Valeria había aprendido muchas cosas en el colegio. Sabía de números, letras y colores. Andaba mucho en las nubes, pero su timidez la hacía caminar mirando al suelo hasta que un día levantó la mirada para enfrentarse al viento. Entonces, descubrió aquello que nunca había visto. Margarita del Mazo y Ester García están detrás de este álbum ilustrado que edita Cuento de Luz. Con ellas dos hemos charlado un poquito más sobre este bonito proyecto.

Ester García

¿Cómo nace este proyecto? Margarita del Mazo: “Debo empezar diciendo que Valeria es, quizás, el proyecto que me toca más de cerca a nivel personal. Nace de mis miedos y temores como madre. Alguien me ha dicho, no hace mucho, que “criar es un sufrir” y es una gran verdad. También es cierto, que es lo más hermoso del mundo, pero se sufre, y mucho. Sobre todo, sufrimos por lo que no queremos que sufran nuestros hijos y nuestras hijas, por querer evitarles sufrimientos o, más bien, por lo que “consideramos” puede ser un sufrimiento para ellas y para ellos, aunque a veces no lo sea. Una de mis hijas se llama Valeria. Es la Valeria de esta historia. El texto lo escribí hace mucho más de una década. Aunque ha mejorado con los años y aún más al bailar junto a las ilustraciones de una de las más grandes. Cuando Ana Eulate, la editora de Cuento de Luz, supo del proyecto, le encantó. Fue ella quien me dijo que Ester sería una gran compañera de viaje. Puedes imaginar mi alegría al recibir esa propuesta. Había que esperar, eso sí, pero para mí lo más importante es que el proyecto en el que trabajo salga bien y la espera nunca me preocupa. Ha tardado en llegar, pero ya la tenemos aquí y es de una increíble belleza”.

Ester García: “Valeria” surge de la propuesta de Cuento de Luz, la editorial, y de las ganas que teníamos tanto Margarita como yo de hacer algo juntas desde hacía bastante tiempo. ¡Así que fue el cóctel perfecto! Yo recibí el texto por parte de la editorial, y a partir de ahí tuve total libertad para trabajar. Estuve en contacto con Margarita durante el proceso y entre ambas comentamos posibilidades, enfoques y puntos de vista. Fue muy interesante, aunque yo soy lenta y os confesaré que el proyecto tardó un tiempo bastante largo en cocinarse. Pero a fuego lento, todo sabe mejor…”

¿Qué encontrarán los lectores en sus páginas? Margarita del Mazo: “Encontrarán la calidez de unas imágenes increíbles que cuentan muchas cosas y un texto que habla de la timidez sin ninguna pretensión, sin intentar aleccionar a nadie. Encontrarán una historia que es la historia de muchas niñas y niños a los que solo hay que darles tiempo y algunas herramientas, claro que sí, para que vayan abriéndose al mundo. La vida (el viento) y lo que en ella nos va sucediendo nos ayuda a despertar sin perder nuestra esencia. La historia que van a encontrar es tierna y auténtica, como su protagonista”.

¿Qué te pareció la historia de Margarita la primera vez que lo leíste? Ester García: “Me resultó muy tierna y veraz, y me sentí muy identificada con el personaje de Valeria. Entendía su timidez desde mi propia niñez, lo cual me hizo conectar mucho con ella. Me pareció un texto muy cercano. Además, saber que Margarita se había basado para escribirlo en la propia infancia de su hija Valeria, lo hacía muy especial e íntimo. Supo cómo hilar las palabras con una sensibilidad extraordinaria”.

¿Quién es Valeria? Margarita del Mazo: “Valeria es una conejita muy tímida que desconoce sus poderes, y tiene muchos como: su voz, su risa, sus abrazos… Es un personaje que adora la naturaleza con la que juega feliz porque es un espíritu salvaje y libre; un ser excepcional, diferente y único que tiene una forma muy particular de ver el mundo y también de vivirlo. Los poderes de Valeria están, sobre todo, en su alma honesta, en lo que de verdad es y en cómo es. Así es como todos la quieren cuando la descubren, cuando se muestra tal cual es. El personaje no cambia a lo largo del libro, simplemente logra apreciar lo que antes no había visto porque no miraba en esa dirección”.

¿Qué tal el trabajo con Ester? Margarita del Mazo: “Sencillamente impecable. Es un libro hecho para la delicadeza de los pinceles de Ester García. Conocía a Ester personalmente y ella sabe lo mucho que la admiro. Tenía muchas ganas de compartir un proyecto con ella. Es como lo que ilustra, adorable, delicada y única. Me encanta la paleta de colores. Nunca imaginé esta historia con animales. Cuando me lo propuso Ester, simplemente confié. Hice bien porque el resultado es extraordinario. Me gustó mucho el juego con los caracoles. Me enamoré de la imagen final, cuando todos sus compañeros andan jugando con el sombrero, mientras Valeria aparece bailando feliz, sintiéndose libre. No ha perdido su esencia en absoluto. Pero se atreve a mirar el mundo y a disfrutarlo de otro modo permitiendo a los demás que entren en él en determinadas ocasiones. Es genial el guiño a “La máscara del león”. Qué bien plasmado está el personaje de Raúl (la ardilla), ese compañero, más que inquieto, con su oreja partida y su pierna escayolada. Es una delicia pasearse por las ilustraciones de Valeria. El destino quiso que este libro fuese para ella y así ocurrió”.

¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? Ester García: “En el texto de Margarita no aparecían personajes animales. Ella había imaginado esta historia protagonizada por niños, pero yo la visualizaba en mi cabeza de forma distinta. Para mí, los animales son una manera de representar de forma más general un tema, y creo que los niños tienen la capacidad de empatizar mucho con ellos. Como decía, el texto me hizo conectar de forma profunda con mi propia niñez y mis intereses, alegrías y miedos de aquella época. Así que regresé a algunos libros de mi infancia temprana, y allí apareció Richard Scarry. Mi madre tenía libros suyos que nos leía a mi hermano y a mí desde siempre. Quise abordarlo desde ese punto, y hacer un homenaje (salvando las distancias por supuesto) a las ilustraciones repletas de animales fabulosos y divertidos que plagaban sus libros, con las que tanto disfruté y disfruto”.

¿Qué hay de diferente respecto a otros trabajos? Ester García: “No sabría decir exactamente qué hay de diferente, ya que todos los proyectos son distintos. Sí que es cierto que en cada libro trato de entrar dentro de la historia y trabajarla desde donde me nace, con la técnica o el enfoque que siento necesarios. Creo que todos estos procesos tienen una parte intuitiva. Me ha gustado mucho poder trabajar en contacto con Margarita en esta ocasión, y hay elementos del texto o de la ilustración que fuimos ajustando o cambiando juntas para darle forma y unidad a la historia. Eso no siempre pasa en todos los proyectos, pero creo que cuando sucede y hay ilusión por ambas partes y respeto por el trabajo del otro, siempre es enriquecedor y beneficioso para el resultado del libro. Ahora estamos muy felices por su acogida, porque en menos de un mes desde su llegada a librerías y gracias al trabajo de Cuento de Luz, la segunda edición ya salió a la venta”.

¿Con qué técnicas trabajaste? Ester García: “He trabajado con grafito, lápices de colores y retoque digital. Me gusta mucho emplear la técnica analógica siempre que es posible, pues soy muy feliz durante el proceso de trabajo a mano”.

Ester García

Háblanos un poco del proceso de elaboración de este libro. Ester García: “Recuerdo que comencé planteando algún pequeño boceto con niños, pero no lo veía claro. Así que le propuse a Margarita la idea de hacer un libro con animales, cosa que al principio le pilló por sorpresa, pero aceptó enseguida. Me gusta muchísimo más ilustrar animales siempre que tengo ocasión, ¡no lo puedo negar! Así que comencé a buscar a Valeria, y tras algunas pruebas, llegué a la conclusión de que fuese una coneja. Las orejas aportaban mucho juego para que un personaje tímido pudiera comunicarse de forma no verbal: podían mostrar muy fácilmente su estado de ánimo, incluso llegar a cubrirle la cara para esconderse. Quería jugar con la expresividad de sus orejas a la hora de mostrar su timidez, tema clave y central de este álbum, y me parecían un elemento interesante. Los fondos son muy sencillos, planos, situando toda la atención en el personaje de Valeria y su expresividad, en lo que sucede en la historia. Me apetecía conseguir un libro íntimo, no tanto de paisaje y entorno. A la vez que tuviera pequeños detalles que poder seguir a lo largo de la historia: el pequeño caracol, el sombrero, un pájaro…”

“Una vez que tuve claras esas premisas, me puse a trabajar elaborando un pequeño storyboard muy sencillo y a lápiz, que compartí con Ana, editora de Cuento de Luz, y con Margarita -continúa Ester García-. Una vez que ya estaban claras las decisiones de las escenas, comencé a trabajar en la primera ilustración final. Cuando conseguí el tono adecuado, continué con el resto del libro”. 

¿Qué dirías que has aprendido con este proyecto? Ester García: “Sobre todo, que cada proyecto requiere de una reflexión, unos tiempos y una toma de decisiones, y que los desarrollos de los libros se benefician cuando hay márgenes amplios de trabajo. Ojalá siempre pudiéramos trabajar con libertad creativa y temporal. También a seguir más el instinto para la creación de un personaje”.

¿En qué estás trabajando ahora? Ester García: “En una colección para peques sobre animales y sus familias, de la que pronto verán la luz los dos primeros títulos. A su vez, estoy trabajando en varias ilustraciones a más corto plazo, que pertenecen a diversos proyectos de magazines, packaging, etc… Y también ando con ganas de tener tiempo para retomar proyectos personales que están en el cajón”.