Miguel Ángel Díez y “Cuentos como pulgas”: “Creo que como ilustrador debo de respetar y, en la medida de mis posibilidades, resaltar la personalidad de las palabras, no basta con adornarlas”

Miguel Ángel Díez y “Cuentos como pulgas”: “Creo que como ilustrador debo de respetar y, en la medida de mis posibilidades, resaltar la personalidad de las palabras, no basta con adornarlas”

Las lagartijas habían hecho un curso de papiroflexia. Porque querían volar y llegar hasta el sol… Aquella mañana todas se habían montado entusiasmadas en el avión de papel que habían fabricado en los últimos meses… “Cuentos como pulgas” es un libro de micro-relatos de animales dividido en cuatro secciones: Cuentos de agua, de cielo, de tierra y de noche.

Entre sus protagonistas aparecen una tortuga nudista, unas lagartijas voladoras, unos caracoles patinadores o un león con peluca. Pequeños, poderosos, tímidos, traviesos… todos empatizan con los lectores porque Beatriz Osés los humaniza con cualidades y anécdotas tiernas, humorísticas o surrealistas. A esos textos mínimos que destacan por su capacidad evocadora para hacer volar la imaginación infantil, se unen las ilustraciones de Miguel Ángel Díez.

Así con estas palabras nos presenta la editorial Kalandraka “Cuentos como pulgas”, con textos de Beatriz Osés e ilustraciones, ya lo hemos dicho, de Miguel Ángel Díez. Con él hemos charlado sobre este precioso libro.

“Me llegó gracias a su autora, Beatriz Osés. Fue ella quien me propuso como ilustrador a la editorial Kalandraka. Con Beatriz ya había trabajado anteriormente en “El secreto del oso hormiguero”. Tanto el proceso como el resultado de aquel trabajo salió razonablemente bien y estos “Cuentos como pulgas” son, en ciertos aspectos, como una continuación”.

¿Era la primera vez que ilustrabas pequeños cuentos? ¿Es más fácil o más difícil que ilustrar una sola historia pero más larga? “No, no es la primera vez que ilustro pequeños relatos. Precisamente el libro que te mencionaba anteriormente, “El secreto del oso hormiguero” fue el primero. Aún tratándose de un libro de poemas, no dejaban de ser pequeñas historias con entidad propia. Como ilustrador, afronté el proceso de trabajo exactamente de la misma manera en ambos libros”.

“Por otro lado, no lo considero ni más fácil ni más difícil de ilustrar que un cuento largo, pero sí diferente. Los “microrelatos” tienen la ventaja y la desventaja de exigir un tipo de dibujo muy concreto. La ilustración tiene que ser más directa y concisa de lo que lo sería en un álbum ilustrado al uso. Desde luego, requiere de un gran esfuerzo imaginativo, pero resulta muy divertido y es muy agradecido”.

¿Que dirías que tienen de característico las ilustraciones de este libro? ¿Están en la misma línea de otros trabajos tuyos? “Te diría que, al igual que los textos, las ilustraciones juegan abiertamente con diferentes emociones. Hay algo de humor, de poesía, de tristeza… Creo que como ilustrador debo de respetar y, en la medida de mis posibilidades, resaltar la personalidad de las palabras, no basta con adornarlas. Si consigo hacer esto, entonces considero que mi trabajo ha valido la pena. En eso no hay ninguna diferencia con el resto de mis trabajos. Todos, por diferentes que sean, los afronto de la misma manera”.

¿Con qué técnica están hechas? ¿Es la que sueles utilizar habitualmente? “Las ilustraciones de este libro tienen un proceso de trabajo y una técnica realmente poco originales. Tras realizar el dibujo a lápiz (bastante detallado) utilicé acrílicos y acuarelas para dar color, con un remate final con lápices de acuarela para los detalles más concretos. En un par de ilustraciones empleé el ordenador para algún retoque. No soy muy dado a utilizar técnicas digitales pero reconozco que, en ocasiones, te pueden ayudar con una ilustración”.

“Ésta, en efecto, es mi manera habitual de trabajar los libros a color, aunque difiere en los cómics y en los libros en blanco y negro. En estos últimos el dibujo puro se impone al acabado final”.

Háblanos del encaje de las ilustraciones en las páginas, con muchas ilustraciones sugieres y el resto de la ilustración está fuera de la página, en la imaginación del lector, ¿no? “Me parece una pregunta muy interesante. Estoy convencido, como lo están muchos de mis compañeros de profesión, que, dentro de la labor de un ilustrador, debe estar la de intentar atrapar al lector instando a su imaginación. Y una manera muy poderosa de conseguir esto es, precisamente, no explicándolo todo. Por lo menos a mí, como lector, me gusta que se me insinúe más que se me muestre lo obvio. Para que el lector, sea un niño o un adulto, participe activamente de la aventura que está leyendo, se le debe desconcertar, aún cuanto solo sea un poquito”.

De estas pequeñas historias, ¿cuál te sorprendió más cuando las leíste? ¿Y cuál te costó más ilustrar? “Una de las grandes virtudes de Beatriz como escritora, y como persona, es precisamente su capacidad para sorprender. Sabe muy bien darle la vuelta a lo evidente. Todos sus textos poseen algo que, de una manera u otra, te desconciertan. Si tuviera que decantarme por algún relato en concreto te mencionaría: “Difícil equilibrio” por su poesía y “De dónde vienen las cigüeñas” y “El viejo búho” por su humor”.

“No te podría decir cuál fue la ilustración más difícil de ilustrar. En realidad, los problemas vinieron más por la composición de la doble página que por las ilustraciones en sí. Había que llevar cierto cuidado con el posible solapamiento de los dibujos contiguos”.

¿Cómo fue el proceso de elaboración del libro? “Cuentos como pulgas” empezó a construirse en el año 2006 cuando Beatriz ganó el Premio Lazarillo de creación literaria con este texto. Algunos años después, la editorial Kalandraka mostraría interés en su publicación y, tras una pequeña reorganización de los relatos por parte de Beatriz, pasó a mis manos. Me atrevería a decir que Kalandraka tuvo cierta valentía al publicar este libro dado el escaso interés que ha habido históricamente en este país por los “microrelatos”.

¿En qué estás trabajando ahora mismo? ¿Algún proyecto nuevo? “Lo que ahora me ocupa y me preocupa es una colección de cuatro libros que está escribiendo Roberto Aliaga. Va dirigida a niños pequeños y será editada por Anaya en otoño del año que viene. Me estoy divirtiendo mucho con ella. Tiene mucha aventura y humor”.