Lo que hay detrás es siempre un misterio y una invitación a la aventura. Abrir lo que está cerrado para descubrir lo que está oculto es un pulso irresistible para quien quiere conocer el mundo. A veces no es fácil, y no siempre acaba bien, pero nunca hay que rendirse. Una historia de pequeñas revelaciones que se construye siguiendo la estructura de un día ideal, mediante la mirada curiosa, ingenua e imaginativa de un niño. Así nos describe la editorial Tres Tigres Tristes este álbum ilustrado, ‘Lo que hay detrás‘, una historia de Juan Frau ilustrada por Neus Caamaño. Con ella hemos hablado un poquito más sobre lo que hay detrás de este proyecto.
¿Cómo surgió este proyecto? Neus Caamaño: “Hacía tiempo que tenía ganas de trabajar con Juan porque me encanta cómo escribe, así que con la excusa (o la motivación) de un concurso de álbum le propuse hacer algo juntos y presentarnos”.
¿Qué es lo que hay detrás de ese título? “A mí me parece un título sugerente, un poco enigmático, que hace referencia a la curiosidad y a ese instinto de explorador que la mayoría de niñas y niños tiene y que los adultos, tantas veces, vamos perdiendo en el camino de hacernos mayores. También está la idea de que lo que hay detrás (el descubrimiento) no siempre es algo que tenga una utilidad concreta o que nos aporte un conocimiento directamente práctico. Es, sencillamente, el placer de que lo oculto nos sea revelado -nos cuenta Neus Caamaño-“.
¿Qué te pareció el texto de Juan la primera vez que lo leíste? “Fue un gran momento porque nunca había leído ningún texto de Juan destinado a lo que se suele llamar “público infantil”. Me gustó mucho por la poética, por una cierta ingenuidad, por la capacidad de comprender e interpretar códigos del mundo infantil. Además, el hecho de que Juan estructurara el texto en una especie de episodios, como una colección de pequeñas historias, me pareció una muy buena manera de enfocar la narración”.
¿Qué hay detrás de tus ilustraciones para este proyecto? “Imagino que como en la mayoría de proyectos lo que hay detrás son muchas horas de pensar, dibujar, borrar y redibujar. Lo que hay detrás es la intención de encontrar ideas y de ofrecer tanto al propio libro como al lector una propuesta de ruta que lleve a un lugar en el que haya espacio para imaginar, para interpretar -asegura Neus Caamaño-“.
¿Qué dirías que tienen de característico? “Quizás en lo que me he centrado más es en encontrar una manera de unir las historias que se van relatando en cada doble página. Es decir, en dejar que cada pequeño episodio tenga una independencia, un principio y un fin, digamos, pero que al mismo tiempo ese conjunto de mini-cuentos encaje en uno solo. Para hacer esto me pareció que era importante la sencillez gráfica, el lenguaje sintético; a medida que iba avanzando fui elaborando algo así como un catálogo de elementos que irían apareciendo en diferentes ocasiones durante el transcurso del álbum. Fue como crear una especie de galaxia (que sería el conjunto narrativo) formada por planetas, estrellas, cometas, agujeros negros y demás (que serían las singularidades de cada doble página)”.
¿Con qué técnica las trabajaste? “Podría decir que en digital, aunque todos los elementos, texturas y colores parten de una base analógica. El escáner es una de mis herramientas básicas: escaneo mis dibujos (o partes de mis dibujos), papeles, fotos, revistas y materiales varios -afirma Neus Caamaño-. Luego trabajo en Photoshop estas imágenes escaneadas, como si hiciera un collage. De hecho, podría decir que mi madre es co-autora de las ilustraciones, porque buena parte de las texturas y fondos de este álbum están compuestos a partir de escaneos de pruebas de grabados suyos, y eso me hace especial ilusión”.
¿Cómo fue el proceso de elaboración? “Hubo altibajos, claro, pero trabajar con Juan ha sido un lujo y un asidero para mí. Fue un proceso colaborativo. Estuvimos constantemente pidiéndonos opinión, dando el punto de vista de lo que la ilustración podía aportar al texto y viceversa. Porque aunque el texto fue el arranque del proceso de elaboración, yo empecé a ilustrar antes de que Juan lo terminara, así que creo que, finalmente, la influencia de uno sobre el otro fue permanente.
Y después, claro, llegó la mirada de los Tres Tigres Tristes, que ayudó muchísimo a que el libro sea lo que es hoy -dice Neus Caamaño-“.
¿Detrás de qué te gustaría mirar para ver lo que hay? “Detrás de las paredes de las casas abandonadas, que son unos sitios que a mis hermanas y a mí nos han fascinado desde pequeñas. Nos colábamos en todas las que podíamos. Era algo entre lo prohibido, lo misterioso y lo mágico. En general, las casas estaban vacías o con cuatro objetos olvidados, pero de repente te encontrabas en medio de algo, de gente, de recuerdos que, aunque no eran explícitos, podías sentir de alguna manera. Eran espacios de juego, con un cierto riesgo, a veces un poco tristes, pero que te permitían imaginar cualquier cosa”.
¿Detrás de qué proyecto estás mirando ahora mismo? “Hay varios ahora mismo, pero podría destacar uno: voy a retomar un proyecto que lleva gestándose años, uno de esos que siempre están presentes pero que por las urgencias de la vida va quedándose en los últimos puestos de la lista de prioridades… Se trata de un libro ilustrado sobre el nacimiento del jazz, entendiéndolo desde una perspectiva musical pero también (y sobre todo) social y cultural”.