Álbum Ilustrado
Raquel Catalina nos sumerge en el mar con ‘Ingrávida’
Desde siempre el ser humano ha tenido una relación muy especial con el mar. El mar nos emociona, nos cautiva, nos inspira, nos relaja… El álbum que nos proponen Fran Pintadera y Raquel Catalina es un relato intimista y lírico sobre las sensaciones que nos despierta, desde que nos vamos acercando hasta que nos sumergimos en sus aguas y nos integramos en él. Pero no todo queda en el mero placer estético y sensorial, al final del álbum nos percataremos de algo que dará un giro a la lectura del libro.
Así nos presenta la editorial Bookolia ‘Ingrávida’, un álbum ilustrado en el que “el texto de Fran Pintadera viene acompañado por unas ilustraciones cargadas de fuerza, preciosistas y de trazo suelto elaboradas a base de lápiz y acuarela. El mar y la fantasía son protagonistas de esta historia, y eso lo ha querido plasmar la ilustradora Raquel Catalina en la técnica utilizada”. Con Raquel hemos charlado un poquito más sobre este libro.
¿Cómo nace este proyecto? “Recibí la llamada de Luis M. Larraza, de la ediotial Bookolia, me ofrecía ilustrar para ellos un texto de Fran Pintadera. Fran y yo habíamos trabajado juntos con anterioridad y su trabajo me encanta, no me lo pensé”.
¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Un texto poético y evocador que nos sumerge en un mar de verano y nos reserva una sorpresa que le da un nuevo significado a ese mar y a esa zambullida. ¡Y mucha luz y mucho azul y mucha espuma de mar!”, nos cuenta Raquel Catalina.
¿Qué te pareció la historia de Fran Pintadera la primera vez que la leíste? “Por razones que no vienen al caso, al principio no recibí el texto completo, y esta lectura accidentada, en dos tramos, tuvo también de alguna manera su huella en mi proceso. Mi primera impresión fue la de tener delante un texto que se detenía a mirar una porción pequeña de vida para hacérnosla paladear con la sencillez (sólo aparentemente sencilla) con que maneja Fran las palabras. La siguiente lectura me llevó a aguas más profundas, a interpretar este mismo evento pequeño desde una luz distinta que nos deja una reflexión”.
¿Cómo fue el trabajo previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, de documentación, de pruebas, no sé si de dibujos en algún cuaderno… “Llevé a mi pareja y mis dos hijos a una playa de Calpe, Alicante, un día de septiembre. Quería poder documentarme para el libro con un baño en el mar antes de que llegase el frío -afirma Raquel Catalina-. En esa época del año hay poca gente, se nota que el verano va tocando a su fin y el agua está especialmente caliente. Ese día en concreto estaba transparente y llena de peces. Hice mil fotos a mis hijos fuera y dentro del agua y fue un día verdaderamente especial en familia. Yo en ese momento ya estaba dando forma al libro en mi cabeza y de ahí surgió el personaje del hermano. Para mí este día ha sido una referencia emocional durante todo el trabajo”.
¿Qué dirías que hay de Raquel en esta historia? “Creo que la respuesta anterior contesta bastante esta pregunta. Fran y Luis tuvieron la generosidad de dejarme hacer que la protagonista fuese una niña, el texto original hablaba desde una voz masculina. Mi hija había descubierto recientemente el agua, nada muy bien, y creo que eso le había hecho crear una relación nueva con su cuerpo de seguridad, de confianza… Esa referencia me servía mucho para llevármela a la historia, un personaje que se crece en el mar, en el medio acuático. Además acabé llevándome también al libro la relación entre los hermanos. Así que creo que he hecho un volcado muy personal en el libro”, confiesa Raquel Catalina.
¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “El texto es muy evocador, apela mucho a las sensaciones, todo mi empeño era que eso se viese reflejado también en las ilustraciones”.
¿Con qué técnicas trabajaste? “He usado gouache, lápices de color”.
Cuéntanos un poco más sobre el trabajo de elaboración de este libro. “He trabajado con mucha libertad, se lo tengo que agradecer a Luis y a Fran -asegura Raquel Catalina-. Para mí el reto era que hay pocos personajes, en realidad pasan pocas cosas, además hay un detalle que era necesario guardar hasta la última página del libro. Ingeniármelas para intentar salvar todas esas dificultades ha sido la parte más interesante del trabajo”.
¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Tengo varios entre manos y todos me ilusionan mucho. Para empezar Arianna Squilloni y yo acabamos de ganar el XVIII Premio Internacional Compostela con “Grande y pequeña” y lo publicará este otoño la editorial Kalandraka. Vuelvo a trabajar con Inès Castel-Branco, editora de la maravillosa editorial Akiara y con Mari Carmen Aznar. También estoy trabajando en mi primer libro de no ficción con A fin de cuentos y con la escritora Cristina Falcón Maldonado.