Cómic
Iván Pineros retrata el Alzheimer en ‘Cuida de Ángela’
¿Qué somos sin nuestros recuerdos? ¿Qué somos si no recordamos ese primer beso, ese día en la playa con los amigos o esas decisiones que nos han hecho llegar hasta donde estamos? Pero si hay algo peor que perder todo eso es el hecho de ver cómo un ser querido ya apenas reconoce tu rostro. Ángela, el gran amor de Pedro, tiene Alzheimer y al parecer tiene que pasar sus últimos días en una residencia. Pero Pedro no permitirá que se sienta sola e intentará que Ángela vuelve a sus años más felices. Porque Pedro siempre cuidará de ella, tal y como prometió. Con estas palabras nos presenta Planeta Cómic ‘Cuida de Ángela’, un trabajo de Iván Pineros, Ivart, con el que hemos charlado alrededor de este proyecto.
¿Cómo nace este proyecto? “El proyecto nació más o menos a finales de 2021. Llevaba ya tiempo trabajando como ilustrador para eventos de Manga y Anime, poniendo un puestecito para vender mis ilustraciones -nos cuenta Iván Pineros-. Al final en este tipo de eventos si quieres asegurarte ventas tienes que hacer ilustraciones sobre los personajes que estén de moda en ese momento, por lo que llevaba bastante tiempo dibujando las historias de otras personas y tenía la sensación de que nunca hacía nada que fuese realmente mío. La historia de la novela gráfica está basada en una vivencia personal, es la historia de mis abuelos (con muchas decoraciones obviamente), y sentía que tenía que hacer algo con ella. Comencé por mi cuenta a trabajar en las primeras páginas, directamente dibujando, sin tener siquiera la historia aún escrita ni nada. Esto hizo que acabase abandonando el proyecto, al ser algo que estaba haciendo por mi cuenta y no tenía ningún tipo de presión ni fecha de entrega ni nada”.
“Justo un año más tarde, en uno de estos eventos que te comentaba antes, vino a saludarme una chica, Alexandra, que luego acabaría siendo mi editora. Y por casualidades de la vida justo me dijo que ella trabajaba para la editorial Planeta Cómics y que si tenía alguna historia o proyecto en el que estuviese trabajando que se lo enviase para ver si podíamos llegar a algo juntos. Y así nació realmente esta novela, cuando firmé un contrato y ya sí que sí, no podía volver a echarme atrás”.
¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “No quiero hacer mucho spoiler, pero también quiero que la gente sepa a lo que se va a enfrentar si decide darle una oportunidad -continúa Iván Pineros-. La historia que cuento en mi novela no es una historia alegre, aunque tampoco considero que sea una historia triste. Simplemente es la historia de una vida, una vida de verdad, con todos sus matices y sus altibajos. La novela está basada como decía antes en la vida de mis abuelos, centrándose en mi abuela y su convivencia con el Alzheimer. Mis abuelos se conocieron cuando eran niños pequeños y desde ese momento pasaron juntos hasta el final de sus días. La novela hace un recorrido por los recuerdos de la protagonista, Ángela, así como su adaptación a su nueva vida en la residencia, todo esto marcado por la confusión que conlleva estar conviviendo con el Alzheimer”.
Cuéntanos algo del proceso de investigación y documentación para este trabajo. “Realmente no hice mucha investigación para la novela. Se que esto no es lo típico, teniendo en cuenta que estoy tratando un tema tan serio como es la demencia y la vejez. A parte de lo típico, verme un par de documentales y buscar información sobre cosas concretas que me interesase que apareciesen en la novela, no hice más. No quería una historia que profundice en la parte técnica del Alzheimer, quería contar cómo se vive estar con una persona que lo sufre. Para ello prefería usar experiencias personales que viví con mi abuela o que me contaron personas que también han tenido alguien cercano que lo ha sufrido. Al final para mí lo importante es reflejar lo que siente Ángela y la gente de su alrededor, sin entrar en tecnicismos ni grandes investigaciones. Cuando esto le ocurre a alguien de tu alrededor nadie está preparado y tienes que aprender cada día a sobrellevar la situación lo mejor que puedas”.
