Candela nace en el agua. Desde muy pequeña siente una gran atracción por el mar, que la lleva a descubrir las profundidades del océano y a los seres desconocidos que allí habitan. La búsqueda de un talismán perdido se convierte en el aliciente para explorar el mundo submarino. Con estas palabras Narval editores nos presenta ‘Glup‘, un maravilloso trabajo de Daniel Piqueras Fisk, al que le han seguido ‘ÍO‘ y ‘Homo‘. Tres álbumes ilustrados para disfrutar de la ilustración, de la imagen, como vehículo universal para contar historias. Con él hemos charlado un poco más sobre su trabajo, y sobre estos libros en concreto.
¿Cómo nace el proyecto de ‘Glup’? Daniel Piqueras Fisk: “Glup nació casi con mi primera hija. Todas las noches le contaba un cuento para dormir (siempre cuentos clásicos, los típicos), hasta que una noche, aburrida de los mismos cuentos, me pidió que me inventara uno…y empecé a contarle GLUP. Para mi sorpresa fue un éxito y me lo pedía todas las noches. De ahí fue cogiendo forma y salió un guión. La idea se quedó rondando en mi cabeza, me planteé llevarlo al papel y, por qué no, intentar publicarlo. Y me puse a dibujar, primero hice los dibujos que tenía claros en la cabeza, sin saber bien ni el principio ni el final. No hacía falta, como un puzzle, ya habría tiempo de encajar las piezas. Pasaron 3 años y noches largas. Me metía en la cama y las ideas empezaban a parecer, dibujos en la oscuridad, y así es difícil dormir. Me imaginaba el mar, a Candela reencontrándose con él, sus habitantes, su inmensidad y sus misterios. Ahora ya me pasa menos, puedo desconectar un poco más”.
¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Puro dibujo. Una historia sin palabras. Una película donde el texto no es necesario y la acción, la fuerza y la expresividad del dibujo son los protagonistas. ‘Glup’, ‘Ío’ y ‘Homo’ siguen esa línea, historias sin palabras, que se ven y se viven”, asegura Daniel Piqueras Fisk.
¿Es más fácil o más difícil narrar sin palabras? ¿O simplemente diferente? “Narrar es narrar, otra cosa es cómo, con imágenes, sonidos o letras. Quizá ahí esté la diferencia, pero el fin es el mismo, contar una historia, mandar un mensaje, despertar algo en el lector. Eso sí, para hacer historias sin palabras se necesitan muchos más dibujos. También es un asunto de oficio, de hábito, de entrenamiento y de los estímulos que hayas recibido de pequeño. No creo mucho en el don, el genio o creativo innato. Si alguien se apasiona con algo y le dedica tiempo y empeño puede llegar a hacer algo bueno y destacar, en cualquier faceta de la vida. En el terreno que me siento más cómodo es en el de las Tiras de Humor (www.yonofui.es). Empecé haciéndolas con sus diálogos y sus bocadillos. Pero con el tiempo cada vez que hacía una tira nueva veía que el texto sobraba para explicar la historia. Cada vez ocurría más, hasta que desapareció casi por completo. Estoy acostumbrado a pensar historias sin palabras, a que a la cabeza me lleguen dibujos y no textos, pero ha sido un proceso gradual”.
“Lo que me cautivó definitivamente para prescindir de la palabra escrita fueron las redes sociales y su alcance a todo tipo de público. Las primeras tiras que dibujaba llevaban sus diálogos y gustaban en España y países hispanohablantes. Pero en cuanto prescindí de la palabra empezaron a seguirme lectores de todo el mundo, desde Brasil, a Irán, Indonesia o Malasia -nos cuenta Daniel Piqueras Fisk-. Todos los lectores entendían las Tiras de humor, vinieran de donde vinieran, independientemente de su cultura, tradición o idioma. Me pareció muy atractiva esa fuerza y universalidad del dibujo, no necesita traducciones. Una vez que sabes contar únicamente con imágenes todo se podría resumir en: Crea una historia bonita, bien desarrollada, quítale las palabras, y el lector hará el resto”.
“Se podría comparar con lo que ocurre con el cine mudo, con Chaplin. Todos le ponemos una voz, nuestra voz, no sabemos bien como suena pero es la que debería tener Chaplin para mí. Redactar o escribir me parece complicado como para un escritor prescindir de la palabra. La práctica te permite automatizar las técnicas y manejo del lenguaje, ya sea visual o escrito, como en el deporte”.
