Jorge González y “El Gran Surubí”: “La ilustración debería ser algo así como una idea, un disparo que entra directamente a las vísceras, no importa la excusa desde donde nazca”

Jorge González y “El Gran Surubí”: “La ilustración debería ser algo así como una idea, un disparo que entra directamente a las vísceras, no importa la excusa desde donde nazca”

En una Argentina apocalíptica en la que ya no hay qué comer, el Ejército recluta a los varones mayores de dieciocho, los uniforma y los obliga a pescar. Entre ellos, el protagonista Ramón Paz y sus amigos escritores. En los afluentes del río Paraná han crecido surubíes enormes que son atrapados por botes de Gendarmería y suministrados a los habitantes del país. Uno de ellos es gigante. Los reclutas pasan hambre, pescan de noche, mueren ahogados, quieren escapar.

El gran surubí” es el gran poema moderno que Pedro Mairal y Jorge González -texto e ilustraciones- compusieron en forma de folletín para la revista Orsai en 2012. “Reunir estos sesenta sonetos y sus dibujos en un solo libro, más que un gusto, es una obligación literaria”, leemos en la web de la revista Orsai. Nosotros hemos querido hablar con el autor de las ilustraciones, Jorge González, para que nos contara más detalles sobre este interesante libro.

“Hernán Casciari, director de la revista Orsai, quería publicar otra vez algún trabajo mío pero tenía poquísimo tiempo como para meterme en un nuevo proyecto -nos cuenta Jorge-. Le dije un par de veces que no podía y sin hacerme mucho caso me envió un mail con los primeros sonetos de Pedro Mairal. La obra se llamaba “El gran surubí”. Los leí y solo pude decir que sí. Encontrar el tiempo para ilustrarlo quedó en segundo plano”.

¿Qué es un surubí? “Es un pez que en la Argentina habita en las aguas de los ríos que forman la Cuenca del Plata y abunda sobre todo en el Paraná Medio todo el año. Se aproxima a la idea poética de un Moby Dick”.

¿Cómo definirías las ilustraciones para este libro? ¿Están en la línea de trabajos anteriores? “Creo que es algo nuevo para mí. Empecé a pintar sin más, a no pensar mucho ni en composiciones ni en atmósferas adecuadas. La idea era disfrutar pintando y dibujando. De pronto me encontré con un montón de trabajo acabado sobre la mesa. Lo comencé a mezclar y en un par de horas me di cuenta de que estaba ante algo distinto. Esa clase de encuentros son bienvenidos”.

¿Con qué técnica están hechos? “Con lápices y pasteles grasos. Luego compongo las imágenes con el Photoshop”.

¿Cómo fue el proceso de elaboración del libro? “Desde el comienzo tenía los sesenta sonetos, conocía la historia entera. Cada dos meses me volcaba durante un par de semanas a resolver los 10 sonetos que iban a estar en cada número de Orsai”.

¿Es muy diferente ilustrar un texto en prosa y un soneto? “No sabría que contestarte, pero me parece que la ilustración debería ser algo así como una idea, un disparo que entra directamente a las vísceras, no importa la excusa desde donde nazca”.

¿Cómo fue el trabajo con Pedro Mairal? “Cada dos meses él iba viendo las diez ilustraciones que realizaba para la revista. Me contaba por mail sus sensaciones y siempre eran buenas y sorprendentes. A él también le gustaba como iba quedando y como se asociaba su texto a mis dibujos”.

¿En qué estás trabajando ahora mismo? “Por suerte con muchas cosas. Estoy con dos novelas gráficas, una con guión de Gani Jakupi, “Retour au Kosovo” y otra que estoy escribiendo junto a Hernán González, “Llamarada”. Acabo de terminar dos historietas para Francia, una sobre Allende para La Revue Dessinée y otra para WebtripComics. Estoy por finalizar “El Capitán Barbosa” para Mamut y a punto de comenzar “El Señor de las moscas” para El libro del Zorro Rojo.