Fixionaria 1, Graciela Fernández: “Me gusta que mis ilustraciones tengan detalles para que el lector pueda detenerse o volver a ella para encontrar algo nuevo”

Fixionaria 1, Graciela Fernández: “Me gusta que mis ilustraciones tengan detalles para que el lector pueda detenerse o volver a ella para encontrar algo nuevo”

Graciela Fernández es la ilustradora argentina autora del capítulo 10 de “Alicia en el país de las Maravillas” para Fixionaria Historias Ilustradas. En las siguientes líneas conocemos un poco más sobre su trabajo, tanto para este proyecto como en líneas generales. “Cuando me dijeron que iba a ilustrar Alicia tomé mi cuaderno y me puse a bocetar con esa emoción de ilustrar un clásico. Surgieron varias ideas, incluso fuera de las del capítulo, hasta que encontré la más indicada”, nos cuenta Graciela.

“Entre otras cosas, mi visión del cuento de L. Carroll es como un sueño abrumador, por eso quise enmarcarlo en una atmósfera azul, de penumbra. El capítulo que seleccionaron para mi ilustración narra el momento en que Alicia deja la escena de la mesa de té y mediante la llave y la seta mágica llega al jardín de la reina. Aquí el texto brinda jugosos datos, descripciones y acciones, de las que tomé las que me significaron más…un párrafo, un momento que se diferencia de los otros capítulos, como las rosas, el inmenso jardín que se pierde en el horizonte y la protagonista”.

“Elegí dar unas pasadas de azul talo como base a la hoja y luego de dibujar en lápiz los volúmenes, en base a mi bocetito, comencé a pintar las partes más claras, sombras y detalles. Recuerdo haber leído que uno de mis favoritos, El Greco, pintaba de color sus lienzos y a partir de allí plantaba las capas con los demás colores, luces y sombras; esto teñía la obra de un tono especial. Y… ¿quién no quiere seguir al maestro?”

“Desde niña descubrí mi pasión por el dibujo y la pintura ya que pasaba largas tardes entre papeles y pinceles, y practicaba con todos los materiales y técnicas con los que mi madre me incentivaba. Concurrí a diversos talleres de técnicas artísticas como: grabado, dibujo y pintura y modelado en distintos materiales”.

“Todo esto, junto a los bellos e innumerables libros que siempre hubo en la biblioteca de mi familia, me llevó por el camino del arte y el amor por los libros ilustrados. Cada historia que leía desataba un sin fin de imágenes en mi cabeza, cada sueño que tenía lo transmitía al papel y cada momento libre era el ¡ideal para dibujar! En la escuela primaria y secundaria recibía con alegría cada cuento que debíamos trabajar en clase, ya que luego del resumen de rigor había que ilustrar uno o dos capítulos. Puedo decir que fueron mis primeras prácticas como ilustradora”.

“Ya de adulta y tras algún tiempo dedicado a la pintura de gran formato y exposiciones, tomé clases con profesionales de la ilustración como Horacio Domingues y Juan Bobillo en la Escuela de Ilustración e Historieta Sótano Blanco. Allí me contacté con las técnicas de trabajo habituales y pude acercarme al saber del ilustrador profesional”.

“Mis primeros trabajos fueron para postales, afiches y diseño comercial. Pero al mismo tiempo armé mi portfolio de ilustración y luego de algunos envíos me llamaron de la editorial Uranito. Para ellos comencé ilustrando una colección de pictogramas, luego una historia más poética en cuatro libros: “Pestronio” un niño con mucha imaginación. A principio de este año, la editorial publicó la colección escrita por M. Mainé sobre las cuatro estaciones que ilustré con variedad de animales. Mis siguientes trabajos fueron para ilustrar una de las “Aguafuertes Porteñas” de R. Arlt y un cuento del cineasta D. Burman, entre otros”.

“Me gusta que mis ilustraciones tengan detalles para que el lector pueda detenerse o volver a ella para encontrar algo nuevo. También que transmitan sensaciones y momentos que se insinúan en el texto o que nacen de la misma ilustración. Siempre dejo un poquito de mí en cada trabajo, aún de forma inconsciente”.

“Para ilustrar comienzo con la nube de ideas, si necesito busco bibliografía y luego boceto. A veces procedo de forma inversa ya que hay imágenes o proyectos que dan vueltas en mi cabeza sin pedido anterior. Mis personajes surgen desde el boceto, con o sin idea previa y otros responden a lo requerido por el encargo editorial. Luego desarrollo los originales en lápiz en formato mayor, otras veces escaneo de los bocetitos de ideas para pintar la impresión y preservar el lápiz o realizo directo en el papel original si la técnica responde mas a la mancha”.

“Prefiero utilizar las técnicas tradicionales de tintas y acrílicos, lápiz pastel y acuarelas a la digital, que sí utilizo para terminar algunos retoques si hacen falta”.

