Cómic

Juan Gallego y los rincones de la mente en ‘La plaga’

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Pedro lleva una existencia metódica y monótona centrada en su trabajo como arquitecto y apartada del mundo. Un día encuentra una plaga de gusanos en su despensa, lo que desencadena inquietantes sueños y sucesos que activan sus miedos más profundos. Mientras lucha contra ella, su vida se desmorona. Así nos presenta Reservoir Books ‘La plaga’, un cómic de Juan Gallego con su hermano Javier Gallego. Sobre esta novela gráfica hemos hablado un poco más con Juan.

Lo primero que me gustaría que me contaras es cómo nace todo este proyecto, ¿dónde está el origen de este cómic? Juan Gallego: “Tanto a mi hermano como a mí nos gusta mucho el cómic desde nuestra adolescencia. Ya siendo más mayores, siempre habíamos pensado que nos gustaría hacer algo en ese sentido juntos. Javier tenía una idea de una historia que la tenía como a medio desarrollar. Era una especie de cuento, basado en una cosa que le había pasado, que es que había tenido una plaga de gusanos en su casa, y lo usaba de excusa para luego llevárselo a otro sitio. Javier tenía el cuento a medio hacer y yo estaba enredado en otras cosas”.

“Me puse a trabajar y colaborar con una fundación que se llama ‘Por Causa’, que hace cosas sobre periodismo y migración. Y con esta fundación hice un cómic corto sobre la valla de Melilla. A raíz de esto me apetecía hacer cosas de cómic, y animé a Javier a acabar ese proyecto que tenía a medio hacer. Estaba muy liado por entonces, pero yo estaba como muy caliente. Javier tenía un poema que había hecho que me gustaba mucho, que hablaba también de cosas de migración, y le dije que mientras se desliaba, yo iba a hacer algo, como de diez páginas o así, trabajando en ese poema.Cuando le mandé las primeras páginas de ese cómic, esa ‘cosa’ corta que estaba haciendo con su poema, pues la vio y me dijo: “hay que alargarlo, hay que intentar hacer una cosa más larga y que lo publiquen como un libro independiente”. Estuve una semana dándole vueltas, rehaciendo la escaleta, y vi que sí que se podía alargar para que tuviera en torno a 50 páginas, para que ya fuera publicable como libro independiente”.

“Y eso acabó en ‘Como si nunca hubieran sido’, que fue nuestra primera novela gráfica, que se coló por medio, porque ‘La plaga’, que era lo que queríamos hacer, era nuestra primera idea de cómic. En ese proceso, a Javier le dio tiempo a acabar el guión de ‘La plaga’. El primer cómic tuvo su éxito, obtuvo algún premio, y el editor nos preguntó por otros proyectos, y le hablamos de ese proyecto de ‘La plaga’. Le mandamos el guión y le gustó mucho. Así que ya sí que nos pusimos con él. Ese es un poco el contexto en el que nace el proyecto. Yo contento porque, en ese sentido, éste cómic ha sido al final más complejo técnicamente, visualmente, y la práctica y la soltura que me dio el otro, pues me ha venido bien, la verdad”, nos cuenta Juan Gallego.

Y, Juan, ¿qué se van a encontrar los lectores cuando empiecen a pasar las páginas de ‘La Plaga’? “Pues se van a encontrar una historia, yo creo que muy bien tramada, eso es mérito de Javier. Va avanzando muy poco a poco y en la que, al final, de repente, todo tiene sentido. Hay momentos donde te sientes desorientado. Tiene que ver con las cosas que le pasan al protagonista, y es posible que no entienden muy bien qué está pasando. Pero, al final, todo tiene su sentido… Muchos lectores me están diciendo que les invita a una segunda lectura muy rápida. Y, visualmente, mi aporte principal al cómic, a través de los distintos estilos que se manejan, es tratar de apoyar esa narrativa de la forma más contundente y expresiva posible. Los estilos se adaptan un poco a lo que está ocurriendo, a lo que está sintiendo el protagonista”, asegura Juan Gallego. “Ese cambio de estilos no es gratuito. No es cambiar de estilo por cambiar de estilo, sino que tiene el sentido de apoyar la narración, que siempre tiene que ser la función del dibujo, yo creo, en una novela gráfica”. 

Me gustaría que me hablaras precisamente un poco de eso, de esa variedad de estilos. Es cierto que que cuando empiezas a pasar las páginas, hay partes que son como muy diferentes a otras. “Son muy diferentes y en una primera ojeada, lo que tiende a pensar la gente es que esto va a ser difícil de seguir o difícil de conectar. Lo que pasa es que yo creo que cuando lo lees, todo tiene sentido. De repente cuando lo estás leyendo, entiendes y ves el porqué de los cambios de estilo, y se entienden. Al final, la historia corre en diversos planos temporales, y adopté distintos estilos en función de los distintos tiempos en los que transcurre la historia. También hay distintos estados de consciencia en los que se encuentra el protagonista y también ese aspecto quise diferenciarlo a través de los estilos, potenciar esos distintos estados en los que se encuentra el protagonista y que influyen en la historia -continúa Juan Gallego-. Por ejemplo, parte de la historia se desarrolla a través de los sueños del protagonista. Los sueños tienen cada uno su propio estilo, un poco también en función de lo que está pasando. En los sueños, eso que dicen que soñamos en blanco y negro, pues aproveché esa excusa para que, por ejemplo, los sueños tengan esa coherencia”.

