentes, no creo en el estilo único. Para mi, lo importante no es tanto como decir las cosas sino pensar en a quién van dirigidas, y después pensar en qué puedo yo aportar a ese mensaje. Los álbumes para los más pequeñitos necesitan una gráfica más suelta, cómica y cercana y otra para el público joven y adulto. En este caso, el texto de Mar me invitaba a trabajar la figura humana de una forma más seria, sin que fuera sobria. En el caso de textos como Don Galindo y El viejo y la Margarita la gráfica debía ser divertida, con un toque rápido y sencillo para el pequeño lector”.
¿Con qué técnica están hechas? “Trabajé fundamentalmente, gouache, tinta china, tinta de grabado y lápiz. Utilicé pinceles japoneses y rotuladores Sakura en algunos”.
¿Qué nos puedes contar del formato del libro y su encuadernación? A nosotros nos ha encantado tenerlo entre las manos… “Pues que ha sido un auténtico lujo contar con la sabiduría de Arianna en este aspecto, ha sabido sacarle al libro mucho más de lo que ya había y el mérito de esta presentación creo que es sobre todo suyo. Creo que Arianna Squilloni es una de las personas que más contribuye a la calidad de la literatura infantil en España. La idea fue desde el principio crear un libro-objeto que se regalase como un presente muy especial”.