El oficio de tejer… cortar los hilos, chas, chas, enlazar, ligar, dibujar una flor, sostener. La perseverancia. El sultán aprende cortando los hilos, entrelazando, dibujando una sonrisa, sosteniendo… chas, chas. El oficio que ofrece una recompensa. La paciencia, el tiempo, los hilos. El buen corazón que conduce a la sabiduría. Un sultán poderoso aprende el oficio de tejedor a petición de Zakia, la preciosa hija del visir. El sultán confía, trabaja y se deja guiar, porque ella es una mujer sabia y valiente. Y él la ama con el corazón abierto. Y por eso la recompensa que recibe es inmensamente grande. Una recompensa para ambos. Con estas palabras la editorial Yekibud nos presenta ‘El pañuelo del sultán’, un cuento popular marroquí ilustrado por Pia Wortham, que nos cuenta un poco más sobre este proyecto.
¿Cómo llega a tus manos este proyecto? Pia Wortham: “Yo tenía una propuesta comercial en forma de kits para hacer tu propio libro que estaba promocionando un día en la librería Casa Anita de Barcelona, cuando la librera me presentó una mujer. Me di cuenta después que había sido ella que había compartido casi todos los libros de mi página web en su cuenta de Pinterest. Victoria había visto mi libro de artista “Feathers” expuesto en el festival “Como Pedro por mi Casa”. Más tarde Victoria Pazmiño y Ramiro Matas, de Yekibud, me hicieron una entrevista para su blog y me encargaron el proyecto”.
¿Qué te pareció esta historia la primera vez que la leíste? “Me pareció un cuento interesante por sus contradicciones que no me esperaba en un cuento popular de Marruecos. No es el típico cuento donde el príncipe/sultán salva a la princesa. Nunca lo leí como un lector cualquiera, desde el primer momento estuve pensando en las ilustraciones; tenía que representar de una manera abstracta un pañuelo, un ejército, una boda… pensé mucho en si representaba los espacios donde trascurren las acciones o los personajes en acción”.
¿Como fue el proceso de elaboración de este libro? “El primer paso fue el análisis del cuento. Como punto de partida la editorial estableció que no serían unos dibujos figurativos, que usaríamos el lomo del libro como parte de la ilustración y que el libro se leía con el lomo horizontal -nos cuenta Pia Wortham-. Buscamos la dialéctica entre el papel del hombre y la mujer, el pueblo y el palacio, el estar bajo tierra… Toda pista que podría encajar con la división del lomo del libro como límite entre dos conceptos. Me preocupaba el color del pañuelo, que al principio no encajaba con la paleta de colores que yo me había imaginado. Después resulto ser la parte más divertida de las ilustraciones”.
¿Qué dirías que tienen de características tus ilustraciones para este proyecto? “Lo primero que sorprende, sobre todo al ver los originales, es el trabajo que implica hacerlas a la misma escala en que está impreso el libro. La idea de tejer el pañuelo directamente con hilo cosido al papel o con tiras de papel es lo que más destaca estas ilustraciones. Fue el telar que me dio la idea de usar la geometría. El telar es un sistema binario que produce la primera abstracción del mundo natural al ámbito de fabricación humana: un tema que he elaborado en libros de artista de autoedición. Quizás es contradictorio poner un pañuelo tejido dentro de un punto de partida basada en la abstracción, pero al final funciona”.
¿Con que técnicas trabajaste? “Trabajé con collage, pero me di cuenta al principio que tenía que producir mis propios papeles pintados. Use un papel que me trajo mi marido de China -continúa Pia Worthman-. Era un rollo inmenso que creo que es para caligrafía. Tendrá un gramaje por debajo de los 80 y absorbe muy bien colores hechos con acuarela. Así que pinté todos mis propios papeles. Se pintan, se secan, se planchan, se les dibuja la geometría por detrás, se cortan y se pegan con una mezcla de cola que uso para la encuadernación. Como es un trabajo muy laborioso los bocetos los hice con acuarelas”.
¿Qué dirías que has aprendido con este libro? “Aparte de perfeccionar la técnica de collage con papeles tan delicados, he aprendido el proceso de hacer un libro. El hecho que empezamos con la idea de abstracción total, pasamos a representar los personajes con un lenguaje de símbolos para acabar con las siluetas fue un camino interesante en cómo se adapta un libro al mercado sin perder lo que lo hace original. Creo que el resultado supera la idea inicial de abstracción, que fue posible porque la colaboración con el equipo editorial fue divertida y productiva”.
¿En que andas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Ahora mismo estoy preparando dos libros para presentar en el festival “Como Pedro por mi Casa” en la librería La Central de Raval, y un libro único para una idea que se llama “Projecte Custodia” que funciona como una galería itinerante”.