‘Cuando el negro se hace rosa’ es un libro sobre sexo. Un “exquisito homenaje al erotismo” de la mano de 10 artistas imprescindibles: Amaia Arrazola, Paula Bonet, Ricardo Cavolo, David de las Heras, Maria Herreros, LyonaIvanova, Mariadiamantes, Sergio Mora, Conrad Roset y Chamo San.
10 ilustraciones inéditas y exclusivas, de diferentes estilos y elaboradas con muy diferentes técnicas, acompañadas en su reverso por textos (narrativos, abstractos, poéticos, surrealistas) u otros guiños. Cada artista ―desde su imaginario personal― aporta un detalle, un momento, una instantánea, creando un conjunto de escenas eróticas o sexuales que cuentan una historia. Un libro que edita Lunwerg.
Paula Bonet
“La experiencia ha sido maravillosa. Que un proyecto como este surja del modo en el que surgió (unas cervezas improvisadas), que todos los presentes valoremos del modo en el que lo hacemos el trabajo del otro, que hayamos conseguido la libertad que queríamos cuando surgió la idea, que una editorial como Lunwerg nos haya publicado sin ningún tipo de censura, son regalos mayúsculos. Personalmente me hace muy feliz poder formar parte de este libro que entiendo como una alabanza a la amistad y a nuestro oficio”.
“Creo que todo lo caliente del texto está contenido en esos preliminares que he pintado. Una caricia, un lametazo o un mordisco preceden todo lo que viene después y de algún modo lo contienen. A las babas, el semen y el sudor, un lametazo bien dado los proyecta al exterior inevitablemente”.
“El trabajo que hemos hecho en este libro es un trabajo muy poco encorsetado. Sin censura, sin retoques, sin pulir. Mostrándonos tal cual somos. Liberando al animal y despreocupándonos de alejarnos de la idea que se tiene de cada uno de nosotros desde fuera”.
Lyona
“La experiencia ha sido básicamente brutal, para mi es todo un honor poder compartir páginas con estos monstruos de la ilustración, y todavía más bonito me parece que todo haya salido de una noche de borrachera entre amigos. Tener finalmente el libro entre las manos tal y como lo imaginamos esa noche es bastante increíble. Además, personalmente me apetecía mucho romper un poco con el tipo de ilustraciones que suelo hacer, y hacer algo un poco más gamberro”.
“En mi ilustración quería hablar de una de mis fantasías. Una orgía. Plasmar cómo los cuerpos danzan entre ellos, cómo se rozan, cómo se acarician, cómo encajan,… Para hacerlo he utilizado lápiz combinado con color digital”.
Ricardo Cavolo
“Yo normalmente no soy muy amigo de los proyectos colectivos, pero en este caso me ha roto los esquemas para bien. Surgió de una manera totalmente casual mientras estábamos todos de cañas y desde el principio el proyecto ha tenido un carácter lúdico y de pasárnoslo bien los diez juntos. No encuentro muchos proyectos en los que dibujar sobre el sexo, así que siempre que se da la oportunidad es un proyecto interesante”.
“Mi ilustración habla de un sexo primitivo, casi animal. Olvidándose de todas las convenciones sociales y simplemente dejándose llevar. Mi técnica es tintas caligráficas sobre papel”.
María Herreros
“Ha sido un honor poder publicar con compañeros y amigos. Un proyecto que ha surgido de verdad del cariño y la admiración que nos tenemos”.
“Mi ilustración está inspirada estilísticamente en la erótica japonesa. Genitales ampliados contrastando con gestos y posturas elegantes… La idea era hacer un homenaje a la carta erótica. Por un lado la pareja de mi ilustración ha compartido unos escritos, y hay caligrafiadas unas palabras en torno al tema. Y por el reverso he recopilado fragmentos de las cartas de James Joyce a su mujer. La técnica es rotulador y grafito”.
Chamo San
“La experiencia ha sido muy entretenida y natural. Nos juntamos una noche para tomar unas cervezas y entre anécdota y anécdota (algunas subidas de tono, como puedes imaginar) salió la idea de hacer un libro juntos. Y al día siguiente, aún con resaca y antes de que la motivación del momento se perdiese y el libro cayese en el cajón de los proyectos que nunca se harán, ya habíamos hablado con Lunwerg para que nos editara este capricho. Una vez ya era todo real hicimos cada uno lo que nos vino en gana, sin ningún tipo de filtro, censura, dirección, etc. Es decir, que finalmente tenemos un conjunto de ilustraciones completamente dispares en estilo pero unificadas por el formato y la paleta de colores. Naturalidad, libertad y placer en el proceso y la culminación; como el propio sexo”.
“La ilustración vino primero. Tenía muy claro que tenía que ser una imagen que relatara el acto sexual, sin llegar a la explicitud de la industria pornográfica. Para mucha gente, el porno es la única fuente gráfica vinculada al sexo y todos lo que lo hemos practicado alguna vez, sabemos que hay bastante diferencia entre el porno y el sexo real. Lo que más me interesaba es esa especie de trance en el que a veces puedes llegar a perderte, mientras te fundes con la otra persona”.
“Como curiosidad decir también que se trata de una sola pareja y un único acto sexual en el cual todas las piernas de la chica van a parar al mismo lugar (se superponen) pues es él el que se mueve a su alrededor (también se ve en algún brazo del chico). La composición es una parte importante para que se entremezclen los cuerpos y se cree este orden desordenado. No quería que el texto fuera redundante y explicar una historia sobre lo mismo, así que escogí cuatro palabras cortas e hice un lettering algo ilegible en el que besar, se mezcla con morder y el placer con la pasión”.
Sergio Mora
Amaia Arrazola me contó que el proyecto se gestó en una noche de borrachera y, aunque no estuve en esa fiesta, después de la resaca me invitaron a participar en el libro. En año 2007 yo había hecho una serie erótica para una exposición en la galería Iguapop titulada “Kamasutra”, que después se recopiló en un libro del mismo título, y me pareció divertido retomar el tema después de 9 años”.
“Lo que he hecho ha sido revisitar una de las pinturas que hice para aquella exposición. La pintura original era un cuadro grande pintado con acrílico, pero para este caso me pareció más apropiado hacer una versión más gráfica, con tintas planas”.
“La ilustración se titula “Sex machine” y en ella podemos ver a un robot haciendo un trio con dos chicas.
Pensé en escribir un texto pero me pareció más sugerente dejar solamente el título. “El trio” es una de las fantasías sexuales más comunes en los hombres. Todos los hombres fantaseamos con la idea de acostarnos con dos mujeres a la vez. Cuando estás en pareja hacer realidad esa fantasía es más complicado, sobretodo porque las mujeres muchas veces también tienen esa misma fantasía, pero en su fantasía no suele haber dos mujeres sino dos hombres. En ese punto aparece el conflicto que define la tragicomedia humana: Ahí entran en juego los instintos, las emociones y los pensamientos. Esas tres partes que definen nuestro ser, están obligadas a convivir y ponerse de acuerdo en una gran coalición. Es por eso que he dibujado a un robot. En cuestiones de tríos, si no eres soltero ni eres James Brown, es mucho más fácil si eres un robot”.