Dibujando un cuento
Andrés Arévalo: «Me gusta combinar las técnicas tradicionales con las digitales»
He quedado con Andrés en su piso, cerca del Camino de Ronda. Cuando me abre la puerta, lo primero que veo es su bicicleta, que está aparcada junto a un recibidor tras la entrada. Me invita a pasar y llegamos al salón. Allí nos disponemos a intercambiar preguntas y respuestas junto a la típica “mesa-camilla”.
Andrés Arévalo comenzó, como todos, a dibujar desde pequeño.
Le pido a Andrés que me defina sus ilustraciones. En ellas, asegura, lo que más le gusta es el humor, pero también le atrae mucho la simbología.
Para dar forma a sus ilustraciones, el blanco y negro es lo que más trabaja, pero también la acuarela. Por supuesto, el mundo digital también ha llegado a la vida de Andrés.
“Sobre todo trabajo en blanco y negro, o cuando es en color, con lápices acuarelables o acuarela directamente. Ahora tal y como están las cosas trabajo mucho en digital. Lo que más me gusta es mezclar técnicas, combinar las técnicas tradicionales con las digitales, sobre todo por la riqueza de formas y texturas que se le pueden dar al trabajo”.
“Tengo un trabajo publicado en un libro, sobre música gallega. También he hecho fanzines en la universidad y ahora mismo estoy haciendo la portada de un grupo de rock de aquí, “The Miskins Ronson”, que van a sacar ahora su primer LP, y yo les hago la portada”.
La llegada de las nuevas tecnologías ha facilitado mucho el trabajo de los ilustradores, sobre todo en la producción de las ilustraciones. Éstas también han servido para que el contacto entre profesionales sea mucho más fácil.
Nuestra conversación, de la que somos testigos nosotros dos, además del poster de “Spiderman 2” que nos “modera” durante toda la entrevista, nos lleva a hablar del mercado de la ilustración. A Andrés le han llegado algunas propuestas, pero éstas, pocas veces van acompañadas de remuneración.
“Ahora lo veo fatal. La verdad. A veces te llegan propuestas, pero casi nada es remunerado. Claro, a nivel local, aquí, puedes participar en eso. Pero que una editorial de Barcelona, por ejemplo, te proponga eso, pues suena un poco a cara. Hay que hacer algo para moverse y encontrar un sitio. Hay poco trabajo y, lo poco que hay, mal remunerado”.
Damos por terminada nuestra charla. Pero antes de marcharme no me resisto a poder ver ese libro sobre música gallega, aunque, sobre todo, la ilustración de Andrés. Cuando la nombró señaló hacia atrás, hacia la estantería. Va hacia ella, recoge el libro y me lo trae hasta la mesa, allí lo abre justo por su ilustración.
Igual que el músico que sostiene su guitarra, miro mentalmente hacia el horizonte, hacia la siguiente entrevista.