‘La mujer más alta del mundo’ es la historia de una niña que pasó de ser la más bajita de su clase a la mujer más alta del mundo. Por el camino aprenderá la importancia de ser uno mismo y que cuanto más alto se está, más amplitud de miras se adquiere. Una pequeña obra de arte en la que el formato del libro juega un papel importante ya que es un libro en vertical para crear un juego de “arriba y abajo” al pasar las páginas. La protagonista cada vez va ocupando más espacio a medida que va creciendo y van sucediéndole cosas.
Pablo Albo e Iratxe López de Munáin están detrás de este proyecto que publica la Editorial Libre Albedrío, y del que teníamos muchas ganas de hablar desde hace tiempo. Pero como ya sabéis, a nosotros nos gusta que los que hablen de los libros sean los que están detrás de ellos, no delante de sus páginas. Y esto es lo que nos ha contado Iratxe.
¿Cómo llega a tus manos el texto de Pablo Albo? “Siempre he sido muy fan de Pablo, me encanta cómo cuenta así que un día le escribí. No se qué me pasó ese día que dejé la vergüenza a un lado. Me presenté y le dije que me encantaría trabajar en algún proyecto con él, que si él quería estaría encantada. Me contestó ese mismo día, me dijo que sí, pero que él escribía muuuy despacio”.
“A la hora me mandó el texto de ‘La mujer más alta del mundo’ diciéndome que tenía ese texto guardado porque nunca había sabido dónde encajarlo. ¡Lo leí y me encantó!”
¿Qué te parece la historia de Pablo? “Increíble. A mi me encanta. Creo que tiene un ritmo genial y me gusta mucho cómo Pablo te lleva a esos mundos que él crea, donde todo es posible”.
Lo primero que llama la atención es su formato, ¿qué nos cuentas de esto? ¿Quién lo decidió? ¿Cómo fue trabajar las ilustraciones y la doble página en vertical? “Fue algo que pensé al leer la historia. La protagonista al principio del texto es muy bajita y a lo largo de la historia va creciendo. Pensé que sería interesante jugar con el arriba y abajo, que el personaje pasara de la parte inferior a ocupar la totalidad de la doble página. Creo que es algo que ayuda a reforzar la historia”.
¿Qué nos puedes contar de las ilustraciones? ¿Qué dirías que tienen de característico? “Primero el color, básicamente juego con dos gamas: los azules y los naranjas. Los tonos cálidos los guardo para las escenas más terrenales, el pueblo en el que la protagonista vive y sus habitantes, los azules los reservo para las partes más oníricas de la historia. Siempre me ha gustado jugar con el color para contar cosas. También juego con el formato mismo del libro; el paso de una página a otra y la verticalidad”.
¿Con qué técnica trabajaste? “Todo está hecho con gouache y lápices de color”.
¿Cómo fue el proceso de creación del libro? “¡Fue muy divertido y muy libre! No había editorial detrás cuando trabajamos en él, así que pudimos hacer lo que quisimos. Cuando terminé las ilustraciones se las enseñé a Pablo y dio su visto bueno y pensamos qué hacer con él”.
¿Y qué supone o supuso el Premio Lazarillo? “Recuerdo que llamé a Pablo en cuanto la OEPLI me lo notificó y Pablo me dijo que él ya lo sabía, que se levantó pensando: hoy me van a llamar para decirme que me dan el Lazarillo. Pablo es un poco mago. ¡Supuso un subidón de energía tremendo! La verdad es que que reconozcan tu trabajo siempre gusta y sobre todo anima a seguir trabajando en esta profesión que amo”.
¿Qué será lo próximo de Iratxe que veamos en librerías o en otro sitio? “Acaba de publicarse un libro en Italia que es una adaptación de la ópera Sigfrido y los Nibelungos y un librito para SM. Además estoy preparando un par de proyectos que si todo va bien verán la luz en unos meses”.