Entrevistas
Ana Juan y la ‘Trilogía del Mar del Norte’: «Cada escenario tendría una historia donde el amor estuviese presente, en la que ocurriese un hecho extraordinario que se convertiría en leyenda»

Puerto de Hamburgo, año de 1914. Acaba de desatarse la I Guerra Mundial y los barcos alemanes parten hacia el frente. Hans, un soldado de la Armada teutona, se despide de Ada, la chica con la que acaba de iniciar una relación. Antes de partir, él le hace seis promesas que, aun en su ausencia, mantendrán vivas en el cuerpo de Ada las huellas de su amor.
Así nos presenta Edelvives ‘Promesas‘ el primero de los tres títulos que dan forma a la Trilogía del Mar del Norte, a la que dan forma Matz Mainka y Ana Juan. El segundo título es ‘La Isla‘ y cerrará la trilogía ‘Hermanas‘, que es el que falta por llegar a las librerías. Estos álbumes ilustrados forman parte de la colección ‘Contempla‘ de Edelvives, que está dedicada al álbum ilustrado para adultos. Con Ana hemos charlado un poco más sobre este proyecto.
¿Cómo surgió la idea de realizar esta trilogía? ¿Cómo nació el proyecto? «Es una larga y algo complicada historia. Hace unos años un editor de la editorial Kodansha en Japón, a quien ya conocíamos de anteriores trabajos, nos contó que estaban preparando el segundo número de una revista muy especial llamada «Mandala». «Mandala» era una revista de cómics de autor pero donde él pensaba que mi trabajo tendría un lugar. Lo más sorprendente es que Mr. Shin, nos propuso realizar una historia a los dos, Matz se encargaría de escribirla y yo de ilustrarla. Nos habló de realizar una serie y pensamos en una que fuese a modo de recopilación de historias olvidadas, leyendas del siglo XX que en un momento dado pasaron al olvido. En esta revista aparecieron «Hermanas» y «La Isla».
A pesar de que por fuera guardan una clara similitud, las páginas de ‘Promesas’ y de ‘La isla’ cambian sustancialmente. ¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para estos dos proyectos? «Hay una explicación : la revista «Mandala» duró solo tres números. En los dos últimos aparecieron cronológicamente primero «Hermanas» y en el tercer y último número «La Isla». Después del cierre de la revista recuperamos los derechos de las historias y más tarde la editorial italiana Logos nos propuso publicar estas dos historias en formato de álbum ilustrado, por lo que hubo que hacer una adaptación. Un año más tarde, Logos nos encargó la realización de la última historia y de esta manera cerrar esta serie como una Trilogía que por la situación geográfica donde se desarrollaban las historias se tituló «Trilogía del Mar del Norte».
«Esta es la razón de la diferencia que se aprecia entre «La isla» y «Promesas»: la primera fue concebida para ser publicada en una revista mientras que la segunda ya fue concebida para el formato de álbum ilustrado. Por criterios editoriales en España se ha invertido el orden de la publicación y ha aparecido la última historia, «Promesas» en primer lugar y «Hermanas» aparecerá en el último».
Háblanos de la técnica utilizada en ‘Promesas’… Aquí el uso del color es muy intencionado, o eso nos parece… «La técnica utilizada es muy sencilla: lápiz carbón sobre papel reservando el acento de color para los dibujos tatuajes en rojo dándoles así una identidad propia. Utilizando el color rojo como un elemento más en el lenguaje de la historia».
¿Qué cambia en este sentido en ‘La isla’? «En «La Isla», también tiene una intencionalidad el color. En esta historia lo más importante era potenciar el ambiente frío, opresivo y solitario de una isla en mitad de la nada. Para ello escogimos colores que se fundiesen en una grisalla que cercase a unos personajes sin futuro, enjaulados en una isla deshabitada. También hay algún pequeño acento de color pero siempre intencionado».
– ¿Cómo ha sido el proceso de trabajar en un proyecto que encierra tres proyectos? «En primer lugar las tres historias tienen que tener un nexo en común, nos gusta decir que son historias de amor y fantasmas. La elección de la época: los años justo después de acabar la I Guerra Mundial, la contienda había sembrado los campos de muertos y que junto a la llamada «Gripe española» habían dejado una Europa por donde deambulaban los espíritus de los muertos. Había voluntad y esperanza de volver a recobrar a los seres queridos y los sobrevivientes se aferraban a cualquier esperanza».
«Una vez tienes la clave de lo que quieres contar había que crear tres historias que compartiesen el mismo lugar geográfico, el Mar del Norte en Alemania. Pero cada una tiene un escenario diferente: La soledad de una isla, la ciudad portuaria y una pequeña ciudad de veraneo burgués al borde del mar. Cada escenario tendría una historia donde el amor estuviese presente, en la que ocurriese un hecho extraordinario que se convertiría en leyenda pero que los acontecimientos históricos del periodo de entre guerras las llevarían al olvido. Nuestro trabajo, a modo de falsos investigadores, era buscarlas, rescatarlas y devolverlas al imaginario público».
La ambientación de estas historias es un factor bastante importante… ¿cómo trabajaste este aspecto? «Este trabajo recae siempre en las manos de Matz, en primer lugar conoce muy bien los lugares descritos en las historias y que, a mi modo de ver son también protagonistas. Él es un gran amante de la historia y tiene mucha más afinidad que yo para los detalles que dan verosimilitud al relato. En cada historia, a pesar de estar todas fechadas en el mismo momento histórico, se reflejan distintos modos de vida desde la dureza de la vida campesina a la vida burguesa».
¿Cómo ha sido trabajar con Matz? «Somos pareja desde que nos conocimos en Tokio en los años 90, precisamente con una beca de la editorial Kodansha, pero a pesar de todos estos años, nunca habíamos trabajado juntos. Tuvo que ser la sorprendente propuesta del editor lo que nos reuniese en sentido profesional. Hay confianza y diálogo. Muchas veces nuestros campos se confunden y yo aporto a la historia y él hace de director de arte de mi trabajo. El resultado ha sido una buena colaboración».
Además de ver la tercera entrega de esta trilogía, ¿en qué otros proyectos andas metida? «Estoy trabajando en la ilustración de un par de libros, uno dentro del mundo infantil juvenil, y un segundo para adultos. También, poco a poco, uno de mi autoría y sueños varios que necesito realizar. Como siempre, voy robándole tiempo al tiempo».
Álbum Ilustrado
Víctor Jaubert teje ‘La colcha de nuestros recuerdos’

