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Francisco Llorca y Elena Hormiga sobre ‘Pequeños grandes gestos por la tolerancia’: «El mayor reto ha sido encontrar equilibrio entre la dureza de algunas historias y el tono optimista del libro»

‘Pequeños grandes gestos por la tolerancia» recoge ejemplos de respeto hacia aquellos cuyas ideas y comportamientos son distintos a los de la mayoría. La tolerancia es la capacidad para aceptar la diferencia y es importante no solo por ser el único medio para garantizar la convivencia en paz, sino porque la diversidad y el pluralismo suponen una gran riqueza para la sociedad. Imagina por un momento una clase en la que todos tus compañeros fueran iguales… ¡menudo aburrimiento! ¿no os parece? A través de historias reales, veremos la importancia que tiene aceptar a los demás tal y como son y que la vida es un espacio compartido con el otro. Así nos presenta Alba Editorial este álbum ilustrado, un trabajo de Francisco Llorca y Elena Hormiga, autora de las ilustraciones. Con ellos dos hemos charlado sobre este libro, y un poquito también de esta colección.
Pequeños Grandes Gestos es una colección de libros ilustrados para que niños y niñas se familiaricen con valores como la tolerancia, la justicia y la convivencia, animándoles mediante el ejemplo a convertirse también ellos en protagonistas de su propia historia.
¿Cómo surgió este proyecto? ¿Qué te pareció cuando te propusieron participar en una colección como ésta? Elena Hormiga: “Curro, el escritor, contactó conmigo proponiéndome el proyecto. Me contó la idea y desde el primer minuto quedé prendadísima. Unas semanas más tarde Idoia, la editora, me envió los textos y recuerdo que me impresionaron y encantaron todas las historias. De verdad me sentí muy afortunada por participar en el proyecto. Además, el hecho de formar parte de la colección junto con ilustradoras fantásticas a las que admiro (Eugenia Ábalos, Amaia Arrazola y Ana Bustelo que además es amiga) me hacía muchísima ilusión :)”.
¿Como surge esta colección de álbumes ilustrados? Francisco Llorca: “Hace un par de años me mudé a Barcelona donde, gracias al escritor Luis Magrinyà, tuve la oportunidad de conocer a Idoia Moll, editora de Alba, un sello que estaba comenzando a apostar fuerte por el libro infantil y juvenil. Ellos tenían en mente editar una colección de libros de historia para niños, el qué, pero no tenían tan claro el cómo, así que les presenté un proyecto que no tenía que ver tanto con la Historia que los chavales iban a ver en clase. Les propuse que hablásemos de la historia con minúsculas, de historias protagonizadas por gente anónima y corriente que en un momento dado hacen algo extraordinario. Un pequeño gesto pero que terminó por cambiar la Historia (esta vez sí: con mayúscula). Se trata de una idea inspirada en la obra de historiadores como Howard Zinn o Carlo Ginzburg y en mi propia experiencia como alumno y docente”.
Háblanos con un poco más de detalle de lo que nos encontraremos en las páginas de ‘Pequeños grandes gestos por la tolerancia’. Francisco: “Este último libro de la serie recoge historias de respeto por la diferencia. He tratado de ser lo más plural en la selección de las historias y que estas pudieran atender a temas como el género, la raza, la religión o la orientación sexual. He creído importante dedicarle un libro a la tolerancia porque vivimos en una sociedad cada vez más plural y convivir con la diferencia es, no solo la única manera de garantizar una convivencia en paz, sino también una gran riqueza para todos los que estamos en ella”.
¿Cómo fue el proceso de elaboración de este libro? Elena Hormiga: “Lo cierto es que el proceso ha sido muy placentero. Recibí un primer borrador de los textos (maravillosos, por cierto) con el que empecé a bocetar. Y tengo que comentar que el método de trabajo en este proyecto ha estado bastante marcado por mi situación personal, ya que al tener un bebé la organización del tiempo era como armar un puzzle (pero uno en el que las piezas a veces no encajan…). El caso es que me tomé la situación como una oportunidad para trabajar de manera diferente y se me ocurrió aprovechar los paseos y las siestas de mi peque para trabajar fuera, en mi libreta, cada una de las historias del libro. Se dio la circunstancia, además, de que avancé la mayor parte del libro en primavera, así que los parques me sirvieron de oficina y pasé muy buenos ratos dibujando a la sombra de árboles centenarios. Luego cuando ya tenía la idea clara en mi cuaderno, trabajaba cada página en el ordenador de manera bastante rápida, en los huecos que iba encontrando. Y el caso es que ahora me he acostumbrado a trabajar así y ya casi me parece una necesidad bocetar las primeras ideas en parques o cafeterías (si hace biruji) antes de sentarme al ordenador. Es una manera de aislarte de distracciones y simplemente dibujar imaginando, un tiempo sin internet que no viene nada mal”.
