Puño: “La creatividad es una cosa que es más libre cuantas más cadenas le pongas encima”

Puño: “La creatividad es una cosa que es más libre cuantas más cadenas le pongas encima”

Algún buen compañero dirá entre fantásticos, gigantescos hombres: “imaginad, jóvenes koalas, la mañana negra, ñoña o petulante, que rozará suavemente tus uñas, vislumbrará wolframios xilografiados y zozobrará”. Con estas palabras nos sumergimos en ALFabeto, de David Peña, Puño.

El ilustrador madrileño nos desgrana este libro y nos enseña sus bocetos. Una plácida acampada con final trágico, una fuga y la posterior captura, luchas futuristas, el desastre ecológico, la especulación urbanística y la protesta medioambiental, la vida y la muerte… las letras del abecedario inspiran una atípica sucesión de 27 imágenes encadenadas por el ingenio o el azar que edita Kalandraka. Ahora conocemos en las palabras de Puño cómo fue el proceso creativo y la construcción de este libro. Visualmente lo hacemos a través de sus bocetos.

“Un día me escribió Óscar Villán, que es un ilustrador cuyo trabajo me gusta mucho, para decirme que estaba al frente de una colección de libros-abecedario de la editorial Kalandraka. Esto es ya una cosa extraordinaria, pues trabajar bajo la supervisión de un editor que entiende realmente de ilustración no es una cosa demasiado habitual. Además el plazo era también inusual: más de un año, lo que me permitió rumiar largamente la idea del libro, que es lo más importante. También había una serie de restricciones, que es una cosa que me encanta. Una buena idea necesita algo a lo que agarrarse, y en este caso suponía todo un reto: veintisiete dobles páginas, con un letra cada una, ausencia total de texto. En primera instancia quise contar una road-movie, uno de mis géneros favoritos. Pero ya había un libro en la misma colección, “El Viaje”, de Esco y Güilmon, que contaba algo parecido. Así que invertí la idea y decidí contar algo completamente inmóvil: la vida y muerte de un árbol, de un abeto”.

¿Quién es el protagonista de este cuento? ¿El abeto, el paisaje, la historia, el paso del tiempo, el hombre y su influencia en la naturaleza, …?

“El abeto no es más que un ‘Macguffin’ y un testigo de los acontecimientos. La verdadera protagonista de esta historia es la relación entre el hombre y el resto de la naturaleza: sus encuentros, las ausencias, los vencedores y los vencidos. El libro muestra un catálogo de casi todas las situaciones posibles, los enfrentamientos y las alianzas. Incluso refleja la lucha del hombre contra el hombre y la de la naturaleza contra la naturaleza, aunque en ambos casos algo resurge de las cenizas. El ser humano es muy egocéntrico, tendemos a pensar que cuando el último de nosotros haya desaparecido, todo se destruirá y nada podrá existir. Pero es evidente que no será así”.

Llegados a este punto, le preguntamos a Puño si este es o no un alfabeto para niños -nosotros no lo tenemos muy claro- y si piensa mucho en el público al que van dirigidas las ilustraciones.

“¡Claro que es para niños! No creo en nada que sea propiamente para niños. Pienso mucho en quién va a entender cada idea que plasmo en mis dibujos. Hay cosas que son sólo para adultos y otras que son para todo el mundo. Goscinny sabía esto muy bien, por ejemplo: puedes leer un álbum de Astérix cuando tienes diez años y disfrutarlo muchísimo, y puedes volver a leerlo con treinta y descubrir chistes, premisas y juegos de palabras que se te pasaron por alto cuando eras niño. También puedes leerlo siendo catedrático de latín o de historia y entender chistes privados sólo aptos para unos pocos. Eso es para mí el paradigma de saber dedicar una obra a un público objetivo determinado”.

“Para este libro en concreto, Kalandraka me ofreció la posibilidad de que no fuera para niños exclusivamente, una cosa valiosísima desde mi punto de vista en el ámbito editorial del libro ilustrado. Por eso sale gente fumando y gente muriendo. El libro ilustrado no es un medio de masas, haciendo tiradas de dos mil ejemplares yo creo que se pueden hacer cosas exclusivamente para adultos, y venderse. Pero todavía hay muchos yugos por romper en el mundo editorial”.

Sobre las ilustraciones, nos cuenta que para este libro escogió “un estilo algo rígido e hierático, con perspectiva plana y yuxtaposición, como si fuera un mosaico bizantino o un bajorrelieve egipcio. Dibujé con mancha de color y ausencia de línea, lo que supone un reto para equilibrar cromáticamente y no cometer tropelías entre colores adyacentes. Además, todas las páginas muestran el mismo plano, siempre está encuadrado lo mismo, por lo que los cambios a los que asistimos se producen en el tiempo y no en el espacio, salvo una breve imagen en la portadilla, a modo de prólogo, en la que la ‘cámara’ se desplaza ligeramente hacia la izquierda. Todo esto supone un montón de normas que yo decidí añadir a la ya rígida estructura de pautas que me proponía Kalandraka. Y es que la creatividad es una cosa que es más libre cuantas más cadenas le pongas encima.”

“Utilicé una técnica mixta, construyendo las siluetas de los dibujos mediante las herramientas de selección de Photoshop y rellenándolas con texturas de óleo aplicado con rodillo de caucho, creadas a mano. La idea era utilizar herramientas digitales siguiendo una pauta de trabajo manual. También fue bastante restrictivo como método de trabajo y, por lo tanto, divertido”.

“Suelo experimentar diferentes técnicas y herramientas a lo largo del año, pero para cada libro uso una técnica concebida para ese libro en concreto, pues encuentro muy importante que haya una coherencia entre lo que se cuenta y la técnica que se usa para contarlo. Por supuesto, ninguna técnica es aislada, tiene que ver con las cosas que he venido haciendo anteriormente e influirá en las siguientes”.

“Para ALFabeto, como pude disfrutar de un año entero para la conceptualización del libro, acabé haciendo las ilustraciones más complejas que he hecho hasta ahora en cuanto a idea se refiere, para mí es casi como mi propia baraja de tarot de Marsella. Están llenas de lecturas, guiños y referencias a la cultura pop de la que tanto bebo. Sin ir más lejos, aparecen elementos basados en mis películas y videojuegos favoritos. También hay numerosas y sencillas subtramas que comienzan en una página y concluyen algunas más adelante, de ahí que el libro requiera una lectura en profundidad para entenderlo completamente, a pesar de que no tiene palabras”.

Unas palabras, las de Puño, que hacen que la lectura de “ALFabeto” sea aún mucho más interesante. El ilustrador madrileño está ahora inmerso “en un montón de proyectos, como siempre. Además de mis múltiples frentes educativos en la Universidad Complutense, el IED y el Matadero de Madrid, estoy ultimando el guión de una novela gráfica y preparando un libro escrito e ilustrado por mí, ya que me propuse sacar un libro mío al año como autor e ilustrador independientemente de los libros que ilustre para otros autores, aunque es una meta difícil debido a las vicisitudes del mercado editorial, que se encuentra atrapado en una burbuja tremenda. Será para los más pequeños y lo publicará en 2013 la editorial SM, en su Serie Blanca de la colección Barco de Vapor.”

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