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Beatriz Martín Vidal y ‘Pájaro’

Cuando un viaje llega a su fin, otro empieza. Hay que prepararse para la nueva partida, para crecer, cambiar y emprender nuevos rumbos. Un libro fuera de lo común, de imágenes cautivadoras y líricas (con una paleta limitada a grises, blancos y misteriosos toques de color dorado) y sin palabras, que sin embargo es capaz de proponer múltiples temas: la migración, la familia, la búsqueda de las raíces, la transformación… La narrativa visual convierte al lector en el narrador de la historia, pues depende de su interpretación encontrar el significado. Son palabras de la editorial Thule para presentarnos ‘Pájaro‘, el último álbum ilustrado de Beatriz Martín Vidal. Con ella hemos charlado un poco más de este proyecto, que nos ha fascinado.
¿Cómo nace esta historia? Beatriz Martín Vidal: «Esta historia nace de una inspiración súbita. Un día, regresando a casa en coche, pasé junto a un parque infantil. A través de la ventanilla vi un balancín vacío. Por algún motivo pensé en alguien cayendo desde lo alto y lanzando a un niño desde el otro extremo. Esa es prácticamente toda la historia. Realmente este libro ha sido como un regalo. La imagen fue tan fuerte que en unos segundos tenía ya casi la estructura completa.
No es habitual que pasen estas cosas. Normalmente me lleva bastante tiempo crear una historia. Semanas o meses dando vueltas a una imagen o una idea. En este caso todo el proceso debió de tener lugar de manera inconsciente y supongo que la imagen de ese tobogán fue el catalizador para que subiera a la superficie».
¿Qué se encontrará el lector en sus páginas? «Supongo que en realidad eso depende del lector. Lo que yo hago es sólo la mitad de la historia. La otra mitad no ocurre en mi cabeza sino en la de aquel que pasa las páginas del libro. En cualquier caso no se va a encontrar palabras. Sólo una secuencia de imágenes -nos cuenta Beatriz Martín Vidal-. O más bien dos. Dos lineas de imágenes que se encuentran por un momento y se vuelven a separar. El lector se encontrará con la tarea de interpretar lo que ha pasado. Y tal vez sea ligeramente más complicado de lo que parece, al ser un álbum mudo. Suele ser un poco más difícil leer las imágenes que las palabras».
Háblanos un poco de las ilustraciones. ¿Qué dirías que tienen de característico? «En este libro lo más característico es que llevan toda la carga de la narración en ausencia del texto. Son ilustraciones que te piden un poco de paciencia, porque cierran su significado al final. Te piden confianza. Van a algún lugar, aunque no sea obvio al principio -asegura Beatriz Martín Vidal-. Otra característica que tienen es que, como he mencionado antes, en realidad hay dos secuencias, una se desarrolla en el lado izquierdo, la otra en el derecho. Hasta que no se unen en una sola imagen, no se puede saber cómo se relacionan. En realidad son imágenes simples. Un pájaro y una niña (o niño). Nada más. La esencia de la historia es el descubrimiento progresivo de qué es lo que están haciendo ambos».
¿Con qué técnicas trabajaste? «Varias técnicas pero relativamente sencillas. De los cuatro álbumes que hay ahora mismo en las librerías, éste es el que más se acerca al dibujo y menos a la pintura. Quería que fuera simple y casi monocromático. La base de las ilustraciones es grafito sobre papel gris de grabado. También tiene aguadas ligeras de acuarela, gouache blanco y pequeños toques de pintura dorada».
¿Cómo fue el proceso de elaboración de este libro? «Como he comentado, la parte de generación de la idea fue tremendamente rápida. Prácticamente se desarrolló sola. Desde que visualicé al niño saliendo proyectado del tobogán, todo lo demás cayó por su propio peso. En cualquier caso, sí que tuve que trabajar un poco la estructura posteriormente, pero no me llevó mucho llegar a pensar en una estructura doble para crear una tensión entre los dos elementos implicados en la acción y para transmitir la impresión de simultaneidad. Otro elemento que se añadió sobre la secuencia del pájaro fue la secuencia horaria para acentuar la idea del tiempo, la idea de una cita al mediodía. Probablemente esto se ve con más claridad en una segunda lectura -nos confiesa Beatriz Martín Vidal-. Una vez tuve clara la estructura, sólo quedaba elaborar las imágenes. Como he dicho utilicé una técnica relativamente sencilla, de modo que el proceso fue bastante más ágil de lo que es habitual en mí».