¿Qué te parece el trabajo de Elena Hormiga en este álbum? Francisco: “Fantástico. Y no solo en este libro: su trabajo me encantó desde que un amigo común me habló de ella. Creo que ha sabido interpretar el gesto más allá de una foto o de la imagen común y preconcebida que cada uno de nosotros tiene sobre los acontecimientos narrados. Me gusta especialmente el tratamiento que ha hecho de los casos más duros, como son los de Bathily y Rusesabagina. No era fácil conseguir el tono, sin dulcificar los hechos pero teniendo en cuenta a quienes van destinados los libros, y lo ha conseguido”.
¿Qué nos puedes contar de tus ilustraciones para este trabajo? ¿Qué dirías que tienen de característico? Elena Hormiga: “El libro contiene algunas historias que son extremadamente duras como el atentado en el supermercado de París en 2015, las matanzas de los tutsis en Ruanda, o la historia de Malalai Joya, quien enseñaba a leer y a escribir a mujeres clandestinamente en Afganistán. Al ser un libro para jóvenes lectores necesitaba ser cuidadosa con la manera de abordar estas terribles situaciones y el lenguaje simbólico me sirvió en estos casos a tomar una cierta distancia sin borrar el dramatismo de los hechos, de manera que el apoyo en las metáforas visuales es quizá el punto común más característico del libro”.
¿Qué hay de diferente respecto a otros trabajos? Elena: “Hay una peculiaridad en este libro y es que cada doble página corresponde a una historia diferente. No hay una secuencia narrativa a lo largo de la obra, ni un desarrollo de los personajes. Cada historia está representada por una escena, como un instante congelado, y solo hay una excepción, la historia de Celeste, que ilustra también la portada. En este caso sí hay cierto desarrollo de la historia, puesto que se muestra una consecuencia del gesto de Celeste, con una formación de soldados que portan claveles en sus fusiles”.
¿Con qué técnica trabajaste en este caso? Elena Hormiga: “Los primeros bocetos fueron siempre a lápiz en la libreta, como un ejercicio previo para encontrar la forma de los cuerpos, las posturas y la composición general. Luego, con una foto pasaba al ordenador, así que todas las ilustraciones son finalmente digitales”.
¿Qué ha sido lo más difícil en este proyecto? Elena: “El mayor reto ha sido encontrar equilibrio entre la dureza de algunas historias y el tono optimista del libro. Me daba miedo que el trasfondo quedase diluido, pero por otro lado me parecía importante lanzar un mensaje de fuerza y de vida, de ahí la decisión de utilizar colores alegres. Al fin y al cabo son historias de lucha de gente muy muy valiente”.
De los gestos que aparecen en este libro, y teniendo en cuenta que todos son importantes y a tener en cuenta, ¿cuál o cuales señalarías por cercanía en el tiempo o por haberlo vivido (aunque sea en las noticias) o porque te resulta especialmente significativo? Francisco: “Me gustan especialmente los gestos protagonizados por niños como los de Ryland Whittington o Ruby Bridges porque ayudan a los chavales a identificar situaciones que verán en las aulas y a empatizar con sus protagonistas”.
Elena Hormiga: “Me fascina la historia de Celeste Caeiro, la muchacha que ofreció una flor a un soldado quien, conmovido por el gesto, la colocó en el cañón de su fusil. Estas dos personas tuvieron con sus gestos una conversación sin palabras, llena de belleza y poesía. Y lo más extraordinario es que fueron capaces de contagiar esta complicidad a un montón de gente, dando nombre a lo que conocemos hoy como «la Revolución de los Claveles». La historia de Malalai Joya también me resulta muy conmovedora. En realidad todas las historias son realmente inspiradoras, porque los protagonistas son personas valientes que hacen cosas, no se quedan sentadas inmóviles ante las injusticias, al revés, deciden actuar aún cuando hacerlo implica ponerse en peligro. Son verdaderos héroes”.
¿Cuál es el objetivo de estos libros de la colección? Francisco: “Más allá de lo que estas historias puedan enseñar a los niños sobre una época y lugar determinado, me interesa más lo que pueden contarles a los niños sobre ellos mismos y sobre sus vidas. Necesitamos que los niños no sientan la historia como algo ajeno, sino que descubran que es algo vivo y que les habla. Lo que me interesa de la historia de Rosa Parks no es tanto que los niños aprendan algo sobre el Estados Unidos de la segregación racial, sino que visibilicen el acto discriminatorio para que puedan identificarlo en su día a día. Quiero que los niños aprendan que ellos también pueden ser protagonistas de sus propias historias, «empoderarlos» si me permites emplear una expresión muy en boga hoy”.
¿Qué contenidos nos vamos a encontrar en la colección? Francisco: “Hasta el momento hemos dedicado volúmenes dentro de la colección a la lucha contra la discriminación, por la tolerancia o a favor del medio ambiente. También hemos lanzado un libro dedicado a los pequeños grandes gestos en el deporte que trata muchos de los anteriores temas pero tomando como ejemplo algún acontecimiento deportivo con el fin de llegar más a los niños. Todos los libros tratan de ser lo más transversales posibles. Al fin y al cabo son luchas relacionadas entre ellas: es imposible desligar el cuidado del planeta de la lucha por los derechos humanos”.
Cómic
COMICMED, el encuentro que conecta el cómic con el Mediterráneo

