Dibujando un cuento
Adribel: «Me gusta contar historias. Tengo la casa, el coche y los bolsos llenos de papelitos y lápices»
Adribel es, ante todo, dibujante, y le gusta ilustrar sus propios cuentos. De hecho desde que me recibe en su casa y hasta que me marcho sólo hay una cosa que no ha soltado en ningún momento. Es un lápiz ‘staedtler’, sí, de esos amarillos y negros de toda la vida. Bien afilado, como sus palabras cuando habla de la industria editorial. No es fácil vivir del cuento ilustrado, incluso si eres un ilustrador reconocido y premiado.
Adriana Juárez, conocida artísticamente como ‘Adribel’ es natural de Buenos Aires. Allí estudió arquitectura y urbanismo, y después continuó su formación artística en la Escuela de Dibujo Garaycochea en especialidades como el dibujo humorístico, la caricatura y la historieta. Posteriormente amplió sus estudios con cursos de diseño gráfico y web, ya en Granada. Actualmente desarrolla su actividad como ilustradora y diseñadora gráfica freelance.
Colabora con el Centro Andaluz de las Letras en su circuito infantil y juvenil, ofreciendo talleres y encuentros con el ilustrador a colegios y bibliotecas. Ya hemos dicho que el lápiz no lo deja en todo el transcurso de la entrevista. No nos sorprendemos entonces cuando nos cuenta que con la técnica que más cómoda se encuentra es dibujando a lápiz.
Ha ilustrado, por ejemplo, el cuento “Mi papá es campesino» de la autora Lourdes Solé Molins, y “Este soy yo” es un álbum ilustrado y escrito por Adribel. El equilibrio entre la imagen y el texto es muy importante, aunque mucho más fácil de llevar cuando eres tú mismo quien lo escribe.
“Si tú ves un cuento y no está el texto, no lo terminas de entender. Si lees el texto y falta la parte ilustrada, tampoco la terminas de entender. Tiene que ser algo que se complemente. Aquello que no dices con palabras lo dices con las ilustraciones. Cuando escribes tus propios cuentos, tú balanceas eso. Me voy haciendo una especie de “story board” y algunas cosas las escribo, pero otras me apunto qué es lo que voy a dibujar. Si tienes que ilustrar el cuento de un escritor a veces es más difícil, porque muchas veces terminas siendo literal, dibujando lo que el texto dice. Tienes que intentar ver qué otras cosas narrar con la ilustración que el escritor no haya escrito. El cuento escrito suele ser redondo. El desafío es más grande.”
“Estoy muy entusiasmada. A través de unas amigas que empezaron a publicar aplicaciones, libros interactivos para el Iphone y las tabletas, empecé a investigar un poquito y ver que es un mundo fascinante. Es un híbrido entre la animación, lo que es el cuento clásico, el niño puede interactuar, hay mucho movimiento, música, pero también tienes la opción de simplemente pasar las páginas y leerlo como un libro tradicional. Yo no creo que se acaben los libros tradicionales. Ahora en Corea los niños llevan tabletas y no se editan libros en papel. Van a seguir existiendo los libros en papel, pero creo que se abre un nuevo campo para los usuarios, los autores, los ilustradores, y que no hay que dejarlo pasar.”
En apenas unos segundos ha creado con su lápiz una nueva figura de Toribio a la que ha “vestido” con un pantalón negro y un jersey a rayas negras y rojas, para después escribir bajo sus pies unas palabras que terminan con su firma. Antes de terminar de dar forma a esta entrevista he visto a Toribio verse afectado por la alergia, ponerse una mascarilla y, lo que más me ha gustado, pelearse con una goma de borrar, sí, de “Milan”.
No sé si la frase con la que Adribel nos premia al final de ese pequeño libro la escribió primero con un lápiz como el que sostiene continuamente en la mano, pero lo que sí tengo claro es que no se borra fácilmente.
Me gusta contar historias. Como éstas suelen venir cuando menos lo esperas, tengo la casa, el coche y los bolsos llenos de papelitos y lápices. A veces uso palabras, en otras ocasiones me apaño con un par de dibujos, pero la mayoría de las veces utilizo las dos. Pienso que la vida resulta más bonita cuando la llenas de cuentos. 
Adribel dixit.