Dibujando un cuento
Beatriz Iglesias: «No paro de dibujar. Un dibujante no se está quieto, acaba dibujándolo todo»
Después de un tiempo conociéndonos a través de las redes sociales, por fin quedé en persona con Beatriz Iglesias. Nos vimos en la empresa de animación para la que trabaja, Kandor Graphics. En la sala de recepción, aprovechamos unos sofás blancos para hacer ahí sentados la entrevista, rodeados de figuras y dibujos de los personajes de animación creados por Kandor Graphics hasta el momento, como los de “El lince perdido” y “La dama y la muerte”.
Hasta ahora sólo había visto su ‘avatar’ en las redes sociales, que suele ser un dibujo. Así que, no la conocía, hasta que apareció en aquella sala. Beatriz es una chica bajita, menudita, que dibuja grandes cosas. Sí, hasta ahora no he visto ningún dibujo suyo que no me haya gustado. Y nuestra conversación fue de lo más agradable e interesante.
Beatriz nos cuenta que sus ilustraciones son “simpáticas, con un toque femenino, supongo, pero sin ser ñoño. Depende más bien de quien lo mira. Espero que sean majas. (Risas). Con eso, me doy por satisfecha”.
“Yo soy una hija de lo digital. Yo nací en los 80 y me encanta todo lo digital. El libro electrónico creo que va a ser una opción más. No creo que vaya a desbancar al libro original, porque a todos nos gusta tener el libro, la tinta, el olor, tenerlo en casa, el tacto… Pero creo que el libro digital nos facilita mucho las cosas a la hora de llevártelo al parque, te da igual el tiempo que hace, a la playa. Está muy bien. Creo que se debería impulsar un poco más. En España no deberíamos ser tan reticentes con este tema. Pero, por otra parte, el papel es el papel y la tinta es la tinta.”
“Trabajar en una empresa, para un ilustrador, te da mucha seguridad, algo que no te da la vida de freelance, o a mí no me la ha dado. Y por otra parte, trabajar en equipo con otros ilustradores, es fantástico. Es muy enriquecedor, porque lo que tú no eres capaz de hacer, lo es capaz de hacer otro, y vas aprendiendo. Siempre puedes ir aprendiendo. Aparte, trabajar en una empresa de animación, está muy bien, porque te obligan a dibujar cosas que tú no dibujarías de ‘motu propio’. Aquí, yo he estado tres años trabajando en una producción de una película, y he estado dibujando objetos. Yo odiaba dibujar objetos, profundamente, no sé dibujar bicicletas, hay cosas que odio y que, además, no sé hacer. Entonces aquí hay cosas que te obligan a pulir eso, en mi caso, me han obligado a pulir ese talón de aquiles”.
¿Cómo funciona el mundo editorial? “Yo he trabajado con editoriales grandes, como Santillana, Edelvives, y tal, haciendo libros de texto,y es un poco más impersonal. De otra manera, haciendo cuentos, cuando realmente tú eres el autor junto con el escritor, ahí sí se crea un lazo que, si hay un buen fluir de sensaciones, y tú haces un buen trabajo, estás contento con al edición, la distribución, normalmente se repite. Tengo la editorial ‘Siete leguas’, con la que me he llevado muy bien desde hace muchos años y hemos repetido varias veces. Yo creo que la clave es hacer un buen trabajo. Si lo has hecho, te llamarán otra vez”.
“Es fácil si realmente te empeñas. La ilustración es una disciplina que requiere muchas horas. A mí me ha costado media adolescencia no salir de casa, con mi consola, y dibujando. Hay que tener mucha constancia y echarle muchas horas para alcanzar una calidad mínima. A partir de ahí, saber moverse y venderse bien. Y estar en muchos sitios. Ahora mismo podemos utilizar un montón las redes sociales e Internet para darnos a conocer. Y es muy útil”.
“Hace un tiempo que terminé ‘Árboles de leyenda’. Aparte del largo con Kandor, ‘Justin’, ahora mismo no tengo nada. Y es que salir del trabajo, de una jornada laboral normal, te vas a casa, y sigues trabajando, … Ahora estoy en barbecho, muy a gusto. Aunque no paro de dibujar. Un dibujante no se está quieto, acaba dibujándolo todo».