Álbum Ilustrado

David Pintor refleja en un libro su «visión de caricaturista»

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David Pintor presenta su trabajo como caricaturista en un libro único en su género. “Caricaturas y frases inolvidables” es, además de una invitación a aproximarnos a numerosas personalidades del mundo de la ciencia, la política y la cultura, un volumen apasionado en el que se reivindica el valor artístico de la caricatura. David Pintor, con sus dibujos, emociona y divierte, dejando espacio para la reflexión y el conocimiento en esta cuidada edición de la editorial Degomagom.

¿Cómo surge la idea de recopilar todas estas caricaturas? Porque entiendo que muchas de ellas las has ido rescatando de los últimos años… “Una gran parte de las caricaturas han sido publicadas en la ya extinta revista Leer. Empecé a colaborar con ellos allá por el 2010 haciendo una caricatura cada mes hasta que la revista desapareció allá por el 2014 -nos cuenta David Pintor-. Hace un par de años empecé a darle vueltas a la posibilidad de reunirlas en un libro porque era un trabajo del que estaba muy satisfecho. Además aproveché para realizar varias caricaturas nuevas expresamente para este libro y que me apetecía hacer”.

¿Qué van a encontrar los lectores en las páginas de este libro? “Pues más de 100 caricaturas que he hecho durante los últimos 15 años. El público va a encontrar en este libro gran parte de las caricaturas que me encargaron en la revista, pero también unas cuantas caricaturas inéditas que estimé conveniente incluir. El lector va a encontrar un estilo mío menos conocido pero con el que me siento muy a gusto”.

A la hora de hacer una caricatura, ¿en qué te sueles centrar o fijar más? ¿Qué hay detrás de esa «visión de caricaturista» que he leído en tus redes? “Desde que hacía caricaturas cuando era un niño siempre he tenido la sensación de que me resultaba más fácil hacer una caricatura de alguien que un retrato -confiesa David Pintor-. Cuando miro a alguien, lo veo ya “en caricatura”, y no me refiero a que me fije en el tamaño de sus orejas o en las dimensiones de su nariz. Ni siquiera si tiene algún defecto físico llamativo. Es algo más sutil que tiene que ver en cómo ríe, cómo se le ilumina la cara cuando habla, cómo su mirada me transmite nostalgia…son muchos datos que yo “leo” en su cara y que me inspiran a la hora de dibujarlo”, afirma David Pintor.

¿Con qué técnicas has ido trabajando a lo largo de los años esas caricaturas que ibas haciendo? ¿Con cuáles has trabajado en este libro? “Una de las mejores cosas que ha supuesto colaborar con la revista Leer ha sido que me han dado la confianza necesaria que me permitido crecer como dibujante y eso es algo que casi no he encontrado en casi ningún otro cliente. Cuando empecé a colaborar con ellos, recuerdo tener una cosa clara: quería ampliar mi estilo y probar estéticas nuevas. Por aquel entonces me apetecía darle un aire más artístico a mis caricaturas, en consonancia con mi idea de que la caricatura podía ser una disciplina artística tan noble como cualquier otra. Me costó unos cuantos números encontrar ese nuevo camino pero creo que al final la encontré y que tuve algunos aciertos de los que aún hoy me siento satisfecho”.

De los personajes que retratas en este libro, dime cuáles son los que más te inspiran… “Hay muchos, pero seguramente sean los relacionados con las artes plásticas: Picasso, Toulouse- Lautrec, Chagall o Maruja Mallo”, asegura David Pintor.

¿Cuál ha sido o fue el más difícil de realizar? “Para realizar una buena caricatura necesitas tener buena documentación gráfica, ya sean fotografías o vídeos. En algunas ocasiones, cuando tienes que hacer caricaturas de personajes de hace mucho tiempo, no hay casi fotografías que puedas utilizar de referencia, y cuando hablamos de épocas anteriores a la invención de la fotografía, tienes que estudiar retratos de otros artistas y echar mano de ellas y de tu intuición como caricaturista. Cuando todo esto pasa, la tarea se vuelve muy difícil. En este sentido, Mary Shelley, de la que hay apenas dos o tres retratos fue muy complicado, pero lo mismo pasa con Erasmo de Rotterdam o Maquiavelo”.

¿Cómo ha sido la selección de frases que acompañan a esas caricaturas? “Lo de poner una frase al lado de cada personaje me pareció una buena idea porque podía complementar la descripción de la persona que yo hacía con el dibujo -continúa David Pintor-. Las citas, si son buenas, son muy sugerentes, y al igual que una caricatura, dicen mucho con muy poco”.

En la portada falta tu caricatura… ¿Está en algún sitio? ¿Es la ilustración tuya que hemos visto viajar en tantos libros? “La portada es un juego. Poner a un personaje sin cara en un libro de caricaturas era toda una provocación que invita al lector a ver lo que ha hecho en el interior ese dibujante sin rostro que alude al autor del libro”.

¿Tienes algunos caricaturistas como referentes? “Hay muchos caricaturistas que me han inspirado: Honoré Daumier, Grandville, Gillray, Al Hirshfield, Philipon, Mort Drucker han sido grandísimos caricaturistas, pero también tengo que decir que también se aprende mucho de los dibujos de gente que no es caricaturista, pero que tiene visión de caricaturista como Picasso, Matisse o Chagall…”.

La caricatura está en la cabeza de mucha gente ligada al humor… “Una cosa que me resulta curiosa es la confusión que suele haber con la palabra caricatura, incluso en ambientes artísticos. Me encuentro muchas veces con que la gente no distingue entre caricatura y humor gráfico y pienso que eso le resta importancia a la caricatura como disciplina con entidad propia. Una de las razones puede ser que la caricatura se ha desarrollado sobre todo en publicaciones satíricas donde el humor gráfico tiene mucha importancia, pero hay que tener en cuenta que hay humoristas gráficos que no son caricaturistas y caricaturistas que no son humoristas gráficos, y por supuesto también humoristas gráficos que incorporan la caricatura a sus viñetas humorísticas. Por poner un ejemplo, Quino es, seguramente, uno de los mejores humoristas gráficos que ha habido, y sin embargo no es caricaturista. Loredano es un caricaturista magnífico pero no es humorista gráfico”, concluye David Pintor.

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