Los dibujos de Aitor Saraiba sobre el escenario con La Furia Teatro y el trabajo ilustrado de Anthony Browne y Hanne Bartholin, mañana y tarde de sábado en IlustraTour 2015

Los dibujos de Aitor Saraiba sobre el escenario con La Furia Teatro y el trabajo ilustrado de Anthony Browne y Hanne Bartholin, mañana y tarde de sábado en IlustraTour 2015

“De la mezcla sale lo mejor” o cómo convertir tres novelas gráficas en una obra de teatro. De esto estuvieron charlando en la jornada de sábado de IlustraTour 2015 el ilustrador Aitor Saraiba y el director teatral Víctor Tamarit, de La Furia Teatro. “La máquina del tiempo” es el título escogido para ese espectáculo teatral que se subirá a los escenarios después del verano y en el que Aitor y Víctor, como el resto del equipo, llevan trabajando un año entero y que será una realidad gracias a una campaña de crowdfunding.

El hijo del legionario“, “Pajarillo” y “Nada más importa” son las tres novelas gráficas de Aitor que se funden en ese espectáculo teatral. “Las tres novelas son autobiográficas -cuenta su autor- y era mejor poner al protagonista en su lugar de trabajo. Mi mesa de trabajo es mi mundo, en ella viajo al pasado y al futuro, y de ahí el nombre de la máquina del tiempo”.

Muy pocas novelas gráficas se han llevado al teatro, nos dice Aitor, que señala a su dificultad como el principal motivo. Una idea sobre la que incide Víctor: “pensábamos que adaptar novelas gráficas al teatro iba a ser fácil, pero nada más lejos de la realidad”.

Saraiba recuerda que le encantaba ir a los ensayos y “ver cómo los actores se identificaban con imágenes, y los recursos que utilizaban para interpretar a la cabra, el pajarillo,… cuando son elementos muy complejos y poéticos en el libro. Crear una obra de teatro para generar sensaciones sin que el espectador tenga que llevarse nada a casa, ese era también uno de los objetivos”, asegura.

“Este proyecto ha marcado mucho mi obra gráfica -dice Aitor Saraiba- porque me cambia el chip. Me he dado cuenta de cuántas cosas no sé decir y utilizo para ello los dibujos. Un editor o un director de teatro son como magos, ven el conjunto, el proyecto entero, en su cabeza”.

Las intervenciones de Anthony Browne y Hanne Bartholin arrancaron de la misma manera. Ambos mostraron alguno de sus dibujos de niño, cuando no pensaban ni de lejos que se dedicarían al mundo de la ilustración.

Conversaciones de autor: Anthony Browne y Hanne Bartholin

Anthony Browne: “Estudié diseño gráfico, y la verdad es que lo hacía de pena. Pero si estoy contento de un libro sobre el comportamiento animal, que mezclé con el comportamiento humano… Unos jugadores de rugby que están como cazando… Y ahora me doy cuenta de que muchos de los trabajos posteriores tienen ese dejar espacio entre las palabras y las ilustraciones…”

En la Universidad consiguió trabajo como ilustrador para enseñar a los estudiantes de medicina. “Ahora soy un ilustrador infantil, cuando antes era un ilustrador médico… Al final los dibujos cuentan historias, y creo que fue un entrenamiento muy bueno porque aprendí mucho de dibujo y pintura”.

“Quizás sea algo que hago, veo el mundo a través de los ojos de un niño…”. Cómo trabajan juntas las imágenes y las palabras. A veces las imágenes pueden ser una herramienta alternativa para hablar de los sentimientos,… “Una de las cosas que más me gustaba de niño era buscar las diferencias entre dos dibujos, entre dos imágenes. Aquí en “Gorila” juego con eso… Y también con otra cosa, lo que nos cuentan las imágenes que no nos cuenta el texto…

Hanne Bartholin: “Tuve que esperar muchos años para poder dibujar como lo hacía cuando era niña. Estudié ilustración y diseño gráfico en Dinamarca, y después estuve practicando haciendo ilustraciones para revistas y periódicos, ilustraciones políticas,… Estuve haciendo unas tiras durante dos años, y después hice un libro que era para adultos. Ya por entonces estaba muy animada y quería dibujar personajes.

“Me gusta hacer libros sin palabras. Me parece que es genial poder contar una historia sin palabras. Después me llegaron textos de otros autores. Creo que he hecho como 45 álbumes ilustrados. “Finn Herman” es uno de ellos, y creo que este es uno de los pocos textos que no he cambiado. Siempre he tenido peleas con los escritores”.

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