¿Qué dirías que has aprendido con este proyecto? «La verdad es que nunca estoy segura de si aprendo algo con cada libro o si lo que encuentro son más preguntas. Pero eso está bien. Creo que es importante encontrar preguntas. Las preguntas son llaves. No hay nada más inspirador. Si algo he aprendido es que una idea muy simple puede crear un libro. Simplemente una acción. Un salto. El álbum ilustrado es un formato fascinante que permite dejar hablar a las imágenes. No es sólo que no haya palabras, es que es difícil describir lo que pasa con palabras. Es una característica fascinante del álbum. Elaborando este proyecto no sentí en ningún momento la necesidad de apoyarlo en un texto. Las imágenes bastaban. Y de hecho, la simplicidad de la acción se habría visto entorpecida si hubiera habido texto en esta historia. Creo que ese silencio, que ya había experimentado en Caperuza, se me hizo más evidente porque esta historia no tiene un cuento de referencia. Es lo que es. Las imágenes tiene que valerse por sí mismas y llevar todo el peso narrativo».
Háblanos un poco del uso del color que haces en este libro. Es algo que siempre nos llama la atención en tus proyectos. «Quería que fuera un libro estéticamente limpio. No quería que hubiera ningún tipo de distracción que enturbiara la simplicidad de la historia. El color apoya esto. Es un libro de blancos y grises. Hay un mínimo de otros colores, pero básicamente lo que hacen es acentuar la austeridad del color más que romperla -afirma Beatriz Martín Vidal-. Hay también un poco de pintura dorada. Es una tinta muy cargada de pigmento metálico, muy densa. La he usado sólo en detalles muy pequeños, como una interferencia, un acento. La verdad es que cuando hice este libro venía de imágenes muy elaboradas. Con muchas capas de color y mucho trabajo y necesitaba reducirlo todo sólo a volúmenes y sombras. No se puede desligar un trabajo del momento en que lo haces. Unas historias influyen sobre otras y lo mismo pasa con los procesos que usas. En mi caso suelo necesitar cambiar de técnica cuando termino un álbum. Si uso óleos, echo de menos la ligereza del grafito, si uso grafito, añoro las transparencias y el color de la acuarela, si uso acuarela quiero tener otra vez la opacidad del acrílico y del óleo. Así que voy rotando entre técnicas o, si es posible, utilizando varias a la vez».
¿Cómo se presenta 2018 en cuanto a proyectos nuevos? ¿Algún reto? «2018 se presenta lleno de ambas cosas. Cada libro es un desafío. Creo que no he hecho nunca un álbum sin sentir que estoy al límite de lo que sé hacer. Ahora mismo tengo tres encima de la mesa. Para Junio tengo que tener acabado “El Truco más asombroso del Mundo”. Es un álbum que recibió la mención de honor en el concurso del Cabildo y que publica Thule este verano. Como su título indica va de un truco de magia. De nuevo estoy utilizando óleos. Para no echar de menos las otras técnicas, estoy trabajando en otros dos álbumes a la vez: “Flor” en el que de nuevo utilizo los blancos y los negros, es una historia sobre el sueño y la realidad y cómo construimos uno y otra. Y por otro lado está “El Bosque” que será básicamente a la acuarela y que estéticamente, me está sacando bastante fuera de mi zona de confort, al trabajar con imágenes más planas y ornamentales que las que he hecho hasta ahora. Espero poder tener los tres terminados a lo largo de este año y al menos dos de ellos publicados en este 2018».
También podéis leer en el blog la entrevista con Beatriz Martín Vidal sobre ‘Caperuza‘.
Más información de este álbum ilustrado en la web de Thule.
Cómic
COMICMED, el encuentro que conecta el cómic con el Mediterráneo