Después de leer tus palabras, en este libro hay mucho de Iván en esta historia… “A ver, hay bastante de Iván en esta historia, ya que como decía esto es lo que les ocurrió a mis abuelos, pero sí que he metido también un montón de fantasía -asegura Iván Pineros-. Toda la raíz de la novela son cosas reales, cosas que han ocurrido en mi familia y vivencias que he tenido con mi abuela, que es la que sufrió Alzheimer. Cómo fue la relación de mis abuelos, desde que se conocieron de pequeños hasta el final de su historia, todo eso está basado en la realidad. Pero todo lo demás es fantasía: los personajes secundarios, sus recuerdos en la escuela, sus amigos, sus enemigos, etc.”
¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este cómic? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Se me hace siempre rarísimo tener que definir mi propio trabajo, así que adoptaré las cosas que me suelen decir los demás. Creo que lo que más puedo destacar es el color. No es el típico coloreado que se suelen ver en las novelas gráficas convencionales, que suele estar limitado a unos pocos tonos o tener un uso del color más sobrio, o con tonos más armónicos. Al venir mi trabajo de la ilustración, en la que cada dibujo es una obra final, estoy acostumbrado a usar muchísimos colores siempre, a que si tengo que hacer una sombra le puedo meter cinco tonos distintos y a usar el propio color como una herramienta más. Esto me costó mucho de cara a la novela, tuve que cambiar por completo mi forma de trabajar, ya que en un principio podía tirarme un día entero para darle color a una sola viñeta, y eso no era algo viable si quería acabar la novela a tiempo. No era viable ni por tiempo, como decía, ni por claridad. Al final metía tantos tonos distintos que cuando veías la página completa quedaba todo un lío de colores que no se entendía, así que tuve que contenerme bastante para darle aire a las viñetas y que los colores no te den un golpe en la cara cada vez que pasas de página”, afirma Iván Pineros.
¿Con qué técnicas trabajas? “Toda la novela está hecha en digital. Cuando empecé en la ilustración me encantaban las acuarelas y era la técnica que usaba siempre para todo, pero una vez le cogí el truco al digital abandoné las técnicas tradicionales totalmente. Al final el digital supone un ahorro de material enorme, además de todas las posibilidades de edición que ofrece. Pero diré que después de hacer la novela, que al final fueron dos años trabajando en digital prácticamente a diario, acabé un poco saturado. Desde hace meses estoy reencontrándome de nuevo con las técnicas tradicionales y ahora disfruto mucho más coger unos rotuladores o unos lápices que abrir el Procreate. Así que al final estoy volviendo de nuevo a las raíces supongo”.
Danos algunas pinceladas sobre el proceso de elaboración de este libro. “Pues ha sido un proceso un poco caótico (dentro de que soy una persona bastante ordenada). Digo que ha sido caótico porque yo nunca me había enfrentado a algo así, yo solo había hecho ilustraciones sueltas a lo largo de mi carrera. Antes de hacer esto, la novela gráfica, jamás había hecho ni siquiera una viñeta, ni una historia corta, nada de nada. De hecho nunca me había interesado escribir, y siempre he pensado que no es algo a destacar entre mis virtudes (lo sigo pensando). Yo me he preparado para dibujar, y es lo que «entreno» cada día desde hace años, pero escribir una historia nunca estuvo en mis planes. Al final me lancé con esta historia porque la base era real, es algo que conozco y que he vivido, entonces sentía de alguna manera que la mitad del trabajo ya estaba hecho. Lo único que tenía que hacer yo era conectarlo un poco todo y meterle tanta fantasía entre medias como me apeteciese”, confiesa Iván Pinero.
¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Ahora mismo he vuelto a la misma vida que tenía antes de la novela. Sigo con mis encargos, portadas para libros, contenido para redes, el trabajo para marcas, básicamente todo lo que va llegando. No tengo de momento ningún proyecto grande a la vista, más allá de todo el trabajo de promoción que me toca hacer aún para esta novela, que también es algo nuevo a lo que enfrentarme. Ahora mismo, que aún no he acabado con el «trabajo» de la novela, no estoy pensando embarcarme en otro proyecto así de grande para nada. Quizás cuando ya esté todo más calmado y me haya acostumbrado de nuevo a la tranquilidad vuelva a sentir esas ganas de contar algo, pero ahora mismo, después de estos años tan intensos enfrascado en una sola historia, quiero volver a hacer cosas variadas y necesito que mi estilo respire un poco e investigar cosas nuevas”.