La Fundación Tres Culturas del Mediterráneo, con la colaboración del Polo Nacional de Contenidos Digitales del Ayuntamiento de Málaga, han celebrado la primera edición de COMICMED, un encuentro que ha abordado el mundo de la novela gráfica y el cómic producido o vinculado con el Mediterráneo.
La programación, plagada de importantes creadores del género, ha combinado conversaciones con autores, talleres prácticos para público infantil y juvenil, y una innovadora propuesta que fusiona cómic con música electrónica con aires marroquíes al ritmo de la DJ Hajar Lagranja.

El cartel de esta primera edición ha sido realizado por Nadia Hafid (Tarrassa, 1990), ilustradora de ascendencia marroquí cuyas obras han sido varias veces portada en ‘El País’, además de aparecer en artículos en medios internacionales como ‘The New York Times’, ‘The New Yorker’ y ‘The Washington Post’, entre otros. Su nuevo trabajo, ‘Mal olor’, recientemente ganador del premio Finestres, ha visto la luz en castellano este mes y los asistentes a COMICMED han podido tener acceso a el en primicia. Nadia protagonizó una de las mesas de este encuentro, en la que conversó con Javier Alonso, director del programa ‘Territorio 9’ en Radio 3.



Siguiendo con autores de gran nivel, el festival ha traído por primera vez a España a dos creadores que, sin ser de origen mediterráneo, acuden con una obra cuya temática está muy presente en este mar y que, además, entronca a la perfección con los valores que promueve Tres Culturas de solidaridad, diversidad, inclusión y esperanza. Se trata de Victoria Jamieson y Omar Mohamed, que conversaron sobre la historia que les unió: la multipremiada ‘Cuando brillan las estrellas’, inspirada en las vivencias del propio Omar Mohamed en los campamentos de refugiados de Dadaab, en Kenia.

