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Lluïsot sobre «Antonino de sueño en sueño»: «Creo que es un libro muy terapéutico, al menos yo de niño tenía muchas pesadillas llenas de monstruos»
Mientras duerme al lado de su amigo Oso, Antonino sueña con salvar niños, aldeanos y a los animales del bosque, pero cada vez pasa lo mismo: justo antes del final aparece Oso que toma su lugar. A Antonino no le gusta nada que en sus sueños alguien se lleve su anhelada victoria. Decide entonces ir a soñar muy lejos. Desgraciadamente, en su sueño tan lejos de todo y de todos, a Antonino le sería muy útil la ayuda de Oso…
“Antonino de sueño en sueño” es la nueva historia de este personaje, después de “Antonino contra el tiempo” y “Antonino va y viene”. Escrito por Juan Arjona e ilustrado por Lluïsot, está editado por A Buen Paso, igual que los dos anteriores. Su ilustrador nos habla de este personaje y su última aventura.
“Llamé a Juan Arjona para ver cómo se imaginaba al personaje, pues yo me lo imaginaba alguien fuerte y robusto, capaz de realizar las hazañas más increíbles y resultó que Juan se lo imaginaba al contrario que yo. Y así es como nació Antonino,un personaje bajito y gordito,con largos bigotes de principios del siglo XX, con sombrero y americana como todos los alpinistas de aquella época, alguien que por su aspecto no diera la sensación de tener una fuerza descomunal. Esta contradicción donde las apariencias engañan me parece muy divertida y un gran acierto de Juan”.
“Me costó varios días haciendo bocetos hasta poder encontrar el personaje definitivo que tuviera un gancho gráfico, que diera juego a las aventuras y resultase divertido. En cambio el oso, me salió a la primera, con su aspecto de bonachón y dormilón”.
“Cada sueño es un paisaje y una situación distinta, muy típico de los sueños. Para un niño, todas las situaciones que vive Antonino, más que un sueño, serían una pesadilla, pero Antonino, con su valor, demuestra que no hay pesadillas que valgan, que las dificultades hay que saberlas afrontar. Y al final de cada sueño, de cada situación, aparece Oso convirtiendo la pesadilla en un simple chiste. Creo que es un libro muy terapéutico, al menos yo de niño tenía muchas pesadillas llenas de monstruos”.
“Actualmente casi todo se hace con ordenador y los libros de Antonino no son una excepción. Sin embargo, el dibujo lo hago a lápiz sobre papel y procuro conservar este trazo del lápiz que le da una vida especial al dibujo. El ordenador lo utilizo sólo para el color, usándolo lo más pictóricamente posible, intentando evitar todos estos trucos típicos de la ilustración informatizada que acaban uniformando demasiado los estilos. Me planteo los trabajos como cuando los colores iban indicados a la imprenta. Me gustan mucho las ediciones de los libros antiguos, de cómo aquellos artistas sacaban tanto provecho de tantas limitaciones técnicas que había entonces. Añoro un poco la época en que se pintaba a pincel. Entonces más que trabajar hacía una meditación Zen, aquellas horas que vivía con los olores de la pintura y de las tintas, el sonido de la plumilla o del pincel sobre el papel, un mundo más ‘matérico’ y a la vez muy espiritual, dándote el lujo de tener la mente en blanco y dedicarte a observar cómo la mano se movía sobre el papel y aparecían colores como por arte de magia. Me resulta fácil imaginarme un monje Zen meditando haciendo trazos de tinta con su pincel en la mano, en cambio me resulta imposible visualizar el mismo monje meditando tocando las teclas de un ordenador”.
¿Por qué el libro es ‘tan azul’? “Para dar sensación de nocturnidad en la habitación y de irrealidad en los sueños. Los colores transmiten emociones y no deben colocarse nunca al azar”.
¿Te identificas más con Antonino o con Oso? ¿Se llega a plasmar algo, poco, o mucho de uno mismo en sus personajes? “Mi familia vivía en medio de un bosque, así que pasé toda mi infancia y adolescencia igual que Antonino y Oso, rodeado de naturaleza, de bosque. Cuando era más joven tenía más el carácter de Antonino, era muy aventurero y me perdía en cualquier lugar del planeta donde no llegase la electricidad, pero a medida que van pasando los años me apunto más a la filosofía tranquila de Oso. También comparto con ellos este amor tan visceral que sienten por la vida, aunque cada uno lo sienta a su manera”.
“Espero que haya muchos más Antoninos. Creo que es un personaje muy divertido y yo procuro llenar los paisajes de animalitos para que el niño pueda pasarse horas mirando el libro y encontrando nuevos detalles que no había visto antes. ¿ En qué trabajo ahora? Son tiempos raros, las editoriales no publican tanto como antes, por lo que me dedico a experimentar con nuevas formas, nuevos estilos de expresión, como por ejemplo usar la fotografía como ilustración, manipulando objetos (de nuevo la materia). Por desgracia a muchos de estos libros que he hecho les cuesta encontrar editor. Es una época curiosa porque los artistas, a falta de trabajo, nos dedicamos a experimentar, pero los experimentos no tienen salida en el mercado, al menos no se sabe porque nadie se atreve a publicarlos. Bueno, alguno sí que me lo han publicado…”.