Martín Eschoyez es el siguiente ilustrador al que entrevistamos en nuestro repaso a las personas que participaron en la segunda edición de Fixionaria Historias Ilustradas, dedicada a “El gato con botas”. A Martín le tocó el capítulo nueve, y empezamos el repaso de su trabajo con sus palabras sobre este encargo.
“Luego de leer unas cuantas veces el capítulo que me tocaba, me puse a bocetar con lápiz personajes y situaciones. El Gato debía estar en actitud de haber realizado la obra, pero a su vez expectante, como viendo la reacción de los campesinos ante la llegada de la carroza del Rey. Tenía que tener la seguridad de que su mentira iba a dar resultados. Así que con los personajes, empecé a bocetar la puesta en página, la composición. Siempre suelo resolverlo con pocas líneas, para ver si funciona bien”.
“Con todos esos bocetos, experimenté con un programa online de dibujo que posee herramientas generativas, matemáticas, para dibujo (ScribblerToo, después instalé Krita, un soft libre de dibujo que tiene esos pinceles incorporados) donde volví a dibujar con las referencias al lado (sin escanearlas) partes sueltas en diferentes archivos. La cabeza del gato por ahí, el cuerpo por allá, una parte del castillo, una montaña, un campesino… y así. Luego en GIMP (un programa de manipulación de imágenes libre) junté todo en base a la composición y lo llevé a Inkscape (programa de ilustración vectorial, también libre), donde planteé el color base. De nuevo en GIMP trabajé las texturas. Eso es lo que quedó, ¡espero que les guste!”
Martín Eschoyez asegura que empezó a ilustrar desde que tiene memoria, y cuando le pedimos que defina sus ilustraciónes, dice que “lo que sale de la búsqueda constante, de la inspiración, el sudor y la experimentación”. Sus ilustraciones han acabado en galerías, tapas de revistas,… “Es lindo perderles el rastro y reencontrarlos por ahí”, afirma.
¿Con qué técnicas trabajas y con cual de ellas te encuentras mas cómodo? “Me gusta probar soportes, texturas, lo analógico y lo digital… me gusta la mixtura”.
¿Cómo se encuentra y cómo es la industria editorial para niños en tu país? “Por suerte hay gente que escribe para niños sin tratarlos de tontos. Y también ilustradores que ponen su talento al servicio de un público respetuoso. Lo más flojo quizá son los grandes editores, que ponen el ojo en lo predecible, lo que vende, lo que no arriesga. Pero como contraparte siempre aparecen pequeños proyectos editoriales que compensan con calidad, y costos accesibles para un público exigente”.
¿Qué opinas de los nuevos formatos como el libro electrónico y las aplicaciones para móviles y tabletas? “A mí me siguen gustando los libros impresos… lo táctil es esencial. Pero no reniego. No me gusta leer de la pantalla”.
Sus últimos trabajos pasan por una tapa de revista (Tuxinfo, una revista acerca de software libre); una ilustración para un almanaque y un par de proyectos personales.
Martín elige…
¿Un ilustrador?
Muchos. Me gusta mirar mucho, y siempre descubro cosas que me gustan en la gran mayoría. Pero si tengo que elegir, me gusta M. C. Escher. Y tengo amigos talentosísimos que inspiran por igual: Luis Liendo, Super DD (Andrea Sagardoy), Luis Paredes, Pito Campos, Pupi Herrera, Burda (Alejandro Burdisio), Nico Di Mattia… puf! es una larga y hermosa lista. Sin orden de preferencia.
¿Un álbum ilustrado?
El Principito.
¿Una técnica?
Acuarela.
¿Lápiz u ordenador?
Lápiz.
Tu proyecto ideal…
Depende el día.
Un cuento clásico…
Alicia en el País de las Maravillas.
Un lugar donde disfrutar de un álbum ilustrado…
Al aire libre.
