Cómic

Ana Miralles y Emilio Ruiz y la Ava Gardner menos conocida en ‘Ava’

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En 1954, la estrella de cine Ava Gardner está en la cima de su carrera y acaba de estrenar una de sus obras cumbre: ‘La condesa descalza’. ‘Ava’ transcurre durante la promoción de la película en Sudamérica. Al aterrizar en Río de Janeiro, se encuentran con un país apasionado por el cine que está de luto por el reciente suicidio de su presidente, Getúlio Vargas. Un escenario y unas circunstancias extremas que sirven a los autores para descifrar las claves de la personalidad de Ava Gardner, una mujer que se enfrentó a todos en un tiempo en el que gozar de la misma libertad que un hombre suponía una verdadera transgresión. Emilio Ruiz y Ana Miralles, han buceado en memorias, biografías y documentos para tratar de reflejar con precisión a la persona detrás del mito y darle voz propia a una de las mayores estrellas de la época dorada de Hollywood en este cómic editado por Astiberri. Con Ana hemos charlado un poquito más sobre este libro, que ha obtenido el Premio Todostuslibros al mejor cómic nacional 2025.

¿Cómo nace todo? ¿Cómo empieza? Ana Miralles: “Teníamos ganas Emilio y yo de trabajar otra vez juntos. Hemos tenido un periodo en el que yo necesitaba también hacer otras cosas y me centré más en el tema de las ilustraciones, de la exposición y tal. Pero como hemos trabajado prácticamente desde el principio de mi carrera, siempre hemos hecho cosas juntos, pues pensamos que el siguiente proyecto también podría, después de ‘Djinn’, que fueron 16 años trabajando con Jean Dufault, pues pensamos que podía ser una oportunidad para hacer una historia ya más rotunda y con más tiempo y más seria. Entonces Emilio se puso a investigar y fue él quien propuso la historia, realmente. Estuvo estudiando y como los dos somos aficionados al cine, pues nos pareció muy adecuado”. 

Entiendo que ha sido muy importante ese período de documentación, de investigación que hay, no sé si previo o incluso durante el proceso de elaboración de este proyecto. “Sí, bueno, las cosas no se preven así tan absolutamente rotundas, van surgiendo y es poquito a poco, Emilio y yo somos pareja, vivimos juntos y día a día vas construyendo un poco el edificio. Entonces, con ‘Ava’ pasó eso. Él, aparte del interés del cine, me dijo: “es que pienso que si alguien la tiene que dibujar, tienes que ser tú. Tú podrías abordar este problema del parecido, del aire, de darle vida a este personaje de una forma más o menos exitosa, por lo menos que se pareciera, dentro de lo que es el realismo y el registro que yo trabajo”, nos cuenta Ana Miralles.

“El tema de abordar el trabajo fue también muy paulatino, poquito a poco fuimos trabajando con mucha documentación, Emilio ha leído muchísimas, todas las biografías que le han caído en las manos y ha ido recogiendo lo que ocurre siempre con estos trabajos, un exceso de información que luego tienes que digerir y ponerlo en imágenes”.

¿Qué peso ha tenido en todo ese trabajo el cine, las películas? “Pues bueno, todo, porque ya te digo, nos gusta mucho el cine clásico y las referencias son constantes. Con ‘Ava’ teníamos también ese punto de, no sé cómo explicarlo, de decir que había que hacer un poco de justicia, aunque sea una justicia poética, porque todos los documentales que nos vimos, aparte de los libros, siempre daban la misma versión de su historia y de su vida, que es una versión que yo entiendo que ha sido la de sus supervivientes, concretamente todo el entorno de Sinatra y todo eso. Entonces se hablaba siempre más de su vida amorosa, siempre con él como protagonista y a nosotros esa versión concretamente también nos parecía sesgada, porque además se alineaba mucho con lo que sería el tratamiento que le había dado la prensa de la época al personaje. Entonces, claro, el afán de investigar un poco más en su vida nos llevó a eso. También yo intentaba a través de sus películas ver cómo actuaba ella, cómo evolucionó. También percibir un poco más de lo que era su personalidad, porque de ella no han quedado imágenes fuera de lo que es la actuación, me refiero a imágenes en movimiento. Hay muchísimas fotos, pero ella se preservó mucho lo que es su intimidad”. 

“Trabajar ese personaje con esas claves, tienes que hacerlo desde el respeto y desde el cariño también -continúa Ana Miralles-. Y bueno, hemos intentado completar un poco el retrato que de ella hay, que no negamos todo lo que se dice de ella porque es cierto, que era alcohólica y que era una mujer que hacía su vida promiscua, pero como lo son muchos hombres, pero a ellos no les ponen objeciones si tienen muchas novias o no. Queríamos evidenciar la diferencia de trato al ser ella una mujer. Y como ella hizo lo que le dio la gana en esta vida, sin importar lo que dijeran de ella realmente, pues pagó por ello. Esa es la realidad. Se lo hicieron pagar y la prensa se le echó encima”.

Ana, si tuvieras que describir en unas pocas frases qué se van a encontrar los lectores cuando empiecen a pasar las páginas de este cómic… “Bueno, hemos trabajado varios niveles. Entonces, según el interés del lector, se pueden encontrar la historia de un fin de semana, de una star de la época en Río de Janeiro, con una serie de problemas que surgieron que no se esperaban y ver cómo ella reaccionaba. Y para los que están más metidos en el tema del cine, pues hay referencias. Sobre todo por las referencias que se nombran por los personajes, los enlaces que hay, los guiños, ese tipo de cosas. Entonces, yo creo que hay diferentes lecturas. También podemos hablar de la clave feminista y reivindicativa, en el sentido de que ella, con su actitud, aunque ella no era abiertamente, no se declaraba feminista, pero de facto sí que lo fue porque no permitió que nadie decidiera sobre su vida. Aunque fue una mujer que en su momento también fue maltratada y tuvo los problemas que sufren muchísimas mujeres. Pero bueno, por lo menos era alguien que tenía muy claro que era dueña de su vida. Desde ese punto de vista, yo creo que puede interesar a muchísimos tipos de lectores”.

