La librería Abracadabra de Barcelona acoge hasta el 7 de marzo la exposición de ilustraciones de Miguel Pang. Su obra a sido expuesta dentro y fuera de nuestras fronteras y premiada en diferentes concursos internacionales. Ilustrador de vocación, como él mismo nos cuenta en su web, “Miguel Pang Ly vive y trabaja en Barcelona, donde desarrolla un trabajo personal y lleno de fuerza de formas rotundas y colores imponentes que lleva a campos como el editorial, el diseño o la animación”.
“Al llegar a Abracadabra nos encontraríamos con: una pintura mural que desaparecerá al acabar la exposición y que dialoga con las ilustraciones expuestas; una secuencia de ilustraciones que se ensamblan en el mural y que están pensadas tanto para habitar este espacio y para conformar un álbum ilustrado. En principio ha sido concebido para este espacio de Abracadabra, que no es solamente un espacio expositivo, sino que es un lugar donde se organizan talleres, cuenta cuentos y otras actividades”, nos cuenta Miguel.
“La exposición se compone de 12 ilustraciones, no hay ningún boceto, ya que el fin era revestir el espacio de algo definitivo. Trabajé con algunos bocetos, descartando ideas, composiciones, historias, personajes, …hasta decidir por dónde irían las ilustraciones. Cuando quedó todo más o menos definido, pasé a trabajar los originales”.
“Cada vez siento más la necesidad de pasar directamente al original saltándome el paso del boceto, utilizando mis libretas como un lugar donde voy pensando y dibujando diariamente. La exposición se podrá ver hasta el 7 de marzo”.
“Estas ilustraciones son una serie de imágenes sobre una niña que se llama Siku. Siku es una niña que no tiene miedo a nada, se enfrenta a diferentes monstruos, a los que gana y con los que después se fusiona convirtiéndose en foca, oso, marciano. Nunca tiene miedo hasta llegar a un laberinto en el que se ve reflejada, asustándose por primera vez”.
“Están hechas con acuarelas schmincke y papel arches satinado. Últimamente es lo que utilizo más. Me gustan las técnicas que son directas, en las que el inconsciente fluya directamente a la mano y al papel. Como ilustrador, creo que es más interesante que la forma esté al servicio del mensaje, alejándose de ciertas posturas más esteticistas (del bonito por lo bonito, o el feo por lo feo)”.
“Las ilustraciones están recién salidas del horno, por lo que aún estoy barajando opciones (moverlo por editoriales o autoeditarlo). Actualmente colaboro con el semanario de la Directa y estoy trabajando en varios proyectos de álbum ilustrado. Uno de ellos y que me entusiasma especialmente lleva un texto del cantante Ovidi Montllor, al que creo que no se le ha valorado como se debería y que siempre me ha parecido muy interesante”.