Un bello e inspirador texto nos lleva de paseo a través de la labor que, generación tras generación, han realizado todas y cada una de las mujeres de esta familia. Madres, abuelas, hermanas, tías, hijas, sobrinas, primas y nietas. Generación tras generación, todas ellas han mantenido una hermosa tradición: dejar bordada su esencia en una hermosa colcha, dando lugar a una tela, valiosa y única, forjada a base de amor y recuerdos. Mujeres tan distintas y, a la vez, tan unidas que, juntas, han tejido una hermosa familia. Pero, ¿podrá seguir siendo así? ¿Quién se encargará ahora de mantener esta tradición tan especial? ‘La colcha de nuestros recuerdos’ es una historia de respeto por las tradiciones que pone en valor la familia como el pilar fundamental de nuestras vidas. Pero ¿podrá mantenerse esta hermosa tradición? La editorial Cuento de Luz nos invita a dejarnos sorprender por esta maravillosa historia tejida por Desirée Acevedo y Víctor Jaubert. Con éste último charlamos un poquito más sobre este libro.

¿Dónde está el origen de este proyecto? “El mes de mayo del 2024, conocí en persona a Desireé Acevedo en mi estudio en La Laguna, Tenerife. En los pocos minutos que duró nuestro encuentro surgieron muchas ideas y ganas de trabajar juntos. A las pocas semanas me propone para que forme parte de esta bonita historia de la colcha y la editorial Cuento de luz confió en mi trabajo y dio luz verde al proyecto”.
¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Lo que cuenta ‘La colcha de nuestros recuerdos’ es una bonita historia que se va tejiendo página tras página. Ilustraciones que narran y describen a las personas que han formado parte de su elaboración y como las nuevas generaciones quieren formar parte de ella. Una familia unida a través de una tradición”, nos cuenta Víctor Jaubert.

