Entrevistas
Bárbara Sansó y «Cuando desapareció el mar»: «Mi idea al desarrollar las ilustraciones era crear espacios que provocaran cierto desasosiego, porque creí que el tema requería este sentimiento»

«¿Los barcos no van por el mar? Entonces ¿qué hacen estos aquí en el desierto?», pregunta Alexandre. Su padre le explica que este desierto había sido un mar enorme y que los habitantes de la zona vivían de la pesca, hasta que un día, unas máquinas desviaron el agua. Alexandre, impresionado por este desastre ecológico, desearía buscar una solución para recuperar de nuevo el mar de Aral…
Con este planteamiento Editorial Juventud nos presenta «Cuando desapareció el mar», un libro escrito por Francisco Sánchez e ilustrado por Bárbara Sansó. Ellos dos nos han dado algunas pinceladas más sobre este interesante proyecto.
Francisco Sánchez: «Nació gracias a una exposición de la fundación Roca sobre el mar de Aral, y en especial al documental que allí se proyectaba «Aral, el mar perdido» dirigido por Isabel Coixet».
«Encontrarán la historia de un mar que se encontraba lleno de vida y acabó convertido en un desierto, continúa Francisco. En su intención está explicar este desastre real y dejar en el lector más allá de la tristeza una puerta abierta a la esperanza».
¿Qué dirías que tienen de característico las ilustraciones para este libro? ¿Hay algo diferente respecto a otros trabajos?
Bárbara Sansó: «Mi idea al desarrollar las ilustraciones era crear espacios que provocaran cierto desasosiego, porque creí que el tema requería este sentimiento. Para conseguirlo tuve que trabajar mucho el tratamiento del color y sin duda también los encuadres».
«Creo que lo más diferente respecto a otros trabajos que he realizado es el sentimiento que transmiten estas ilustraciones, pues mi tendencia siempre había sido la utilización de una gama de colores con más saturación, con sus consecuentes connotaciones positivas, y que no me podía permitir, por la temática, en este caso».
¿Con qué técnica están hechas? ¿Es con la que trabajas habitualmente?
Bárbara: «Realizo siempre el dibujo a lápiz y seguidamente lo escaneo. Realizo texturas con diferentes técnicas tradicionales (principalmente acrílico) y las fusiono digitalmente, algunas veces también con texturas fotográficas. Me gusta el resultado de la superposición de texturas. El tema del color siempre lo rectifico digitalmente. Ésta es la técnica con la que normalmente trabajo, pero en otros trabajos, como por ejemplo, en la ilustración de poemas, utilizo la acuarela, creo que es el lenguaje apropiado para esta temática. Otras veces he realizado ilustraciones exclusivamente digitales. Me apasiona probar técnicas nuevas».
¿Cómo fue el proceso de elaboración de este libro?
Bárbara: «Siempre realizo, en todos mis proyectos, unos sencillos bocetos iniciales de las ilustraciones del libro completo. En este caso nos reunimos con Francisco, el autor del libro, para comentarlos y modificarlos si lo veíamos oportuno. A partir de ahí realizamos tres ilustraciones acabadas para presentarlas, junto con el texto, a las editoriales. Seguidamente, al tener ya la posibilidad de publicarlo, continuamos el proceso con las ilustraciones restantes. Siempre primero blanco y negro, revisión con el autor, y finalmente color».
¿En qué estás trabajando ahora?
Bárbara: “Cuando desapareció el mar” forma parte de una serie ideada por Francisco Sánchez que trata diferentes desastres ecológicos de la historia. Ahora mismo estamos planteando el siguiente álbum que acoge el tema de la marea negra.
Álbum Ilustrado
Víctor Jaubert teje ‘La colcha de nuestros recuerdos’

Un bello e inspirador texto nos lleva de paseo a través de la labor que, generación tras generación, han realizado todas y cada una de las mujeres de esta familia. Madres, abuelas, hermanas, tías, hijas, sobrinas, primas y nietas. Generación tras generación, todas ellas han mantenido una hermosa tradición: dejar bordada su esencia en una hermosa colcha, dando lugar a una tela, valiosa y única, forjada a base de amor y recuerdos. Mujeres tan distintas y, a la vez, tan unidas que, juntas, han tejido una hermosa familia. Pero, ¿podrá seguir siendo así? ¿Quién se encargará ahora de mantener esta tradición tan especial? ‘La colcha de nuestros recuerdos’ es una historia de respeto por las tradiciones que pone en valor la familia como el pilar fundamental de nuestras vidas. Pero ¿podrá mantenerse esta hermosa tradición? La editorial Cuento de Luz nos invita a dejarnos sorprender por esta maravillosa historia tejida por Desirée Acevedo y Víctor Jaubert. Con éste último charlamos un poquito más sobre este libro.

