Arte Urbano

Dulk y el reto que supone trabajar en un mural

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Nos acercamos en las siguientes líneas al trabajo de Antonio Segura, Dulk, y lo hacemos tomando como punto de partida uno de sus últimos trabajos, que nos hace viajar hasta Australia. Se trata de ‘The bird watcher’, y en pleno proceso se encontraba cuando contactamos con él. Ahora ya de vuelta hemos charlado de este y otros trabajos.

“Era un proyecto en el cual la temática era, sobre todo, representar la fauna local. Toda la diversidad que hay allí es brutal, hay muchas aves, muchos animales australianos y tal. Entonces, por mi temática también, yo creo que presentamos una propuesta que gustó y nos seleccionaron. Estuvimos, creo, 15 días haciendo el mural, más o menos, algo así”. 

Háblanos un poco de cómo es tu proceso de trabajo. ¿Cómo es un poco todo ese proceso hasta que te pones a trabajar sobre la pared? “Pues, normalmente, a no ser que esté cerca, yo no veo la pared hasta que no llego al lugar. Entonces, me envían fotos, o si no, con el Google Maps, pues me veo la calle, veo un poco todo lo que hay en la zona, y a partir de ahí, si hay una temática establecida, pues trabajo un poco sobre la temática, siempre aportando mi toque personal, mi estilo. Y si no hay temática -continúa Dulk-, pues creo algo, lo que se me ocurre o lo que quiero transmitir, pero siempre inspirándome en el lugar donde va a vivir la obra, digamos. Siempre me gusta la temática de la naturaleza, y la fauna en concreto. Siempre, dependiendo de dónde vaya a hacerlo, me gusta un poco trabajar sobre la fauna del lugar o la situación en la que se encuentran algunas especies”. 

“A partir de ahí, hago como un diseño en el ordenador, muy rápido, a base de fotos y un poco de ideas que pueden ir saliendo, y luego hago un dibujo a lápiz para ya ver un poco las formas, lo llevo más a mi lenguaje, y después ya se va al lugar y se pinta”. 

¿Es quizá un poco esa parte la más difícil? El pasar de un dibujo que a lo mejor tiene un tamaño, poder trasladarlo a esa grandiosidad, por decirlo de alguna manera. “Sí, sí, es la gracia al final de los murales y, bueno, yo creo que es lo que lo diferencia, sobre todo del trabajo en el estudio. Es eso, que no lo puedes tener todo controlado, hay muchas cosas que pueden pasarte con la grúa, con la climatología, con el tiempo que tienes, las horas de luz que tienes al día, no sé, son muchos factores que al final lo convierten en un reto. Y al final es lo divertido también.” 

¿Y tú con qué técnicas sueles trabajar? ¿Con qué materiales? “Con pintura al agua acrílica, y luego con pincel, brocha, rodillo y ya está. Antes utilizaba spray pero hace años que ya lo dejé y porque al final la pintura plástica como que me permite hacer otro tipo de tratamiento a la obra -nos cuenta Dulk-. Se pueden conseguir texturas más ricas y mezclar los colores, y es mucho más complejo, pero a la vez es mucho más divertido para mí”. 

¿Qué hay de diferente en este trabajo respecto a otros anteriores? Sigue más o menos la misma línea, ¿o al final lo diferente es quizá un poco el espacio? “Sí, en este en concreto lo diferente es la superficie, que era circular y muy grande, y nunca había pintado una superficie circular. Entonces es como muy complicado a la hora de encajar el diseño. Una vez lo tienes encajado ya es básicamente pintar como en cualquier pared, pero para encajarlo es mucho más complejo. Sobre todo cuando tú has trabajado el boceto con una forma cuadrada y de repente lo tienes que poner en una superficie circular, pero tú al final solo ves una cara cuando estás trabajando, una cara del trabajo, entonces que en todos los lados de la circunferencia del cilindro quede todo interesante… Eso fue lo más complejo, yo creo. Y un poco recomponer, tuvimos que recomponer un poco el diseño cuando fuimos a dibujarlo en el cilindro. Claro, los primeros días fueron como de mucho estrés porque es mucho trabajo, aparte tú lo ves y es muy estrecho, pero claro, vas dándole la vuelta y el dibujo continúa, continúa y se une por donde empiezas. Entonces al final esa es la gracia de este proyecto. Quedamos muy contentos cuando lo hicimos”, asegura Dulk

Hablando un poquito en general, no solo de este trabajo, ¿cuál dirías que es el momento más satisfactorio de todo el proceso? “Más satisfactorio cuando lo terminas, sin duda. Cuando lo terminas, aparte este lo terminamos unos días antes de lo que teníamos pensado y bueno, fue un momentazo, aparte lo acabamos a última hora del día, había un atardecer espectacular, como muy mágico. Además, pues estás lejos de casa, en un país que está súper, súper lejos, y cuando lo ves todo acabado, ves la hora y dices va, se va a quedar aquí esto y nosotros nos volvemos, es como ¡guau!, ¡qué guay! Y luego ves la reacción de la gente, a la que también le gustó mucho. No sé, es un conjunto de cosas, pero sí, es el momento. Cuando llegas y lo ves por primera vez es como muy tenso todo, no te da tiempo a disfrutarlo. Claro, y luego cuando terminas lo disfrutas poco, porque te tienes que marchar cuando es lejos también”.

