Cómic
El creador de Mafalda, entre los invitados al Salón Internacional del Cómic de Granada que se celebra este fin de semana
El Salón Internacional del Cómic de Granada, organizado por la Asociación Ediciones Veleta, en colaboración con el Instituto Andaluz de la Juventud (IAJ), llega este año a su edición número 18, consolidado como una de las citas más importantes, a nivel nacional, dedicadas a la promoción de este género. Arranca hoy y podremos disfrutar del salón hasta el domingo 10 de marzo.
Este año, el autor de la imagen del Salón es Javier Aranda, un joven granadino que cuenta con una amplia experiencia en diferentes mercados y editoriales, como las norteamericanas Marvel Comics, DC Entertainment, Benaroya Pictures, IDW Publishing, Devil’s Due, Law Dog Comics o Avatar Press.
Sobre la programación de esta nueva edición, destaca la participación de unos 40 autores de ámbito nacional e internacional. En este sentido, Joaquin Salvador Lavado, ‘Quino’, creador de Mafalda, es uno de los dibujantes que participará en el Salón Internacional de Cómic, evento en el que se enmarcará además una exposición retrospectiva de la obra del referido autor. Junto a Quino, también está prevista la participación de Jorge Giménez, Kenny Ruiz, o Chema García.
En el apartado expositivo del programa del Salón Internacional del Cómic, se enmarcarán además las muestras ‘18 años: 18 autores’, que hará un recorrido de la trayectoria del Salón, a través de la obra de 18 autores granadinos; y ‘Órbita 76’, del joven malagueño José Pablo García, obra ganadora del Certamen de Cómic Desencaja, convocado anualmente por el Instituto Andaluz de la Juventud (IAJ). Además, se plantearán dos exposiciones que tendrán relación directa con el Encuentro Profesional del Cómic, foro en el que se analizará la gestión cultural y los cómics en tiempos de crisis, con presencia de gestores y editores.
Como en ediciones anteriores el Salón Internacional del Cómic albergará una zona comercial, donde su ubicarán 40 stands de editoriales, distribuidoras y librerías, y un espacio de 1.500 metros cuadrados para actividades y talleres de ocio.
Finalmente, este evento permitirá que los jóvenes dibujantes de cómic, tanto profesionales como aficionados, se relacionen de forma directa con editores de prestigio, concertando entrevistas profesionales con perspectivas laborales.
Cómic
Alicia Jaraba y su road movie intimista ‘Lejos’
Apenas comienza el verano Ulises y Amanda salen de vacaciones hacia Cabo de Gata en su furgoneta camperizada. Todo parece perfecto, pero… puede que la furgo sea un espacio demasiado pequeño para albergar todo lo que les está pasando. Ulises se siente muy perdido con respecto al futuro y ve en el buceo su única terapia. Por su parte, Amanda, después de un año alienada por su tesis, se siente muy culpable por no haber estado al lado de su pareja. Él sueña con ver un pez luna en su hábitat natural. Ella tiene fobia al agua… pero acepta este viaje y decide silenciar sus miedos. Sin embargo, cuanto más se acercan al Cabo de Gata, más oscuro parece el fondo del mar… Así nos presenta la editorial Nuevo Nueve este cómic, ‘Lejos’, un trabajo de Alicia Jaraba, con la que hemos charlado un poquito más sobre este proyecto.
¿Cómo nace este proyecto? “Lejos nace de una pareja de amigos míos de hace años que llevaban mucho tiempo juntos y estaban un poco mal, estaban en crisis y un verano decidieron irse a pasarlo viajando en su furgoneta, y a mí simplemente me resultó muy inspirador esta decisión que les apretaba en un espacio tan pequeño con toda su crisis de pareja”, nos cuenta Alicia Jaraba.
“A mí hacer una road movie me encanta, porque me encantan los road movies, pero necesitaba algo un poquito más original. Entonces un día que estaba en Alicante con unos amigos, me estaba bañando en el mar y se me ocurrió la idea del miedo al agua. Entonces a través de la metáfora del buceo, pues ya me daba un poco un punto narrativo original para poder aportar algo diferente a lo que sería una road movie de crisis de pareja, sin más. Entonces así nace”.
¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Pues ‘Lejos’ es una road movie intimista donde una pareja que está en crisis se va de viaje con la intención de hacer buceo en Cabo de Gata, y más en concreto de ver un pez luna, que es algo que obsesiona al chico que no está bien, está pasando una mala época. El único problema es que la chica le tiene pánico al agua. Entonces no todo va a ser tan fácil como parece”.
¿Nos podrías dar algunas pinceladas sobre el trabajo de investigación y documentación para este trabajo? “Pues bueno, fue fácil la verdad -asegura Alicia Jaraba-. Después de hacer ‘Soy la Malinche’, que es mi cómic anterior, pues quise hacer algo más, no voy a decir ligero, porque al final el tema también es grave, pero quise hacer algo más rápido sobre todo, y que saliese de manera más sencilla, de modo que decidí ambientarlo en la actualidad, con lo cual, ya me quita todo tipo de investigación histórica. Así que simplemente tenía que investigar un poquito sobre equipo de buceo, cosas de buceo, cursos de buceo, lo que es bucear, etc. Tuve gente que me asesoró, la verdad”.
“Y en Cabo de Gata lo decidí porque de hecho el chico de la pareja que mencioné en la primera pregunta efectivamente está también muy obsesionado con el buceo y él me habló de muchos puntos en donde hacer buceo, y de hecho él fue el primero que me habló de Cabo de Gata y el primero que me habló de los peces Luna. Así que la decisión de Cabo de Gata probablemente se la debo a él que sabe mucho de dónde hay que ir a bucear, y dónde hay que ir a buscar cada especie y todo”.
¿Qué hay de Alicia en esta novela gráfica? “Pues bastante. Hay mucho. Por un lado, de los dos personajes principales que son Amanda y Ulises ella es una persona miedosa, controladora, que necesita tenerlo todo previsto y planeado, que cualquier cosa que se salga del plan la va a poner muy nerviosa, le da miedo todo, etc. Y él es una persona que busca la aventura, que busca precisamente lo contrario, improvisar, viajar, conocer el mundo, explorar, etc. y cambiar un poco de aires. Entonces yo me identifico mucho más con él, la verdad, aunque no es el protagonista. Mi manera de ser es mucho más parecida a la de él, como más optimista, más de improvisar, etc. Entonces de mí hay mucho en el personaje de Ulises”.
“Yo sé que son dos personajes que intenté hacer que fuese fácil empatizar con cualquiera de los dos, y de hecho ha habido mucha gente que me ha dicho que se identificaba mucho con ella y mucha gente que me ha dicho que se identificaba mucho con él. Mucha gente que me ha dicho que le caía fatal ella, y mucha gente que me ha dicho que le caía fatal él. Entonces la verdad que depende mucho de la persona, y esto para mí es un piropo porque quiere decir que conseguí hacer que fuesen creíbles los dos personajes”, afirma Alicia Jaraba.
“Y de Amanda, de todas maneras, aunque yo no soy ella, no me parezco nada a ella, soy bastante contraria a ella, aún así hay cosas mías también. Yo en algún momento tuve que aprender a salir de la zona de confort y tuve que aprender a plantearme inercias de pareja, a plantearme si era adecuado continuar con una pareja con quien las cosas estaban regular, etc. O sea que también hay de mí en ella, en el conflicto principal, seguir o decidir más, ponerme yo por delante como individuo frente a la pareja, o poner la pareja por delante o tomar decisiones, ¿qué hago? ¿Me voy a trabajar fuera a un puesto de trabajo de mis sueños o me quedo aquí con esta pareja y apuesto por ella? O sea, son decisiones que yo en algún momento tuve que afrontar y también alguien, o sea que también quiero pensar que mucha gente que lo haya leído también ha tenido que enfrentarse a este tipo de decisiones”.
¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones? “Pues yo creo que me centro mucho en el acting de los personajes, o sea, para mí es muy importante que se note lo que están sintiendo, lo que están pensando y entonces trabajo mucho la manera en la que actúan, sus expresiones, sus posturas. Esto para mí siempre es algo que quiero que caracterice mi obra y así lo es también igualmente en ‘Lejos’. Y también el color, para mí lo utilizo de una manera muy expresiva, intento expresar las emociones a través de él”.
¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “En cuanto a ‘Soy la Malinche’, que es mi cómic anterior, había mucho más trabajo de diseño de personajes mientras que en Lejos -continúa Alicia Jaraba-, como ya dije, quería hacer algo un poquito más rápido, de manera que no me pude parar tanto con el diseño de personajes, y por lo tanto no están tan trabajados, no son tan coherentes quizá, pero bueno, simplemente lo hice de una manera más natural quizás”.