¿Dónde está el origen de este proyecto? “El mes de mayo del 2024, conocí en persona a Desireé Acevedo en mi estudio en La Laguna, Tenerife. En los pocos minutos que duró nuestro encuentro surgieron muchas ideas y ganas de trabajar juntos. A las pocas semanas me propone para que forme parte de esta bonita historia de la colcha y la editorial Cuento de luz confió en mi trabajo y dio luz verde al proyecto”.
¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Lo que cuenta ‘La colcha de nuestros recuerdos’ es una bonita historia que se va tejiendo página tras página. Ilustraciones que narran y describen a las personas que han formado parte de su elaboración y como las nuevas generaciones quieren formar parte de ella. Una familia unida a través de una tradición”, nos cuenta Víctor Jaubert.

¿Qué te pareció el texto de Desirée la primera vez que lo leíste? “El texto de Desirée desde una primera lectura me pareció algo entrañable. En el proceso hubieron pequeños cambios pero nunca perdió su esencia. Una historia muy acogedora y para leer calentito junto a seres queridos. Un texto que da pie a entablar conversación entre diferentes generaciones y contar historias de nuestra propia familia”.
¿Cómo ha sido el trabajo previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, de pruebas, no sé si de dibujos en algún cuaderno… “La historia es contada a través de diferentes generaciones por lo que se tuvo que tener en cuenta la estética en el transcurso de los años. Los bonitos vestidos de los años 40, peinados de los 60 o los pantalones de campana de los 70 -continúa Víctor Jaubert-. Las ilustraciones están enriquecidas con detalles y elementos que evocan ese paso del tiempo, medios de transporte, la evolución y forma de escuchar música, dando pie a revisionar la ilustración una y otra vez y encontrar esas referencias”.

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Bueno, para mí lo que tienen de característico o diferente las ilustraciones es que todos los escaneos que forman parte de las ilustraciones, como pueden ser flores, estampados… han formado parte de mi niñez y han sido hechos por mi familia. Quise darle ese toque, al igual que la historia, algo entrañable y familiar”.
“Yo crecí en la isla de La Palma y allí está la tradición de la seda, y el bordado palmero es muy conocido. Mi abuela, mis tías, han formado parte de esa tradición. Con la técnica del realce han quedado sabanas y bonitos manteles llenos de flores y bonitos adornos que han bordado ellas mismas”, asegura Víctor Jaubert.

¿Con qué técnicas trabajaste? “La historia gira entorno a la elaboración de una colcha, un trabajo manual y con mucha dedicación y detalle, por lo que quise que ese trabajo manual estuviera presente en la elaboración de las ilustraciones. Cada ilustración tiene un 70 por ciento hecho a mano, técnicas tradicionales como el lápiz de color, la tempera, el collage y escaneo… el resto es digital. Combinadas de una forma que se integraran lo más armónicamente posible evitando fisuras o diferencias extremas”.


Cuéntanos un poco más sobre el trabajo de elaboración de este libro. “En el proceso y búsqueda de información y detalles para las ilustraciones, me ha pasado yo creo que uno de los objetivos que el cuento pretende, evocar recuerdos y sin querer, una unión entre diferentes generaciones para contar y conocer más a nuestra familia. En mi casa familiar que mantiene su esencia intacta desde siempre he pasado tardes rebuscando entre las diferentes cajones de armarios, observando y descubriendo cosas que ni sabía que teníamos. Cada prenda, cada bordado daba pie a una historia y a un recuerdo que mi madre me contaba orgullosa”, recuerda Víctor Jaubert.
¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Actualmente he terminado un libro sobre una fiesta popular de la isla de La Palma, donde crecí. A través de las ilustraciones, hablo de esta tradición que se hace cada cinco años, La Bajada de La Virgen de Las Nieves. Dirigida para el niño que la quiera conocer y al adulto que la quiere recordar. Y pronto tendré una segunda colaboración con Daniel Nesquens en la editorial Diego Pun, la primera fue “Miércoles” de la misma editorial.
Cómic
Léa Mazé y ‘Elma, una vida de osa’

