Una poética historia que nos habla de la diferencia y el respeto, que nos propone un viaje interior por los sentimiento y emociones de dos personajes que aparentemente no tienen nada en común. Las ilustraciones de Adolfo Serra nos envuelven en una atmósfera expresionista repleta de detalles, mezcla de técnicas que nos muestran el profundo universo interior de sus protagonistas. Una deliciosa metáfora para hablar de nuestras diferencias y similitudes, miedos y fortalezas. Estas son las palabras que utiliza la Editorial Libre Albedrío para presentarnos ‘Una historia diferente‘, un proyecto del que hemos hablado con su autor.
¿Qué tiene de diferente esta historia? Adolfo Serra: “Pues quizá nada. Quizá el título esté ahí para animarte a abrir el libro y ver si realmente encuentras algo diferente. O tal vez para averiguar si tú eres diferente”.
¿Y qué tiene de diferente respecto a otros proyectos? “‘Una historia diferente’ es uno de mis primeros proyectos en los que además de ilustrar, escribo. También fue un reto, intentar darle un giro al texto, como si no fuera mío a la hora de ilustrarlo. Este relato sería totalmente distinto si en lugar de animales hubiera niños, por ejemplo y creo que perdería gran parte de su magia -asegura Adolfo Serra-. En realidad es un texto pequeño, casi como un poema, pero de alguna forma, al ser tan sencillo, te obliga a parar y pensar”.
Háblanos un poco de las ilustraciones. ¿Qué dirías que tienen de característico? “Este proyecto comenzó hace mucho tiempo en Sàrmede, Italia. Cuando me estaba formando como ilustrador decidí acudir a uno de los talleres de Linda Wolfsgruber en la Scuola Internazionale d’Illustrazione de Sàrmede. Allí aprendí la técnica de la monotipia y conocí a un montón de ilustradores italianos que hoy son amigos. El tema del curso era “Animali brutti, historia bella” (Animales feos, historias bellas). De camino al taller, viajando, se me ocurrió la idea de jugar con un rinoceronte y un escarabajo rinoceronte y la percepción de sí mismos, las comparaciones y diferencias -continúa Adolfo Serra-. Cómo uno se percibe, cómo percibe a los demás y cómo los otros nos ven”.
¿Con qué técnicas trabajaste? “El libro, la historia, me pedía jugar con colores y combinaciones llamativas de texturas. El collage y los papeles creados a partir de machas o monotipia fueron el camino. También creo que el libro comienza muy lleno de colores y texturas para terminar muy sencillo, solo con trazos. Ésa es la idea detrás del texto, quedarse con lo sencillo. Con aquello que nos hace especiales, con lo que nos hace diferentes -asegura Adolfo Serra-. Lo curioso es cómo encontré la técnica… o cómo me ayudaron a encontrarla. Durante el taller comencé a crear papeles y texturas. Pero no estaba jugando. Linda Wolfsgruber decidió que tenía que romper con eso, me tomó de la mano y me llevó a pedir a cada compañero o alumno un trozo de papel diferente. La combinación de esos papeles aleatorios dio sentido a las ilustraciones. Y en cierta forma creo que justo era lo que quería contar: las diferencias de cada uno, expresadas por papeles y texturas creadas por distintos compañeros y por mí mismo. Todos diferentes pero creando una unidad, compartiendo, creando algo nuevo que daba coherencia y sentido a las ilustraciones y al libro en sí”.
¿Cómo fue el proceso de elaboración de este libro? A mi la primera palabra que me viene a la cabeza tras leerlo es reflexión… “Reflexión y tiempo. Hay veces que los proyectos necesitan tiempo de maduración. Quizá incluso necesitan que tú como autor o ilustrador madures. Este proyecto me acompañó desde hace tiempo pero había algo que fallaba, no cuadraba. Y no tenía las claves para resolverlo -afirma Adolfo Serra-. Un día decidí enfrentarme a él, verlo con otros ojos. Decidí cambiar ilustraciones y rehacer el texto. De nuevo, una compañera de profesión, Ester García, me ayudó a verlo con otros ojos y encontrar otro camino en la narración y las palabras. Es bueno rodearse de gente diferente que te aporte cosas que no ves o te muestre las palabras clave que pueden cambiar la historia. Es curioso, para llegar a esta historia ha habido varias personas que me han ayudado en el proceso. De eso trata la historia. De encontrar puntos en común, sumar diferencias, crear unidad desde la diversidad”.
“Para mí también un álbum ilustrado es un interrogante, una reflexión. Como una poesía, o un relato abierto, que obliga al lector a preguntarse cosas sencillas o poderosas. Cada uno encontrará sus propias preguntas y respuestas”.
Respecto a la dedicatoria, ¿cuántas veces te has sentido tú como un bicho raro? “Continuamente, ja, ja. Pero creo que hay muchos más bichos raros camuflados con ropas de personas normales. Esa dedicatoria es una especie de canto a toda la gente rara que hace del mundo un lugar mejor. Cuando eres pequeño parece que ser bicho raro es malo, parece que tienes que encajar -asegura Adolfo Serra-. Quizá esa dedicatoria va para todos los niños y niñas (y adultos) que no encajan. Crecer es madurar y aceptarte, ser consciente de tus puntos fuertes y no tan fuertes. Y aprender o apoyarte en los otros: sumar, crear, compartir”.
Más información de Editorial Libre Albedrío.
También podéis leer en el blog las entrevistas con Adolfo Serra sobre ‘Filipo y Leo‘ y ‘El bosque dentro de mí‘.