¿Con qué técnicas trabajaste? “Trabajé con técnicas digitales. En este caso introduje algo que nunca había utilizado antes, que es iPad con el programa Procreate para hacer tanto el Storyboard como el lápiz y la tinta, mientras que luego lo pasaba a Photoshop y ya el resto del color y el acabado final ya lo daba con Photoshop. Estas son mis técnicas. Me encantaría decir que son tradicionales y manuales y artesanales, pero por ahora, con el tiempo que se tarda en hacer una página, claro, necesito rapidez. Entonces la técnica digital es lo que me aporta”.
¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Sí, tengo un proyecto nuevo, estoy trabajando en él y la verdad es que todavía prefiero no hablar de él, porque todavía no está ni firmado el contrato ni nada, pero quiero pensar que va a salir. Entonces prefiero cruzar los dedos y más adelante ya empezaré a contarlo un poquito”.
Cómic
De niño soldado a náufrago, una pesadilla cotidiana en viñetas
Además de ser una inagotable fábrica de fantasías, la novela gráfica siempre se ha caracterizado por contar lo que sucede en el mundo. La pesadilla cotidiana de los migrantes que naufragan en el Mediterráneo no ha sido una excepción, pero pocas veces se ha narrado de un modo tan impactante y conmovedor como el de ‘El cielo en la cabeza’, la obra de Antonio Altarriba, Sergio García y Lola Moral, que vio la luz en Norma editorial.
‘El cielo en la cabeza’ pone nombre y rostro a la tragedia abstracta de la emigración clandestina de África a Europa: Nivek, un chico que trabaja en condiciones de esclavitud en una mina de la República del Congo, es reclutado para convertirse en kadogo, en niño soldado. Antes, será sometido a algunas crueles pruebas para despersonalizarlo y hacer de él una fría máquina de matar. Pero el muchacho logra escapar a tiempo de ese destino, y emprende una travesía a través del corazón de África erizada de peligros y de encuentros asombrosos. Así, “la peripecia del personaje central acaba siendo para el lector no solo una revelación de la realidad que viven miles de personas en este continente, sino también una ventana para descubrir su compleja diversidad y sus violentos contrastes”, nos cuenta la editorial.
Sin embargo, la explotación, los abusos y el ejercicio de la fuerza no dejan de abatirse sobre todos aquellos que sueñan una vida mejor. Nivek consigue llegar a Libia, donde la vida humana no vale mucho más que en el lugar del que procede. Cuando el protagonista se lanza en una lancha neumática junto a otros seres desesperados con el objeto de alcanzar la orilla europea, no piensan que navegan sobre una enorme fosa común, de la que pueden formar parte en cualquier momento.
Con Sergio García y Lola Moral charlamos una tarde, en Granada, sobre este trabajo. Y aunque ya lo escuchasteis en el podcast, ahora lo podéis leer y ver algunas de sus ilustraciones.
“Nace de una serie de discusiones creativas que tuvimos mucho tiempo después de terminar ‘Cuerpos del Delito’. Había una serie de proyectos que intentabamos desarrollar y no acababan de cuajar, hasta que Antonio conoció a Idoia Moreno, que es la fundadora de una ONG que se llama Jambo Congo, y le contó toda la historia de las minas de Coltán. Y él ahí vio una historia, claramente”, nos cuenta Sergio García.
¿Cómo fue el proceso de construcción de este libro entre los tres? “Pues, en principio, él nos pasó un copión, así corto, de x páginas, con el conjunto de la historia, pero muy resumida y de forma como muy somera, con lo que iba a pasar aproximadamente. Y, a partir de ahí, ya iba pasándonos capítulo por capítulo -continúa Sergio García-. Son siete capítulos, vamos a capítulo por capítulo, con un guión bastante cerrado, de hecho. Y, entonces, llegamos al acuerdo de que yo así no podía trabajar, porque no me gusta trabajar nada con guiones cerrados, y, de hecho, yo quería aportar mi propio punto de vista a la composición de las páginas, que es justo lo que Antonio, por otro lado, buscaba”.