La Fundación Tres Culturas del Mediterráneo, con la colaboración del Polo Nacional de Contenidos Digitales del Ayuntamiento de Málaga, han celebrado la primera edición de COMICMED, un encuentro que ha abordado el mundo de la novela gráfica y el cómic producido o vinculado con el Mediterráneo.
La programación, plagada de importantes creadores del género, ha combinado conversaciones con autores, talleres prácticos para público infantil y juvenil, y una innovadora propuesta que fusiona cómic con música electrónica con aires marroquíes al ritmo de la DJ Hajar Lagranja.

El cartel de esta primera edición ha sido realizado por Nadia Hafid (Tarrassa, 1990), ilustradora de ascendencia marroquí cuyas obras han sido varias veces portada en ‘El País’, además de aparecer en artículos en medios internacionales como ‘The New York Times’, ‘The New Yorker’ y ‘The Washington Post’, entre otros. Su nuevo trabajo, ‘Mal olor’, recientemente ganador del premio Finestres, ha visto la luz en castellano este mes y los asistentes a COMICMED han podido tener acceso a el en primicia. Nadia protagonizó una de las mesas de este encuentro, en la que conversó con Javier Alonso, director del programa ‘Territorio 9’ en Radio 3.



Siguiendo con autores de gran nivel, el festival ha traído por primera vez a España a dos creadores que, sin ser de origen mediterráneo, acuden con una obra cuya temática está muy presente en este mar y que, además, entronca a la perfección con los valores que promueve Tres Culturas de solidaridad, diversidad, inclusión y esperanza. Se trata de Victoria Jamieson y Omar Mohamed, que conversaron sobre la historia que les unió: la multipremiada ‘Cuando brillan las estrellas’, inspirada en las vivencias del propio Omar Mohamed en los campamentos de refugiados de Dadaab, en Kenia.

También tuvieron cabida los cómics que dan el salto a la gran pantalla a partir del exitoso caso de ‘Robot Dreams’, el primer cómic de la escritora de libros infantiles Sara Varon que el director Pablo Berger plasmó en una inolvidable cinta que llegó a optar al Oscar como Mejor película de animación el pasado año. Ambos desgranaron los detalles de esta colaboración que ocupa un lugar de privilegio entre las producciones cinematográficas nacidas de un cómic.

Y si la historia de ‘Robot Dreams’ viajó desde Estados Unidos hasta España para llegar al celuloide, el mismo trayecto, pero a la inversa, es el que realizan las obras de Natacha Bustos (nacida en Ibiza en 1981, aunque malagueña de adopción) y Carmen Carnero (Málaga, 1983), dos españolas que triunfan en Marvel y DC. La primera de ellas con cómics como Moon Girl and Devil Dinosaur, fue elegida por Marvel como una de las ocho artistas más prometedoras de la próxima generación en 2020; mientras que la segunda trabaja para esta misma compañía en exclusiva desde 2018, donde fue incluida en 2019 en el programa de artistas de élite de Marvel ‘Stormbreakers’.


Igualmente por su importante proyección, destaca el reconocido dibujante e historietista Diego Galindo (Sevilla, 1978), que conversó con la profesora e ilustradora Cristina Peláez sobre su experiencia adaptando Stranger Things al cómic, explorando los retos y oportunidades de trasladar esta exitosa serie. Comentaron sus inicios, y Diego confesó que «siempre fue primero la imagen, el dibujo. Yo al principio miraba los cómics, más que los leía».

Por último, cabe mencionar a Wilfrid Lupano, (Nantes, 1971), con quien se analizaron libros como ‘La bibliomula de Córdoba’, del que es guionista, y en el que muestra el poder de la cultura y el conocimiento como barrera ante los totalitarismos. Wilfrid habló sobre el proceso de investigación y documentación para el libro. «Era difícil poner en imágenes un universo que no había sido representado. Era como poner una primera piedra», indicó. Lupano señaló el trabajo enorme de investigación que había realizado también el ilustrador, y apuntó a la idea de sacar a la luz temas como la arquitectura y también toda la producción de la Gran Biblioteca de Córdoba. «En occidente la construcción de Catedrales era un gesto económico y político fuerte. La construcción de Bibliotecas también lo era». Definió a ‘La bibliomula de Córdoba’ como una «mula movie», una road movie a ritmo de mula, en la que se expresa su amor a la cultura y los libros. «El libro es un objeto con una fragilidad increíble… y a pesar de todo, todo el saber ha llegado hasta nosotros porque ha habido personas que han hecho la conservación, las copias… Siempre algunas escapan hasta la civilización siguiente».


Además, fue uno de los protagonistas de los talleres infantiles a partir de su obra El lobo en calzoncillos en el apartado COMICMED KIDS, donde también se ofreció otro taller que aúna creación con nuevas tecnologías para la creación de videojuegos y uno para público adolescente en el que Natacha Bustos mostró cómo dibujar superhéroes.