“Llevo ilustrados más de 15 libros y algunas de las ilustraciones originales formaron parte de muestras realizadas en el Centro Cultural Recoleta de la ciudad de Buenos Aires. Otras se exhibieron en Universidades Nacionales y en varias oportunidades en la Feria del Libro infantil y Juvenil de Buenos Aires junto al Foro de Ilustradores”.

“Una de mis ilustraciones fue para un naipe con el tema “Bullying” y conforma un mazo de cartas para tratar con niños y adolescentes sobre temas de difícil tratamiento en la sociedad.
Otra ilustración es sobre los Derechos del Niño y se exhibe en las calles mediante banners, además se reparte en stickers y diversos materiales. Corresponde al derecho “Tengo derecho a no ser discriminado bajo ninguna circunstancia”; para esto fui convocada junto a otros ilustradores por el Gobierno de la ciudad”.

“Hay una progresiva producción de literatura LIJ en Argentina y en los últimos años podemos contar tanto con publicaciones de grandes casas editoriales como de variados y cuidados catálogos de editoriales independientes. Son éstas últimas las que dan a conocer nuevos escritores e ilustradores y nos brindan la diversidad de temas y creatividad de estilos, como las colecciones de libros álbum que siempre se renuevan, el resurgimiento de la historieta o las novelas gráficas”.

“El camino para poder publicar un proyecto propio no es fácil. Si bien imprimir es más accesible hoy en día, la venta de ejemplares sigue siendo la forma de solventar la inversión. La irregularidad de la economía argentina hace que la compra de libros esté muy lejos de un artículo imprescindible, pero la venta crece de apoco y las estadísticas son alentadoras. Un gran apoyo son las compras que hace el estado para las bibliotecas o escuelas nacionales y los concursos de editoriales y fundaciones como espacios para darse a conocer son una oportunidad más”.

¿Que opinas de los nuevos formatos como el libro electrónico y las aplicaciones para móviles y tabletas? “Es otra opción de lectura y coexisten con el libro físico así como lo hicieron los antiguos pergaminos copiados manualmente con los primeros trabajos hechos en imprenta. La nueva tecnología tiene sus partes buenas y malas, como en todo. La relación inmediata que puede hacerse mediante links es muy útil a la hora de hacer referencias o ampliar información y al no tener que pasar por la imprenta pueden bajar bastante los costos. Pero yo me inclino por el libro en papel, que mas allá de la idea romántica del olor a tinta y la textura del libro físico, es mejor para comprender el contenido ya que se visualiza completo y tiene mas llegada al público. Porque, la realidad, es que más personas pueden tener acceso al libro tradicional y no a dispositivos electrónicos. Por ahora el costo de esos dispositivos es alto y en cambio tenemos bibliotecas públicas, privadas, tradicionales, móviles o temporales, librerías y ferias llenas de libros para disfrutar”.

“Estoy a mitad de camino en la adaptación del clásico “La Odisea”, en versión libre como autora de texto e imagen. Aquí la tinta china y los acrílicos se unen sobre papel rústico. Es un largo trabajo que disfruto hacer y se que me dará esa felicidad interna del proyecto terminado”.
“El otro proyecto es de tres ilustraciones que tienen a la ciudad de Buenos Aires como eje y que incluyen algunas de mis pasiones que le son características: el tango, el fileteado porteño y el café”.

Graciela elige…

¿Un ilustrador/a?
“Difícil elegir solo uno. Voy a nombrar a N. C. Wyeth, que fue el padre de generaciones de artistas americanos y que tenía un increíble manejo de los colores y planteos en el plano para su época. Ilustradores actuales admiro a muchos por su trabajo y dedicación”.

¿Un álbum ilustrado?
“Solgo”, un cuento/poesía de la argentina M. T. Andruetto con ilustraciones de Cynthia Orensztajn de la colección Libro Álbum, editorial Edelvives, 2011. Un libro con mucho encanto, que se deja leer de distintas formas, las ilustraciones crean sentido propio y presentan infinitas sutilezas”.

¿Una técnica?
“Acrílico, es mi preferido, sobre cualquier soporte”.

¿Lápiz u ordenador?
“Lápiz, pinceles, acrílicos y tintas. Todas las técnicas tradicionales siempre! Dejo la computadora para los escaneados y armado de páginas o algún retoque de efecto final”.

Tu proyecto ideal…
“Una historia cercana por su región o sensibilidad, que contenga personajes humanos y su relación con la naturaleza. El encanto y la poética en las palabras son bienvenidas, así como el trato con el escritor para poder potenciar el resultado. Tener libertad en la sugerencia del planteo de las ilustraciones es importante, pero también me gusta escuchar cuando el escritor o editor quieren aportar con sus ideas”.

Un cuento clásico…
“Las mil y una noches”, cuentos compilados de oriente, misteriosos y magníficos. Al leerlos desatan infinitas imágenes en mi cabeza”.

Un lugar donde disfrutar de un álbum ilustrado…
“Más que un lugar, un momento, porque cuando abro un libro álbum entro en su mundo. Puedo estar en un colectivo, en el patio de mi casa o en mi mesa de trabajo”.

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