“Entonces, pues era así, él me pasaba capítulo a capítulo, yo lo que hacía era que cada escena me la leía, cerraba para no dejarme influir demasiado, porque quería tener mi propia visión, y empezaba a trabajar directamente. Y luego iba colocando los bocadillos, los textos, como a posteriori. Y, entonces, ya le pasaba el trabajo ya acabado, después de chequearlo con Antonio, básicamente, por si había alguna escena que no quedara clara. Y ya pasaba a Lola que aporta el color”.
“Bueno, yo empiezo a trabajar casi al final, porque prefiero que haya un volumen grande de trabajo, porque así, de esta forma, veo de forma global la historia, la entiendo, la conceptualizo, y, entonces es cuando yo llego -nos cuenta Lola Moral-. Empiezo a hacer las primeras pruebas de color, que van transformándose poco a poco ya en las definitivas, pero de una forma muy natural. Va entendiendo los colores porque entiende la historia, conoce los personajes, y poco a poco se van formando, van tomando forma”.
En su trabajo, siempre nos ha gustado esa idea de salirse de la página con las ilustraciones. En esta ocasión, no hay opción de salirse de la página, pero sí la ilustración, podríamos decir, que se sale de las viñetas. “Sí, sobre todo se trataba de trabajar con la metáfora visual, porque el guión en sí era muy complejo, a niveles de violencia y de situaciones complicadas de dibujar, sobre todo si se seguía al pie de la letra lo que decía el guión -afirma Sergio García-. Entonces, algunos, porque realmente pensábamos que se podía realizar un ritmo distinto a la historia, yo le proponía a Antonio y, al final, siempre resultó, la verdad que ha sido súper generoso, y otras porque había cosas que simplemente no podía dibujar. Hay alguna escena de alguna violación, concretamente, que tal cual estaba escrito en el guión, era muy duro de dibujar. Se planteó mediante ese uso de metáforas visuales”.
“Y, en general, si te das cuenta, casi todas las historias de combate o de dureza están resueltas así. No hay una recreación a lo Gore, en cómo se ha matado tal o cual persona, sino que hay una imagen que predomina de forma jerarquizada y luego a su alrededor orbitan el resultado de esa acción. Esa acción-reacción está de modo presente, con lo cual se plantea una forma muy distinta de generar esa narración, que suele ser viñeta 1, disparo, muere una persona, me muevo, viñeta 4, vuelvo a disparar, muere otra persona. Pone al protagonista disparando de una sola vez y luego vemos la acción de lo que ha producido su disparo”.
“Es contar lo mismo de una forma distinta. Como ese ejemplo, hay muchísimos a lo largo del libro. Y siempre me ha gustado mucho jugar con composiciones de páginas y, curiosamente, este último libro recuerda mucho a mi primer libro, ‘Amura’, en el que ya había una gran carga de experimentación visual”, asegura Sergio García.
“Paradojicamente, pero de forma no consciente, he vuelto, en este caso, a nivel compositivo-narrativo, como a esos orígenes. Ya que no podíamos hacer formato expandido y se trataba de hacer un cómic más o menos convencional, lo que pasa es que, en nuestro caso, si alguien trabaja con nosotros sabe que eso no va a ser así. Primaba la legibilidad, ante todo, que el lector que esté leyendo el libro en todo momento comprenda qué está pasando”.
“Así que, ese equilibrio difícil de guardar es el que ha supuesto la composición y la narrativa del libro, a partir del guión de Antonio, que es magnífico, claro”.
Se utilizan esas metáforas visuales, esos recursos, pero, aun así, hay escenas realmente duras. “Sí, son bastante duras -afirma Lola Moral-. Lo que pasa es que yo creo que ha pasado un filtro, ha pasado un filtro, tres filtros, digamos, el filtro de Antonio para no caer en el estereotipo de la historia, y pasar, que no quedara como una historia déjà vu y más de lo mismo, demagógica y tal. Pasado ese filtro, llega Sergio, que con él dibujo ha sido una maravilla, o sea, que concentra toda la violencia en viñetas que son belleza, y ya pasa, después de ese segundo filtro, aporto el color, que intenta también huir de colores estridentes y aportar un cierto equilibrio a toda la historia, evitando, por ejemplo, la sangre, que hubiera sido un detonante horroroso, y es siempre negra, evitamos el color rojo y, luego, intentamos también que haya una coherencia en todo el libro, a pesar de que el color se adapta a todos los capítulos que hay a lo largo del libro y a los personajes y a la historia”.