¿Qué te pareció el texto de Desirée la primera vez que lo leíste? “El texto de Desirée desde una primera lectura me pareció algo entrañable. En el proceso hubieron pequeños cambios pero nunca perdió su esencia. Una historia muy acogedora y para leer calentito junto a seres queridos. Un texto que da pie a entablar conversación entre diferentes generaciones y contar historias de nuestra propia familia”.
¿Cómo ha sido el trabajo previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, de pruebas, no sé si de dibujos en algún cuaderno… “La historia es contada a través de diferentes generaciones por lo que se tuvo que tener en cuenta la estética en el transcurso de los años. Los bonitos vestidos de los años 40, peinados de los 60 o los pantalones de campana de los 70 -continúa Víctor Jaubert-. Las ilustraciones están enriquecidas con detalles y elementos que evocan ese paso del tiempo, medios de transporte, la evolución y forma de escuchar música, dando pie a revisionar la ilustración una y otra vez y encontrar esas referencias”.

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Bueno, para mí lo que tienen de característico o diferente las ilustraciones es que todos los escaneos que forman parte de las ilustraciones, como pueden ser flores, estampados… han formado parte de mi niñez y han sido hechos por mi familia. Quise darle ese toque, al igual que la historia, algo entrañable y familiar”.
“Yo crecí en la isla de La Palma y allí está la tradición de la seda, y el bordado palmero es muy conocido. Mi abuela, mis tías, han formado parte de esa tradición. Con la técnica del realce han quedado sabanas y bonitos manteles llenos de flores y bonitos adornos que han bordado ellas mismas”, asegura Víctor Jaubert.

¿Con qué técnicas trabajaste? “La historia gira entorno a la elaboración de una colcha, un trabajo manual y con mucha dedicación y detalle, por lo que quise que ese trabajo manual estuviera presente en la elaboración de las ilustraciones. Cada ilustración tiene un 70 por ciento hecho a mano, técnicas tradicionales como el lápiz de color, la tempera, el collage y escaneo… el resto es digital. Combinadas de una forma que se integraran lo más armónicamente posible evitando fisuras o diferencias extremas”.


Cuéntanos un poco más sobre el trabajo de elaboración de este libro. “En el proceso y búsqueda de información y detalles para las ilustraciones, me ha pasado yo creo que uno de los objetivos que el cuento pretende, evocar recuerdos y sin querer, una unión entre diferentes generaciones para contar y conocer más a nuestra familia. En mi casa familiar que mantiene su esencia intacta desde siempre he pasado tardes rebuscando entre las diferentes cajones de armarios, observando y descubriendo cosas que ni sabía que teníamos. Cada prenda, cada bordado daba pie a una historia y a un recuerdo que mi madre me contaba orgullosa”, recuerda Víctor Jaubert.
¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Actualmente he terminado un libro sobre una fiesta popular de la isla de La Palma, donde crecí. A través de las ilustraciones, hablo de esta tradición que se hace cada cinco años, La Bajada de La Virgen de Las Nieves. Dirigida para el niño que la quiera conocer y al adulto que la quiere recordar. Y pronto tendré una segunda colaboración con Daniel Nesquens en la editorial Diego Pun, la primera fue “Miércoles” de la misma editorial.
Cómic
Léa Mazé y ‘Elma, una vida de osa’

Elma y Papá Oso tienen que marcharse. Dejar su hogar en el bosque y lanzarse a un largo y arriesgado viaje del que Papá Oso no quiere desvelar ni el destino ni el motivo. Para Elma, una niña humana temperamental y cariñosa de casi ocho años criada desde bebé por el animal, el viaje es un misterio y solo sabe que irán lejos, muy lejos. El oso, en cambio, es plenamente consciente de que tiene que disfrutar de estos preciados momentos, ya que son los últimos juntos. Aceptó una misión hace siete años y ahora tiene que “devolver” a la pequeña humana. ¿Por qué razón? ¿Y por qué parece que el mismísimo bosque no quiere que padre e hija consigan terminar el viaje?
Los caracteres de los dos miembros de esta familia muy unida chocan a lo largo de un peligroso recorrido hacia el destino de Elma, recordando por momentos al Libro de la selva. La ternura y el suspense están presentes en cada una de las páginas de esta historia de Ingrid Chabbert, creadora de un relato iniciático que aborda cuestiones como la madurez, la resiliencia y el luto. Vuelve a impactar el colorido trabajo de la talentosa Léa Mazé, autora completa de la trilogía Los Muértimer (Astiberri, 2021-2022), ganadora entre otros galardones del premio al mejor cómic infantil ACBD (Asociación de periodistas y críticos de cómic de Francia). Con ella hemos charlado un poco más sobre su trabajo en ‘Elma, una vida de osa’.