No sé si tú sueles trabajar solo, si tienes la ayuda o el apoyo de alguien. ¿Qué importancia tiene la colaboración con otras personas en la realización de trabajos de esta envergadura? “Sí, yo ya hace años que no pinto un mural solo. Tenemos un equipo de gente, normalmente, y el proyecto en este caso éramos tres, bueno mentira, al principio éramos cinco porque había dos personas de allí, de Australia, que nos echaron un cable, pero nosotros somos tres y al final una obra así requiere de un trabajo en equipo, así y más pequeña, porque son muchas cosas a tener en cuenta cuando estás haciendo un mural y no estás en casa -nos sigue contando Dulk-. Pues bueno, la grúa, la pintura, cargar todo, los pinceles, limpiarlos, volver, o sea, hay un montón de cosas que hay que hacer, ya no solo pintar. Y sobre todo eso, que son proyectos que al final intentas hacer en tiempo récord y solo, es imposible, es imposible. Yo lo hacía hace años, pero cuando era más joven, ahora no me veo capaz”. 

“Tengo dos personas que trabajan conmigo que son muy buenas y siempre están con ganas, y nos lo pasamos muy bien. Al final yo creo que ese es el secreto del mural, porque al final yo me acuerdo siempre de la experiencia que tengo y eso es lo que hace que te acuerdes o que te quieras olvidar”. 

Has comentado algunas cosas en ese sentido, pero ¿qué dirías tú que caracteriza tus trabajos en la calle? Porque sí que hablan mucho de la vida salvaje, los animales… “Yo creo que sobre todo la estética, que me gusta trabajar el tema crítico de la situación en la que se encuentran muchas especies, la naturaleza en general, pero me gusta hacerlo de una manera diferente, agradable, que al final gusta a todos los públicos. Y cuando un trabajo está en la calle y lo ven todos los públicos y gusta, pues al final llegas a más gente. Me gusta enrevesar mucho la historia que cuento para que empieces a fijarte e indagar un poco en lo que está, intentar buscar lo que está pasando y no sé, a mí me divierte mucho eso. Y crear personajes, unas veces reales, otras ficticios. Y la gente como que se empieza a perder en las obras”, afirma Dulk.

Antonio, tu trabajo se sale también un poco de la superficie plana, por decirlo de alguna manera, en algunas ocasiones. Me gustaría que me comentaras un poco tu experiencia pasada, y creo que tienes un proyecto también de futuro relacionado con las Fallas de Valencia. “Si, si. La escultura, al final lo que suelo hacer es bastante tridimensional, entonces de ahí que la escultura, desde hace años, me llamó mucho, y recuerdo que el primer paso que di de 2D a 3D fue como súper emocionante para mí. A día de hoy intento colaborar con escultores y en este caso con artistas falleros para hacer algo tan valenciano como una falla, ¿no?” 

“Yo desde pequeño es algo que me ha gustado, y siempre pensaba que estaría guay llegar a hacer algo, y mira, parece que poco a poco, porque al final la escena fallera es bastante cerrada y no te dejan demasiado indagar en nuevos estilos o nuevas formas, y es una pena porque al final es una plataforma artística súper potente, está en la calle también como los murales y estaría genial, sobre todo en Valencia, que somos un montón de gente buena pintando, dibujando, pues que nos dejarán colaborar más. Yo estoy contento porque a raíz de la falla que diseñé hace años, pues parece que me metí un poco en el mundo. La verdad que disfruto mucho. Al final es como una escultura y me divierte mucho el proceso, que es un proceso largo, que va desde la fase de dibujar hasta construir, pasar al diseño 3D digital, después construir, después pintar y después montarlo en la calle y compartirlo con toda la gente y con familia y amigos, porque yo soy de Valencia. A mí me gusta mucho y ojalá se abran más puertas para poder colaborar y aportar un poco más a lo que es el tema artístico dentro de las fallas, yo creo que lo necesita”. 

No sé si tienes ahí en el horizonte, volviendo un poco al tema de murales, algún proyecto a corto plazo o previsto que se pueda contar algo. “Sí, la semana que viene empiezo un mural en Valencia, en la zona del Cabañal, y lo hago en colaboración con la Fundación Oceanographic. Vamos a hacer un proyecto didáctico, y vamos a representar todas las especies que están amenazadas en el mar Mediterráneo, pero de una manera diferente, de mi estilo, y vamos a hacer un mural que será el primer mural de gran escala que haga en la ciudad de Valencia, así que estoy muy contento”.

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