Álbum Ilustrado
Alba Azaola y el refugio sensorial de ‘Con las manos’
La abuela habla a su nieta de las manos, que son las antenas del alma, y la invita a moverlas creativamente. A través del movimiento creativo de nuestras manos podemos transformar el dolor, expresar nuestras intuiciones, acompañar los pensamientos y las emociones, y acceder a lo más profundo, verdadero y sabio de nosotros mismos. Con estas palabras la editorial Akiara Books nos presenta ‘Con las manos’, un álbum ilustrado de Elena Bernabè y Alba Azaola. Con ésta última hemos charlado un poquito más alrededor de este proyecto.
¿Cómo nace este proyecto? “El texto de Elena llevaba tiempo circulando y siendo relativamente popular en diferentes sitios de internet, e Inês, de Akiara, con su ojo y sensibilidad, lo quiso transformar en álbum ilustrado. Tenía lógica, que se convirtiera en algo para tocar, sujetar, acariciar con las manos”, nos cuenta Alba Azaola.
¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Un texto muy sencillo y universal, que reconforta y acompaña; un refugio sensorial entre las palabras y las ilustraciones”.
¿Qué te pareció la historia de Elena la primera vez que la leíste? “Me sorprendió la manera tan sencilla de contestar a una pregunta tan compleja, la pregunta con la que empieza el texto, de la nieta a su abuela”.
¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Habitualmente ilustro elementos naturales, botánicos o animales, y esta vez, obviamente, había que hacer manos, a lo que no estaba para nada acostumbrada -nos cuenta Alba Azaola-. Las manos son las protagonistas, y ese fue el gran reto. Además, busqué una paleta de color muy concreta que pudiera transmitir serenidad y calidez, sin renunciar a los colores saturados que me encantan”.
¿Con qué técnicas trabajaste? “Volví a la combinación de técnicas que ya utilicé en ‘Una Masía’: imágenes realistas a grafito, en blanco y negro, para las manos, que representan el plano más real y reconocible; y un mix de acuarelas, ceras y lápices de colores para el resto de elementos y texturas, que te tiene que transportar al plano de la imaginación y la sugestión. Después, compuse las ilustraciones utilizando todos los elementos escaneados, hasta encontrar la combinación que me satisfacía, como si fuera un collage digital”.
Háblanos un poco del proceso de elaboración de este libro. “Todo el mundo me suele preguntar por la dificultad de dibujar manos, existe esa leyenda de que si dibujas manos eres capaz de dibujar cualquier otra cosa -afirma Alba Azaola-. Y tiene su razón de ser, pero he visto que también genera mucha frustración entre gente que cree que nunca podrá dibujar bien, y esto siempre me da mucha rabia. Creo que dibujar manos sin referencias, o de modelos al natural, al estilo de los pintores clásicos, puede ser realmente difícil, y a mí se me da fatal, porque me falta mucha práctica. Así que en este caso he buscado fotos de manos, conocidas y anónimas, y las he copiado con mis lápices. Para ilustrar no hace falta ser una virtuosa del dibujo, se trata de expresar algo, y hay muchos caminos”.
“Para mí -continúa Alba Azaola-, lo más importante del proceso de ilustración de este libro es que, mientras lo hacía, perdí a dos personas a las que quería muchísimo. O sea, tuve que aplicar, sin quererlo, la enseñanza del texto. Hacer el libro me alivió, y eso lo llevará siempre en sus páginas”.
¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Para este año tengo 4 proyectos editoriales, y mientras tanto, lo iré combinando con otros de otro tipo: ilustraciones para una obra musical, talleres, encargos de ilustración científica, exposiciones… Y sigo compaginando mi vida de ilustradora con el trabajo en un restaurante los fines de semana. Esto siempre lo digo, porque la realidad de la precariedad del sector muchas veces queda oculta detrás de la imagen idealizada de un trabajo tan bonito y vocacional”.