¿Dónde está el origen de este proyecto? Léa Mazé: “El proyecto nació en 2016. En ese momento, solo había publicado un cómic; yo estaba apenas empezando. Un día recibí un correo electrónico de Ingrid, a quien todavía no conocía personalmente, quien me ofreció el guión de Elma. ¡Me sentí muy halagada y emocionada de que ella pensara en mí para esta historia! Además, los planetas estaban alineados: estaba haciendo las maletas para irme a Quebec durante varios meses. Así que pude inspirarme en los fabulosos colores del otoño y los paisajes canadienses para crear los decorados”.
¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Los lectores encontrarán dos personajes extremadamente entrañables: Elma, una pequeña y alegre humana del bosque, y su Papá Oso, un oso gruñón con un corazón tierno. Ambos se embarcan en un viaje lleno de obstáculos, donde vemos florecer su hermosa relación padre-hija. Es una historia llena de aventuras, secretos, peligros, pero también llena de ternura, emoción y amor”.

¿Qué te pareció la historia de Ingrid la primera vez que la leíste? “Me encantó inmediatamente la atmósfera del bosque y los personajes -nos cuenta Léa Mazé-. En sus diálogos, Ingrid logró destilar una vivacidad y una complicidad loca entre Elma y Papá Oso, lo que me permitió visualizar inmediatamente los dibujos, los escenarios, las miradas. ¡Fue una historia hecha para mí!”
¿Qué hay de Léa en el personaje de Elma? “Al igual que Elma, me encanta la naturaleza y es en el bosque donde mejor me siento. Por otro lado, cuando era pequeña era muy tímida y tenía miedo de todo… ¡así que Elma es demasiado atrevida para mí!”

¿Cómo ha sido el trabajo previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, de pruebas, no sé si de dibujos en algún cuaderno… “Antes de empezar a dibujar, paso mucho tiempo recopilando documentación, haciendo bocetos de los personajes e investigando los escenarios. ¡También hice muchas pruebas de herramientas, técnicas de color, pinturas, papeles varios y variados antes de encontrar la técnica final!, asegura Léa Mazé.



¿Qué dirías que tienen de característico de tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente respecto a otros trabajos? “Elma, una vida de oso” es la primera tira cómica que he creado íntegramente con pintura. Descubrí lo mucho que me encantaba pintar y lo mucho que esta técnica daba vida a mis dibujos. ¡Aprendí y mejoré mucho con este libro y cambió mi visión del dibujo para siempre!”
¿Qué nos puedes contar del uso del color? ¿Con qué técnicas trabajaste? “Como era mi primera vez trabajando con pintura, no tenía mucha confianza. Entonces encontré una técnica para tranquilizarme: pinté las páginas de Elma sobre papeles de colores (papel amarillo para el atardecer, azul para las escenas nocturnas, gris para los días de lluvia, etc.). Así que tuve una base desde la cual trabajar para crear el ambiente de iluminación que quería. Antes de empezar a pintar, siempre hacía un boceto rápido de los colores en la tableta, lo que me permitía saber hacia dónde iba. Luego agregué las áreas planas en gouache, las texturas en lápiz de color y los detalles y contornos en tinta”, afirma Léa Mazé.

Cuéntanos un poco más sobre el trabajo de elaboración de este libro. “Con Ingrid tuvimos la suerte de encontrar inmediatamente un editor que se enamoró del proyecto. Entonces fue todo un reto, porque al mismo tiempo estaba dibujando la serie “Los Muértimer”. Además, los dos volúmenes 1 fueron publicados el mismo día en Francia (en Francia Elma fue publicada en dos volúmenes, unidos en un solo volumen integral en la edición española de Astiberri). Así que fui pasando de un álbum a otro, y no conté mis horas de trabajo… Aunque trabajé mucho, disfruté mucho dibujando y pintando esta historia, cada página era un nuevo desafío y una alegría absoluta de lograr”.