Elma y Papá Oso tienen que marcharse. Dejar su hogar en el bosque y lanzarse a un largo y arriesgado viaje del que Papá Oso no quiere desvelar ni el destino ni el motivo. Para Elma, una niña humana temperamental y cariñosa de casi ocho años criada desde bebé por el animal, el viaje es un misterio y solo sabe que irán lejos, muy lejos. El oso, en cambio, es plenamente consciente de que tiene que disfrutar de estos preciados momentos, ya que son los últimos juntos. Aceptó una misión hace siete años y ahora tiene que “devolver” a la pequeña humana. ¿Por qué razón? ¿Y por qué parece que el mismísimo bosque no quiere que padre e hija consigan terminar el viaje?
Los caracteres de los dos miembros de esta familia muy unida chocan a lo largo de un peligroso recorrido hacia el destino de Elma, recordando por momentos al Libro de la selva. La ternura y el suspense están presentes en cada una de las páginas de esta historia de Ingrid Chabbert, creadora de un relato iniciático que aborda cuestiones como la madurez, la resiliencia y el luto. Vuelve a impactar el colorido trabajo de la talentosa Léa Mazé, autora completa de la trilogía Los Muértimer (Astiberri, 2021-2022), ganadora entre otros galardones del premio al mejor cómic infantil ACBD (Asociación de periodistas y críticos de cómic de Francia). Con ella hemos charlado un poco más sobre su trabajo en ‘Elma, una vida de osa’.

¿Dónde está el origen de este proyecto? Léa Mazé: “El proyecto nació en 2016. En ese momento, solo había publicado un cómic; yo estaba apenas empezando. Un día recibí un correo electrónico de Ingrid, a quien todavía no conocía personalmente, quien me ofreció el guión de Elma. ¡Me sentí muy halagada y emocionada de que ella pensara en mí para esta historia! Además, los planetas estaban alineados: estaba haciendo las maletas para irme a Quebec durante varios meses. Así que pude inspirarme en los fabulosos colores del otoño y los paisajes canadienses para crear los decorados”.
¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Los lectores encontrarán dos personajes extremadamente entrañables: Elma, una pequeña y alegre humana del bosque, y su Papá Oso, un oso gruñón con un corazón tierno. Ambos se embarcan en un viaje lleno de obstáculos, donde vemos florecer su hermosa relación padre-hija. Es una historia llena de aventuras, secretos, peligros, pero también llena de ternura, emoción y amor”.

¿Qué te pareció la historia de Ingrid la primera vez que la leíste? “Me encantó inmediatamente la atmósfera del bosque y los personajes -nos cuenta Léa Mazé-. En sus diálogos, Ingrid logró destilar una vivacidad y una complicidad loca entre Elma y Papá Oso, lo que me permitió visualizar inmediatamente los dibujos, los escenarios, las miradas. ¡Fue una historia hecha para mí!”
¿Qué hay de Léa en el personaje de Elma? “Al igual que Elma, me encanta la naturaleza y es en el bosque donde mejor me siento. Por otro lado, cuando era pequeña era muy tímida y tenía miedo de todo… ¡así que Elma es demasiado atrevida para mí!”

¿Cómo ha sido el trabajo previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, de pruebas, no sé si de dibujos en algún cuaderno… “Antes de empezar a dibujar, paso mucho tiempo recopilando documentación, haciendo bocetos de los personajes e investigando los escenarios. ¡También hice muchas pruebas de herramientas, técnicas de color, pinturas, papeles varios y variados antes de encontrar la técnica final!, asegura Léa Mazé.



¿Qué dirías que tienen de característico de tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente respecto a otros trabajos? “Elma, una vida de oso” es la primera tira cómica que he creado íntegramente con pintura. Descubrí lo mucho que me encantaba pintar y lo mucho que esta técnica daba vida a mis dibujos. ¡Aprendí y mejoré mucho con este libro y cambió mi visión del dibujo para siempre!”
¿Qué nos puedes contar del uso del color? ¿Con qué técnicas trabajaste? “Como era mi primera vez trabajando con pintura, no tenía mucha confianza. Entonces encontré una técnica para tranquilizarme: pinté las páginas de Elma sobre papeles de colores (papel amarillo para el atardecer, azul para las escenas nocturnas, gris para los días de lluvia, etc.). Así que tuve una base desde la cual trabajar para crear el ambiente de iluminación que quería. Antes de empezar a pintar, siempre hacía un boceto rápido de los colores en la tableta, lo que me permitía saber hacia dónde iba. Luego agregué las áreas planas en gouache, las texturas en lápiz de color y los detalles y contornos en tinta”, afirma Léa Mazé.

