Arte Urbano
Vera Galindo y sus murales para la gente
A Vera Galindo la conocimos a raíz de que ganara el Premio Apila Primera Impresión 2020, que organiza la editorial Apila Ediciones. ‘¿Cómo lo ves?’ fue el resultado de aquel premio, y nuestra primera entrevista con Vera. A raíz de aquello, hemos seguido su trabajo, y en las siguientes líneas nos centramos no en las páginas, sino en las paredes, en su labor como muralista. Y lo hacemos partiendo de uno de sus trabajos, ‘Raíces del vino’.
¿Cómo surge la idea de ‘Raíces del vino’? “Raíces del vino fue un mural que se realizó para la Bodega de Maluenda, Raíces Ibéricas. La idea del diseño y su composición a fragmentos nació por la necesidad de contar muchos aspectos del vino en una sola composición y también por su formato cilíndrico. Quería que se vieran cosas desde cualquier lugar alrededor de la cuba y no centrar todo en un solo punto de vista frontal. Quería hablar de muchos de los momentos que forman parte del vino. Capturar la esencia y su recorrido, desde el momento en que la viña es plantada hasta que el vino es descorchado. Desde el punto de vista de todas las personas que forman parte de su vida, tanto quien tiene viñas o tuvo, como quien disfruta de una copa de vino en un momento especial. Todo ello dio lugar a los diferentes fragmentos que van contando los distintos aspectos que quise remarcar”, nos cuenta Vera Galindo.
¿Qué has querido reflejar en este mural? “Quería hablar de diferentes escenas del ciclo de vida del vino. Cada fragmento es una ventana que permite a los observadores entender y apreciar cada etapa del proceso, destacando todo lo que hay detrás de cada botella y el factor social y humano, porque al final, son las personas las que hacen el vino y le dan sentido al consumirlo”.
Me gustaría que me hablaras de tu proceso de trabajo. No sé si sueles trabajar con algún boceto previo… “Me gusta comenzar siempre con una buena investigación del lugar que va a acoger el mural. Si es una empresa o cliente particular, como en el caso de la bodega, hablar con ellos, que me cuenten lo que hacen, lo que hacían, lo que les motiva, lo que significa para ellos su trabajo… Intentar comprender lo mejor posible todo ello que es relevante y puede resultar interesante para el mural -continúa Vera Galindo-. Si es un encargo para un lugar público, me gusta conocer el lugar, a la gente que pasa todos los días por allí, las historias o leyendas del lugar… Poder contar un poquito de su historia. Me parece muy importante que las personas que van a vivir el mural lo puedan sentir como suyo, puedan sentirse identificados y les transmita o cuente algo de su pasado o sus orígenes, algo que sea suyo”.
¿Con que técnicas trabajas? Y ¿materiales? “Suelo trabajar con pintura plástica o esmalte aunque en algunas ocasiones también con spray o con ambos. Depende todo de la pared o el soporte. En cuanto a materiales, rodillos, brochas y pinceles de diversos tamaños y mucha cinta de carrocero”.
¿Hay algo nuevo en este sentido respecto a otros trabajos? “En ilustración solía trabajar más con técnicas digitales, aunque en «Lila y Lola«, por ejemplo, comencé las ilustraciones a mano y luego las monté en digital. Creo que el mural me ha hecho cogerle más ganas a retomar lo analógico y buscar texturas más manuales y con la saturación digital que tenemos, siempre se agradece mancharse las manos y que el lienzo sea un papel y no una pantalla más”, asegura Vera Galindo.
¿Qué dirías que es lo más difícil a la hora de enfrentarse a una fachada en blanco? “El día de encaje creo que es el más tenso para mí. Trasladar el boceto a gran escala, cuadrarlo todo bien… En «Raíces del vino», por ejemplo, contaba con la peculiaridad de que al ser un tanque de vino era cilíndrico. Había que ajustarse a unas escaleras de las que no teníamos las medidas exactas ni la diagonal y a unas zonas en las que no podría llegar con la grúa bien. Hubo que readaptar alguna parte para ajustarla mejor a la diagonal de las escaleras y a la zona en la que podía llegar con la grúa y trabajar bien. El primer día fue un reto pero una vez que todo se queda bien marcado, viene lo bueno 🙂 “.
¿Y lo más satisfactorio? “Ir viendo cómo va cogiendo forma, disfrutar el proceso, la foto que echas todos los días al final de la jornada y comparas con la del día anterior. Y bueno, verlo acabado, claro”.
¿Qué importancia tiene la colaboración con otras personas en la realización de trabajos de esta envergadura? “Si son muros grandes siempre agradeces un par de manos extra. Y no solo el par de manos, la conversación, el apoyo, también su punto de vista cuando hay algo que no te termina de convencer… Cuando estás una semana o más, está bien no estar sola todo el rato. Y en proyectos que son entre varios en colaboración, también es genial el poder fusionarse, aprender de los demás. Cada uno tenemos una manera de hacer las cosas y me parece super interesante ver cómo trabaja cada artista porque siempre aprendes algo nuevo”, afirma Vera Galindo.
¿Qué dirías que caracteriza tus trabajos en la calle? “El color y las texturas es de las cosas que más me gusta trabajar y cuidar. Que la paleta esté bien escogida, que esté bien compensado el color en la composición. Al diseño y el concepto también es algo a lo que me gusta darle mucha importancia, pero quizá como la temática varía siempre, el color y las texturas es algo que siempre los caracteriza”.
¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo de mural? “Ahora mismo, estoy arrancando el año con muchas ganas. Preparando diferentes composiciones que me gustaría llevar a mural o lienzo. Uno de mis propósitos de este año es trabajar más obra propia, que es algo que llevo queriendo hace mucho y por unas cosas u otras he tenido menos tiempo del que me gustaría. También estoy con algún proyecto personal de álbum que me gustaría acabar y sacar a la luz… un poquito de todo”.