A menudo el pasado deja cabos sueltos, asuntos por resolver, interrogantes que persiguen nuestro futuro. Esto es lo que le ocurre al protagonista de este libro, Dani. Justo antes de casarse, con el pretexto de un proyecto fotográfico sobre el paso del tiempo, viaja al pueblo costero donde solía veranear durante su infancia. Un lugar que hace veinte años que no pisa y que, a medida que avanza la historia, va revelando la importancia que adquirió en su vida, porque allí descubrió, entre otras muchas cosas, el profundo significado de la amistad. Esta es la presentación que hace Lunwerg Editores de ‘El final de todos los agostos‘, un trabajo de Alfonso Casas. Con Alfonso hemos charlado un poquito más sobre este proyecto.
¿Cómo nace este proyecto? Alfonso Casas: “Hace años dibujé una ilustración que decía: De todos los caminos que no recorrí, el tuyo es por el que más me pregunto. Este fue el origen de “El final de todos los agostos” que además resume muy bien la historia”.
¿Qué se van a encontrar los lectores en sus páginas? “Creo que es una historia en la que puedes implicarte aunque no te haya sucedido exactamente lo mismo que al protagonista, porque todos tenemos dudas, todos en algún momento nos preguntamos qué hubiera sido de nuestra vida si en lugar de tomar un camino hubiéramos tomado otro -nos comenta Alfonso Casas-. Es una historia que habla de amor, de amistad, y del espacio que a veces se crea entre ambos”.
¿Qué nos cuentas de las ilustraciones? ¿Qué hay de diferente respecto a otros trabajos? “Hace ya cuatro años desde que saqué mi anterior cómic, “Amores Minúsculos”, y en este nuevo trabajo me exigí a mi mismo que tenía que suponer una mejora, tanto a nivel gráfico como narrativo, respecto al anterior. Además, en los últimos años había estado trabajando con otro estilo, mucho más sintético, así que el reto era doble -asegura Alfonso Casas-“.
¿Con qué técnicas trabajaste? “Yo siempre dibujo a mano y luego escaneo el original para trabajarlo en el ordenador. El color en este caso es una mezcla entre acuarela y digital”.
Háblanos un poco del proceso de elaboración de esta novela gráfica. “He estado más de un año y medio embarcado en este proyecto, casi en exclusiva, lo cual ha supuesto un desgaste emocional muy importante y me ha exigido mucho a nivel personal -confiesa Alfonso Casas-. Hubo un momento en mitad del proceso en el que el material que ya tenía hecho no representaba todo el progreso que quería transmitir en la obra y tuve que parar y rehacer parte del trabajo. Hubo mucho desgaste (más aún siendo una persona muy insegura como es mi caso), pero finalmente creo que mereció la pena”.
He leído que en este trabajo dejas un poco al lado la ironía, característica en tu trabajo… ¿Qué hay de cierto en esto? “En mi obra siempre hay un tema recurrente que es el amor, o la ausencia del mismo. En este caso se trata de una historia que habla de amor, de amistad, y del espacio que a veces se crea entre ambos. Quizá está tratado desde un punto de vista menos irónico y más nostálgico, pero sigue siendo una pequeña historia de emociones, lo que es una constante en mi trabajo, ya sea en una libreta o en 156 páginas de cómic”.
¿Qué hay de Alfonso Casas en esta historia? “Cada página del cómic es 100% Alfonso. Si te refieres a si está basado en una historia real, tengo que decir que no. Pero todos tenemos esas dudas, esas oportunidades perdidas, esas vidas no vividas por las que a veces te preguntas. De todas esas emociones surge “El final de todos los agostos”.
¿En qué andas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “De momento quiero que este proyecto llegue al máximo posible de lectores, porque creo en la historia y porque pienso que muchas personas pueden llegar a disfrutar de ella, sean lectores de cómics o no. En un futuro cercano me gustaría hacer un cuento infantil y escribir un libro con ilustraciones, pero sería en el año que viene”.