Ana, si hablamos un poquito de las ilustraciones, de lo que es el dibujo, ¿qué dirías tú que tienen de característico tus dibujos para este trabajo? ¿Qué hay de diferente con respecto a otros anteriores? “Bueno, aquí he tenido que documentarme con muchísima aplicación, vamos a decirlo, ¿no? Porque al ser un personaje histórico no demasiado alejado en el tiempo, tampoco se podría fantasear tanto -asegura Ana Miralles-. Recuperar toda una época, que a mí es algo que me encanta, me encantan los viajes en el tiempo y de alguna forma con todas mis historias los recreo. Siempre me gusta recrear mundos perdidos y para ello hay que documentarse, hay que echar mano de todo lo que se tenga, ya sean fotos o pinturas de la época. Todo el tratamiento que le he dado tanto en el color como en el dibujo y la documentación, pues ha sido hasta donde yo he podido llegar de la forma más exhaustiva posible”.

“No me he permitido demasiadas licencias, pero vamos, para mí ha sido un verdadero placer. Desde los trajes, los personajes, los peinados, todo eso que te hace creíble una historia porque estás sintiendo un poco el aroma de la época, en todas las cosas que ellos hacen. También está, por ejemplo, el personaje de Río de Janeiro, que es una ciudad que hoy en día ya no es lo que Eva visitó, porque ella lo visitó en el año 54 y todavía tenía vestigios de una cierta arquitectura colonial. Era una ciudad muy blanca, edificios blancos, todos de los años 20, 30. Entonces, eso poco a poco en los años 60 fue desapareciendo, entró otro tipo de arquitectura y la ciudad cambió su fisonomía. Entonces, recrear esa ciudad también ha sido una búsqueda bastante interesante porque nos hemos basado en fotos, en algún documental y también hemos hecho un poco los recorridos que ella hacía”, asegura Ana Miralles.

“En la medida de nuestras posibilidades hemos intentado ser bastante exhaustivos, pero sin pasarnos. Tampoco esto es como para hacer un tratado ni de arqueología ni de arquitectura, por supuesto. Es siempre un trabajo libre y un trabajo de sugerencia más que académico. La idea era recrear el ambiente y un poco el aroma de lo que era el Río de la época”. 

Y Ana, ¿con qué técnica sueles trabajar o has trabajado en este proyecto en concreto? “Yo soy, en ese sentido, fiel a lo que aprendí en su momento, y no me he reciclado con las nuevas tecnologías. Yo trabajo con lápiz y con acuarela. Y el soporte es el papel, no hago trabajo digital, porque aprendí a hacerlo de esa manera, lo hago relativamente rápido y me resulta muy satisfactorio estar en contacto con materiales físicos y palpables. Es algo que no lo puedo evitar. Necesito tocar materia y tener un soporte que sea físico, con pigmentos y con papel. A mí en las pantallas debe de ser una cuestión, ya no digo generacional ni mucho menos, pero ya debe ser algo genético. En las pantallas no veo bien los colores, no me sugieren la creatividad, tanto como coger un papel en blanco… En la pantalla parece que el medio no me favorece ese punto. Entonces, ya te digo que todos mis originales son en papel y hechos mayormente con acuarela. Los primeros que hice, en la época de los ochenta, esos también estaban hechos con tinta y con pincel. Era un paso que me alargaba mucho el proceso y con el tiempo lo he ido aligerando. Ya lo hago todo directamente con lápiz”, confiesa Ana Miralles.

Te quería preguntar por la repercusión que está teniendo el cómic, sobre todo la buena acogida, porque imagino que estáis contentos con esa recepción, con el reconocimiento que está teniendo el libro. “Eso ya es un capítulo aparte, porque ha sido una satisfacción salvaje. No nos lo esperábamos ni en nuestros mejores sueños. Lo digo en serio. No es ni falsa modestia ni nada, porque cuando haces un trabajo, y además da igual todo lo que hayas hecho antes, es que cada cosa que haces es una botella con un mensaje que lanzas al mar. No sabes si lo van a recoger o se va a perder en las profundidades. El hecho de que tú hagas algo depende de muchísimos factores. Primero, que el editor lo haga bien. En este caso lo ha hecho de maravilla. Ha hecho un libro precioso. Que salga en el momento oportuno. La fecha ha sido buena y que además no tuvieras al lado la aparición de otro autor que haya podido hacer algo dentro del mismo registro y que sea mucho mejor que tú. O que tenga más tirón comercial. Entonces, en ese sentido, hemos tenido suerte. Y después la prensa ha sido muy sensible a la historia y nos ha tratado muy bien. Ha sido bastante unánime al hablar de sus virtudes y nosotros estamos muy agradecidos. Es algo que para nosotros no era habitual, por lo menos en España. Habiendo hecho yo tanto trabajo fuera, estaba un poco desconectada de todo el sistema que hay aquí. Pero me ha sorprendido muchísimo, porque ha sido realmente muy interesante. Interesante ver cómo la prensa se ha volcado. Y luego el público, ya en las dedicatorias, pues lo veo que hay gente que está encantada y que además te lo dicen”.

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