Cómic

Jesús Orellana y la fusión de cine y cómic en ‘Juvenile’

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En un futuro donde un virus mata a todos al alcanzar la edad adulta, los adolescentes son confinados en enormes instalaciones médicas. Sara está encerrada en El Castillo, una fortaleza para jóvenes problemáticos gobernada con mano de hierro por un militar retirado. Todo cambia con la llegada de un misterioso nuevo paciente que le revela un impactante secreto: el virus no los está matando, sino que les otorga habilidades telequinéticas que los adultos intentan suprimir desesperadamente mediante medicación y cirugía experimental. En una carrera contrarreloj, deciden utilizar sus nuevos poderes para escapar. Pero cuando los adultos lo descubran, se darán cuenta de que no solo están en juego sus vidas, sino también el destino de la humanidad. Jesús Orellana irrumpe en el mundo del cómic con ‘Juvenile’, una obra editada por Norma Editorial, que fusiona el lenguaje del cine y el cómic. 

¿Cómo nace este proyecto? “Para explicarlo hay que remontarse un poco. Empecé mi carrera en el cómic, primero como colorista y luego como dibujante, pero siempre he sido un apasionado del cine y la animación, básicamente de todo lo que tenga que ver con la narrativa visual, por lo que en 2011 decidí liarme la manta a la cabeza y crear en solitario un corto de animación CGI de ciencia ficción llamado ‘Rosa’. El corto tuvo muy buena acogida en festivales, fue nominado al Goya e incluso abrió el festival de Sitges de ese año, lo cual para mi fue el mayor premio posible, siendo un asiduo del festival”, nos cuenta Jesús Orellana

“Rosa llamó la atención de estudios de Hollywood y Fox acabó contratándome para escribir y dirigir una adaptación a imagen real. El principal impedimento de que la película saliera adelante era la escala del mundo y del proyecto, por lo que tras años de lucha acabó enterrándose. Tras ello la idea era hacer un proyecto de una escala mucho menor, huir de grandes presupuestos y centrarme en lo esencial, básicamente una habitación y un numero limitado de personajes. Tenía un proyecto anterior sobre niños y adolescentes con poderes telequinéticos sobreviviendo en un mundo post-apocalíptico, pensé que sería interesante ir al germen de esa historia y quedarme solo con la esencia, así fue como nació Juvenile. Tras años luchando por sacar adelante una película, sentí la necesidad vital de volver al medio del cómic, donde solo dependes de tí mismo para que una idea pueda llegar a materializarse. En lugar de un guión me propuse hacer un cómic para asegurarme que la historia viera la luz”.

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? “Juvenile es un thriller de ciencia ficción con acción, misterio y un toque de terror, pero también con mucho corazón -asegura Jesús Orellana-. Para mí, era clave tratar a los personajes adolescentes de manera auténtica. Quise que capturara algo del espíritu del cine de los 80 y 90, donde la acción y el peligro van de la mano con personajes con los que puedas conectar. Como curiosidad para los lectores españoles, Norma Editorial ha hecho una edición espectacular en tapa dura de la obra completa que sale a la venta antes incluso de que se publique el último numero en USA, por lo que en España se podrá leer la obra completa antes que en ningún otro lugar”.

Cuéntanos algo del proceso de investigación y documentación para este trabajo. “Para este proyecto no me he documentado en nada en concreto, pero si me ha influido la realidad del momento. La historia fue escrita hace ya diez años, aun no habíamos pasado por el Covid o el auge de ciertos extremismos, pero algo que me llamaba la atención ya entonces era que el uso de las redes sociales estaba empezando a crear una brecha generacional cada vez mas abrupta -afirma Jesús Orellana-. En ‘Juvenile’ los poderes telequinéticos son una versión amplificada de esto. Los adultos no comprenden el lenguaje que usan los jóvenes, lo cual solo genera frustración y agrava aún más la distancia entre generaciones. Me interesaba explorar esa incomunicación y cómo el miedo a lo desconocido puede llevar a la represión y a situaciones extremas”.

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este cómic? ¿Qué hay de nuevo o diferente con respecto a otros trabajos? “Creo que lo que lo hace diferente es el hecho de que me lo he tomado básicamente como hacer una película. Todas las páginas tienen una composición de cuatro viñetas panorámicas, similar a lo que sería un storyboard de cine. Esto me permite centrarme en que la narrativa fluya de forma constante sin tener que cambiar de formato. No es algo que suela verse porque limita las posibilidades que permite el cómic, pero en mi experiencia creo que las limitaciones son clave en cualquier creación artística”.

¿Con qué técnicas trabajas? “El cómic es 100% digital. Trabajo con iPad y ordenador. Para lo que yo busco, el medio digital me da mucho más que el tradicional: es más limpio, rápido y fácil de editar. Para mí lo importante es que la lectura y narrativa sean fluidas, más que la calidad artística del trazo, por lo que las ventajas del digital superan claramente a los inconvenientes”, confiesa Jesús Orellana.

¿Qué encontramos del lenguaje cinematográfico en este libro? “Todo. Soy un enamorado de ambos medios y para mí a la hora de afrontar una historia la línea que los divide es casi inexistente. Dicho esto, hay diferencias evidentes entre ambos, sin movimiento ni sonido en cómic se tiende más a la exageración, en cine puedes ser más sutil. En ese sentido el cómic se parece más al teatro, donde se suele tender a una actuación o diálogos más dramáticos. Otra diferencia clave es la duración, en cómic tiendo a condensar y usar más la elipsis, cosa que también me ayuda a depurar y encontrar la esencia de cada escena y momento”.

Danos algunas pinceladas sobre el proceso de elaboración de este libro. “Mi proceso es empezar con lo esencial: idea, título y estructura general. Luego creo un guión muy básico, de apenas unas pocas páginas, que solo incluye una descripción muy diáfana de cada escena y los diálogos. De ahí paso directamente al storyboard, donde reescribo si hace falta y completo o pulo los diálogos. Este es, de largo, el paso que más disfruto y donde, en mi opinión, se crea realmente el cómic. Es una fase intermedia entre escritura y dibujo, donde las posibilidades son infinitas y solo importa la narrativa visual en su estado más puro. Cuando hay una colaboración guionista/dibujante es mucho más difícil acceder a esta fase porque queda en un terreno entre ambos, por eso prefiero ser autor completo”.

“Una vez acabado el storyboard -continúa Jesús Orellana-, el resto es un trabajo más técnico y tirar de oficio: dibujo, tinta, color, rotulación, diseño, logo… Algo que no es nada habitual en la industria americana es que la misma persona se ocupe de todos los apartados. A mí me gusta aprender todos los oficios porque creo que cada uno de ellos ayuda a enriquecer la comprensión del resto”.

¿En qué trabajas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Este año estoy inmerso en un proyecto de género cyberpunk. También tengo en el horizonte la adaptación al cómic de mi guión de ‘Rosa’ para la película. La idea es ponerme con ella el año que viene”.

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