Un libro desplegable, sin texto, que narra, con cierto grado de suspenso, un juego de escondite, a través de un bosque encantado. Con estas palabras nos presenta la editorial Adriana Hidalgo Editora este álbum ilustrado, ‘Dentro del bosque‘, un trabajo de Alejandra Fernández que se publica en el sello Pípala de la editorial.
Un niño sale corriendo de su casa y entra en el bosque. No podemos ver su rostro: parece ocultarse y estar buscando a alguien al mismo tiempo. Una vez que llega al final del bosque, se coloca detrás de un árbol y finalmente podemos verlo: está listo para volver a casa. Su regreso a casa está impreso en la parte “de regreso” del libro, ¡porque este es un libro de acordeón!
¿Cómo nace este proyecto? Alejandra Fernández: “Hace algunos años que lo empecé, la verdad es que no comenzó ni como libro. Fui a un taller en Ilustratour que impartían Elena Odriozola y Gustavo Puerta. Fue fantástico, rompieron con la idea estática de ilustrar y jugamos mucho con otros formatos de narración no convencionales. Un día Gustavo dijo algo que me dejó pensando: “a veces una sonrisa no es la mejor forma de decir que nuestro personaje está feliz, tan solo es la más cómoda”. Así que, meses después, seguía pensando en ello. Miraba mis personajes y siempre tenían una expresión arquetípica: sonrisa, duda, lágrima… Decidí comenzar un ejercicio donde mi personaje permaneciera escondido. No podemos ver su cara, pero sabemos perfectamente qué está sintiendo. De alguna forma, cada lector acaba por ser el narrador de lo que está pasando en este bosque”.
¿Qué se van a encontrar los lectores en sus páginas? “Un juego”, nos dice Alejandra Fernández.
¿Cómo surge la idea de su formato? He leído que incluso en su origen era mucho más pequeño… “El acordeón es vital para este libro, porque es un recorrido. Hay un camino de ida que debemos poder abarcar en una mirada: lo recorres primero hacia delante pero tienes que poder volver la vista atrás y buscar qué te has perdido -comenta Alejandra Fernández-. Luego está el camino de vuelta, pero desde otro punto de vista: vemos lo que permanecía oculto en el camino de ida. No me di cuenta hasta que vi las ilustraciones del bosque por separado. Perdía el rastro si lo convertía en páginas. Entonces decidí hacer una mini-maqueta a modo de mapa mental del bosque, que finalmente tendría dos metros y medio de largo”.
“Tenía muy claro que quería un contraste de tamaños, porque el bosque se comporta así: cuando estás fuera lo abarcas todo, cuando te metes en él te pierdes y solo ves los árboles que tienes delante. “Dentro del Bosque” es abrir un pequeño libro y que el bosque te rodee”.
¿Qué nos cuentas de las ilustraciones? ¿Qué dirías que tienen de característico? “Es un bosque que cambia según lo miras. Comienza onírico pero evoluciona al igual que sus personajes. Hablando con César Solís, de Adriana Hidalgo España, fue genial ver que algunas ilustraciones que yo consideraba terroríficas él las veía emocionantes -nos cuenta Alejandra Fernández-. Y creo que, realmente, cada lector puede encontrar una lectura distinta”.
“A parte del juego entre los dos personajes de la historia, hay otros detalles en las ilustraciones que nos permiten crear otras historias acerca de un antes y un después -afirma Alejandra Fernández-. ¿Por dónde pasó? ¿dónde estuvo escondido? ¿qué ha pasado con aquellos otros personajes del bosque? ¿qué relación tienen los protagonistas? ¿cuál es la historia del personaje que se había escondido?”
¿Con qué técnicas trabajaste? “Hice toda la base a lápiz y luego apliqué el color en digital, usando varias texturas creadas con otros medios plásticos. Me resultó muy cómodo porque pude recomponer constantemente las luces y las tonalidades”.
¿Qué has aprendido con este proyecto? “Creo que es el primer proyecto en el que he jugado realmente”, dice Alejandra Fernández.
Háblanos un poco del proceso de elaboración de este proyecto. “Me ha llevado años terminarlo. Como ya he dicho, al principio era un ejercicio. Así que al comienzo no tenía una historia que contar -confiesa Alejandra Fernández-. Cuando miré algunas ilustraciones de ese ejercicio pensé en la razón por la que mi personaje estuviera oculto. Ahí había una historia. Me imaginé a mí misma jugando al escondite en un bosque: los mejores lugares para esconderse son aquellos donde da más miedo encontrar algo”.
“Al juntar todas las ilustraciones en un acordeón fue cuando vi la posibilidad de convertirlo en un libro. Me gustaba la idea de jugar con la incertidumbre del lector y obligarle a buscar qué está pasando… que buscara la historia, no un elemento. La primera vez que abres este libro es una adivinanza, la segunda un juego”.
¿En qué andas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Ahora estoy en un proyecto fascinante, me encuentro en el equipo de Revista ¡La leche junto a Gustavo Puerta Leisse, Inés Puig y Juliana Salcedo. Se trata de una revista de periodismo cultural para niños y cada número nos esforzamos por acercar temas de actualidad como Corea del Norte o la elección de Donald Trump al público infantil, además hablamos sobre ciencia, arte, botánica, mecánica, deportes… aprendemos muchísimo de cada contenido y de nuestros colaboradores. Ya estamos trabajando en el número de navidad y… va a ser ¡La leche!”
“También estoy trabajando, desde hace bastante, en un proyecto de libro informativo sobre el Mar de Aral y un conjunto de etnias que viven en la zona -nos cuenta Alejandra Fernández-. El Mar de Aral es un mar interior que se ha secado en los últimos años y la gente que vive a su alrededor ha sufrido cambios fundamentales en su forma de vida y en su identidad. Es una historia muy bonita pero muy triste y compleja”.