¿Qué nos cuentas en Glup? “La vida de una niña que tiene una relación especial con el océano, donde nace. Cuando es pequeña pierde algo en sus profundidades, algo muy importante para ella. Dedica su vida a buscarlo aunque suponga descender a lo más profundo y oscuro del océano. Está llena de guiños a nuestra propia infancia, de humor, de animales marinos, de retos”.
Después llegaron ‘Homo’ e ‘ÍO’. Danos algunas pinceladas sobre estos dos proyectos. “Procuro que todas las historias que dibujo sean diferentes entre sí. Eso sí, siempre toco los temas que me apasionan. En GLUP el protagonista es el océano, no la playita sino el océano, a lo bestia. HOMO se sitúa en el pasado más remoto e ÍO en el espacio”, afirma Daniel Piqueras Fisk.
“Con HOMO nos vamos a la Prehistoria, a un momento concreto de hace 100.000 años, en el que el fuego y el hombre se unieron para siempre. El fuego también fue la luz que nos iluminó la mente y despertó ese lado artístico que nos hace únicos”.
“ÍO es un viaje trepidante a los confines del sistema solar, a bordo de un globo aerostático pilotado por un naúfrago. En esta historia he contado con la colaboración del pintor Pedro López (Covarrubias, Burgos). Con sus ilustraciones a pastel ha creado unos planetas espectaculares, por los que pasa nuestro viajero antes de llegar a su destino final, el satélite más bonito de Júpiter, ÍO. La combinación de nuestras técnicas ha logrado un gran resultado”.
Respecto a tus ilustraciones, ¿qué dirías que tienen de característico en Glup? “Me gusta lo que una vez leí en una reseña: El trazo desgarbado.
No solo está en GLUP, es mi estilo actual, de los últimos años. Poco a poco he ido dejando el detalle. Tiendo a prescindir del lápiz para conseguir un dibujo más libre, fresco y con movimiento. Me gusta la línea negra y limpia, libre de artefactos. Uso el color de manera muy justificada, solo para resaltar lo importante y ayudar al lector a descubrir las claves de las historias”.
¿Cómo evolucionaron en los otros dos proyectos? “Creo que cada vez dibujo mejor. Siento que los últimos dibujos son mejores que los anteriores, que domino más la técnica. Sin embargo, las ideas pueden no evolucionar de la misma manera, las últimas no necesariamente son las mejores. Mi reto actual es seguir mejorando y experimentando. También poder gestionar varios trabajos a la vez sin que unos interfieran en los otros”.
¿Con qué técnicas sueles trabajar? “Rotulador negro directamente. Procuro prescindir del lápiz lo más posible. Es sucio, deja marca y puedes borrar, lo que te hace dudar. Además lo que dibujas a lápiz hay que rotularlo y el resultado muchas veces no es el mismo que el del boceto, que era lo que te gustaba. Quitarme el lápiz me ha dado seguridad y velocidad…y mayor placer”.
¿Qué has ido aprendiendo con estos tres libros? “He aprendido a guionizar mejor, a montar mejor la película que cuento. Hay mucha acción en mis historias y ésta debe contarse bien. También a escuchar a los niñ@s, a estar atento a sus comentarios, críticas y recomendaciones. Son muy sinceros, los adultos somos más complacientes. También a ser constante, a confiar en lo que hago como para meterme en un proyecto que, a veces, lleva años. A GLUP e ÍO les he dedicado 3 años a cada uno, desde la concepción hasta la librería, no dibujando todo el día, pero sí dándole forma, conociendo y practicando el personaje, etc.”
¿En qué andas metido ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Me he presentado a un concurso con una biografía (no puedo contar más). He ilustrado “VARVARA” de Marka Mikovà, que saldrá entre noviembre y diciembre. Un libro de narrativa sobre la migración de una ballena gris, protagonista de la mayor migración de un mamífero registrada por los científicos. Y estoy trabajando en otro título propio: “Una segunda oportunidad para Edgard”, que pretendo acabar en los próximos meses y que ya me lleva año y medio en el horno. Cuenta como 5 insectos, capturados por dos niñ@s a la salida del colegio, intentan sobrevivir. Todos hemos sido niñ@s, ya sabemos cómo acaba la cosa y qué pasa con esa hormiga, ese saltamontes, arañita,… tan monos”.