¿En qué estás trabajando ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Actualmente estoy trabajando en un cómic en solitario que se lanzará en Francia en 2026. Por primera vez, me dirijo a un público adulto en una historia que combina ciencia ficción, road movies e historias íntimas. Sigue a un grupo de centenarios que descubren que son inmortales… pero que aún envejecen. Es una historia divertida y conmovedora a la vez, que me permite abordar muchos temas que me llegan al corazón. ¡Y como Elma, dibujo todo el álbum en papel de colores!”
Cómic
Javi Rey su trabajo más personal: ‘Le llamábamos Bebeto’

“Le llamábamos Bebeto porque todo el mundo le llamaba Bebeto y no nos importaba cuál era su verdadero nombre. No sabíamos gran cosa de él. Solo que era mayor que nosotros y que siempre estaba sentado en las gradas mirándonos jugar. Siempre estaba en las pistas. Siempre. Como las porterías o las rayas gastadas del terreno de juego. Como las flores que volvían a crecer cada primavera entre las grietas del cemento…”. Javi Rey nos presenta su obra más personal. Un emotivo drama costumbrista ambientado en el Baix Llobregat catalán. Todo un viaje en el tiempo cargado de nostalgia que nos habla del duelo y del paso de la infancia a la edad adulta. Un cómic que edita Norma Editorial y sobre el que hablamos un poquito más con Javi Rey en las siguientes líneas.

¿Dónde está el origen de este proyecto? “En dos relatos que tenía escritos desde hace tiempo y que, a medida que fui madurando como narrador y ganando confianza en mí como autor completo, vi con claridad que podían dar forma a una historia más larga y compleja”.
¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Dos veranos en la vida del narrador, Carlos, que desde su edad adulta recuerda esa etapa vital desde cierta culpa por cómo se comportó en su relación con Bebeto, un personaje con una sensibilidad especial que no encaja en el contexto en el que vive, los años 90 de una ciudad de extrarradio de Barcelona -continúa Javi Rey-. Carlos quiere crecer antes de tiempo y se siente atrapado y sin alternativas a una sensación que empieza a invadirle: mi futuro está decidido por el hecho de haber nacido aquí. En el fondo, cada vez pienso más que la historia trata de la búsqueda desesperada de referentes de un chico que sabe que quiere otra cosa, pero nadie le ha mostrado el camino a algo diferente nunca”.

¿Qué hay de Javi en toda esta historia? “Me baso en mi infancia, en el contexto en el que crecí y en emociones que yo mismo he vivido. Pero es solo el punto de partida necesario, o que yo vi necesario, para atacar mi primer libro con guión y dibujo. Todo lo que sucede es pura ficción”.
¿Cómo ha sido el trabajo previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, de pruebas, no sé si de dibujos en algún cuaderno… “Muy fácil. Me he dejado llevar por aquello que me salía natural y, al trabajar en una época vivida por mí, he tirado mucho de memoria visual”, nos cuenta Javi Rey.

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Es difícil para mí responder a este pregunta. Pero sí puedo decir que es un libro en el que el aspecto gráfioa ha salido de forma muy natural y sin forzarlo”.
¿Con qué técnicas trabajaste? “Siempre trabajo con tableta gráfica, dibujo digital”.

Cuéntanos un poco más sobre el trabajo de elaboración de este libro. “Sigo las pautas tradicionales: escritura, story, dibujo y color. Quizá lo más destacable es lo que he comentado antes, que todo nació de dos relatos terminados y escritos con pretensión de ser relatos, no guiones. Luego, es cierto que en todas las fases, incluso en la de color, y aunque el guión estuviera ya hecho, he retocado diálogos o voz en off para ajustarlos cada vez más a lo que quería. El proceso de reescritura ha sido enorme”, asegura Javi Rey.

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Estoy dibujando una historia escrita por José Louis Bocquet, guionista francés, que fue antes mi editor durante muchos años en la colección Aire Libre de Dupuis. Es un libro para Dargaud Benelux y se trata de una adaptación de una novela de George Simenon. Saldrá el año que viene, para Angulema, creo en el mercado franco-belga”.
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