En resumen, una programación diversa y heterogénea en la que se habló mucho de cómic, pero también de nuevas técnicas de creación, universos digitales y fusión con otras artes.
Cómic
Málaga se convierte en el centro del cómic mediterráneo con la primera edición de COMICMED

La Fundación Tres Culturas y el Polo de Contenidos Digitales de Málaga organizan la primera edición de COMICMED del 6 al 8 de marzo en las instalaciones de Tabacalera con la presencia de creadores como Benjamin Lacombe, Victoria Jamieson, Sara Varon, Pablo Berger, Nadia Hafid, Natacha Bustos, Wilfrid Lupano y Carmen Carnero.
La Fundación Tres Culturas del Mediterráneo, con la colaboración del Polo Nacional de Contenidos Digitales, del Ayuntamiento de Málaga, presenta la primera edición de COMICMED, un encuentro sin precedentes que abordará el mundo de la novela gráfica y el cómic producido o vinculado con el Mediterráneo.
La programación, plagada de importantes creadores del género, combina conversaciones con autores, tres talleres prácticos (para distintas franjas de edad: adultos, adolescentes y niños) y una innovadora propuesta que fusiona cómic con música electrónica con aires marroquíes al ritmo de la DJ Hajar Lagranja.

El cartel de esta primera edición ha sido realizado por Nadia Hafid (Tarrassa, 1990), ilustradora de ascendencia marroquí cuyas obras han sido varias veces portada en ‘El País’, además de aparecer en artículos en medios internacionales como ‘The New York Times’, ‘The Economist’, ‘The New Yorker’ y ‘The Washington Post’, entre otros. Su nuevo trabajo, ‘Mal olor’, recientemente ganador del premio Finestres, verá la luz en castellano en este mes de marzo y los asistentes a COMICMED podrán tener acceso a ella en primicia.

Otro de los grandes nombres propios del festival es Benjamin Lacombe (París, 1982), considerado uno de los ilustradores más importantes del mundo, con un estilo muy marcado y personal que le lleva a concebir cada dibujo como una auténtica obra de arte: figuras pálidas, de grandes ojos y una mezcla de fragilidad y potencia visual.

Siguiendo con autores de gran nivel, el festival traerá por primera vez a España a dos creadores que, sin ser de origen mediterráneo, acuden con una obra cuya temática está muy presente en este mar y que, además, entronca a la perfección con los valores que promueve Tres Culturas de solidaridad, diversidad, inclusión y esperanza. Se trata de Victoria Jamieson y Omar Mohamed, que conversarán sobre la historia que les unió: la multipremiada ‘Cuando brillan las estrellas’, inspirada en las vivencias del propio Omar Mohamed en los campamentos de refugiados de Dadaab, en Kenia.

También habrá lugar para los cómics que dan el salto a la gran pantalla a partir del exitoso caso de Robot Dreams, el primer cómic de la escritora de libros infantiles Sara Varon que el director Pablo Berger plasmó en una inolvidable cinta que llegó a optar al Oscar como Mejor película de animación el pasado año. Ambos desgranarán los detalles de esta colaboración que ocupa un lugar de privilegio entre las producciones cinematográficas nacidas de un cómic.
Y si la historia de Robot Dreams viajó desde Estados Unidos hasta España para llegar al celuloide, el mismo trayecto, pero a la inversa, es el que realizan las obras de Natacha Bustos (nacida en Ibiza en 1981, aunque malagueña de adopción) y Carmen Carnero (Málaga, 1983), dos españolas que triunfan en Marvel y DC. La primera de ellas con cómics como Moon Girl and Devil Dinosaur, fue elegida por Marvel como una de las ocho artistas más prometedoras de la próxima generación en 2020; mientras que la segunda trabaja para esta misma compañía en exclusiva desde 2018, donde fue incluida en 2019 en el programa de artistas de élite de Marvel ‘Stormbreakers’.

Por último, cabe destacar a Wilfrid Lupano, (Nantes, 1971), con quien analizaremos libros como ‘La bibliomula de Córdoba’, del que es guionista, y en el que muestra el poder de la cultura y el conocimiento como barrera ante los totalitarismos. Además, será uno de los protagonistas de los talleres infantiles a partir de su obra ‘El lobo en calzoncillos’ en el apartado COMICMED KIDS, donde también se ofrecerá otro taller que aúna creación con nuevas tecnologías para la creación de videojuegos (en el Campus 42) y uno para público adolescente en el que Natacha Bustos mostrará cómo dibujar superhéroes.
En resumen, una programación diversa y heterogénea en la que se hablará mucho de cómic, pero también de nuevas técnicas de creación, universos digitales y fusión con otras artes. Una iniciativa en la que, además, se han implicado otras entidades e instituciones como el Centro Andaluz de las Letras, la Fundación Telefónica, el Instituto Francés y las editoriales Maeva, Edelvives, Norma Editorial, Apa Apa Cómics y Penguin Random House.
El acceso a todas las propuestas de este festival será gratuito previa inscripción en la página web de la Fundación Tres Culturas (www.tresculturas.org). Asimismo, los interesados podrán adquirir ejemplares en el punto de venta que habilitará la tienda Cómic Stores en el mismo festival.
Álbum Ilustrado
El colectivo de ilustradores e ilustradoras de Asturias se une en su Asociación Profesional