También tuvieron cabida los cómics que dan el salto a la gran pantalla a partir del exitoso caso de ‘Robot Dreams’, el primer cómic de la escritora de libros infantiles Sara Varon que el director Pablo Berger plasmó en una inolvidable cinta que llegó a optar al Oscar como Mejor película de animación el pasado año. Ambos desgranaron los detalles de esta colaboración que ocupa un lugar de privilegio entre las producciones cinematográficas nacidas de un cómic.

Y si la historia de ‘Robot Dreams’ viajó desde Estados Unidos hasta España para llegar al celuloide, el mismo trayecto, pero a la inversa, es el que realizan las obras de Natacha Bustos (nacida en Ibiza en 1981, aunque malagueña de adopción) y Carmen Carnero (Málaga, 1983), dos españolas que triunfan en Marvel y DC. La primera de ellas con cómics como Moon Girl and Devil Dinosaur, fue elegida por Marvel como una de las ocho artistas más prometedoras de la próxima generación en 2020; mientras que la segunda trabaja para esta misma compañía en exclusiva desde 2018, donde fue incluida en 2019 en el programa de artistas de élite de Marvel ‘Stormbreakers’.


Igualmente por su importante proyección, destaca el reconocido dibujante e historietista Diego Galindo (Sevilla, 1978), que conversó con la profesora e ilustradora Cristina Peláez sobre su experiencia adaptando Stranger Things al cómic, explorando los retos y oportunidades de trasladar esta exitosa serie. Comentaron sus inicios, y Diego confesó que «siempre fue primero la imagen, el dibujo. Yo al principio miraba los cómics, más que los leía».

Por último, cabe mencionar a Wilfrid Lupano, (Nantes, 1971), con quien se analizaron libros como ‘La bibliomula de Córdoba’, del que es guionista, y en el que muestra el poder de la cultura y el conocimiento como barrera ante los totalitarismos. Wilfrid habló sobre el proceso de investigación y documentación para el libro. «Era difícil poner en imágenes un universo que no había sido representado. Era como poner una primera piedra», indicó. Lupano señaló el trabajo enorme de investigación que había realizado también el ilustrador, y apuntó a la idea de sacar a la luz temas como la arquitectura y también toda la producción de la Gran Biblioteca de Córdoba. «En occidente la construcción de Catedrales era un gesto económico y político fuerte. La construcción de Bibliotecas también lo era». Definió a ‘La bibliomula de Córdoba’ como una «mula movie», una road movie a ritmo de mula, en la que se expresa su amor a la cultura y los libros. «El libro es un objeto con una fragilidad increíble… y a pesar de todo, todo el saber ha llegado hasta nosotros porque ha habido personas que han hecho la conservación, las copias… Siempre algunas escapan hasta la civilización siguiente».


Además, fue uno de los protagonistas de los talleres infantiles a partir de su obra El lobo en calzoncillos en el apartado COMICMED KIDS, donde también se ofreció otro taller que aúna creación con nuevas tecnologías para la creación de videojuegos y uno para público adolescente en el que Natacha Bustos mostró cómo dibujar superhéroes.

En resumen, una programación diversa y heterogénea en la que se habló mucho de cómic, pero también de nuevas técnicas de creación, universos digitales y fusión con otras artes.
Cómic
Málaga se convierte en el centro del cómic mediterráneo con la primera edición de COMICMED

La Fundación Tres Culturas y el Polo de Contenidos Digitales de Málaga organizan la primera edición de COMICMED del 6 al 8 de marzo en las instalaciones de Tabacalera con la presencia de creadores como Benjamin Lacombe, Victoria Jamieson, Sara Varon, Pablo Berger, Nadia Hafid, Natacha Bustos, Wilfrid Lupano y Carmen Carnero.
La Fundación Tres Culturas del Mediterráneo, con la colaboración del Polo Nacional de Contenidos Digitales, del Ayuntamiento de Málaga, presenta la primera edición de COMICMED, un encuentro sin precedentes que abordará el mundo de la novela gráfica y el cómic producido o vinculado con el Mediterráneo.
La programación, plagada de importantes creadores del género, combina conversaciones con autores, tres talleres prácticos (para distintas franjas de edad: adultos, adolescentes y niños) y una innovadora propuesta que fusiona cómic con música electrónica con aires marroquíes al ritmo de la DJ Hajar Lagranja.