“Dentro de que aparentemente todo visualmente es muy dispar, yo creo que cuando lo lees y a medida que avanza la historia, todo coge mucha más coherencia y conexión de lo que a primera vista el libro pueda parecer”. 

¿Qué dirías tú que tienen de característico tus ilustraciones, tus dibujos para este cómic? ¿Qué tienen quizás de diferente con respecto a ese otro cómic que me comentabas o a otros trabajos? “Bueno, en el anterior el estilo me vino a la cabeza muy directamente, como la historia era una historia muy dura, muy oscura, pues utilicé un estilo que reflejaba eso perfectamente. Era un blanco y negro muy roto, no había colores, pero sí que había grados de grises, y la línea estaba como muy suelta, muy rota. Trataba de transmitir totalmente la situación de desesperanza de las personas que cruzan el Mediterráneo intentando llegar a Europa en busca de una vida mejor. Una situación muy dramática y el estilo buscaba reflejar eso”, asegura Juan Gallego.

“En ‘La Plaga’, pues cambia totalmente, aunque la idea al final es la misma, es decir, que el estilo se subordine a lo que cuenta el libro, a la narración. Lo que es la trama principal, lo que sería la línea argumental principal del libro, tiene un estilo como más estándar, más convencional, que a mí quizá, a nivel dibujístico, me resulta más natural. Por asimilarlo a algo, te diría un poco estilo cómic americano, es a lo que más se podía parecer, que es mi mayor influencia en ese sentido, yo es lo que más he leído. Ahora no tanto, ahora leo más europeo, pero durante muchos años, en mi adolescencia, me hinchaba a ver tebeos de superhéroes, y te influye mucho eso. Frank Miller para mí pues es una influencia como muy fuerte. Y después, lo que te comentaba de cambiar de estilos en función de la narración”.

¿Con qué técnicas sueles trabajar? ¿Cómo es un poco tu proceso? “Tengo que trabajar en digital porque, vamos, por mis circunstancias personales es que es la alternativa lógica y natural. Me pasó en el otro cómic. También doy clase en la universidad, y tanto por cuestiones de tiempo, como porque no tengo un sitio, un estudio, con una mesa donde yo me pueda sentar con calma, lo que hago es dibujar a lo mejor a golpes de cuatro o cinco horas, y ahí lo digital me ofrece una solución que es imbatible en ese sentido.Este cómic lo he ido haciendo a veces en el tren, cuando iba al trabajo, ¿sabes? Cuando tengo una hora, pues me siento y me pongo a dibujar. Entonces lo he hecho principalmente con el iPad y Procreate -afirma Juan Gallego-. En el anterior usé Photoshop, pero en este proceso acabó apareciendo el iPad y probé Procreate y aluciné en colores. Es un programa que es muy parecido a los medios tradicionales analógicos, es decir, tú coges el lápiz, eliges tu herramienta, ya sea un pincel, un lápiz, un carboncillo, te pones a dibujar y enseguida obtienes resultados muy similares a los que obtendrías usando los medios tradicionales, entonces la curva de aprendizaje es súper rápida. Además los desarrolladores del programa te responden a las dudas y problemas que puedas tener. También me gusta mucho la filosofía de las personas que lo gestionan, que están muy en contra de la inteligencia artificial, ellos lo que quieren es dar soluciones para los artistas, dibujantes, pintores, dar una solución digital”. 

¿Cómo es trabajar con tu hermano? Porque, no sé, mucha gente dirá, qué guay, porque está con su hermano. Y por otro lado igual dicen, entre familia… “Nosotros nos llevamos muy bien, siempre nos hemos llevado muy bien desde pequeños. Los dos decimos lo mismo: “mi hermano es mi mejor amigo”. Tenemos mucha confianza el uno en el otro, nos consultamos, ya no solo cuestiones de cómics, sino cuestiones serias de la vida. Es una de las personas de las que más me fío y entonces, en ese sentido, cuando tienes ese nivel de compenetración y te llevas tan bien, pues es fácil. Bueno, hay una cosa, mi hermano es una persona muy exigente, muy perfeccionista y a mí me dicen que también. Pero respetamos mucho el espacio de cada uno”

“Durante el proceso, trabajando con su guión, le podía ir consultando dudas, posibles cambios, se los explicaba, y él me ha dejado hacer ahí, le ha parecido lógico y normal también, porque además es que efectivamente eran cambios que resultaban naturales. Hasta que no te pones a aterrizar, ya en dibujo en línea, lo que dice el guión, hay cosas de las que es muy difícil darte cuenta, porque yo mismo al leerlo no me había dado cuenta. Él confía mucho en mí, consultamos todas las decisiones, y listo”. 

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