Marta Serrano: “Siempre me dicen que mis dibujos son redonditos, muy gorditos, como muy tiernos”

Marta Serrano: “Siempre me dicen que mis dibujos son redonditos, muy gorditos, como muy tiernos”

He quedado con Marta Serrano en la Plaza de Santo Domingo. Su trabajo está cerca. Llego con tiempo y atravieso la plaza. Paso junto a la estatua de Fray Luis de Granada, miro a un lado y a otro, pero sólo veo a unas cuantas personas que toman una cerveza en una terraza. Son las dos de la tarde. Levanto la vista y admiro la fachada de la Iglesia de Santo Domingo, con esas pinturas que la hacen tan especial y tan distinta a las demás. En una esquina, cerca de la fachada espero. En cuanto entra en la plaza creo que es ella.

Marta llega por la esquina opuesta, al final nos encontramos bajo la estatua y comprobamos, los dos, que no nos equivocamos de persona. Elegimos el banco que está más cerca de la fachada de la iglesia, y ahí comenzamos a charlar.

Marta es licenciada en Bellas Artes, técnico superior en Diseño y Producción Editorial, y posee un postgrado en Ilustración para Publicaciones Infantiles y Juveniles. Me cuenta todo esto antes de confesar que a ella, lo que más le gusta, es el lápiz, y que sus dibujos son siempre muy redonditos.

“Una de las cosas de la ilustración es la funcionalidad, que te tienes que aplicar. Siempre me dicen que mis dibujos son redonditos, muy gorditos, como muy tiernos, …también me gusta mucho la figuración. Según lo que vaya a dibujar uno. Siempre voy hacia algo muy infantil, más sencillo, y si es menos infantil, hacia la figuración”.

Sus palabras concitan toda mi atención. Su manera de conversar y de explicar las cosas me resulta muy familiar, y me entrego de lleno a escuchar cómo el ordenador ayuda mucho en este trabajo. Eso sí, mis ojos recorren una y otra vez el mismo camino, desde sus ojos a las lucecitas que indican el nivel de grabación en mi grabadora, pasando, siempre, por el ‘pirsin’ que adorna su nariz.

“Yo puedo hacer ilustraciones digitales, hasta completamente manuales. Para el color, me ayuda bastante. A no ser que use collage, porque claro, siempre la rapidez que te da de cambiar de color, de pincel, … te da otro toque, no la calidez de las técnicas manuales, pero con el poco tiempo que hay para los proyectos…”

Aún no ha publicado con ninguna editorial, y reconoce que es un trabajo difícil para el que hay que moverse mucho. Algo que está empezando a hacer con un proyecto personal, su primer cuento, que ya tiene terminado, y que busca editorial. También trabaja en su tesis para el doctorado.

“Los ilustradores tienen que ir con su carpeta, sus páginas, su pendrive, con todo a las editoriales, las ferias, … Quien haya trabajado ya para una editorial puede que haya relación, más feeling, y las editoriales cuentan con ellos. Cuando estás en el anonimato hay que mandar mucho e-mail, llamar a muchas puertas, también hay agencias de ilustradores, asociaciones, es difícil. Yo hasta ahora las ilustraciones que he hecho han sido en mi puesto de trabajo. Tengo que mover varios proyectos y hay que ver cómo hacerlo.”

En cuanto Marta me habla de los desplegables enseguida me viene a la mente el que leo muchas noches a Mario. ’10 viajes y 1 sueño’ es su título, y el peque ‘flipa’ cada vez que una de sus páginas se convierte en un auténtico escenario en el que las puertas y las ventanas esconden algo, y el que siempre hay alguna pestaña de la que tirar para descubrir algún movimiento nuevo. Todo esto que pasa en un segundo por mi cabeza me hace preguntarme por lo que hay detrás de esas páginas.

“Es complejísimo. En EE.UU. creo que sí hay una especie de estudios superiores de lo que es ingeniería de papel. Yo lo estoy haciendo un poco, pues cogiendo libros, trasteándolos intentando no destrozarlos, viendo cómo los han hecho, y un poco con la cuenta de la vieja, como quien dice. Imprimo en casa y si no funciona vuelvo a imprimir. Al milímetro tiene que funcionar todo. Hay mucho mecanismo entre página y página. Es muy complejo y absorve muchísimo. Tienes que ponerte el chip y pensar en ese lenguaje. Es muy difícil también porque tú no puedes pensar en las ilustraciones de un cuento y luego decir, ahora las paso a pop up. No, tienes que pensar en todo a la vez, qué vas a contar, con qué mecanismo de papel lo puedes contar, cómo lo vas a ilustrar y, la verdad es que es muy duro. “

Como me gusta enfrentar a la palabra con la imagen y que los ilustradores y las ilustradoras hagan de árbitro, le pongo este traje también a Marta. Para ella se complementan perfectamente una con la otra, nunca luchan una contra la otra, ni pueden ir en direcciones distintas. Algo parecido pasa con los cuentos en papel y los cuentos para libro electrónico, cada uno tiene su camino, pero nunca el camino de uno cortará el del otro.

“En el caso del álbum infantil, a pesar de que se lleva diciendo mucho tiempo que esto irá en detrimento del papel, nada. Se publican libros pero se hacen en los dos formatos, en papel y en digital. Está bien en algunos casos porque los electrónicos traen muchos complementos, juegos, interacciones. Para mí, no es lo mismo que coger un libro, y mucho menos en el caso de los desplegables. Un padre que se pone con el niño con el libro, páginas para adelante, para atrás, le das la vuelta, … No creo que suponga una amenaza para el papel.”

Marta obtuvo en 2007 el Premio Nacional al mejor expediente en Formación Profesional, rama de Artes Gráficas, que concede el Ministerio de Educación, y también el Premio Extraordinario autonómico al mejor expediente que otorga la Junta de Andalucía. En 2011 se hizo con el Premio de Dibujo Antonio Povedano, primer premio de dibujo otorgado en el XXI Curso de Dibujo y Escultura en Bronce del Ayuntamiento de Priego de Córdoba.

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