El cartel de esta primera edición ha sido realizado por Nadia Hafid (Tarrassa, 1990), ilustradora de ascendencia marroquí cuyas obras han sido varias veces portada en ‘El País’, además de aparecer en artículos en medios internacionales como ‘The New York Times’, ‘The Economist’, ‘The New Yorker’ y ‘The Washington Post’, entre otros. Su nuevo trabajo, ‘Mal olor’, recientemente ganador del premio Finestres, verá la luz en castellano en este mes de marzo y los asistentes a COMICMED podrán tener acceso a ella en primicia.

Otro de los grandes nombres propios del festival es Benjamin Lacombe (París, 1982), considerado uno de los ilustradores más importantes del mundo, con un estilo muy marcado y personal que le lleva a concebir cada dibujo como una auténtica obra de arte: figuras pálidas, de grandes ojos y una mezcla de fragilidad y potencia visual.

Siguiendo con autores de gran nivel, el festival traerá por primera vez a España a dos creadores que, sin ser de origen mediterráneo, acuden con una obra cuya temática está muy presente en este mar y que, además, entronca a la perfección con los valores que promueve Tres Culturas de solidaridad, diversidad, inclusión y esperanza. Se trata de Victoria Jamieson y Omar Mohamed, que conversarán sobre la historia que les unió: la multipremiada ‘Cuando brillan las estrellas’, inspirada en las vivencias del propio Omar Mohamed en los campamentos de refugiados de Dadaab, en Kenia.

También habrá lugar para los cómics que dan el salto a la gran pantalla a partir del exitoso caso de Robot Dreams, el primer cómic de la escritora de libros infantiles Sara Varon que el director Pablo Berger plasmó en una inolvidable cinta que llegó a optar al Oscar como Mejor película de animación el pasado año. Ambos desgranarán los detalles de esta colaboración que ocupa un lugar de privilegio entre las producciones cinematográficas nacidas de un cómic.
Y si la historia de Robot Dreams viajó desde Estados Unidos hasta España para llegar al celuloide, el mismo trayecto, pero a la inversa, es el que realizan las obras de Natacha Bustos (nacida en Ibiza en 1981, aunque malagueña de adopción) y Carmen Carnero (Málaga, 1983), dos españolas que triunfan en Marvel y DC. La primera de ellas con cómics como Moon Girl and Devil Dinosaur, fue elegida por Marvel como una de las ocho artistas más prometedoras de la próxima generación en 2020; mientras que la segunda trabaja para esta misma compañía en exclusiva desde 2018, donde fue incluida en 2019 en el programa de artistas de élite de Marvel ‘Stormbreakers’.

Por último, cabe destacar a Wilfrid Lupano, (Nantes, 1971), con quien analizaremos libros como ‘La bibliomula de Córdoba’, del que es guionista, y en el que muestra el poder de la cultura y el conocimiento como barrera ante los totalitarismos. Además, será uno de los protagonistas de los talleres infantiles a partir de su obra ‘El lobo en calzoncillos’ en el apartado COMICMED KIDS, donde también se ofrecerá otro taller que aúna creación con nuevas tecnologías para la creación de videojuegos (en el Campus 42) y uno para público adolescente en el que Natacha Bustos mostrará cómo dibujar superhéroes.
En resumen, una programación diversa y heterogénea en la que se hablará mucho de cómic, pero también de nuevas técnicas de creación, universos digitales y fusión con otras artes. Una iniciativa en la que, además, se han implicado otras entidades e instituciones como el Centro Andaluz de las Letras, la Fundación Telefónica, el Instituto Francés y las editoriales Maeva, Edelvives, Norma Editorial, Apa Apa Cómics y Penguin Random House.
El acceso a todas las propuestas de este festival será gratuito previa inscripción en la página web de la Fundación Tres Culturas (www.tresculturas.org). Asimismo, los interesados podrán adquirir ejemplares en el punto de venta que habilitará la tienda Cómic Stores en el mismo festival.
Álbum Ilustrado
El colectivo de ilustradores e ilustradoras de Asturias se une en su Asociación Profesional

