Álbum Ilustrado

Nono Granero nos presenta a ‘La hacedora de barcos’

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Desde que vio por primera vez en la escuela la imagen de un barco Gema quedó fascinada. En las montañas, muy lejos del mar, estos titanes del agua parecían artefactos increíbles. Su pasión crece y desde ese momento se dedica a hacer barcos que van poblando el paisaje de los campos y le dan sentido a su vida. Los sueños están hechos de pequeñas y grandes proezas, aunque parezcan imposibles. ¿Cómo alcanzar los sueños, incluso aquellos que parecen imposibles? Con estas palabras Diego Pun Ediciones nos presenta ‘La hacedora de barcos’, un álbum ilustrado de Nono Granero, con el que hablamos un poquito más sobre su trabajo en este proyecto. 

¿Dónde está el origen de este proyecto? “No hay, al contrario que en otros proyectos, un punto de partida muy definido en el nacimiento de esta historia. Surgió de una manera difusa, a partir de pequeñas reflexiones superpuestas sobre la idea del ser humano como alguien que no puede evitar hacer. Suelo decir que, frente al término “homo sapiens” yo casi prefiero el de “homo faber”, porque si algo llevamos implícito en nuestro ADN es esa necesidad de transformar las cosas de alrededor. A veces no aparece un sentido claro en lo que hacemos: no es para ganarnos la vida, ni tampoco pretende un reconocimiento o la búsqueda de un legado… Nada de eso. Es solo la pura necesidad de crear. Y hubo un momento en que esas ideas se encarnaron en Gema, la protagonista”, nos cuenta Nono Granero

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Encontraremos a una niña que vive en un pueblo lejano, pequeño y aislado entre montañas que, sin embargo, siente fascinación por algo muy alejado de su realidad cotidiana: los barcos. Un buen día decide fabricar uno y, a partir de ahí, no puede dejar de hacerlo, por el puro placer de construirlos mientras a su alrededor van surgiendo comentarios, situaciones y peripecias que recorren toda su vida y van más allá aún”. 

¿Cómo fue el trabajo previo al libro? Me refiero a esa fase de investigación, de pruebas, no sé si de dibujos en algún cuaderno… “Como en todos los proyectos, hubo un tiempo previo y dilatado de tanteo y de búsqueda -continúa Nono Granero-. En este caso, no solo hubo que documentarse sobre tipologías de barcos, sino que también aproveché viajes por la sierra de Segura para hacer apuntes y definir cómo sería el entorno necesario para que la historia se sostuviese adecuadamente. También realicé pruebas de tipo técnico, para encontrar una unidad en los tonos que arropara la historia y diera una luz constante que unificara el libro. Hay que tener en cuenta que el periodo de tiempo que abarca la historia es muy dilatado (toda una vida y algo más), de modo que era importante que, aunque las situaciones pudieran ser muy variadas, se mantuviera una estética concreta”. 

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Quizá, aparte de la cuestión técnica, sobre la que nos detendremos en la próxima pregunta, lo que marca el concepto del libro es la necesidad de un tratamiento que diera realidad y verdad a lo que se cuenta. De modo que el dibujo es más naturalista que en otros trabajos. Buscaba también un cierto clima cálido, íntimo, como si estuviésemos viéndolo todo a través de los ojos de Gema, con cercanía y con un aire entrañable”. 

¿Con qué técnicas trabajaste? “Dado el tema central de la historia, que enfatiza la idea de hacer como algo consustancial al ser humano, necesitaba una técnica que dejase esa huella bien palpable, que evidenciase la relación entre la persona que hace y lo que hace. En ese sentido, el lápiz es, para mí, la herramienta que mejor cuenta esa relación directa, cálida y humana. Muy artesana. Tratar previamente el soporte también ha contribuido a generar ese clima”, asegura Nono Granero

Cuéntanos un poco más sobre el trabajo de elaboración de este libro. “Puedo contarte que ha sido un disfrute realizarlo: combinar los diferentes tonos del trazo de los lápices, ver cómo se generaba esa luz tan particular en cada escena, compartir con la protagonista un hacer pausado y detallista fue una experiencia que espero se refleje también en el libro”. 

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Ahora mismo estoy terminando la última fase de un proyecto en el que llevo inmerso desde 2019: la “Cartografía del cuento popular”. Es una propuesta multidisciplinar que pretende revitalizar 27 cuentos de tradición convirtiéndolos en mapas que nos ayudan a contarlos de nuevo de forma oral y que combina la exposición de esas ilustraciones, la narración oral sobre las mismas y su publicación en forma de libros. En 2024 salió un primer volumen, editado por Ekaré, con 12 de esos mapas y para 2026 tendremos el segundo volumen, con el resto de los que he elaborado. Es un proyecto que estoy disfrutando tremendamente y que no para de darme alegrías”.

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