La Asociación de Profesionales de la Ilustración de Asturias se presentó en sociedad a finales del mes de enero, y lo hizo con una jornada con charlas profesionales y con la inauguración en el Museo Barjola de Gijón de la exposición ‘Somos APIAST: La ilustración contemporánea en 50 obras’, que permanecerá expuesta hasta el próximo 28 de febrero. Aprovechamos la ocasión para charlar un poquito más con Eva Rami e Isabel Muñoz, de la directiva de APIAST, sobre este proyecto.

¿Cuál es el objetivo de la Asociación? “Entre los objetivos de APIAST podemos destacar un par a modo de ejemplo: el de crear una comunidad de apoyo y asesoramiento, y el de defender los derechos de los ilustradores e ilustradoras, promoviendo su reconocimiento y trabajando colectivamente por un futuro más justo para la profesión”.
¿Con cuántos asociados/as ha nacido? “Comenzamos a madurar la idea de crear la asociación un grupo de unas 11 personas reuniéndonos de forma mensual durante dos años para preparar toda la organización interna necesaria para funcionar e iniciamos nuestra actividad en septiembre con 30 personas socias. A día de hoy rozamos ya las 70”.

Hacednos una pequeña valoración del panorama de la ilustración en vuestra comunidad. “Tenemos una cantera de ilustradores e ilustradoras muy potente en esta tierra. Cuanto más aumenta la red que estamos creando, más cuenta nos damos de que nos encontramos en plena ebullición y que la cosa, lejos de decaer, crece de forma exponencial. Tenemos personas socias que han trabajado para Netflix, Disney, Marvel, Vogue, Naciones Unidas, Unicef, además de para un sinfín de editoriales, asturianas, nacionales de renombre y, sobre todo extranjeras… Y tanto los ilustradores e ilustradoras más reconocidos como los que están empezando tienen un nivel impresionante. Hoy en día el teletrabajo marca la pauta, pero no es ni mucho menos la única situación que hay”.

Y sobre la exposición, ¿qué nos vamos a encontrar en ella? “La exposición se compone de 50 trabajos de ilustración, obras de las 50 primeras personas socias, sirviendo como muestra de la ilustración contemporánea asturiana. A través de ella, queremos enseñar la gran variedad de técnicas, estilos, colores, temáticas y clientes posibles. Cada artista escogió el trabajo que quería mostrar, pero se decidió que todas las obras compartieran el mismo formato para dar unidad a la exposición”.

¿Con qué técnicas que se reflejan en la misma y quiénes son las personas que exponen? “Las técnicas que más se repiten son la acuarela y el dibujo o pintura digital. Aunque también podemos ver técnicas de pastel o collage”.

Los Autores y autoras de la exposición son: Isabel Muñoz, Eva Rami, Enrique Fernández (autor de la imagen de portada de esta entrada en el blog), Ana Reguera, David A. Palicio, Cris Mencía, Marco Recuero, Nuria Álvarez, Montse Vega, Cinthya Álvarez , Angélica Rius, Nora García, Verónica Grech, Brezo Rubín, María Guija, Rubén Megido Cuinchi, Vendela Vrensk, Inés Martínez, Eva López, Guillermo Redondo, Luisa García, Rosa Martín, Quino Marín, Nanu González, Raquel Lagartos, Pablo Ballesteros, Óscar Vázquez, Julia Castaño, Bruno M. Tabares, Anxelu González, Angélica Chamorro, Goyo Rodríguez, Celia Pandiella, Clara Pergon, Diana Sobrado, Beatriz Llavona, Javier Rodríguez, Kiyary Do, Marina Saavedra, Alba Blanco Lobo, Ivor Arce Ormazabal, Sara Pérez, Paula Marco, Andrea Franceschi, Andrea Sotorrío, Vanessa Riesgo, Manuela Estevan , Ana Qu y Carolina Mattos.
Tenéis más información en la web de APIAST.
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