La Asociación de Profesionales de la Ilustración de Asturias se presentó en sociedad a finales del mes de enero, y lo hizo con una jornada con charlas profesionales y con la inauguración en el Museo Barjola de Gijón de la exposición ‘Somos APIAST: La ilustración contemporánea en 50 obras’, que permanecerá expuesta hasta el próximo 28 de febrero. Aprovechamos la ocasión para charlar un poquito más con Eva Rami e Isabel Muñoz, de la directiva de APIAST, sobre este proyecto.

¿Cuál es el objetivo de la Asociación? “Entre los objetivos de APIAST podemos destacar un par a modo de ejemplo: el de crear una comunidad de apoyo y asesoramiento, y el de defender los derechos de los ilustradores e ilustradoras, promoviendo su reconocimiento y trabajando colectivamente por un futuro más justo para la profesión”.
¿Con cuántos asociados/as ha nacido? “Comenzamos a madurar la idea de crear la asociación un grupo de unas 11 personas reuniéndonos de forma mensual durante dos años para preparar toda la organización interna necesaria para funcionar e iniciamos nuestra actividad en septiembre con 30 personas socias. A día de hoy rozamos ya las 70”.

Hacednos una pequeña valoración del panorama de la ilustración en vuestra comunidad. “Tenemos una cantera de ilustradores e ilustradoras muy potente en esta tierra. Cuanto más aumenta la red que estamos creando, más cuenta nos damos de que nos encontramos en plena ebullición y que la cosa, lejos de decaer, crece de forma exponencial. Tenemos personas socias que han trabajado para Netflix, Disney, Marvel, Vogue, Naciones Unidas, Unicef, además de para un sinfín de editoriales, asturianas, nacionales de renombre y, sobre todo extranjeras… Y tanto los ilustradores e ilustradoras más reconocidos como los que están empezando tienen un nivel impresionante. Hoy en día el teletrabajo marca la pauta, pero no es ni mucho menos la única situación que hay”.

Y sobre la exposición, ¿qué nos vamos a encontrar en ella? “La exposición se compone de 50 trabajos de ilustración, obras de las 50 primeras personas socias, sirviendo como muestra de la ilustración contemporánea asturiana. A través de ella, queremos enseñar la gran variedad de técnicas, estilos, colores, temáticas y clientes posibles. Cada artista escogió el trabajo que quería mostrar, pero se decidió que todas las obras compartieran el mismo formato para dar unidad a la exposición”.

¿Con qué técnicas que se reflejan en la misma y quiénes son las personas que exponen? “Las técnicas que más se repiten son la acuarela y el dibujo o pintura digital. Aunque también podemos ver técnicas de pastel o collage”.

Los Autores y autoras de la exposición son: Isabel Muñoz, Eva Rami, Enrique Fernández (autor de la imagen de portada de esta entrada en el blog), Ana Reguera, David A. Palicio, Cris Mencía, Marco Recuero, Nuria Álvarez, Montse Vega, Cinthya Álvarez , Angélica Rius, Nora García, Verónica Grech, Brezo Rubín, María Guija, Rubén Megido Cuinchi, Vendela Vrensk, Inés Martínez, Eva López, Guillermo Redondo, Luisa García, Rosa Martín, Quino Marín, Nanu González, Raquel Lagartos, Pablo Ballesteros, Óscar Vázquez, Julia Castaño, Bruno M. Tabares, Anxelu González, Angélica Chamorro, Goyo Rodríguez, Celia Pandiella, Clara Pergon, Diana Sobrado, Beatriz Llavona, Javier Rodríguez, Kiyary Do, Marina Saavedra, Alba Blanco Lobo, Ivor Arce Ormazabal, Sara Pérez, Paula Marco, Andrea Franceschi, Andrea Sotorrío, Vanessa Riesgo, Manuela Estevan , Ana Qu y Carolina Mattos.
Tenéis más información en la web de APIAST.
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