Laia Domènech y ‘El ratón y la montaña’: “Diría que [el formato] es casi lo primero que me planteo cuando empiezo un proyecto, necesito ver el objeto libro, para mi es importante adecuar la historia a una forma y que tenga algún sentido”

Laia Domènech

Desde la cárcel, Antonio Gramsci escribió muchas cartas a su mujer. En una de ellas le cuenta un cuento para que se lo lea a sus hijos: el de un ratón que se bebe la leche del desayuno de un niño. Cuando el niño despierta y llora de hambre, el ratón pide leche a la cabra, que no puede dársela si no pace antes. Pero el prado no tiene hierba, ni la fuente agua… todo está destrozado por la guerra y la especulación. Con estas palabras empieza al editorial Milrazones a esbozarnos el álbum ilustrado ‘El ratón y la montaña’, esa historia de Antonio Gramsci que ilustra Laia Domènech. Con ella hemos charlado un poco más sobre este proyecto que, desde el formato, sorprende y gusta. A nosotros nos ha encantado.

¿Cómo llegó a tus manos este cuento de Antonio Gramsci? Laia Domènech: “Jesús Ortíz de Milrazones fue quien me habló del cuento. Me dijo que tenía una historia preciosa y que había pensado en mi para ilustrarla. Me da vergüenza decirlo, pero no conocía a Gramsci”.

¿Qué te pareció la primera vez que lo leíste? “En realidad no lo leí, me lo contaron por teléfono; el texto como cuento todavía no existía. Gramsci escribió desde la cárcel los rasgos básicos del cuento en una carta para Giulia (su mujer). Giulia tenía que contárselo a sus hijos y Jesús me leyó la carta por teléfono. Me pareció hermoso. Como la acción aparentemente insignificante de un personaje diminuto, su empeño en remediarlo y la cooperación de otros puede llegar a cambiar el entorno”.

Laia Domènech

¿Cómo ha sido trabajar en este proyecto? “Muuuuuuuuuuy largo. Mi proceso de trabajo es lento -nos cuenta Laia Domènech-. Me veía a mi misma como el ratón, solucionando los problemas que me encontraba por el camino. Fue una escalada a la montaña, un ocho mil. Aunque aparentemente las ilustraciones son sencillas, tardo bastante en hacer y sobre todo pensar una imagen. Hago esbozos en miniatura todo el rato, algunos son idénticos a los originales, los podría escanear y ampliar y no habría mucha diferencia. Casi nunca me sobra material, no suelo hacer versiones. Cuando empiezo un original es el definitivo, a no ser que se me caiga el té por encima”.

Laia Domènech

Laia Domènech

¿Qué nos cuentas del formato del libro? “Diría que es casi lo primero que me planteo cuando empiezo un proyecto, necesito ver el objeto libro, para mi es importante adecuar la historia a una forma y que tenga algún sentido; corto cartón, papel, simulo portadas, manipulo unos días…a veces tardo semanas en decidir -afirma Laia Domènech-. En este caso ocurrió que compré un ratoncito pequeño de juguete, abrí un libro en vertical y lo apoyé sobre la mesa, formando un triángulo me parecía una montaña y puse el ratón dentro. El libro abierto es una montaña y dentro habita un ratón”.

Laia Domènech

¿Y sobre las ilustraciones? ¿Qué dirías que tienen de característico? “Acostumbro a eliminar y a trabajar con pocos elementos, me cuesta llenar las páginas. Creo que tienen un aire melancólico, sutil, sin estridencias… Se hace raro hablar de tu propio trabajo. Pienso que las ilustraciones al final no dejan de ser el reflejo de nosotros, cada página es un autorretrato. No se por qué las cosas me salen nítidas y limpias cuando a mi me gustarían más borrosas y sucias… jajaja -sonríe Laia Domènech-“.

¿Con qué técnicas las trabajaste? “Estarcido con plantillas de papel, tampones de goma, lápices de color, un poco de collage. Empleo muy poca pintura, los tubos de óleo me duran años, décadas”.

Laia Domènech

Háblanos un poco del uso del color en este proyecto.  “La gama de colores venía muy marcada por la historia. Al principio el relato es gris, no hay nada, no hay árboles, el paisaje y los personajes aparecen tristes, todo está destruido por la guerra. Poco a poco los verdes empiezan a brotar en las páginas -asegura Laia Domènech-“.

¿En qué andas metida ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Estos días estoy dándole vueltas al formato de un nuevo libro y creo que ya lo tengo. El texto no es fácil pero estoy muy emocionada porque no tiene nada que ver con lo que he hecho hasta ahora. ¡Va a ser otro ocho mil!

 

También podéis leer en el blog la entrevista con Laia Domènech sobre ‘La zanahoria‘.