Álbum Ilustrado
Sara Morante ilustra la selecta poesía de Federico
Si hay un poeta indiscutible en el siglo XX español, un artista tan sugerente que ha atravesado todas las fronteras y llegado a varias generaciones ese es sin duda Federico García Lorca. Su obra se caracteriza por una enigmática originalidad que se transforma al ritmo de la variedad cambiante de palos que tocan sus poemas: del mito al Romancero gitano, de la elegía a todos los matices del amor, de la canción más pura a la sofisticación vanguardista de Poeta en Nueva York. Una secuencia única de guitarras, colores, rascacielos y llantos. Así arranca Alba Editorial su presentación de ‘Poesía selecta’, una antología seleccionada por Gonzalo Torné, que ofrece una panorámica de todas las etapas del poeta. Para desvelar todos los enigmas de la caja de sorpresas que es este libro nos encontramos con el prólogo de un poeta contemporáneo, Juan F. Rivero, gran admirador y concienzudo lector de Lorca que nos ofrece las principales claves interpretativas.
‘Poesía selecta’ cuenta con las ilustraciones de Sara Morante, que nos ofrece una visión pictórica del universo de Lorca. Una sugestiva compenetración entre palabra e imagen con la que la editorial inaugura su colección de libros de poesía ilustrados. Con Sara hemos charlado un poquito más alrededor de este trabajo.
¿Cómo nace este proyecto? Sara Morante: “Fue una propuesta de la editorial Alba, con quienes ya había colaborado con la cubierta de la novela ‘Retrato del fin del mundo’, de Carlos Ruiz Caballero. Conocía su forma de trabajar y me gusta cómo cuidan las ediciones de sus libros, así que no me costó decidirme y acepté. Ilustrar la poesía de Lorca es para mí un hito. Es un autor que siempre he admirado por su mirada y originalidad”.
¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Gonzalo Torné ha antologado esta edición y los lectores encontrarán una selección de la obra poética de Lorca; Cante jondo, Poeta en Nueva York, Romancero gitano… Juan F. Rivero nos introduce en la lectura a través de su prólogo y respecto a mi trabajo, he intentado dialogar con esos poemas a través de unas cincuenta ilustraciones que, sin dejar de lado mi imaginario, adoptan parte del de Lorca”.
Háblanos de tu relación con la poesía de Federico. “Esta no es la primera vez que trabajo con los versos de Lorca -nos cuenta Sara Morante-. Hace una década presenté en Granada, invitada por el Centro Cultural Caja Granada, un proyecto más lúdico o libre que editorial. Durante meses seleccioné versos sueltos de distintos poemarios de Lorca, versos que me llamaban la atención, que pese a ser de distintos poemas, poemarios y épocas de su obra, casaban los unos con los otros. Versos sobre el cuerpo, lo humano, lo anatómico. Los recorté de las páginas de distintos libros y con ellos, apoyada en ellos o inspirada por ellos, construí una figura de mujer articulada. Era un juego, un cadáver exquisito a una mano; algo experimental. Gracias a ese proyecto conocí parte de ese imaginario de Lorca que tanto me cautiva. Por aquella época conocí a la persona tras el poeta gracias a su libro ‘Mi pueblo’, unas memorias de su infancia, su gente y la gente a su alrededor que me descubrieron a una persona con una enorme sensibilidad y empatía. Así que, aunque no es necesario conocer al poeta para ilustrar su poesía, es alguien por quien siento simpatía e interés. Su mirada es única porque él era una persona profunda, comprometida, con todos los sentidos atentos y despiertos”.
¿Cómo era esa relación antes de este proyecto y cómo ha cambiado? “Cuando ilustro una obra literaria trato de distanciarme del autor. Lo hice con Sylvia Plath y me dio buenos resultados en el sentido de que me sentí muy libre a la hora de interpretar o responder sus versos con mis ilustraciones. Con Lorca he trabajado de la misma manera. Es importante para mí no tratar de meterme en la cabeza del poeta porque no daría buenos resultados. Yo no sé en qué pensaba Lorca cuando escribió Hospicio o qué sentía o a qué se refería en este o en otro poema, pero sé lo que me hace sentir cuando lo leo. La lectura es un acto creativo en sí; también lo es la ilustración. Aportamos nuestra experiencia a la hora de interpretar un texto y aportamos nuestra mirada a la hora de ilustrarlo. Mis ilustraciones conversan con los versos; cada uno tenemos nuestro léxico y nuestra experiencia vital”, asegura Sara Morante.
¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “He “jugado” mucho. He disfrutado muchísmo este proyecto porque los versos de Lorca son tan surrealistas, la forma de percibir los sonidos, los olores, los roces y todas las emociones me ha permitido distanciarme del contexto y acercarme a todo eso: emociones, sensaciones. Y, a partir de ahí, he recreado lo mío. He jugado, he jugado mucho también porque la poesía de Lorca se presta a ese juego y a ese baile. Me he sentido muy libre”.
¿Con qué técnicas trabajaste? “He dibujado con las mismas técnicas de siempre: lápiz, lápices de colores, acuarela, gouache. A partir de estos dibujos, algunos nuevos y otros de otros trabajos del pasado, he hecho collage. Algunos con bisturí y otros digitales”.
Háblanos un poco del proceso de realización de este libro. “Ha sido caótico porque mi proceso es caótico -confiesa Sara Morante-. Al principio tenía una idea muy clara de lo que quería hacer. Era un poco arriesgada, pero a la editorial le gustó. Cuando por fin me puse me di cuenta de que técnicamente era imposible de hacer. Me llevé un disgusto, pero me repuse pronto porque las ideas para hacer esa idea del principio seguían ahí, tenía el contenido; solo cambiaba la forma. Antes de todo esto ha habido lecturas y lecturas de los poemas. Leía hasta que desaparecía la figura del poeta y seguía leyendo hasta que desaparecían los escenarios de los poemas, y seguía leyendo hasta que desaparecían los versos y quedaba lo que me hacían sentir. De esta inmersión surgieron -no se me ocurre otra forma de expresarlo- ideas, composiciones, y colores. Hay aves, hay corazones anatómicos de los que brotan arbustos o serpientes, hay gargantas que entonan zarzas. He hecho muchas ilustraciones y tuve que parar porque llegó la fecha de entrega, pero podría haber hecho muchas más; no podía dejar de imaginar”.
¿Cuál es, de los que aparecen en esta selección, tu poema de Lorca preferido? “Es difícil decir uno… Creo que cualquiera de ‘Sonetos del amor oscuro’. O, más que cualquiera, todos ellos”.
¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Este año, o este curso, tengo la intención de descansar un poco de la ilustración, del libro ilustrado. Eso me digo yo siempre, pero luego me proponen libros como este de Lorca y me arremango. En cualquier caso, daré clases de ilustración en varios centros, ilustraré algunas cubiertas y me he puesto firme con una novela que estoy escribiendo, que escribo mientras la ilustración me deja, en esos ratos libres, pero ahora está avanzada y toca ponerse firme con el teclado Qwerty”.