Cuéntanos un poco más sobre el trabajo de elaboración de este libro. “Con Ingrid tuvimos la suerte de encontrar inmediatamente un editor que se enamoró del proyecto. Entonces fue todo un reto, porque al mismo tiempo estaba dibujando la serie “Los Muértimer”. Además, los dos volúmenes 1 fueron publicados el mismo día en Francia (en Francia Elma fue publicada en dos volúmenes, unidos en un solo volumen integral en la edición española de Astiberri). Así que fui pasando de un álbum a otro, y no conté mis horas de trabajo… Aunque trabajé mucho, disfruté mucho dibujando y pintando esta historia, cada página era un nuevo desafío y una alegría absoluta de lograr”.


¿En qué estás trabajando ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Actualmente estoy trabajando en un cómic en solitario que se lanzará en Francia en 2026. Por primera vez, me dirijo a un público adulto en una historia que combina ciencia ficción, road movies e historias íntimas. Sigue a un grupo de centenarios que descubren que son inmortales… pero que aún envejecen. Es una historia divertida y conmovedora a la vez, que me permite abordar muchos temas que me llegan al corazón. ¡Y como Elma, dibujo todo el álbum en papel de colores!”
Cómic
Javi Rey su trabajo más personal: ‘Le llamábamos Bebeto’

“Le llamábamos Bebeto porque todo el mundo le llamaba Bebeto y no nos importaba cuál era su verdadero nombre. No sabíamos gran cosa de él. Solo que era mayor que nosotros y que siempre estaba sentado en las gradas mirándonos jugar. Siempre estaba en las pistas. Siempre. Como las porterías o las rayas gastadas del terreno de juego. Como las flores que volvían a crecer cada primavera entre las grietas del cemento…”. Javi Rey nos presenta su obra más personal. Un emotivo drama costumbrista ambientado en el Baix Llobregat catalán. Todo un viaje en el tiempo cargado de nostalgia que nos habla del duelo y del paso de la infancia a la edad adulta. Un cómic que edita Norma Editorial y sobre el que hablamos un poquito más con Javi Rey en las siguientes líneas.

¿Dónde está el origen de este proyecto? “En dos relatos que tenía escritos desde hace tiempo y que, a medida que fui madurando como narrador y ganando confianza en mí como autor completo, vi con claridad que podían dar forma a una historia más larga y compleja”.
¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Dos veranos en la vida del narrador, Carlos, que desde su edad adulta recuerda esa etapa vital desde cierta culpa por cómo se comportó en su relación con Bebeto, un personaje con una sensibilidad especial que no encaja en el contexto en el que vive, los años 90 de una ciudad de extrarradio de Barcelona -continúa Javi Rey-. Carlos quiere crecer antes de tiempo y se siente atrapado y sin alternativas a una sensación que empieza a invadirle: mi futuro está decidido por el hecho de haber nacido aquí. En el fondo, cada vez pienso más que la historia trata de la búsqueda desesperada de referentes de un chico que sabe que quiere otra cosa, pero nadie le ha mostrado el camino a algo diferente nunca”.

¿Qué hay de Javi en toda esta historia? “Me baso en mi infancia, en el contexto en el que crecí y en emociones que yo mismo he vivido. Pero es solo el punto de partida necesario, o que yo vi necesario, para atacar mi primer libro con guión y dibujo. Todo lo que sucede es pura ficción”.
¿Cómo ha sido el trabajo previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, de pruebas, no sé si de dibujos en algún cuaderno… “Muy fácil. Me he dejado llevar por aquello que me salía natural y, al trabajar en una época vivida por mí, he tirado mucho de memoria visual”, nos cuenta Javi Rey.

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Es difícil para mí responder a este pregunta. Pero sí puedo decir que es un libro en el que el aspecto gráfioa ha salido de forma muy natural y sin forzarlo”.
¿Con qué técnicas trabajaste? “Siempre trabajo con tableta gráfica, dibujo digital”.

Cuéntanos un poco más sobre el trabajo de elaboración de este libro. “Sigo las pautas tradicionales: escritura, story, dibujo y color. Quizá lo más destacable es lo que he comentado antes, que todo nació de dos relatos terminados y escritos con pretensión de ser relatos, no guiones. Luego, es cierto que en todas las fases, incluso en la de color, y aunque el guión estuviera ya hecho, he retocado diálogos o voz en off para ajustarlos cada vez más a lo que quería. El proceso de reescritura ha sido enorme”, asegura Javi Rey.

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Estoy dibujando una historia escrita por José Louis Bocquet, guionista francés, que fue antes mi editor durante muchos años en la colección Aire Libre de Dupuis. Es un libro para Dargaud Benelux y se trata de una adaptación de una novela de George Simenon. Saldrá el año que viene, para Angulema, creo en el mercado franco-belga”.
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