¿Y con qué técnicas han trabajado en este libro tanto Lola como Sergio? “Yo siempre digo que uso Photoshop analógico, porque soy una matada de la informática. El programa lo conozco básicamente como lo conoce un usuario básico, Sergio me prepara las páginas y yo las coloreo de la misma forma que podría colorear una acuarela o podría fabricar otro tipo de obra, porque me fabrico una paleta de color, voy haciendo mezclas, pero siempre tengo como la mentalidad en un dibujo clásico, no parto de la base del conocimiento informático”, nos cuenta Lola Moral.
“Trabajo con Procreate en el iPad, pero da igual, sí es que es lo mismo, es un lápiz que tiene una gran sensibilidad, que responde muchísimo a los impulsos que tú le das y recuerda mucho a una plumilla, de hecho, siempre cuento la anécdota que en los primeros trabajos que hice para el New York Times, me preguntaban cómo había hecho eso, que cómo se veía tan bien el lápiz y la tinta al mismo tiempo, que era muy difícil de reproducir, y ya les dije que lo hacía con iPad, porque realmente da igual, no hay una gran diferencia. Al igual que pasa con Lola, yo sigo concibiendo, y de hecho trabajo el Procreate como si fuera una plumilla tradicional, y solo trabajo con dos herramientas, bueno, en este caso con una, porque es la plumilla, en otro tipo de trabajo uso un lápiz digital, pero es que no hay más, el resto de alumnos míos o mis propios hijos, por ejemplo, trabajan con mil pinceles distintos, capas, nosotros no, tenemos una capa de boceto y una capa de dibujo, fin de proyecto. Igual que Lola, Lola usa la paleta de color, yo uso una paleta de acrílico, de guacho, de acuarela”, afirma Sergio García.
“Entonces tenemos conocimientos clásicos del dibujo y del color, que los aplicamos con nuevas tecnologías, sobre todo por la facilidad, por trabajar con el escalado. Las mesas de luz, por ejemplo, son más sencillas en digital, porque no tienes realmente que estar escalando el dibujo en la fotocopiadora y luego, no, aquí simplemente escalas el boceto base según te conviene y luego ya calca con tu propia mesa de luz, que es tu capa de dibujo, con lo cual usamos métodos muy tradicionales y no nos salimos de la tradición, pero siempre dentro de los métodos digitales”.
“Sobre todo porque se reproduce muchísimo mejor, porque nosotros hemos hecho muchos libros, pero algunos no se han reproducido bien, porque la acuarela, el gouache… -prosigue Lola Moral-. O la propia tinta, pierde tonalidades, entonces luego para el colorista es un drama. Y la verdad es que con este último libro estamos súper contentos, porque Norma ha hecho un trabajo excelente, los colores se han reproducido perfectamente, yo estoy muy contenta, creo que es el libro que mejor se ha reproducido de todos los que hemos hecho y es un alivio, porque son muchos meses de trabajo y luego te gusta ver tu trabajo”.
Cómic
A. Rasen nos abre las puertas del terrorífico ‘GremoryLand’
Seis antiguos amigos del colegio reciben una invitación para ser los primeros visitantes de ‘GremoryLand’, un nuevo parque temático de miedo que promete una experiencia tan única como terrorífica. Pero en cuanto entren por la puerta, ya no habrá marcha atrás, y tendrán que enfrentarse a sus peores miedos si quieren sobrevivir. Los amigos necesitarán mantenerse unidos, pero GremoryLand hará todo lo posible para separarlos. Para escapar de este parque retorcido tendrán que sobrevivir a sus peores pesadillas… y a su relación con los otros miembros del grupo. Tras arrasar en Webtoon, llega de la mano de Norma Editorial la primera entrega de la esperada edición de este magistral cómic de terror del catalán A. Rasen.
¿Cómo nace este proyecto? A. Rasen: “Tras finalizar ‘Melvina’s Therapy’, mi primera obra de terror psicológico con la que debuté en Webtoon, decidí probar algo diferente: una obra que me permitiera incursionar en otros subgéneros del terror, como el slasher, y además hacerlo por primera vez en color. Desde pequeño había soñado con crear mi propio parque de atracciones de terror, así que decidí convertir esa idea en realidad. Sin embargo, los peligros que imaginaba de niño han cambiado con el tiempo. Crecer es descubrir nuevos miedos, así que las monstruosidades ahora no solo provienen del interior de ‘GremoryLand’, sino también de los propios personajes”.
¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “GremoryLand lanza a los lectores directamente al parque, donde, junto al grupo de amigos protagonistas, descubrirán los horrores que este lugar esconde. Las distintas situaciones que vivirán pondrán al límite a los personajes y revelarán aspectos de su pasado que influirán en la forma en que enfrentan esos desafíos. GremoryLand, como todo parque de atracciones, busca sobre todo entretener, ¿pero a qué precio?”
¿Cómo ha sido el salto de Webtoon a esta edición? “Trabajar con Norma Editorial para esta edición ha sido una experiencia muy positiva -nos cuenta A. Rasen-. El equipo me permitió involucrarme en cada etapa del proceso, lo que me permitió aportar mejoras respecto a la edición en inglés. Además, han sido muy amables y considerados con mi tiempo, ya que estoy en pleno desarrollo de mi última obra, ‘Manny’, en Webtoon, lo que hace difícil encontrar espacios libres. En definitiva, estoy muy contento con el resultado. Es un orgullo publicar con una editorial como Norma, con la que he crecido disfrutando de sus publicaciones”.
¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente respecto a otros trabajos? “Mi primera obra, ‘Melvina’s Therapy’, era en blanco y negro. Cuando me planteé ‘GremoryLand’, decidí que debía ser en color porque reflejaría mejor la estética llamativa con la que todo parque de atracciones busca atraer visitantes. El arte de esta obra está diseñado precisamente para eso: ser llamativo y sumergir a quienes la lean al interior de ‘GremoryLand’.
‘GremoryLand’ es una obra más frenética que el resto de mis trabajos, es como subirse a una montaña rusa y lanzarse al abismo sin frenos, sin saber si saldrás vivo de ella -asegura A. Rasen-. Forma parte de la trilogía del terror junto a ‘Melvina’s Therapy’ y ‘Counting Sheep’, obras que, aunque pueden disfrutarse perfectamente de forma individual, están conectadas por sus universos, ofreciendo una experiencia extra al releerlas y descubrir esas conexiones y trama que las une. Esto se refleja especialmente en el segundo tomo de GremoryLand”.
¿Con qué técnicas trabajaste? “Todos mis trabajos los realizo en digital. ‘GremoryLand’ lo dibujé con una tableta gráfica básica sin pantalla y un portátil que apenas funcionaba, utilizando el programa Clip Studio. Con el tiempo he renovado mi equipo y ahora trabajo con un iPad Pro de 12 pulgadas, que ha sido mi mejor compra porque me ofrece mucha portabilidad. Sin embargo, creo que no es necesario gastar mucho dinero para crear un cómic, especialmente si estás empezando. Eso es lo bonito de trabajar en digital: permite que más personas puedan aportar su talento, ya que la barrera económica para adquirir el equipo necesario es menor en comparación con otras industrias”.
Cuéntanos algo del proceso de elaboración de este libro. “Un valor añadido de la edición impresa de ‘GremoryLand’ es que incluye extras inéditos, como bocetos y storyboards, que pueden interesar a quienes disfrutan descubriendo las etapas que conlleva la creación de un cómic”.
¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Actualmente estoy finalizando mi última obra de terror en Webtoon, llamada ‘Manny’, que trata sobre un asistente del hogar manipulador y con muchos secretos. Tras 8 años compartiendo mis obras en Webtoon con un ritmo de publicación semanal muy exigente, he llegado a la conclusión de que, si quiero seguir creando nuevas historias a largo plazo cumpliendo con plazos semanales, necesito condiciones que me permitan lograr un mejor equilibrio entre mi vida profesional y personal -afirma A.Rasen-. Por ello, el final de Manny marca un nuevo enfoque en mi carrera como autor, priorizando este equilibrio. Próximamente comenzaré una nueva obra de terror psicológico que estoy preparando con mucha ilusión y que estará ambientada en Cataluña”.
“Quiero agradecer a mis lectoras por su apoyo durante todos estos años, a Norma por su interés en publicar mi trabajo, a Webtoon por darme la oportunidad de compartir mis obras con ellos, a mis amigas por su increíble ayuda en todo momento, y finalmente a ti, José Antonio, por esta entrevista”.
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